MARIO ALVA MATTEUCCI
Cada 31 de diciembre se festeja la llegada del año nuevo y la despedida del año viejo, recuerdo desde hace tiempo que en los diarios se representaba al año que llegaba como un niño en pañales y el año que se despedía era una persona anciana que se alejaba. Era tiempo en el que en las oficinas del centro de Lima se arrojaban papeles desde las ventanas de los edificios a las calles, en los barrios los vecinos se organizaban para la quema de los muñecos y se armaban fiestas y jaranas que duraban hasta altas horas de la mañana del día siguiente.
Actualmente se venden muñecos con la cara de distintas figuras políticas para quemarlos a las 12 y se escucha el retumbar de los cohetes y bombardas, entre otros hechos. La última semana de diciembre constituye un tiempo en el cual en las empresas se realizan los almuerzos o cenas de fin de año con los trabajadores, se efectúan brindis augurando buenos éxitos y desarrollo tanto personal como profesional.
Sin embargo, a partir del año 2012 es necesario tener la previsión de una mayor presión por parte de la Administración Tributaria hacia los contribuyentes, ello tomando en cuenta la coyuntura por la que atravesamos, conforme se detalla a continuación:
1. Como se sabe existe actualmente la Ley Nº 29816 – Ley de Fortalecimiento de la SUNAT cuyo artículo 1º menciona como objeto de la misma establecer las normas y disposiciones requeridas para el fortalecimiento de la SUNAT, con la finalidad de mejorar su labor en relación con: la lucha contra la evasión y elusión tributaria; el contrabando y el tráfico ilícito de mercancías; la facilitación del comercio exterior; la ampliación de la base tributaria y el crecimiento sostenido de la recaudación fiscal. Lo antes mencionado augura una mayor cantidad de operaciones de control, fiscalizaciones masivas y también claramente delimitadas a sectores donde existe evasión o alguna maniobra elusiva.
2. La crisis europea y la contracción económica que sufren países como Italia, Grecia, España, Francia, entre otros se reflejará en una menor adquisición de productos peruanos, por consiguiente nuestro nivel de exportaciones tanto tradicionales (donde se encuentran los minerales, harina de pescado y bienes primarios) como las no tradicionales se reducirán, lo cual determinará un menor nivel de ingresos por divisas.
3. La economía de los Estados Unidos todavía no tiene índices de crecimiento sostenido por lo que también nuestras exportaciones no están logrando un nivel elevado como en años anteriores. Ello también determinará un menor ingreso tributario para el fisco.
4. La economía de los países asiáticos, dentro de la cual se encuentra el Japón y la China muestran índices de adquisiciones que no podrán ser permanentemente elevadas en el largo plazo, por lo que también por ese flanco nuestras exportaciones podrán descender.
Frente a este panorama ¿qué es lo que normalmente sucederá?, pues simplemente que el Estado, representado por la Administración Tributaria, para poder cubrir sus necesidades de ingresos optará por realizar fiscalizaciones tributarias, tratará de reemplazar la baja de los ingresos tributarios que se dejarán de recaudar por el descenso de las exportaciones con los ingresos que se obtengan de las acotaciones que se generen. Ello obligará entonces a que los contribuyentes estén preparados, por lo que se deben conservar los libros y registros contables; se debe verificar que se hayan presentado las declaraciones juradas, tanto mensuales como anuales; se debe conservar los documentos fuente que sirven de sustento para el llenado de los libros, entre otros.
La advertencia ya está hecha. ¡Evite contingencias!.