Archivo de la categoría: Revisión teórica

Algunas preguntas frecuentes y mi intento de respuesta

El conocimiento social

Mariposa azul

Ayer en mi primera clase del curso de la UARM intenté presentar un panorama general sobre por qué el conocimiento humano debe entenderse no como un estado acabado sino como un proceso, y sobre todo, las razones por las qué el conocimiento es siempre una construcción.

Hicimos un experimento que además de demostrar que el conocimiento es una construcción (y que no viene de afuera a través de los sentidos ni está ya en la cabeza del sujeto y es simplemente “despertado” por la experiencia) permitió diferenciar entre tres tipos de conocimiento: el conocimiento físico (conocimiento del mundo real y de sus propiedades), el conocimiento lógico matemático (conocimiento de las relaciones -creadas por la mente humana-entre los objetos del mundo) y conocimiento social. Este último -que es el que me concierne en este curso- implica básicamente tres cosas:

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Lo moral y lo prosocial en la psicología

Creo que el comportamiento moral y el comportamiento prosocial se han confundido a veces en la investigación psicológica, y mucho más en la práctica educativa, y quiero explicar aquí como entiendo yo su diferencia:

El comportamiento prosocial es un comportamiento voluntario orientado a beneficiar a otros. Así entendido, es fácil ver que esta misma definición puede llevar a muchas personas a equipararlo al comportamiento moral. Pero el comportamiento prosocial puede llevarse a cabo por un sinnumero de razones, incluyendo además de razones verdaderamente orientadas al otro, razones egoístas y/o razones prácticas. Algunos autores hacen la diferencia con el altruismo, que sería el tipo de comportamiento prosocial motivado exclusivamente por razones orientadas al otro (y no por la búsqueda de recompensas concretas o sociales o por la expectativa de evitar un castigo o daño).

Desde este punto de vista el comportamiento altruista estaría más cercano al comportamiento moral. Sin embargo, una diferencia esencial es que para ser catalogado como tal, el comportamiento moral debe estar basado en ciertos principios éticos prescriptivos y generalizables, que al encontrar su camino a un problema real toman en cuenta lo especifico de cada situación y dan fundamento (racional y consciente) a la acción. Este tipo de fundamentación para la acción no está necesariamente presente en el comportamiento prosocial.

Como a mi me interesa el comportamiento y en general, el desarrollo moral, será por eso que nunca me ha terminado de seducir el asunto de la ética empresarial, que desde mi punto de vista casi nunca es un comportamiento verdaderamente moral (en el sentido antes descrito) sino solamente prosocial. Como pensamos distinto, he discutido en el blog de mi amigo François Vallaeys sobre este tema, y algo puede verse de nuestra discusión en estos dos enlaces:

Ética e interés

Comentarios

Aquí (en este blog) hay varias entradas anteriores en las que presento mucho más extensamente qué entiendo por desarrollo moral. Las recomiendo para los que quieren ampliar las ideas de este post (no pongo los enlaces, son varios y se pueden encontrar con el buscador de la derecha). Y si alguien quiere leer algo sobre desarrollo moral y conducta prosocial, le recomiendo esta lectura:

Damon, W. y Lerner, R. (2006). Handbook of Child Psychology. New Jersey: John Wiley and sons

Son cuatro tomos. Si no me equivoco, en el tomo 3 hay un capítulo sobre el desarrollo moral, y otro sobre el comportamiento prosocial, que dan muchas luces sobre ambos temas. Si no es el tomo 3, es el 2….

Actualización:
Recordé que en el Annual Review of Psychology 2005 hay un artículo pertinente:

Major, B. y O´Brien, L. (2005) Prosocial Behavior: Multilevel Perspectives. Annual Review of Psychology, 56, 393-421 » Leer más

Diversidad cultural: formas de interacción, desarrollo cognitivo y aprendizaje

Paulo 2007 - 4 años

La investigación de línea Vygotskiana plantea que los miembros de distintas sociedades difieren en sus formas de interacción y comunicación, lo que los lleva a tener diferentes patrones de desarrollo. Dicho de otro modo, el tipo de interacción entre personas -que tiene raíces históricas y culturales- es un elemento fundamental en el desarrollo de los procesos cognoscitivos, pues estos se asumen histórica y culturalmente situados.

