Archivo por meses: mayo 2008

“All night the rain has knocked at our window”

All night the rain has knocked at our window

and at our door.

We have been stripped naked

under the rain.

Without ideas. Without projects, without real

worries.

As if we just a piece of cement,

underneath the rain. An eye of rock

that peers up from the cement.

The all-night rain has watched over us

and like an oriental dream has told us:

We´ll run away! To where, we don´t know.

»Leer más

Poemas de La insistencia/ Carmen García*

bp2.blogger.com/.../s400/carmen+garcia.JPG

Los ojos de la noche

Este es el monstruo con el que soñaron las niñas
la habitación del silencio, los dientes del cangrejo
la rabia cuando orinábamos desnudas sobre la loza blanca
tras el suave parpadeo de los que nunca nos vieron.
Estuvimos ahí, las lombrices aparecían bajo tierra
y la jaula era ausencia en el fondo del jardín.
Estuvimos ahí y sin embargo
nos ocultamos por los rincones de la casa
tras los muebles, bajo los árboles.
Comimos la misma miel que los pájaros,
en conversación agitada con el viento
con las madres que piaban por sus hijos.
Nosotras, elegidas por una mano mayor
para cargar con los ojos de la noche
los huevos rotos de los pájaros.

»Leer más

AL RESCATE DE LA BIBLIOTECA DE CÉSAR VALLEJO/ Jorge Kishimoto

http://sociedad-latina.com/images/vallejo1.jpg

Cuando tenía 9 años, el niño César Vallejo inició su viaje a la gloria cuando descubrió la humilde biblioteca del Centro Escolar 271 en Santiago de Chuco. En esta casa de enseñanza, Vallejo fue alumno distinguido y siempre ocupó los primeros puestos, destacando en Castellano e Historia. Sin embargo, hoy ese oasis de conocimientos en la sierra de La Libertad corre peligro de desaparecer, por el creciente deterioro y falta de libros.
Para combatir esa dura realidad, la Asociación Cultural Capulí, Vallejo y su tierra, la Editorial San Marcos, la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil (APLIJ) y el Colegio Alternativo Bertolt Brecht, ya han reunido más de 300 ejemplares destinados a la biblioteca donde estudiara el mayor poeta peruano y que además ahora lleva su nombre.
Aníbal Paredes, gerente de la Editorial San Marcos, hace un llamado a todas las personas e instituciones que deseen apoyar esta iniciativa por los niños y jóvenes santiaguinos. “La idea surgió como una propuesta de nuestro Plan Lector y la imperiosa necesidad de seguir cultivando la lectura en la tierra donde César Vallejo forjara su amor hacia las letras”, explicó.
Asimismo, se contará con la participación de los más reconocidos vallejólogos nacionales e internacionales, como André Coyné, Jorge Kishimoto, Wellington Castillo y Danilo Sánchez Lihón.

»Leer más

Primer poemario/ Carlos Eduardo Quenaya*

pero de usted sólo puede gustarme la audacia
(mis poemas no saben lo que digo)
digo que de usted puede gustarme sólo
su nobleza al hablar de jazmines
cuyo aroma me recuerda
al umbral de nácar de sus ojos

su belleza es un atributo que opaca las puestas de sol
o un caudal de larga trayectoria hacia el vacío
su belleza, repito, es el vacío en que me apoyo

[la caricia]

»Leer más

COLLAGE CON JAVIER SOLOGUREN

http://www.elperuano.com.pe/identidades/101/jpg/Generos2.JPG
(Lima, 1921 – 2004)

(Sobre una traducción de Javier Sologuren)

Poesía, bomba de tiempo
(el cuervo asiente por la ventana).
Veo explotar, veo desmenuzarse mi vida
en mudas instantáneas.
Si viviera en los tiempos antiguos
también entraría en un monasterio.
Javier viene con su pan bajo el brazo,
y está como Apollinaire en medio de las sandías.
Y me ennoblezco porque tengo un final,
un par de puertas cerradas con golpes austeros.
Final. Caja vacía. Muelle recortado
sobre un paisaje de velas. Mar sin sol.
Gris sobre gris y el solo aroma de la respiración.
Adios, adios. Javier,
sol cuello cortado.

