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Evangelio según San Mateo 4,12-23.
Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea.
Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: ¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones!
El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz.
A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca“.
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
Entonces les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres“.
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.
Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:
El fundador de la Congregación de la Resurrección, Bogdan Jański, nació el 26 de Marzo de 1807 en Polonia. Aunque fue bautizado como Católico, no llevó una vida espiritual particular durante muchos años. Le preocupaba mucho la época en que vivía y quería trabajar por el desarrollo de una sociedad justa. Así, estudió Economía en la Universidad de Varsovia, y destacó tanto entre sus compañeros que recibió una beca para estudiar Economía en Londres, Inglaterra, con luminarias como John Stuart Mill. Creía que mediante la reforma económica y la orientación se podría lograr una nueva sociedad. Sin embargo, pronto se desilusionó con la economía y llegó a la conclusión de que ésta no era la respuesta. Los Simonistas eran un grupo de reformistas con grandes ideales y la visión de un nuevo mundo basado en la justicia social. Sin embargo, al cabo de un tiempo también se desilusionó con ellos y se dio cuenta de que tampoco tenían la respuesta.
A través de una serie de encuentros fortuitos con destacados intelectuales Católicos Franceses, empezó a redescubrir su herencia Católica. Durante dos años profundizó y desarrolló su fe Católica y experimentó una profunda conversión. Ahora descubría que Jesús era la respuesta a su deseo de construir la sociedad, que sólo Jesús podía “resucitar” a la sociedad.
Pensé en Bogdan Jański y en la historia de su vida mientras leía el Evangelio (Mateo 4, 12-23). En primer lugar, en relación con la oscuridad y la luz, y en segundo lugar, en relación con la “llamada“.
La oscuridad y la luz son temas significativos en el arte, la música y la literatura, incluida la Sagrada Escritura. En la primera lectura del profeta Isaías (8:23-93), Dios revela a través del profeta que “el pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz“. Esa luz es Jesús. Jesús se hace eco de estas palabras en el Evangelio, cuando proclama el Reino de Dios a la gente. Al pensar en Bogdan Janski en relación con la oscuridad y la luz, pensé: cuando intentaba trabajar para mejorar la sociedad, pero sin Dios, algo le faltaba. Sólo dependía de la voluntad humana y de las buenas intenciones. Era como si siguiera en la oscuridad. Sin embargo, cuando aceptó a Jesucristo en su vida de una manera nueva, esa luz le hizo comprender cómo la gracia y el poder de Dios podían actuar y transformar esa voluntad humana y esas buenas intenciones en algo grande, ¡algo grande para Dios! Había sido iluminado por Cristo y caminaba en la luz. De repente, se vio a sí mismo, al mundo y a los demás bajo una luz diferente, y encontró esperanza en esa vida con Dios.
También reflexioné sobre el tema de la “llamada” o “vocación“, tan evidente en la segunda parte del Evangelio, en la que Jesús llama a Simón Pedro y Andrés, y a Santiago y Juan. No sabemos nada de su relación con Jesús, si habían oído hablar de él. Era el comienzo de su ministerio, y hasta entonces había hecho muy poco para llamar la atención, salvo su bautismo en el Jordán por Juan el Bautista. Los llamó, y ellos respondieron inmediatamente, dejando sus barcas y sus redes y a sus colaboradores y le siguieron aquel día. ¿Qué vieron en Jesús, en sus palabras y en sus ojos? Sus sencillas palabras “Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres” tocaron sus corazones tan profundamente que hicieron lo que les pedía. Sabemos que siguieron ganándose la vida pescando, pero a partir de ese momento toda su actividad giró en torno a Jesús, su predicación y sus actos milagrosos.
De la misma manera Jesús nos dice “Te quiero” (“I want you”), como el famoso cartel del Tío Sam de la Primera Guerra Mundial que se ha utilizado durante generaciones como instrumento de reclutamiento para las Fuerzas Armadas Americanas. Jesús viene hoy a nosotros y nos dice “Te quiero”. Ya hemos oído antes su llamada, pero hoy nos la dirige de nuevo, para que la oigamos de una manera nueva y respondamos de una manera nueva. En nuestro camino de discípulos nos llama a seguirle. Quiere convertirse también en el centro de nuestras vidas, como lo fue para Pedro y Andrés, y Santiago y Juan, y los muchos otros que le seguirían. Esto no sucede por arte de magia, sino por un acto de nuestra voluntad, por nuestras buenas intenciones: ¡unidos a Dios en Cristo! No podemos responder solos. No podemos cumplir solos nuestra misión de discípulos. Jesús nos llama y nos sostendrá mientras le seguimos, mientras dejamos nuestras propias barcas y nos convertimos -con él- en “pescadores de hombres”.