La pertenencia a una determinada cultura influye en los procesos cognoscitivos de las personas de diversas maneras, algunas tan sutiles que pueden no reconocerse a simple vista. Por ejemplo, existen varios estudios que indican que personas de comunidades europeo-americanas urbanas y de clase media suelen tener más interacciones en parejas (diádicas) que en grupos, mientras que personas de otras herencias culturales muestran con mayor frecuencia participación múltiple, simultánea y en grupo. Esto es fácil de entender si recordamos que en comunidades en donde la familia es usualmente extensa -como es el caso de la mayoría de comunidades del Perú- es común que los bebés y niños pequeños sean atendidos por varias personas además de los padres, lo que da a estos niños variadas oportunidades de observar y participar en diferentes grupos y de tener interacciones simultáneas múltiples. En contraste, en comunidades industrializadas donde usualmente sólo la madre u otro adulto (la niñera, etc.) se encarga del cuidado de los niños estos tienen pocas oportunidades diarias de participar en grupos, ya sea con otros adultos o con otros niños. Estas diferencias afectan el proceso de atención de los individuos, pues los preparan según sea el caso para prestar atención a múltiples estímulos a la vez, o sólo a uno.

La investigación también ha demostrado que los niños y niñas de comunidades culturales no industrializadas aprenden sobretodo por observación, a diferencia de los niños de comunidades industrializadas con índices altos y mayoritarios de escolaridad, los que aprenden primordialmente a través de explicaciones verbales. El nivel educativo de los cuidadores (usualmente la madre) afecta la manera en que estos estructuran sus interacciones con los niños: las madres más educadas juegan con los niños asumiendo el rol de “maestras” (juegan enseñando), mientras que las madres con menor nivel educativo no asumen este rol en sus juegos.

Mi colega y amiga mexicana Rebeca Mejía-Arauz ha hecho interesantísimas investigaciones al respecto, que recomiendo leer a quienes estén interesados en el tema. La cito directamente (Mejía-Arauz, 2004, p.2) para explicar lo anterior:

“Varios estudios reportan diferencias en las formas de interacción entre madres con más escolaridad y sus hijos (e.g. LeVine, et al., 1991). Se ha observado que cuando las madres de herencia indígena o Latina han tenido amplia experiencia educativa formal, tienden a interactuar con sus hijos en formas similares a la interacción en salón de clases (jerárquica y de uno a uno). En contraste, las madres indígenas o Latinas con poca experiencia educativa estructuran su participación con sus hijos en forma horizontal-grupal (Chavajay & Rogoff, 2002).”

La propia Mejía-Arauz (2004), utilizando una tarea de origami con grupos de distinta herencia cultural (de herencia Europea cuyas madres tenían 12 o más grados escolares, de herencia Mexicana cuyas madres tenían menos de 11 grados escolares, y de herencia Mexicana cuyas madres tenían una escolaridad de 12 o más grados), encontró apoyo para los resultados de investigaciones etnográficas que indican la prevalencia de interacción grupal y aprendizaje por observación entre personas de comunidades de herencia Mexicana y de otras comunidades Latinoamericanas de herencia indígena, comparadas con personas de herencia Europea entre las que este tipo de interacción y de aprendizaje es mucho menos frecuente.

No está demás enfatizar que estas diferencias culturales y cognitivas repercutirán en la escolaridad de los niños, la que suele exigir -por ejemplo- un sólo patrón atencional o de aprendizaje a niños provenientes de herencias culturales cuyas formas habituales de prestar atención y aprender pueden ser distintas. A partir del reconocimiento de las diferencias culturales debería atenderse a la diversidad de un salón de clases no sólo en el nivel del planteamiento teórico sino sobretodo en el trabajo de aula, con metodologías y estrategias de intervención pedagógica que reconozcan y respeten estas diferencias.

