El día de ayer, como anuncié en el post anterior, tuvimos el VI diálogo ético de la especialidad de psicología de la PUCP. Estos eventos se vienen configurando como espacios de reflexión de distintos temas de interés no solo para psicólogos, sino para la comunidad universitaria en general y creo yo, para la sociedad en su conjunto. Tuvimos más de 50 asistentes, lo que es bastante para una cosa como esta, y muchos eran estudiantes interesados en reflexionar más allá de las aulas y de los cursos.
El diálogo de ayer tuvo que ver con la participación de los psicólogos en temas cruciales de nuestra sociedad, el rol que cumplimos (o no) como agentes de cambio, la pretendida y falaz “neutralidad” de muchos psicólogos y las diversas maneras de participación y ejercicio de ciudadanía que podemos tener desde nuestra particular profesión. El tema se disparó por varios lados y tuvimos un diálogo enriquecedor que involucró múltiples puntos de vista, experiencias y perspectivas.
Todo esto nos llevó a pensar en qué hacemos desde la universidad para propiciar ese compromiso social más allá de las cuatro paredes del aula, y Agustín Espinosa me hizo recordar algo que ya había llamado nuestra atención cuando sucedió, y que creo que ilustra muy bien cuan desubicadas están a veces las prioridades que tenemos:
En el contexto de las inaceptables amenazas al ex-rector Salomón Lerner, se sacó un comunicado de solidaridad con él. Más o menos al mismo tiempo, se realizaba en la universidad el concurso de las 7 maravillas PUCP.
El comunicado de solidaridad con Salomón Lerner lo firmaron 513 personas. Las maravillas PUCP tuvieron más de 9,000 votos. A Salomón le ganaron los venados y las ardillas, en segundo lugar las hamburguesas del tio bigote… en fin, indignante o al menos, preocupante.
Claro está que la convocatoria de solidaridad fue sobre todo a docentes y autoridades, y que se hizo de un día para otro (yo misma me quedé sin firmarla porque cuando abri el correo que enviaron ya había pasado el cortísimo plazo que dieron para firmar), lo que revela el problema de comunicación que hay a veces en la universidad. Igual creo que esta situación ilustra bien la problemática que discutimos en el diálogo, la manera en que nos comprometemos o no con hechos importantes de la vida social. De hecho (que alguien me corrija si estoy equivocada), es mi impresión general que en la universidad se le dió mucha más publicidad a los venados, la rotonda, las ardillas y las hamburguesas que a las amenazas que se le hicieron a Salomón. Leer más