Archivo por meses: septiembre 2007

Aspectos psicológicos de las respuestas humanas frente a desastres naturales

Máscaras

Carlos Iberico y yo hemos escrito un articulito en Palestra dando algunas luces sobre los procesos psicológicos involucrados en la experiencia de vivir el terremoto del pasado 15 de Agosto.

No lo había recomendado antes porque apareció con algunos errores de edición, que creo ya han sido corregidos. Confieso que soy demasiado maniática con asuntos de redacción y errores tipográficos, y por eso preferí esperar a que lo pulieran un poco para enlazarlo. Va en el siguiente vínculo:

Terremoto 15 de Agosto » Leer más

¿Cultura de la legalidad?

Niños jugando

Siempre que dicto un curso sobre desarrollo moral hay por lo menos un 50% de alumnos (sino más) que empieza el curso afirmando con convencimiento que la ética son las normas de la sociedad, y que un comportamiento ético es aquel que va de acuerdo con esas normas.

Me llama mucho la atención lo arraigada que está esta postura en el imaginario de las personas -adultas y profesionales algunas veces, no sólo estudiantes de pregrado- ya que se trata de una idea fácilmente rebatible con evidencias de la historia pasada y reciente. Doy unos pocos ejemplos sueltos:

– Hubo sociedades esclavistas
– Hasta hace relativamente poco tiempo, las mujeres estuvieron excluídas de los procedimientos de la democracia formal (no podían por ejemplo, votar)
– Hace poco también la sociedad norteamericana estaba segregada (diferentes derechos para blancos y negros)
– En la India actual los Dhalits no tienen derechos
– A las mujeres durante el régimen Talibán se les dificultaba (o impedía) estudiar
– En ciertas legislaciones y en épocas bastante recientes, la violación de una mujer por su marido (violación dentro del matrimonio) estaba permitida
– En algunos países Europeos existe la obligación de reportar a los inmigrantes ilegales, de modo que estos puedan ser deportados

Todo perfectamente legal o de acuerdo al uso y costumbre, es decir, todo dentro de las normas de la sociedad. Pero no por ello ético o justo.

Creo que la educación hace un mal servicio cuando no desarrolla el juicio crítico y hace creer a los estudiantes que se puede equiparar ética y ley. Podría dar una multiplicidad de ejemplos de personas que lograron entender la diferencia y priorizar la ética sobre la ley cuando ambas entraron en conflicto (pienso por ejemplo en la señora Rosa Parks, protagonista del boicot al sistema de buses de Montgomery, o más recientemente, en Ingrid Pira, la alcaldesa Belga que se negó a firmar órdenes de expulsión de inmigrantes ilegales). Ejemplos hay muchos, tanto de personajes públicos como de ciudadanos comunes y corrientes, y esos son los casos que se deberían discutir en las aulas, de modo que los estudiantes se familiaricen con los conflictos por los que esas personas pasaron y logren agudizar sus herramientas de análisis, empatía, juicio crítico y discernimiento.

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Enlace a artículo sobre pensamiento post formal

Símbolo chino - amistad

Las investigaciones en desarrollo adulto encuentran, en general, mucha información contradiciendo la idea piagetana de que las operaciones formales representan el punto último del desarrollo del pensamiento, y que estas no cambian durante el curso de la adultez. Discutiré este tema más adelante. Ahora solo quiero dejar un enlace con un artículo pertinente de The Genetic Epistemologist, Volumen 29, 3.

El enlace a continuación (en inglés):

Some Reflections on Post Formal Thought

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Educación y racismo – Alessandra Dibós

Alessandra Dibós, filósofa, presentó esta ponencia en el III Encuentro de Derechos Humanos que se llevó a cabo esta semana en la PUCP. Trata sobre el racismo y la educación. Ella me hace el honor de citarme varias veces… y me pasó su ponencia por si a alguien le interesa conocerla. Va en el siguiente enlace:

Racismo y Educación – Alessandra Dibós

Actualización

Aprovecho para poner el enlace a un artículo de Felix Reátegui también sobre el racismo.