»Leer más

Estamos pensando

Primero el pensamiento, después la razón.
(Antenor Orrego)

Juvenal escribe tres cosas al mismo tiempo. Corrige, previa aprobación por parte de la revista Variaciones Borges para su número de abril, un ensayo titulado “El diálogo Borges-Vallejo: un silencio elocuente”; compone otro ensayo titulado “Trilce y la ‘marinera de capricho’”; y le dedica sus ratos libres a esta novela. Como César Vallejo en sus Escalas melografiadas, donde éste glosa en el epígrafe a su maestro Antenor Orrego, Agüero también considera que el pensamiento es primordial a la razón; es más, en cierto modo le es incluso independiente, o debería serlo. Demasiada razón existe ya en nuestro pobre mundo o, como de modo más plástico lo expresara siempre Germancito, su propio hermano y mentor: demasiados “sellones” habría ya regados por ahí. En realidad, aquello es lo que más le ha interesado toda la vida a Juvenal Agüero; lo que más dichosamente algunas pocas veces se le ha entrecruzado en la existencia y aquello que más ha gozado. Está muy en lo cierto su joven alumno Jesús Paiva cuando mencionó, en conversación privada con el autor, que Prepucio carmesí no trataría de sexo; y esta novela sería más bien, especula por su cuenta Juvenal, una manera de reescribir unos versos de El corazón y la escritura, poemario publicado por el Banco Central de Reserva del Perú hace diez años:

[Estamos pensando]
Estamos pensando. Bola de fuego.
Bolo de fuego.
Red. Honda. Veneno.
Manos abiertas.
Estamos pensando. Aquí
en Santa Cruz de la Sierra.
Vapor. Señales de humo. Raíces.
Sin corazón estamos pensando.
Sin precisamente reflexión.
Sólo con el acorde
de algunos recuerdos. Porque eso somos.
Sólo con esa masa de objetos
sobre la superficie del río. Entreverados.
Separados. Disueltos. ¿Quién sabe?
Sólo con ese rumor y ese olor
que cubren el aire. Que instalan
como volutas sobre el río: Pensamientos.
Estamos pensando con un fino cedazo.
Entre branquia y branquia del pensamiento
una tela muy fina. Holandas
para lo visible y lo invisible. Cariño.
Estamos pensando con amor. Este es el secreto.
Esto es lo ignoto para todos los días.
Pensar con amor.
Y así el peje y la salamandra y el martillo
algo tendrán en común por el solo hecho
de haber sido expresados.
La esperanza también y las hojas de la palmera
algo tendrán en común.

Fuere como fuere, gozar el pensamiento, presentirlo y aceptarlo tal como si fuera un beso –¿de Dios?, ¿de una negra preciosa?, ¿de la mamá de uno?– ha sido la eventual y pasajera dádiva con la que, hasta ahora, Juvenal ha sabido atenuar la dura carga de la vida. Pero que lo compromete e incluso lo ha involucrado, sin querer queriéndolo, a escribir poemas, ensayos e incluso esta misma novela –de dudosa o invariable esquiva recepción– para intentar curarse, resarcirse y ganar una final, del todo imaginaria, contra la estupidez.

