Archivo de la categoría: Para profesores y padres

Ideas y recursos para la educación

El niño como sujeto y las tareas escolares

Una vez Paulo regresó del colegio diciendo que tenía que aprenderse de memoria una página de un libro. Insistía e insistía en que debía memorizarla y repetirla en clase tal cual, igualita… a lo cual yo me opuse por completo. Decía que la profesora les había dicho eso.

Es difícil lidiar con este tema con niños que por desarrollo evolutivo (moral y cognitivo) le otorgan mucha autoridad a los mayores y los conciben como la fuente última de toda regla y toda legitimidad. Igual, traté de explicarle que él podía interpretar el texto a su manera, que no era necesario (ni bueno) que lo memorizara tal cual, que podía aprender las ideas en general y luego decirlas como él pensaba, con sus propias palabras, porque cada persona podía tener una interpretación diferente de la misma lectura, sobre todo cuando esta aborda narrativas que pueden leerse y entenderse de diversos modos, según las experiencias previas y los gustos e intereses de cada lector. Le expliqué incluso que él podía no estar de acuerdo con su profesora y que tenía derecho a preguntarle por qué estaba pidiéndole tal cosa y a darle su opinión y punto de vista. Le dije, es más, que yo estaba segura de que ella no se molestaría por eso.

No se si lo convencí, creo que a medias, pero la experiencia me dejó pensando en las distintas maneras en que los padres nos relacionamos con las tareas que les dejan a nuestros hijos en la escuela. Conozco papás que alientan muy poco a sus hijos a pensar por sí mismos respecto al sentido de las tareas y hacen más bien lo contrario: si la profesora pidió algo incitan al niño a no cuestionarlo, así sea algo a todas luces inapropiado. No está demás decir que hay patrones culturales en esto, la manera en que vemos a los niños como individuos va a estar a la base de las cosas que les permitimos hacer y decir, y que esperamos o no de ellos. En muchas comunidades el niño es visto como un ser en formación y por lo tanto se le otorga poco espacio social para refutar a los adultos, mostrar sus habilidades o expresar las propias ideas… yo más bien tiendo a hacer lo contrario, incentivo a Paulo a que no repita las cosas que le dicen los demás solo por repetirlas, sin cuestionarlas o al menos primero, analizarlas. Le doy su lugar como sujeto, o al menos eso intento. Y también intento desmitificar los textos: tiene que entender que han sido hechos por personas y que por lo tanto, como todo producto humano, pueden tener errores. De hecho, muchos de los libros que a Paulo le piden en el colegio tienen errores conceptuales y de redacción, y ha sido todo un trabajo ayudarlo a construir la idea de que si bien a veces es él quien se equivoca en una tarea, otras veces es el propio texto el que está equivocado porque un libro no es un ente infalible libre de error. Poco a poco él se ha vuelto más flexible frente a esta posibilidad, y pienso que esto lo hace estar más alerta al sentido de las tareas que aborda, lo ayuda a ser mas metacognitivo con sus propios procesos y más crítico y constructivo frente a los materiales con los que trabaja ahora y trabajará en el futuro.

Finalmente, son los niños los que deberían estar en el centro del proceso educativo, no los libros o las tareas. Estos últimos son medios, no fines. Es el niño y su desarrollo la verdadera finalidad. » Leer más

Sobre cómo trabajar la autoestima en el aula

casita de Paulo

Ya en varios post anteriores he tocado el tema de la autoestima y he dicho más o menos lo que pienso. Mis ideas pueden leerse aquí, aquí, y en menor medida, aquí.

Ahora lo único que quiero decir es que he visto muchas veces que se comete un error con el tema: muchos de los profesores que desean trabajarlo lo que hacen es darles clases a los chicos sobre el concepto de autoestima, y luego evaluar si se lo han aprendido o no. Esto se hace incluso en primaria, con chicos de 3er o 4to grado. Se les explica el concepto, sus componentes, se les dice cómo actua típicamente una persona con la autoestima desarrollada y cómo lo hace una que la tiene baja o poco trabajada. Luego el alumno debe repetir dichas ideas en el examen. En el caso anterior se evalua básicamente información, pero también he visto casos en los que los profesores llegan mucho más lejos y desaprueban a algún estudiante no porque no sabe definir la autoestima sino porque a nivel personal la tiene poco desarrollada.