Racismo, una discusión permanente » Leer más

Vergüenza y culpa

Shame and guilt

Llegó a la PUCP uno de los libros que pedí que la biblioteca comprara para este semestre. Se trata de Shame and Guilt (June Price Tangney y Ronda L. Dearing, 2004. New York: The Guilford Press), un libro dedicado a explorar estas dos emociones morales.

Creo que el libro llega en un momento crucial, en el que es pan de cada día ver comportamientos terribles por los que los perpetradores parecen no sentir ni pizca de remordimiento, ni un atisbo de culpa, ni un gramito de vergüenza… absolutamente nada, solo mecanismos defensivos de todo calibre construídos precisamente para evitar experimentar estas emociones y a la larga, evadir sus responsabilidades.

He escrito algo sobre las emociones morales en estos post anteriores:

Emociones morales

Empatía

El libro tiene algunas novedades. Por ejemplo, presenta mucha información sobre como evaluar la vergüenza y la culpa. Particularmente no me convence la forma en que las autoras proponen la evaluación (las razones las discutiré en un post aparte) pero creo que de todas maneras es un muy buen panorama como para darse una idea de cómo se esta trabajando la medición en este campo. También le dedica un capítulo a la diferencia entre vergüenza y culpa como experiencia psicológica, y a delimitar sus diferentes impactos en el bienestar de las personas, las relaciones interpersonales y la sociedad en su conjunto. Además, explora la relación entre la vergüenza y la culpa y otros procesos psicológicos tales como la empatía, la cólera, o el comportamiento observable.

En fin, hay mucho material interesante en este libro. Lo recomiendo para cualquier psicólogo interesado en profundizar en el estudio de estas dos emociones. La información que presentan las autoras es a veces contraintuitiva, en la medida en que contradice muchas creencias populares acerca de como funcionan las personas. Por ejemplo, se suele pensar que “más es mejor” (que más vergüenza frente a las propias acciones hará que la persona se centre en lo que ha hecho mal y lo corrija), cuando los datos empírcos demuestran que esta relación no es en absoluto directa, pues está mediada por una serie de variables que hacen que, por ejemplo, algunas personas reaccionen con hostilidad y externalicen su rabia precisamente para no enfrentarse con su propia vergüenza.

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Mal educando la ética

Tenochtitlan

En un programa de tutoría encuentro estos enunciados:

Hay que desarrollar aquellos valores universales como la justicia, la honestidad, el amor y la fidelidad.

Y luego (sí, en el mismo programa, un poquito más abajo solamente), leo lo siguiente:

Los alumnos deben elaborar su propia jerarquía de valores para que vivan de acuerdo a ella, según lo que ellos crean.

Ya es hora de que alguien que sepa algo de ética y de desarrollo moral asesore a quienes hacen estos programas. ¿Es que nadie se da cuenta de la contradicción? Si de lo que se trata es de desarrollar “universales” como la fidelidad o el amor (¿a qué se referirán con esto?) pues los alumnos no pueden desarrollar la jerarquía de valores que ellos crean conveniente. Una cosa no va con la otra, simplemente.

Mas peligroso aun me parece lo que vi en un libro de inicial con el que pretendían educar a Paulo antes de que yo lo cambiara de colegio: En una lámina con dos figuras debía marcar la que mostraba al niño bueno y feliz. El niño bueno y feliz era el que obedecía al adulto. El niño “malo e infeliz” era el que no obedecía. En la parte de atrás de la lámina estaba la frase que el niño debía aprender: Debo obedecer siempre a los mayores.