»Leer más

Sobre poesia puertorriqueña reciente

http://www.enmovimiento.com/flags/Puerto_Rico.png

Por otro lado, pasando quizá al plato fuerte de esta muestra que corresponde a la poesía de Puerto Rico (1), creemos es un acierto lo que apunta Angel Rosa Vélez en su correspondiente nota introductoria (la otra corresponde a Carlos Roberto Gómez Beras, tal como habíamos mencionado un poco más arriba); aquí, en acertada síntesis, aquel crítico nos ilustra: “Escribir en este hoy que inicia el nuevo siglo, cargando todavía la locura del siglo veinte bien cerca de las orejas, sintiendo el peso de su montura bélica, demonizando lo extraño, sacralizando las apariencias, virtualizando frivolidades y escuchando sus voces como rebote suicida, es para estos jóvenes poetas demostrar que la experiencia de la vida supera a todas las demás. Y en esta gesta de documentar su vida no intentan cambiar el mundo que heredaron, el esfuerzo es otro: saberse vivos y sin arrepentimientos revelar su condición humana” (173-4), y añade el mismo crítico puertorriqueño: “Sus hazañas y contradicciones no son las del héroe, pero revelan la condición de lo que son y lo que han sido, nunca de lo que serán. Porque lo más extraño es explicar la vida que no se ha vivido, lo más certero, mirar el pasado y lo más trágico enfrentar el presente de todos. Es la tragedia que nos acerca a Cuba y a República Dominicana en un mismo éxodo, una diáspora antillana que nos hermana en el misterio del decir humano, del decir de lo otro, lo insólito, la otra inspiración” (175). Y, efectivamente, lo que distingue de inmediato a estos poetas puertorriqueños es el diálogo, en sus textos, con la problemática antillana en general y con el éxodo masivo de su vecina, la República Dominicana, en particular. Es decir, por ejemplo a diferencia de sus colegas cubanos, huyen del esencialismo y, por tanto, de toda melancolía; su identidad -lo saben muy bien- está en proceso, no es ningún secreto a desentrañar, como en este extraordinario poema de Rafael Acevedo (1960):

1. Un cangrejo trae un trabalenguas,
seis voces profundas y un círculo anegado
pegado a su palanca.
Nadie dirá que sus ojos tienen sueño
porque mira como un maestro de azúcar,
nadie dirá que tiene hambre, que está amargado
por su posibilidad de convertirse en relleno de fritanga,
nadie dirá que su cara azul de fin de siglo es un enigma”
(“Los animales de la palabra”).

»Leer más

Proverbios/ Harold Alvarado Tenorio

bp0.blogger.com/.../Harold_Alvarado_Tenorio.bmp
Harold y “Borges”, su amigo fiel

No hables.

Mira cómo las cosas a tu alrededor se pudren.

Confía sólo en los niños y los animales
y de los ancianos aprende el miedo de haber vivido demasiado.

A tus contemporáneos pregunta sólo cosas prácticas
y comparte con ellos tus fracasos, tus enfermedades,
tus angustias, pero nunca tus éxitos.

De tus hermanos ama el que está lejos
y teme al que vive cerca.

A tus padres nunca preguntes por su pasado
ni trates de aclarar con ellos tu niñez y juventud.

Con tu patrón no hables, escríbele y nunca le cuentes
tus planes futuros y miéntele respecto a tu pasado.

Ama a tu mujer hasta donde ella lo permita
y si llegas a tener hijos, piensa que,
como en los juegos de azar,
podrás ganar o perder.

El destino no existe.
Eres tú tu destino.

Y si llegas a la vejez
da gracias al cielo por haber vivido largo tiempo,
pero implora con resignación por tu pronta muerte.

Los que no tenemos dinero ni poder
valemos menos que un caballo,
un perro,
un pájaro o una luna llena.

Los que no tenemos dinero ni poder
siempre hemos callado para poder vivir largos años.

Los que no tenemos dinero ni poder
llegados a los cuarenta
debemos vivir en silencio
en absoluta soledad.

Así lo entendieron los antiguos,
así lo certifica el presente.

Quien no pudo cambiar su país
antes de cumplir la cuarta década,
está condenado a pagar su cobardía por el resto
de sus días.

Los héroes siempre murieron jóvenes.
No te cuentes, entre ellos,
y termina tus días
haciendo el cínico papel de un hombre sabio.

»Leer más