Referencias

Chavajay, P., & Rogoff, B. (2002). Schooling and traditional collaborative social organization of problem solving by Mayan mothers and children. Developmental Psychology, 38, 55-66.

LeVine, R. A., LeVine, S. E., Richman, A., Tapia Uribe, F. M., Correa, C. S., & Miller, P. M. (1991). Women’s schooling and child care in the demographic transition: A Mexican case study. Population and Development Review, 17, 459-496.

Mejía-Arauz, R. (2004). Variaciones socioculturales en la participación entre niños. Un estudio cultural comparativo. Ponencia presentada en el Congreso de la Sociedad Mexicana de Psicología Social. Ciudad Obregón, Sonora, México, Octubre 204.

Rogoff, B. (2003). The cultural nature of human development. New York: Oxford University Press

Vygotsky, L. (1978). Interaction between Learning and Development. En: Vygotsky, L. S. Mind in Society. Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, pp. 79-91.

Actualización
Una entrevista a Rebeca en la que da más información sobre sus investigaciones. Completa lo que yo presenté más arriba.

Entrevista a Rebeca Mejía-Arauz
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Formación de conceptos y test de Hanfmann-Kasanin

Dicté un par de clases sobre formación de conceptos la semana pasada, lo que me obligó a recuperar una antigua prueba, el test de Hanfmann Kasanin para la formación de conceptos. Se trata de un test Vygotskiano; de hecho, su nombre completo es Test de Vygotsky-Hanfmann-Kasanin. La ventaja de esta prueba es que es manipulativa, lo que evita los inconvenientes que suelen tener los instrumentos verbales de formación de conceptos que pueden contaminar el proceso psicológico “puro” con variables lingüísticas. Esta característica revela a Vygotsky plenamente, pues siempre estuvo interesado en la dinámica del proceso mismo y no en el producto acabado -fosilizado, en sus términos – del aprendizaje o del desarrollo.

Raúl Gonzalez

Dicho muy en sencillo, para los psicólogos conceptos son las categorías mentales que las personas usan para clasificar el mundo de acuerdo a propiedades comunes. Aunque este enunciado parece sencillo, es en realidad altamente complejo y presenta una serie de aristas que bien valdría la pena analizar en otro momento, con una entrada especial. La idea de este post es más bien presentar el test de Vygotsky-Hanfmann-Kasanin, pues creo que en la actualidad son pocos los estudiantes de psicología que están familiarizados con él. Oscar Pain, mi asistente en el curso, hizo un excelente trabajo de búsqueda y recuperó un artículo de 1972 de Raúl Gonzalez Moreyra, uno de los mejores (sino el mejor) psicólogo que ha tenido el Perú. Publico su artículo no solo como una manera de difundir el test sino como un homenaje a él, que fué mi maestro y amigo y a quien extraño mucho cuando de discusiones académicas se trata.

En el enlace siguiente está el artículo de Gonzalez Moreyra:

Conceptos en niños bilingües

Y más abajo aparecen dos páginas en las que se puede encontrar el libro completo del cual el artículo de Gonzalez es un capítulo.

http://www.iep.org.pe/textos/DDT/PERUPROBLEMA9.pdf

http://lanic.utexas.edu/project/laoap/iep/ddtlibro14.pdf » Leer más

Internet y la memoria

Se ha hablado mucho de internet como una herramienta imprescindible de la era de la información, y se la concibe usualmente como un instrumento de comunicación. Aquí sin embargo quiero explorar la idea Vygotskiana de que internet es fundamentalmente un instrumento de amplificación y reorganización de la memoria humana. Para esto, creo necesario refrescar algunas ideas claves:

Primera idea a recordar: para Vygotsky el hecho humano no está garantizado por nuestra herencia genética (su postura, en este sentido, no es biológica), sino que se produce gracias a la actividad conjunta de los seres humanos, lo que supone que la actividad mental humana no se conduce en solitario ni sin asistencia, incluso cuando sucede “dentro de la cabeza” de un solo individuo. Esto es así porque la vida mental se vive con otros y toma forma para ser comunicada, además de que se desarrolla siempre con la ayuda de códigos culturales que son producto de la evolución -cultural y no meramente biológica- de la especie humana.

