Unos días atrás, mientras iba a la universidad, escuché en la radio que al parecer la prueba de la última evaluación docente se había filtrado y como consecuencia, muchos docentes habían tenido acceso a ella antes de la evaluación. Como alcancé la noticicia a la mitad, no pude enterarme de los detalles y no comenté nada al respecto en ese momento ya que no tenía mayor información sobre si la noticia era cierta o no.
Pues bueno, a través de personas de mi absoluta confianza he tenido conocimiento de que es cierto: muchos profesores han comprado la evaluación (la que parece que ha costado cerca de 500 dolares). No tengo por qué dudar de que esto ha sido así dada la veracidad de mis fuentes y la confianza que tengo en ellas.
La noticia ha causado en mi una profunda pena y una aun mayor indignación. Se que al parecer ha habido un error técnico en el proceso evaluativo (ver noticia aquí), y estoy de acuerdo en que si eso ha perjudicado a los docentes debe hacerse algo de inmediato para corregir cualquier irregularidad o injusticia. Pero también debe hacerse algo para investigar el escándalo que denuncio en este post hasta sus últimas consecuencias. Los responsables del Ministerio de Educación o de cualquier otra institución involucrada deben ser identificados y sancionados con toda severidad. Y en los colegios, aquellos profesores que han comprado la prueba tendrían que ser separados de sus puestos. La inmoralidad y la corrupción son lacras sociales donde quiera que se encuentren, pero más aun, mucho más aun, dentro de una institución educativa cuyo fin último es precisamente formar personas justas, responsables y honestas.
No estoy a favor de la evaluación docente en las condiciones en las que se realiza, y lo he señalado más de una vez en este blog (ver por ejemplo, esta entrada con mi opinión sobre la evaluación anterior). El proceso está viciado, es cierto, pero eso no justifica en modo alguno este tipo de conductas. Insto a aquellas personas que saben que esto ha ocurrido a no quedarse calladas y a no proteger a quienes saben culpables. No podemos ser cómplices de comportamientos de esta calaña, ni mantener dentro de una institución educativa, cerca de niños y adolescentes, a personas capaces de acciones tan cuestionables.
Aunque suene duro o fatalista, estoy convencida de que con personas así dentro de la escuela, capaces de utilizar cualquier medio para lograr un fin a todas luces ilegítimo, ningún proyecto educativo será viable, ni se podrá sacar a la educación del hoyo en el que actualmente se encuentra. » Leer más