Estoy viendo el avance de la matrícula en los cursos de este semestre y veo que mi Seminario sobre Piaget no es muy popular esta vez. De 20 vacantes, a portas de cerrarse el proceso solo tengo 7 alumnos pre-inscritos, lo que es muy poco. Y es una pena además, dado que para este semestre tendremos a dos invitados de lujo, la Dra. Silvia Parrat-Dayan, quien trabajó en Ginebra con el propio Piaget durante más de 20 años, y el Dr. Fernando Becker, especialista en constructivismo. Ambos me acompañarán en algunas de mis clases.
Trato de no ser egocéntrica y asumir que mis intereses tienen que ser los intereses de todos los demás, pero igual me cuesta entender que un autor tan importante (y para mí, interesante y fundamental) como Jean Piaget sea tan incomprendido entre los estudiantes. Algo parecido pasa con el Seminario sobre Vygostky que yo dictaba hasta hace un par de años… derrepente perdió popularidad, y hace ya 4 semestres que el curso no se abre. Esto constrasta con la desbordante demanda que tienen otros cursos electivos que desde mi modesto punto de vista son mucho menos interesantes, menos útiles y menos trascendentes que estos seminarios.
El asunto es que creo yo que no se trata solamente de gustos y colores, como podría pensarse. Hay mucho más en el fondo, pues he conversado varias veces con distintos alumnos y me doy cuenta de que estos tienen la idea equivocada de que tanto Piaget como Vygostky son “psicólogos educativos”, o que sirven solo para la educación, y esto hace que automáticamente los consideren prescindibles, especialmente si sus opciones vocacionales no van por el lado de la psicología educacional. “Yo voy a clínica“, recuerdo que me dijo una vez una chica, “y entonces a mí Piaget no me aporta nada“. Lo que subyace, a mi modo de ver, es una desvalorización profunda de lo educativo que es muy difícil de remontar y cambiar por lo muy arraigada que está en el imaginario social sobre la educación y sobre la psicología, además de una desinformación enorme sobre estos dos autores esenciales, quienes si bien se preocuparon por la educación, no fueron psicólogos educativos en lo absoluto. (Entre paréntesis: es gracioso ver que muchos educadores tienen la creencia opuesta, piensan que Piaget no sirve en absoluto para la educación, lo cual también es equívoco. Ver este post al respecto)
Todo esto es lamentable, pues luego muchas de estas personas entran a trabajar en educación o en desarrollo humano, muy mal formadas para ello. En fin, la problemática de la especialización en psicología no ha cambiado y mis ideas al respecto tampoco, asi que enlazo aquí varios post antiguos que escribí acerca de los estereotipos sobre la educación y la psicología educativa que todavía siguen vigentes entre los estudiantes de psicología.
Por qué no estudio psicología educacional, aquí
La psicología en la escuela, aquí
La misma pregunta de siempre, aquí
Su postdata, aquí
Lo emocional vs. lo educativo, aquí
Actualización:
He vuelto a mirar la preinscripción y de mis 7 alumnos, me quedan 6…
Actualización 2:
Decidimos cerrar el curso. Solo tenía 4 inscritos. Leer más