Ni la evolución ni el funcionamiento de la mente humana podrían haberse dado sin la cultura. Por mucho que el individuo pueda parecer operar por su cuenta al buscar significados, Vygostky mantenía que nadie puede hacerlo sin la ayuda de los sistemas simbólicos de su cultura. Usaré una analogía para explicar esto:

Mano humana

Pensemos en la mano humana. A través de miles de años, los seres humanos -empezando por los primeros homínidos- hemos desarrollado la capacidad de usar herramientas, algunas de las cuales amplifican las capacidades de nuestras manos. Así, los monos antropoides que usan una ramita de árbol para alcanzar la miel a la que no pueden llegar simplemente con sus dedos están usando una herramienta primitiva, al igual que los que usan una piedra para aumentar la fuerza de la mano y romper así una nuez. Un martillo, unas tijeras, un desentornillador o un compás -por mencionar algunas que ahora me vienen a la cabeza- son todas herramientas, productos culturales creados por los seres humanos y que amplifican las capacidades (fuerza, precisión, etc.) de nuestras manos. Las manos humanas no podrían ejecutar una serie de funciones -no serían lo que son- sin ellas.

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Desconexión moral – Albert Bandura 2/2

Sigo con el tema de la entrada anterior y coloco aquí algunos ejemplos cotidianos y muy sencillos de cada uno de los mecanismos que Bandura propone:

La justificación moral: a través de este mecanismo la conducta se hace personal y socialmente aceptable al presentarla como sirviendo a propósitos loables.

Ejemplo:
“No pagó lo que debía a sus trabajadores pero es lo que había que hacer porque era la única manera de salvar la empresa”

Lenguaje eufemista: A través de este mecanismo las conductas pueden tener diferente apariencia según cómo se les nombre.

Ejemplo:
“Mi hijo no es un delincuente, solo es un poquito movido”

Minimización o distorsión de las consecuencias: Este mecanismo funciona a través de la ignorancia o la minimización de los efectos del comportamiento.

Ejemplo:
“No pasa nada si tiro esta basura a la calle, es una cosa chiquita que no ensucia”

Comparación ventajosa: Mediante este mecanismo, los comportamientos se ven de una u otra manera según con qué se les compare.

Ejemplo:
“Yo no soy corrupto, corrupción es la del gobierno, yo soy un angelito al lado de esos delincuentes”

Desplazamiento de la responsabilidad: Implica oscurecer o minimizar la agencia de la persona en el daño que causa.

Ejemplo:
“Yo seguía órdenes, no eran mis ideas. A mí el jefe me dijo que firmara”

Difusión de la responsabilidad: Se difumina la responsabilidad por división del trabajo o por realizar una conducta colectiva

Ejemplo:
“Yo solo firmaba los informes. Era otro el que los llevaba a su destino. Yo no sabía quien los escribía ni para qué eran. No es culpa de nadie. Todos participamos”

Deshumanización: Este mecanismo implica alterar la percepción que construimos de las víctimas, al despojarlas de su condición de seres humanos o sus características como tales.

Ejemplo:
“No hemos matado personas sino gusanos comunistas”

Atribución de culpabilidad: Se considera a las víctimas culpables de los daños que reciben.

Ejemplo:
“Ella se lo buscó, por vestirse tan provocativamente”

En este enlace a la columna de opinión de Rosa Maria Palacios en Peru 21 hay un artículo suyo que ilustra también el uso de estos mecanismos en la vida política (dicho sea de paso, siempre he pensado que podría escribirse un libro entero analizando las distorsiones cognitivas y desconexiones morales de personajes como Rafael Rey, Martha Chavez o Fujimori, solo para nombrar a los más “duros”).

