Archivo de la etiqueta: Desarrollo moral

Post de Daniel Salas sobre el liderazgo

Un poco tarde descubro este muy interesante post de Daniel Salas, publicado en el GCC y que se lee aquí.

Buena reflexión. Personalmente no estoy de acuerdo con el comentarista que critica a Daniel por esperar un razonamiento más complejo y descentrado por parte de un par de adolescentes. Creo, apelando a lo que se sabe desde la psicología del desarrollo, que estos pudieron perfectamente haber sido más responsables con su lenguaje y sus acciones, haber pensado un poco menos en sí mismos y un poco más en la gente que estaba con ellos. Eso es perfectamente posible para la edad que tenían estos chicos en ese momento, y si no ocurrió así estamos frente a un problema y no frente a un desarrollo normativo (aunque mucho más preocupante resulta oirlos decir lo mismo siendo ya adultos…).

En todo caso, si dejamos de tener expectativas sobre los adolescentes y de exigirles una conducta responsable que tome en cuenta las consecuencias de las propias acciones no solo para uno mismo sino para los demás, definitivamente nunca se descentrarán. Hay que recordar que el desarrollo humano es una interacción (compleja y probabilística, pero interacción al fin) entre las estructuras y características del sujeto, y las del medio en el que este vive. Si el medio no hace exigencias, el sujeto no desarrolla por completo. Es así de claro, y así de simple (y para todos los campos del desarrollo humano, muy especialmente el desarrollo moral). » Leer más

Reimpresión de artículo de Lawrence Kohlberg

Dibujo

La revista Human Development (que muchos años atrás se llamaba Vita Humana) ha reeditado un articulo clásico de Lawrence Kohlberg:

Kohlberg, L. (2008). The Development of Children’s Orientations Toward a Moral Order. I: Sequence in the development of moral thought. Human Development, Vol. 51, 1, 8 – 20

Que es una reimpresión de este artículo:

Kohlberg, L. (1963). The development of children’s orientation toward a moral order, I: Sequence in the development of moral thought. Vita Humana, 1963, 6, 11-33.

Los artículos y libros de Kohlberg son de difícil acceso para muchas personas, muchos están agotados, y otros se encuentran en revistas muy antiguas o que las bibliotecas locales no tienen. En este sentido esta reimpresión es bienvenida (algo que algunos consideran como “las obras completas” de Kohlberg son los libros The psychology of moral development y The philosophy of moral development, pero ambos están agotados hace mucho tiempo y además, debieron ser parte de una trilogía de la cual el último tomo, que debió haberse llamado The education of moral development, no salió jamás, por lo que no son tan obras completas que digamos).

Lawrence Kohlberg solía decir que el niño pequeño es un filósofo. Y es un filósofo porque los niños durante su desarrollo lidian con las grandes interrogantes que han mantenido ocupados a los filósofos durante siglos: están interesados en las categorías básicas de la experiencia. Parte del encanto que nos ofrece un niño pequeño es su forma idiosincrásica de lidiar con las constancias de los objetos del mundo. Aquellos que tienen hijos saben que si un bebé de -por ejemplo- 6 meses está tratando de alcanzar un objeto, dejará de hacerlo si este se cubre con un pañuelo: el juguete no existe ya para él. A los 18 meses el niño sabe que los objetos existen aunque él no pueda verlos todo el tiempo, pero no es sino hasta los 6 años aproximadamente cuando los niños ven la naturaleza física y la identidad de un objeto como inmodificables. Ese mismo desarrollo de las categorías de la experiencia aparece también en el campo de la moral, aunque muchos de nosotros no estamos acostumbrados a pensar en los niños como filósofos que establecen constancias en el mundo también en ese campo.

El abstract del artículo que se ha reimpreso es este:

The article focuses on the development of children’s orientations toward a moral order in relation to the view of moralization by most social scientists as a process of internalizing culturally given external rules through rewards, punishments or identification. From the perspective of a developmental psychology such as that of Jean Piaget or J.M. Baldwin, internal moral standards are rather the outcome of a set of transformations of primitive attitudes and conceptions. These transformations accompany cognitive growth in the child’s perceptions and orderings of a social world with which he is continuously interacting.

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La evolución de la mente y el comportamiento moral (ponencia de Pablo Quintanilla)

Me comentaron que Pablo Quintanilla había presentado una ponencia interesante en el I Coloquio peruano de filosofía analítica, así que se la pedí y él amablemente me mandó el enalce, que puede abrirse

Aquí

La dejo para los interesados. Yo misma la leeré con interés y le haré a Pablo algunos comentarios.

