Mario Alva Matteucci
El pasado domingo 5 de junio la población peruana participó en un acto democrático de votación para elegir al próximo mandatario. Ello se produjo luego de una ardua campaña electoral, la cual tuvo frases que quedarán en el recuerdo de la población, algunos ataques verbales entre los voceros de cada candidato, publicaciones de ambos bandos que señalaban hechos negativos atribuidos al adversario, el uso generalizado de las redes sociales y los incontables mítines en todo el país.
La etapa de la elección ya cerró y ahora queda por parte del candidato ganador iniciar un proceso de transferencia del gobierno, lo cual ocurrirá el próximo 28 de julio donde recibirá la banda presidencial, como signo de la transferencia del poder ante los nuevos congresistas electos, las autoridades del país y de seguro los invitados del exterior que vendrán a la transmisión del mando.
El nuevo gobierno debe procurar generar confianza en el empresariado y en los inversionistas del exterior con la finalidad que la productividad no se detenga y los mecanismos para la generación de riqueza se mantengan, ello con la idea de lograr reducir la pobreza. Se debe procurar la incorporación de mecanismos de inclusión social para que la población en su conjunto logre desarrollarse, ello en beneficio de la sociedad y del propio país que habitamos.
Si los anteriores gobiernos han procurado incrementar las reservas internacionales netas, las cuales sirven de respaldo frente a cualquier contingencia que se produzca, el temor que puede haber es que estas se utilicen en la resolución de demandas sociales, con la pérdida del ahorro que el país tiene para los tiempos difíciles.
En la parte concerniente al tema tributario el nuevo gobierno deberá verificar en un primer momento una evaluación del sistema tributario peruano en su conjunto, ello para poder determinar cuales son los tributos que de algún modo califican como anti técnicos, para su posterior modificación o derogación.
Si se plantea crear nuevos tributos, debe realizarse un análisis de tipo costo – beneficio que permita demostrar si realmente es viable o no su incorporación en la legislación peruana, aunado además a un análisis de política fiscal.
Respecto a la creación de un tributo a la sobreganancia minera se ha observado que hasta los analistas del Banco Mundial avalan su creación. Se debe tener el cuidado suficiente para ubicar el justo medio entre la recaudación que busca el Estado y las posibilidades de la inversión para que la misma no deje de ser atractiva.
Sobre la evasión fiscal, el próximo gobierno debe empezar con el fortalecimiento de los mecanismos de fiscalización por parte de la Administración Tributaria, ello con el objetivo que se descubran las maniobras que buscan dejar de tributar, siempre dentro del cumplimiento de la normatividad y las facultades de discrecionalidad que el Código Tributario le otorga.
Cabe recalcar que el uso de la discrecionalidad en exceso puede dar pie a la arbitrariedad, situación esta última que no avalamos.
Con respecto a las exoneraciones y beneficios tributarios se debe realizar un análisis a efectos de poder determinar si realmente están cumpliendo con el objetivo por el cual fueron aprobadas. Debemos entender que las exoneraciones y beneficios tributarios deben estar orientados a otorgar facilidades en la inversión, en la generación de puestos de trabajo, de incentivar determinada actividad en beneficio del país y no de grupos económicos.