Papeletas lexicográficas – Rosa María Palacios

Y dejo los comentarios críticos sobre la postura de Bandura para otra ocasión.

Referencias
Si alguien quiere leer directamente a Bandura en este tema, puede hacerlo en estos artículos que recomiendo:

Bandura, A. (1999). Moral disengagement in the perpetration of inhumanities. Personality and Social Psychology Review, 3 (3), 193-209.

Bandura, A. (2006). Mechanisms of moral disengagement in support of military force. The impact of Sep. 11. Journal of Social and Clinical Psychology, 25 (2), 141-165.

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Desconexión moral – Albert Bandura 1/2

Albert Bandura

He mencionado en algunas entradas el trabajo de Bandura sobre los mecanismos de desconexión moral (por ejemplo, puede leerse algo sobre su propuesta en este ensayo sobre Derechos Humanos y Educación). Aunque Bandura tiene un enfoque muy funcionalista que nunca me ha atraído del todo (si lo comparo con la aproximación estructural piagetana o la sociohistórica de Vigotsky que me resultan mucho más estimulantes), y es más conocido por sus teorías sobre el aprendizaje por observación, la autoeficacia o el determinismo recíproco que por sus reflexiones sobre la moral, esta vez quiero presentarles su teoría acerca de la desconexión moral, la que da luces sobre los mecanismos cognitivos que las personas podrían estar utilizando como defensa para desconectarse de sus conductas inhumanas o inmorales, para no hacer aquello que deben hacer, y para no experimentar en este proceso culpa ni remordimiento.

Lo explico:

Bandura llama mecanismos de desconexión moral (moral disengagment) a aquellos pensamientos y juicios que las personas usan para justificar su comportamiento.

Las personas –dice Bandura- hemos desarrollado estándares morales con los cuales regimos nuestra vida. Estos estándares son aquellos principios morales que conocemos, que asumimos como válidos y que intentamos seguir en nuestro comportamiento diario, por ejemplo, respetar la vida de los otros o no lastimar a los demás. Son estándares morales porque implican el reconocimiento de los derechos de los otros, así como el respeto a su dignidad como seres humanos.

Sin embargo, los seres humanos somos capaces de usar muchas “maniobras psicológicas” por las cuales podemos dejar de lado dichos estándares y actuar de manera contraria a ellos.

Usualmente, tal como afirma Bandura, las personas mantenemos procesos de autocensura moral, hablamos con nosotros mismos sobre lo correcto e incorrecto de nuestras acciones y nos autocensuramos cuando nos comportamos incorrecta o inmoralmente. Por ejemplo, si lastimamos a alguien a propósito nos lo reprochamos, y pensamos de nosotros mismos que fuimos injustos (o egoístas) al hacerlo. Sin embargo, en muchas ocasiones esta auto-censura moral puede quedar desconectada de la conducta incorrecta, de modo que podemos realizar acciones incorrectas sin autocensurarnos por ello.

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El self de William James y Erik Erikson

Mariposa - Henry Rodríguez

El estudio psicológico del self es un tema de crucial importancia para la psicología contemporánea. Aunque hay muchas formulaciones nuevas, este campo también ha sido testigo del resurgimiento de teorías tradicionales y temas históricos que fueron abordados ya por autores clásicos. Entre estos, destaca especialmente la distinción que hiciera William James (1890, 1892) entre el I (self como sujeto, agente, conocedor), y el Me (self como objeto de conocimiento).