Para mi, esto no tiene mucho sentido. Soy partidaria más bien de que el profesor se empape del tema para que este conocimiento guíe su manera de tratar al estudiante. La autoestima se trabaja tratando a los chicos con respeto, con cariño, estando atentos a sus necesidades, llamándolos por su nombre (y no por el apellido o por el apodo), entendiendo sus contextos de vida y tomándolos en cuenta al momento de decidir cosas en las aulas, dándoles tareas que los reten y sean motivadoras pero que estén graduadas a sus capacidades para que no los frustren ni resulten imposibles de culminar, no burlándose de sus fracasos, empoderando a los niños siempre que sea posible y por supuesto, no haciendo comentarios hirientes acerca de sus problemas y limitaciones. Si en algo debe aportar la psicologia de la autoestima es en este aspecto, en la manera en que el profesor se relaciona con sus alumnos. No sirve de mucho dar clases sobre el tema si la relación maestro-alumno no se transforma. » Leer más

Videos para discusión moral en secundaria

Hace algunos años preparé, desde el Ministerio de Educación y junto al conocido cineasta Augusto Tamayo, una serie de videos para la educación moral en secundaria. La serie se llamó Y tú… ¿ qué harías? e incluso tuvo un programa semanal en el canal 7, que yo misma conducía. Fué una experiencia interesante en varios sentidos, trabajar con Augusto Tamayo por un lado, explicar la lógica del asunto a las otras personas del equipo por el otro, lo que contrariamente a lo que yo pensaba inicialmente no siempre resultó fácil de hacer… El producto final fué un conjunto de 10 videos, nueve para los estudiantes y uno para el docente, además de un libro guía impreso que explica el sentido del material (que está basado en la propuesta de debate y discusión de dilemas morales de Kohlberg) y da pautas para su uso por parte de los docentes en el aula.

Y tú que harías?

No se bien que pasó con la iniciativa; se que algunos videos se repartieron a colegios (aunque sin capacitación a los docentes para su uso), pero luego -como pasa muchas veces con proyectos del Ministerio- el asunto se olvidó y quedó descontinuado. Sin embargo, buscando por allí he encontrado la página en la que los videos están colgados, así que la pongo a disposición para que los interesados los bajen y los usen en las aulas.

La página es esta: VIDEOS Serie ¿Y tú que harías?

Háganlo rápido antes de que el enlace desaparezca. Yo misma he buscado infructuosamente los videos en línea durante mucho tiempo, nada garantiza que permanezcan allí por siempre.

Lamentablemente no he encontrado la guía impresa en línea, y esta es importante para entender el contenido de los dilemas que presenta cada película y poderlos explotar en aula para fomentar la toma de roles y el razonamiento moral de los estudiantes. A mí solo me queda un ejemplar en físico.

Una acotación: No todos los videos funcionan igual de bien. Por presupuesto y tiempo, en el Ministerio no nos dejaron pilotearlos como hubiera sido necesario, así que hay algunos temas que fluyen mejor que otros para el debate.

Nota: En la página hay algunos videos que no son de la colección » Leer más

Malos ejercicios para niños en los libros de texto

No me considero especialista en producir textos escolares a pesar de que he colaborado en la preparación de algunos. Sin embargo, siempre he pensado que hacer las tareas que proponen los libros de texto a los niños no tiene que ser una experiencia penosa, aburrida o frustrante. Al contrario, debería ser para el niño un momento de aprendizaje que se asuma con motivación, interés y agrado.

Pero miren esta tarea de pensamiento analógico en un texto de 2do grado:

analogia 1
analogia 2

Las imágenes no son muy buenas, las tomamos a la volada, pero aun se puede ver de qué se trata. El niño tiene que razonar analógicamente: profesor es a colegio, como doctor es a hospital. Pues bien, la expresión “es a…” no tiene mayor sentido para los niños. Paulo, que es bueno con palabras, tuvo muchas dificultades para entenderla. Nadie habla así a los 7 años, y lograr abstraer lo que tienen de común un profesor y un doctor en relación al lugar dónde más frecuentemente desarrollan sus labores no es tan sencillo como parece para niños de esa edad. Peor aún si la tarea varía de dibujo a dibujo, en uno deben completar la frase a la derecha, en otros a la izquierda; en algunos casos solo deben poner el sustantivo (profesor, doctor), en otros deben incluir el “es a….”. Conclusión: la tarea no tiene una consigna clara, presenta interferencias absurdas que pudieron evitarse, tiene una dificultad intrínseca para los niños de esa edad (7 años, 2do grado), y termina siendo aburrida y con poco sentido para ellos. Quizá si se modela en aula la manera de abordarla los niños no tendrían tantas dudas al momento de resolverla. No sé si en este caso la profesora lo hizo.