Yo escribí una sencilla entrada sobre el mismo tema hace algún tiempo. La dejo aquí » Leer más

El razonamiento moral en el congreso

el mal

En las noticias y en varios blogs se ha discutido el cuestionable comportamiento de muchos congresistas que presentan proyectos de ley que benefician a sus amigos y parientes, falsifican facturas de consumos que no han realizado, contratan a personas que no cumplen los requisitos para el puesto o les quitan parte del sueldo a sus empleados para dárselo ilegalmente a terceras personas. El caso que ha reactivado esta vieja discusión es el de Margarita Sucari, cuyo comportamiento reciente puede leerse resumido aquí

Resulta interesante darle una lectura psicológica a estos comportamientos. Desde una perspectiva del desarrollo del razonamiento moral, la señora Sucari simplemente no tiene las herramientas para asumir, en sus comportamientos diarios, un punto de vista ético. No es parte de su estructural moral, carece de esa capacidad. Su razonamiento moral tiene un techo. Mi hipótesis (es solo una hipótesis) es que esta señora debe ciertos favores a gente que la apoyó durante su campaña o cumplió con ella en otras circunstancias y que ahora su lógica y su nivel de juicio moral le dicen que debe devolver esos favores, y eso es lo que hace. La lógica de la lealtad y recioprocidad con las personas cercanas y de la responsabilidad especial hacia aquellos a los que se conoce o con quienes se tiene vínculos personales (típica del estadio 3 del modelo de Kohlberg) se impone a una lógica más institucional y universalizable (digamos, el estadio 5 del mismo modelo). Prima en ella un punto de vista que si bien puede ser valioso en determinadas circunstancias resulta insuficiente para lidiar de manera adecuada, justa y legítima con los conflictos complejos que su rol como congresista le presenta.

La propia presidenta de la comisión de ética, Elizabeth León, ha señalado varias veces que muchos congresistas tienen grandes limitaciones para tomar un punto de vista ético en sus razonamientos, pues no diferencian la perspectiva legal de la perspectiva ética. En mi opinión, cualquier comisión de ética debería estar conformada por personas capaces de dirimir y discernir los casos que se le presentan desde una perspectiva ética: no es una comisión de aplicación de reglamentos ni una comisión legal, es una comisión de ética, lo que parece no entenderse. Aunque pareza increíble, alguna vez me pidieron revisar un documento de la comisión de ética del congreso que empezaba diciendo que el principal objetivo de dicha comisión era “mejorar la imagen del congreso”, como si fueran una agencia de publicidad o se tratara de una comisión de marketing. Cuesta entender que la mejora de la “imagen” que tanto parece preocupar a algunos congresistas es el resultado del comportamiento correcto y por lo tanto es el punto de llegada, nunca el de partida.

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Misterios del compromiso moral

Some do care

Quiero recomendar este libro:

Colby, A. y Damon, W. (1992). Some Do Care. Contemporary Lives of Moral Commitment. New York: Free Press

Yo lo pedí para la biblioteca de la PUCP hace ya algún tiempo, y recién he tenido el tiempo y las ganas de leerlo sistemáticamente (ya lo habia leído antes pero no muy concienzudamente, ahora me estoy dando el tiempo de estudiarlo con cuidado). Se trata de un libro que explora la unidad que existe, para algunas personas, entre self y moral.

La metodologia utilizada por Colby y Damon se aleja de los métodos clásicos para el estudio del razonamiento y el juicio moral, pues el énfasis está puesto no tanto en el análisis de las capacidades cognitivas sino en la exploración de los procesos de formación de la identidad y el compromiso moral duradero.

A través de un estudio de casos de personas extraordinariamente comprometidas con causas justas los autores van explorando las características que diferencian a estas personas, la manera en que se han construido como individuos, y los diversos modos en que el compromiso moral se entrelaza con su sentido de sí mismos. En algunos casos se trata de personas creyentes que a partir de la fe asumen un compromiso de vida. En otros, son personas agnósticas con un enorme sentido de justicia, empatía hacia los otros y responsabilidad. El objetivo del libro es explorar los modos complejos en que el compromiso moral se desarrolla a lo largo de la vida y las razones por las que, mientras que algunas personas parecen detener su desarrollo (especialmente el desarrollo moral) en determinado momento del curso de sus vidas, otras pueden seguir creciendo como seres humanos y permanecer abiertas y receptivas al cambio continuamente.

Sin duda, Some do Care es un libro que debería ser lectura de todo aquel interesado en el campo del desarrollo moral.

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Respeto mutuo y respeto unilateral

Dibujo de Paulo

Piaget plantea que la autonomía moral se caracteriza entre otras cosas por el respeto mutuo, el que es diferente al respeto unilateral que caracteriza a la heteronomía. El respeto mutuo requiere que el niño atribuya a los demás un valor similar al propio para reconocer desde allí sus derechos y responsabilidades. El respeto unilateral, al contrario, implica atribuirse uno mismo un valor superior al de los demás, y mantener una relación de dominación / subordinación -según sea el caso- con los otros (actuar por miedo a lo adultos por ejemplo, o exigir algo por métodos coercitivos).