El “Me” es la suma de los aspectos que la persona considera suyos, lo que James llamó constituyentes, que son cualidades que definen al self tal como lo conocemos. En terminología de James -que en algunos casos no es la que se usaría actualmente- el Me está constituído por características materiales (cuerpo, posesiones), características sociales (relaciones, roles, personalidad), y características espirituales (conciencia, pensamientos, mecanismos psicológicos). Por el contrario, el “I” es subjetivo y es para James el corazón del dominio del self. El I -siempre en los términos usados por James- se compone de: conciencia de la agencia del self en el transcurso de la vida (agencia); conciencia de la unicidad de nuestra experiencia (distintividad); conciencia de la continuidad personal (continuidad) y conciencia de nuestra propia conciencia (reflexión).

Es interesante notar que la teoría de la identidad de Erikson (1956, 1968) intenta articular tres perspectivas de la identidad (estructural, social y fenomenológica), una de las cuales corresponde al self subjetivo de James. Según Erikson:

A) Estructuralmente, la identidad es una reorganización usualmente inconsciente, de necesidades e identificaciones pasadas

B) Socialmente, marca una nueva asimilación de expectativas sociales y mayor integración personal en nuestra sociedad y cultura

C) Fenomenologicamente, la identidad se manifiesta en una nueva manera de experimentarse a uno mismo, caracterizada por un sentido de unidad e individualidad, y por sentimientos de propósito y auto-confianza.

Este este último aspecto el que corresponde al “I” de James (agencia, distintividad, continuidad y la conciencia de nuestra propia conciencia o reflexión).

Aunque inicialmente se decía que el “I” no podía estudiarse (lo afirmaba el mismo James), este puede explorarse indirectamente a través de las narraciones que las personas construyen sobre sí mismas y que revelan las características de su autoconcepto, el cual contiene no solamente los aspectos objetivos del self que podemos conocer (el Me) sino también los procesos subjetivos del I como conocedor (los aspectos del self que incian, organizan e interpretan la experiencia de manera subjetiva). Discutiré este tema con más detalle más adelante.

Para terminar: No estoy muy familiarizada con el campo de las pruebas psicológicas, pero hasta donde entiendo ningún intento por traducir la definición de la identidad de Erikson a operaciones empíricas (una prueba psicológica por ejemplo) ha tenido éxito en capturar la multidimensionalidad y la riqueza del concepto. Que alguien me corrija si estoy equivocada.

Referencias

Erikson, E. (1956). The problem of ego identity. Journal of American Psychiatric Association, 4, 56-121

Erikson, E. (1968). Identity: Youth and Crisis. New York: Norton

James, W. (1890). Principles of Psychology. Chicago: Encyclopedia Britannica

James, W. (1892). Psychology: the brief course. New York: Henry Holt

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Educación jesuita

Pongo nuevamente a disposición un trabajo de José Alberto Mesa, S. J. Esta vez se trata de una presentación que tuvo José Alberto en el Coloquio Internacional sobre Teología y Espiritualidad de la Pedagogía Ignaciana que se realizó en Bogotá, Colombia, en Noviembre de 2002. Su trabajo se llama Una educación moral para vivir a la intemperie. Lo enlazo aquí:

Educación moral para vivir a la intemperie – José Alberto Mesa

Aunque yo no me considero creyente -o por lo menos no en el sentido más tradicional- siempre me ha interesado la religión como materia de investigación. En particular, para los interesados en la pedagogía ignaciana colgué un capítulo de mi libro Entre el sí mismo y los otros, que explora este tema, en este post:

Entre el sí mismo y los otros – Susana Frisancho » Leer más

Tendencias actuales en la educación moral

Mi querido amigo José Alberto Mesa, jesuita colombiano a quien aprecio mucho, amablemente me autorizó a colgar aquí esta ponencia que él preparó para uno de los congresos de la AME (Association for Moral Education) y que yo tenía guardada en mi computadora desde ese entonces.

Dejo el enlace a su interesante trabajo:

Tendencias actuales en la educación moral – José Alberto Mesa

Y aquí la hoja de vida de José Alberto, para los que quieran conocerla:

Hoja de vida – José Alberto Mesa S.J.

Actualización:

El artículo está también en línea, y se descarga aq

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