En este otro ejercicio la secuencia es contraintuitiva, el niño está acostumbrado a pasar de un renglón al otro, como cuando se lee un libro, no a seguir la línea de atrás hacia adelante y por lo tanto, el orden que siguen estas imagenes interfiere con su comprensión de la tarea. Debo decir que ni yo misma me dí cuenta de los números que tiene el dibujo y que indican el orden a seguir. Simplemente son tan pequeños, y el hábito de leer de izquierda a derecha es tan fuerte, que no funcionan en absoluto. Además, el poner las palabras en ese orden hace que las sílabas que deben completarse no sigan inmediatamente a la que se ha de escoger para completar, y eso le añade una dificultad de ubicación espacial mayor (digamos: completar la palabra parra con la PA de ropa es más fácil si la primera palabra es ropa y la segunda parra que si están puestas al revés). Por lo tanto, una tarea sencilla como es completar palabras con sílabas faltantes se convirtió en algo con poco sentido, e innecesariamente complicado. Vean la figura:

» Leer más

Qué decirles de pequeños para que respeten las normas cuando grandes

Se supone que la PUCP ha decidido asumir de verdad, de una vez por todas, la prohibición de fumar en el campus. Es más, ahora la ha extendido al alcohol, ya no se podrá brindar ni con un vinito o un pisco sour en ninguna ceremonia, ya sea en el campus o en alguno de los locales de la PUCP dedicados a la prestación de servicios educativos. Habrá que ver si la universidad se llena de señales recordatorias (no he visto ninguna en el campus que sea lo suficientemente llamativa) y si las personas efectivamente empiezan a llamar la atención a todo aquel que encuentren trasgrediendo la norma. Por lo pronto, a los Departamentos ha llegado un documento en el que se pide la colaboración de los profesores con el cumplimiento de las leyes 28705 (Ley general para la prevención y control de los riesgos del consumo del tabaco) y 28681(Ley que regula la comercialización, consumo y publicidad de bebidas alcohólicas. Parece que esta vez la universidad se ha tomado el asunto más en serio de lo que lo había hecho hasta ahora.

Sin embargo, yo estoy cansada de ver todos los días personas fumando en el campus. Parece muy difícil para ellas regularse, seguir la norma, entender el sentido de la misma y/o posponer su necesidad o satisfacción personal. Simplemente, quieren fumar y fuman, sin que les importe nada más.

La universidad tiene esta campaña, la revolución de las pequeñas cosas, activa desde hace tiempo. La idea es interesante…. pero nuevamente, encontramos todos los días personas que trasgreden impunemente las normas más elementales de la convivencia. Por ejemplo, en el punto.edu de hoy aparece esta fotografía:

jardin arte

El texto que acompaña la imagen es este:

Una amable lectora nos hizo llegar esta foto que da testimonio del estado lamentable en el que quedan los jardines una vez terminado el almuerzo. Vamos, ¿cuántas veces más tendremos que llamar la atención sobre este punto? No es tan difícil: cuando hayas terminado de comer, deja las bandejas en los carritos destinados a su almacenamiento. Solo con tu colaboración haremos de nuestro campus un lugar mejor. Aprovechamos para agradecer la colaboración de nuestra lectora que, sin duda, ya se unió a la Revolución de las Pequeñas Cosas.

Estudiantes universitarios, y no son capaces de recoger la basura que producen en el almuerzo…

» Leer más

El uso de las bibliotecas escolares

a leer

He estado fuera de Lima y no he podido actualizar el blog en estos días.

Quería poner una reflexión acerca de las bibliotecas escolares, ya que hemos estado trabajando este tema recientemente con un grupo de profesores y nuevamente hemos constatado que existen dificultades para integrarlas al quehacer pedagógico del docente en el aula.

