Por más que a veces pienso que ya he visto de todo en los colegios que conozco, que ya no hay nada nuevo bajo el sol, que ya nada me sorprenderá… zas! aparece una práctica no antes vista que alguien me cuenta o que yo misma observo en alguna institución educativa y que me impacta por cruel y sin sentido.
Estas son las últimas de esta semana. Una estudiante me cuenta que en el colegio donde practicaba, las profesoras están obligadas a llevar tacos. Si, zapatos con tacos! Prohibidos los zapatos planos. La alumna, intentando darle un sentido a esta norma absurda y aberrante, me decía que la habían planteado para “cuidar la imagen del colegio”, como si el tipo de zapatos que calzan las maestras tuviera algo que ver con eso. Hay que agradecer que hubo alguien medianamente lúcido que exoneró de esta norma a la profesora de educación física…
En ese mismo colegio, el director se da el trabajo de inspeccionar rutinariamente las aulas y hacer ponerse de pie a los profesores que están sentados. Más aún, en alguna ocasión dejó las aulas sin silla para el docente pues está prohibido hacer clase sentado, los profesores tienen que estar siempre de pie. ¿La lógica detrás de esto? La ignoro pero la intuyo: una profunda falta de respeto a la persona del profesor, un mal entendido sentido de autoridad y la idea absurda de que el que está de pie (el profesor) está por encima de los que están sentados (los estudiantes) y puede controlarlos mejor. En resumen, el afán de vigilar y castigar, como diría Foucault.
Como si esto fuera poco, en esa misma institución las parejas de enamorados tienen prohibido caminar juntos por el patio. Y no me refiero a cogerse de la mano o besarse. Simplemente caminar, ir al kiosko, dar una vuelta pro el jardín. Los profesores los vigilan, por turnos. Por absurda y limitante con la estupidez, esta práctica la dejo sin comentarios.
La verdad es que se necesita de mucha formación personal para que los maestros entiendan que este tipo de cosas no solamente no tienen sentido y son antipedagógicas sino que reflejan valoraciones antidemocráticas, son injustas y demuestran un desprecio muy grande por las personas. Y esto no va a cambiar con capacitaciones, se necesita de un proceso continuo de acompañamiento que nadie quiere iniciar porque -según los que toman decisiones de políticas educativas- resulta demasiado costoso. Lo lamentable es que mientras las autoridades se dan cuenta de que el acompañamiento cercano y sistemático a los docentes resulta fundamental, a los profesores les siguen quitando su silla… » Leer más