He discutido más ampliamente este tema en posts anteriores que pueden verse aquí, aquí y aquí.

Si vuelvo a tocar el tema es porque quiero enfatizar que las formas de interacción que demuestran que no se ha construído la noción de respeto mutuo y que prima lamentablemente el respeto unilateral no son exclusivas de la infancia. Lamentablemente muchos adultos (docentes y padres de familia entre ellos) se relacionan de ese modo con los niños, ejerciendo el poder de manera ilegítima frente a ellos, presionándolos a obedecer utilizando métodos violentos, en lugar de persuadirlos mediante el razonamiento. Lo que puede inferirse de este tipo de relación es muy sencillo: el adulto asume que niño no tiene el mismo valor que ella o él, le parece que sus necesidades son secundarias y están subordinadas a las propias, y que por ello puede, finalmente, hacer prevalecer su punto de vista cuando quiera sin tomar en cuenta en absoluto la perspectiva infantil.

Parece un poco exagerado, pero no es así. Esta semana me he cruzado con comportamientos que demuestran claramente lo que señalo. Aquí van tres ejemplos sueltos, doblemente dramáticos desde mi punto de vista porque vienen de personas que son, precisamente, las encargadas de cuidar a los niños y formarlos como personas:

1) Un niño está viendo dibujitos en la TV. Viene el papá y sin previo aviso ni negociación alguna le cambia el canal para ver su noticiero y lo saca del sofá donde estaba sentado.

2) Una niña se equivoca en una tarea. La profesora bruscamente le arranca la página de su cuaderno y la pone en el tacho de basura

3) Un niño no ha traído lonchera. La profesora le quita a tres niños parte de la suya (sin pedirles permiso obviamente y sin explicarles nada) y le da esos alimentos al niño sin almuerzo.

En todas estas situaciones podría (y debería) haberse actuado de otra manera, de modo que se tome en cuenta la perspectiva del niño, se le atribuya el mismo valor a sus deseos y necesidades (sus dibujitos son tan importantes para él como el noticiero lo es para el papá), se le tome en cuenta como persona y se oiga su voz y su punto de vista en lugar de tratarlo como un objeto del que se puede disponer de manera autoritaria. Pero esto es mucho pedirle a personas que aun siendo adultas mantienen esquemas de interacción muy primitivos, propios de edades más tempranas. Es lamentable que cosas como estas ocurran en la casa y en la escuela.
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Material sobre desarrollo moral

En la página de la cooperación alemana hay mucha información de utilidad sobre distintos temas y problemáticas del proceso educativo. Allí esta colgado un librito mio algo antiguo ya, acerca del desarrollo moral. Esta orientado a profesores.

Lo pueden encontrar aquí junto con otras publicaciones (bajen el cursor hasta encontrar la mia). » Leer más

De la autonomía moral al autómata moral

Robot

Con esta frase que me parece genial, Susana Patiño, filósofa y amiga mexicana, describió el trabajo de ciertas corrientes de la psicología moral en una conversación que tuvimos durante el congreso AME 2007. Y la verdad es que no le falta razón. Si uno se pone a revisar la literatura última sobre psicología de la moral verá que hay un giro desde una postura con enfoque evolutivo y/o paradigma de estadios (como la de Piaget y Kohlberg dentro de los clásicos y Turiel o Blasi en los neo Kohlbergianos) a una más ecléctica, basada en las neurociencias, la teoría evolucionista y la psicología biológica.

Personalmente, creo que este tipo de ciencias aportan algo a la comprensión de ciertos aspectos del desarrollo moral de las personas y que tienen su lugar y su sentido, aunque no me convencen sus planteamientos ni me parecen útiles sus hallazgos desde una perspectiva psicopedagógica. Con lo que sí discrepo, sin embargo, y muy profundamente, es con la idea de fondo: pretender practicamente “eliminar” la capacidad de raciocinio como innecesaria, superflua o ilusoria en el proceso de discernimiento moral. Dicho muy en sencillo y con riesgo de sobre simplificar, estos nuevos modelos plantean que la moral está de cierta manera determinada por procesos biológicos de diversa índole, y que un verdadero “experto” moral no es tanto aquel que razona y discierne sobre los conflictos éticos con los que se encuentra en la vida sino aquel que hace precisamente lo contrario, aquel que lleva el asunto tan interiorizado y programado que éste se ha hecho automático, por lo que los esquemas y guiones morales se activan casi por default en una situación de conflicto haciendo que la persona actue moralmente sin tener que detenerse a reflexionar o discernir.