En primer lugar, muchas instituciones educativas no tienen bibliotecas. No entiendo como esto puede ser posible…. en muchos colegios públicos no hay plaza de bibliotecario, por lo que si la institución cuenta con biblioteca no es raro encontrarla cerrada y sin uso simplemente por falta de personal. En gran número de colegios privados tampoco se cuenta con biblioteca… se de primera fuente que muchos colegios pre-universitarios (que aunque ya no se llamen así, siguen siendolo en la práctica) no cuentan con bibliotecas porque desestiman su importancia aludiendo que los estudiantes no las necesitan pues ellos les dan toda la información que requieren en separatas… Un razonamiento como este por parte del director de un colegio es, desde mi punto de vista, un atentado contra la educación y los derechos de los niños y no debería permitirse. En fin, por una razón u otra el uso (o desuso) de la biblioteca escolar constituye un problema en gran parte de las escuelas peruanas.

» Leer más

Terribles castigos: leer, hacer tareas y limpiar el aula

aulita

Quiero hacer un llamado de atención a muchos docentes que utilizan como castigos actividades que deberían ser realizadas con agrado o al menos con responsabilidad. Quiero pedirles que no lo hagan, pues es contraproducente e injusto.

Muchos profesores están simplemente demasiado acostumbrados a recurrir a actividades cuando quieren “corregir” los comportamientos de sus estudiantes. Por ejemplo, les cuento un caso reciente: una profesora encuentra a un grupo de alumnos jugando cartas en el recreo, y los castiga a limpiar su aula de clase durante un mes. Así, sin más ni más.

Primero: ¿que tiene de malo jugar a las cartas? Puede ser una fuente importante de aprendizaje, por ejemplo, sirve para desarrollar la estructura moral pues es un juego reglado, y por supuesto ayuda al pensamiento lógico y matemático. De hecho hay muchas estrategias para enseñar matemáticas, tanto en primaria como en secundaria, que usan cartas como medio de instrucción.

Segundo: asumiendo que la profesora tiene miedo de que jugar cartas pueda traer problemas en el futuro (se convierta en un “vicio”, como dicen algunos), ¿por qué no hacer explicítito con los estudiantes este temor? De esta manera se da pie a un intercambio de argumentaciones y puntos de vista que no hará sino redundar en el desarrollo de la toma de roles y las capacidades para la convivencia. Lo ideal sería que el profesor asuma como interlocutores válidos a sus alumnos, oiga sus puntos de vista, los refute si cree necesario hacerlo, acepte las propuestas que le parezcan pertinentes y entre todos lleguen a una solución para el problema que los involucra. Actuar de modo autoritario y castigar sin explicar ni escuchar es lo peor que puede hacer el profesor, pues no es educativo.

Tercero: si en el colegio jugar cartas está prohibido, esa prohibición debería estar sustentada y ser razonada con los estudiantes. Aplicar la norma por la norma, imponer un castigo arbitrario y hacer de policía que persigue a los estudiantes solo logrará que estos sigan haciendo lo mismo cuando el profesor no los ve.

Cuarto: a mi me parece de sentido común, pero creo que no a todas las personas. Es un error usar como castigos actividades que se espera que los estudiantes aprendan a hacer con cierto gusto o placer. Por ejemplo, las tareas, o ir leer a la biblioteca. Enviar a los chicos a leer como castigo solo hará que tengan desagrado por la lectura. En el caso que les cuento (el del juego de cartas), hay un factor adicional: ¿cómo es posible que el profesor castigue a un grupo de alumnos con una actividad que otro grupo también realiza sin estar castigado? Es decir… si normalmente también debo hacer la limpieza del aula sin estar castigado, como ocurre en el colegio del caso que cuento, ¿que diferencia hay en hacerlo estando castigado? Los alumnos limpian el aula de todos modos, asi que el castigo no tiene sentido. Y es injusto desde todo punto de vista. » Leer más

Las sanciones reparadoras pésimamente entendidas y las ONG´s que hacen cualquier cosa

Calvin baila

Vuelvo nuevamente de Ayacucho.

Ya desde el primer viaje estaba con ganas de escribir sobre esto, pero no tuve tiempo. Lo hago ahora porque la verdad, lo que he visto allí es el colmo e indigna.

Resulta que el colegio que visito en Huamanga venía utilizando el método de “sanciones reparadoras” para imponer disciplina a los niños. Las sanciones reparadoras, para quien no esté familiarizado con el término, son uno de los seis tipos de sanciones por reciprocidad que Jean Piaget -en su libro de 1932 – plantea como alternativa a la disciplina heterónoma. Como su nombre lo indica, de lo que se trata es de hacer que los niños “reparen” las faltas cometidas y reinstauren así los lazos rotos dentro de la comunidad (el aula, la escuela, etc.) de la que forman parte. Por ejemplo, si un niño rompe el cuaderno de un compañero, tendría que arreglárselo o conseguirle otro, si alguien ensucia una pared, lo que toca es limpiarla, si un niño pega a otro, pues tendría que disculparse y abrazarlo. La idea es que la “sanción” esté lógicamente articulada a la falta cometida y busque reconstruir el vínculo entre las personas y reparar el daño ocasionado. Esto debe hacerse en conjunto, con una explicación del sentido de lo que se hace, y con la guía cariñosa (nada autoritaria) del profesor.