Preocupante por donde se mire. El primer caso es una muestra más de la confusión que existe en el sector educativo acerca de los procesos de construcción de los sistemas éticos humanos. Me da pena que así sea porque hay muchísimo avanzado en esta línea del conocimiento y simplemente no se toma en cuenta al momento de diseñar planes y programas o de elaborar textos escolares, los que se hacen “de la cabeza” del autor de turno, sin importar si este conoce el tema o no.

En el ejercicio del libro de inicial, la postura que subyace es la que primó en la psicología en los años 20, postura que entendía la moral como un conjunto de conductas (desde ayudar a otros hasta resistir la tentación de copiar) que dependían de etiquetas y clasificaciones culturales y no compartían ninguna característica intrínseca. Pero hace ya décadas que ocurrió un cambio notable en esta concepción, cuando se reconoció -obviamente por influencia filosófica- que la moral no consiste en una lista específica de comportamientos observables (como obedecer siempre a los adultos, tal como propone el libro) sino en una especial perspectiva del agente en relación con el mundo. Este cambio de concepción tuvo un impacto también en los programas educativos, los que evolucionaron desde proponer solamente (y como un fin) la interiorización de normas culturales externas, ya sea por mecanismos de asociación y reducción de ansiedad o de identificación, hasta plantearse como meta la construcción / desarrollo, por parte de los estudiantes, de significados, perspectivas y categorías para la comprensión del fenómeno moral. Psicológicamente, se entiende así que un comportamiento es moral si es intencional, si es una respuesta a un sentido de obligación y si este sentido de obligación es respuesta a un ideal (aunque tal ideal esté vagamente entendido). Obedecer siempre a los adultos -por la razón que sea, incluso conveniencia o temor- no encaja en absoluto en esta definición.

Hay muchas cosas investigadas y escritas sobre el desarrollo y la educación moral, y están disponibles desde hace muchos años. Pero el sistema educativo peruano parece ser impermeable a ellas. Cuando veo cosas como las que comento líneas arriba me parece que, lamentablemente, la discusión y los avances en psicología moral no han llegado por aquí todavía.
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Psicólogos en los medios

Gorrión molinero

Una preocupación que me acompaña todo el tiempo es la de la imagen de la psicología en los medios de comunicación. Me inquietan básicamente dos cosas:

1) La poca representatividad de las diferentes perspectivas de la psicología en los medios (casi con exclusividad salen psicoanalistas, muy rara vez alguien de alguna otra corriente).

2) La mala calidad de los pocos psicólogos que se han hecho un espacio más o menos constante en algún medio de comunicación.

En este post solo me voy a referir al segundo problema (dejando de la lado por esta vez a la prensa escrita).

La verdad es que entiendo perfectamente que existan programas psicológicos (o de ayuda psicológica, para ser más precisos) en la TV o la radio: hay una enorme demanda de ayuda y pocas oportunidades de obtenerla para la mayoría de las personas, por lo que estos programas se convierten en una opción que no hay -por lo menos a priori- que desdeñar. Claro, podría tratarse de programas de corte psicológico o informativos sobre psicología que no tengan el formato de ser de ayuda directa (como los hay en otras partes del mundo, los que bien hechos son extremadamente educativos), pero en todo caso los programas orientados a dar consejos a la gente podrían tener su utilidad. Sin embargo, sí considero que tal como están las cosas la mayoría de estos programas no son sino un vil remedo del quehacer del psicólogo, remedo que no solo es tremendamente nocivo para la psicología como especialidad (la que muchas veces queda en ridículo o como una “ciencia del sentido común” gracias a la intervención de una serie de psicólogos o seudo-psicólogos con tribuna) sino sobre todo, para las personas que los escuchan y confían en ellos.

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Artículo de Jonathan Haidt

Mi hermano me pasó este enlace que pongo aquí para los interesados. Aunque discrepo con algunas de las ideas del autor (ya había leído antes su artículo The Emotional Dog and its Rational Tail), creo que es un texto interesante. Ya lo comentaré más adelante.

Moral psychology and the misunderstanding of religion » Leer más