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Igualdad y equidad

niño

En sus concepciones de justicia, los niños son primero igualitarios y luego equitativos. Esto quiere decir que inicialmente considerarán como injusta cualquier diferencia (por ejemplo, que el hermanito reciba un pedazo más grande de torta o que el vaso de jugo del amigo sea un milímetro mayor al propio) y solo después podrán tomar en cuenta las diferencias individuales y su papel al momento de decidir lo que es justo (por ejemplo, aceptarán que un niño más bajito tiene derecho a ir adelante en la fila o que uno que ha estado enfermo merece que se le de la oportunidad de presentar más tarde la tarea)

La justicia retributiva es la que aparece primero en el curso del desarrollo, y está directamente ligada a la sanción (“sanción expiatoria”); coexiste con la moral de obligación y con las reglas de autoridad (heteronomía). Para el niño la regla aparece como impuesta desde fuera y es arbitraria, pues no guarda relación con la magnitud o las características de la falta cometida. En este sentido, desde la perspectiva de la justicia retributiva lo importante es sancionar la falta. Para los niños muy pequeños, esto debe hacerse de ser posible utilizando el castigo más severo aunque este no guarde relación alguna con el acto cometido (por ejemplo, cuando un niño se porta mal otro puede decir que se le debe pegar entre todos, o encerrar en una habitación durante 3 días, o dejarlo un mes sin comer, como castigo a su conducta).

La importancia de la sanción expiatoria decrece con la edad, en la medida en que el niño avanza en su desarrollo y la noción de cooperación se hace más importante que la presión adulta. Conforme el niño desarrolla, se generan conflictos en su percepción de la justicia o injusticia de los actos y las sanciones, y estas experiencias reiteradas de conflicto promueven la aparición del concepto de justicia distributiva, que implica inicialmente la idea de igualdad y después la de equidad. Los niños que priorizan el concepto de igualdad sobre la simple retribución muestran un avance en su desarrollo moral (con respecto a la justicia retributiva y la sanción expiatoria) y evidencian tener una nueva capacidad para comprender las relaciones cooperativas y de respeto mutuo entre los sujetos. Pero luego la necesidad de igualdad deja de presentarse de manera idéntica para todos los sujetos, y se empieza a evolucionar en la percepción de las sutilezas y diferencias individuales, las cuales pasan a influir decisivamente en la decisión sobre dicha igualdad. Y aparece entonces la idea de equidad.

Nota:
Imagen tomada de aquí » Leer más

Comentario sobre libro de educación en valores

Manita

Me han regalado un librito que no puedo dejar de comentar….

Empiezo diciendo que me parece encomiable que se publiquen cosas en el país, donde se publica en realidad muy poco. Eso es por supuesto positivo y lo reconozco, sobre todo cuando los libros se venden a precios muy asequibles que los ponen al alcance de casi todos. Pero también hay que decir, con todo el valor que tiene publicar en el Perú, que hay cosas de pésima (infame!!) calidad dando vueltas por allí, las que no hacen más que dar información turbia (o desinformar, mejor dicho) a los maestros.

Es el caso del librito que comento. Se llama ¿Cómo favorecer la formación de valores en los escolares? y es de María de los Ángeles Arias Guevara y Wanda Dominguez Rodríguez (Fondo editorial del Pedagógico de San Marcos, 2004), autoras a las que no conozco (por lo que espero que no se me acuse de ser tendenciosa en mi crítica). No es nuevo, pero yo recién me entero de su existencia.

La verdad es que se trata de un pequeño bodrio…. En primer lugar, no hace sino recortar y copiar ideas de diferentes personas, sin que las autoras presenten nada propio. Bueno, vaya y pase si las ideas que se intentan divulgar fueran valiosas, o estuvieran presentadas de manera clara e interesante. Pero nada de eso ocurre en este libro. Al contrario, se trata de un conjunto de palabras mal redactadas y confusas, y de un montón de ideas cuestionables (muchas de ellas inútiles) sobre en qué debe consistir la educación en valores y cómo debe llevarse a cabo. El lenguaje es confuso, las ideas demasiado generales y ambigüas (muchas veces parecen verdaderos trabalenguas!), y el libro termina recomendando a los docentes usar juegos didácticos y técnicas participativas sin dar ejemplos ni mencionar cuáles.

Pero tan preocupante como esto -que siempre me choca un poco cuando lo veo una publicación que además se vende a los maestros- es el fondo del asunto, lo que se plantea como meta para la educación en valores. Como ejemplo de lo que quieren proponer, las autoras no tienen mejor idea que plantear el patriotismo como un valor a alcanzar, y dicen cosas como estas:

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