Pues bien, en este particular colegio, los profesores hacían lo siguiente: cuando un niño cometia una falta (cualquiera que esta fuera, no se distingue entre tipos de falta) el profesor aplicaba la “sanción reparadora”. Entre todos, principalmente los otros estudiantes -ya que a los profesores les habían dicho que los niños debían participar del proceso- escogían un castigo para el transgresor, el que casi siempre consistía en hacer que éste imitara a alguien frente a toda la clase, bailara algo, hiciera un chiste, saltara como rana alrededor del aula, o cualquier otra cosa parecida. Por supuesto, todo se convertía en una burla, un chiste grotesco, y los demás niños esperaban el momento solamente para reirse del compañero. No había allí ningún proceso educativo.

» Leer más

Textos escolares con errores

Textos escolares con errores ortográficos. Esto es lo que nos dicen esta noticia y esta otra. Por allí leí que el Vice Ministro ha declarado que se castigará al corrector de estilo, como si este fuera el único o el principal responsable. Aquí, reafirma que “se sancionará” a los responsables. La verdad es que son tantas las personas por las que pasa un texto escolar durante su preparación, y tan diversos los niveles de competencia profesional, que es difícil identificar responsabilidades particulares. Para mi, es todo el sistema el que falla.

Esto no es nuevo. Recordemos que el año pasado se denunció un cartelito, firmado por la congresista Cenaida Uribe y avalado por el Ministerio de Educación, que decía en letras enormes “Protege!! Tú patrimonio”, y encima mostraba de fondo a la Portada del Sol de Tiahuanaco, en Bolivia. Aquí se ve el horrendo cartel, que resultó no siendo el único, pues aquí como se aprecia, aparece otro de la misma serie. El colmo. Y en ese entonces, en un vergonzoso ejemplo de atribución causal externa, se quiso culpar a la imprenta.

Estos errores son grotescos y lamentables. Pero quiero llamar la atención sobre otros menos evidentes que se encuentran no solamente en los libros del Ministerio de Educación sino también en los de muchas editoriales independientes y que, por ser más sutiles -aunque no menos problemáticos- pasan desapercibidos para la mayoría de personas.

Ya en un post anterior señalé que hay textos escolares que incluyen declaraciones insostenibles en una cultura democrática, y que circulan por allí sin que nadie diga nada.

Otros tienen tareas de muy baja demanda cognitiva, que no estimulan el pensamiento de los niños. Como ejemplo, se puede leer el trabajo Oportunidades de aprendizaje y rendimiento en matemática en una muestra de estudiantes de sexto grado de primaria de Lima, de Santiago Cueto, Cecilia Ramírez, Juan León y Oscar Pain, publicado por GRADE en el 2003 y que se descarga en este enlace.

En otros textos las instrucciones para el trabajo infantil son largas y confusas, y complican innecesariamente las tareas que deben realizar los niños. En otros aún las instrucciones son inexistentes.

Pongo unos ejemplos. Fíjense en esta figura:

El más grande

La tarea le pide al niño identificar quién es más alto que quién:

tarea

Es un ejercicio sacado del libro de 1er grado de Paulo, y aunque lo hizo bien, necesitó ayuda para comprender su sentido porque los niños preoperatorios tienen dificultades para trabajar con dos dimensiones a la vez (en este caso, el límite de las cabezas y el de los pies), se centran solo en una y en esta figura, la dimensión más evidente (el límite de las cabezas) está al mismo nivel y no muestra diferencia alguna, lo que complica la tarea absurdamente. Como si esto fuera poco, a los niños les dan dos tipos de instrucción al mismo tiempo (más alto que…., más bajo qué). No sé si lo hicieron así a propósito para estimular la operación de seriación (lo que en principio está bien), o fué un descuido de alguien que no conoce mucho del desarrollo cognitivo de los niños. En todo caso, la tarea es difícil para ellos y debería tener más apoyo en el texto.

» Leer más