Al responder a esta llamada de Dios, nos convertimos en luz para los demás. En casa, en la escuela y en el trabajo, nos convertimos en luz en un mundo en tinieblas para dar testimonio del amor y la verdad, de la paz y la justicia, de la reconciliación y la alegría. Así es como “resucitamos” a la sociedad, construyendo ese mundo nuevo con Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Entonces nuestro testimonio de vida servirá de invitación a otros para que sigan a Jesús. Puede que nunca nos digamos unos a otros “Él te quiere“, pero nuestras palabras y acciones apuntarán a una fuente de vida y gracia más allá de nosotros, que viene de Dios y nos lleva a Dios.
Recemos hoy para que, como Bogdan Jański, trabajemos por la resurrección de la sociedad respondiendo a la llamada del Señor y compartiendo la luz de Cristo entre nosotros y con el mundo.
Cardenal Walter Kasper advierte que el “Camino Sinodal” alemán podría autodestruirse
Por Anian Christoph Wimmer– ACI Prensa.
El Cardenal Walter Kasper, un influyente teólogo considerado como muy cercano al Papa Francisco, ha advertido que el “Camino Sinodal” alemán está en peligro de autodestruirse si no atiende a las crecientes objeciones de obispos de diversas partes del mundo.
El Cardenal dijo además que los organizadores del Camino Sinodal estaban usando un “truco perezoso”, que en efecto constituía un “golpe de estado” que podría resultar en una renuncia colectiva, informó CNA Deutsch, agencia en alemán del Grupo ACI.
El Cardenal de 89 años es Presidente Emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y fue obispo de Rottenburg-Stuttgart, al suroeste de Alemania.
El Purpurado habló en una jornada de estudio virtual el domingo 19 de junio, en el marco de la iniciativa “Nuevo Comienzo” (Neuer Anfang), un movimiento de reforma crítico del “Camino Sinodal”.
El Cardenal Kasper advirtió que la Iglesia Católica no es una sustancia que puede ser “remodelada y remodelada para adaptarse a la situación”.
En abril del 2022, más de 100 cardenales y obispos de diversas partes del mundo publicaron una “carta abierta fraternal” a los obispos de Alemania, advirtiendo que los cambios radicales en la enseñanza de la Iglesia que promueve el Camino Sinodal pueden conducir a un nuevo cisma que surja de Alemania.
Una carta abierta de los obispos nórdicos expresó alarma sobre el proceso sinodal, y una fuerte carta del presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Polonia motivó serias preocupaciones.
Esas preocupaciones, dijo el Cardenal Kasper en su discurso, “serán repetidas y reafirmadas y, si no les prestamos atención, romperán el cuello del Camino Sinodal”.
Para el Purpurado, “el pecado original del Camino Sinodal” fue que no se basó en la carta que el Papa Francisco envió a la Iglesia Católica en Alemania, con su “propuesta de ser guiada por el Evangelio y la misión básica de la evangelización”.
En vez de eso, el proceso alemán, iniciado por el Cardenal Reinhard Marx, Arzobispo de Munich y Freising, “tomó su propio camino con criterios en parte diferentes”, dijo el Cardenal Kasper.
En junio de 2019, el Papa Francisco envió una carta de 19 páginas a los católicos alemanes, alentándoles a enfocarse en la evangelización frente a una “creciente erosión y decaimiento de la fe”.
El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Monseñor Georg Bätzing, ha rechazado repetidamente todas las muestras de preocupación sobre el Camino Sinodal, y en su lugar expresó su decepción sobre el Papa Francisco en mayo de 2022.
En una entrevista, el Papa Francisco reiteró que le dijo al líder de los obispos católicos de Alemania que el país ya tenía “una muy buena iglesia evangélica” y que “no necesitamos dos”.
“El problema surge cuando el camino sinodal proviene de las élites intelectuales, teológicas, y está muy influenciado por las presiones externas”, dijo el Santo Padre en esa entrevista.
Monseñor Bätzing, que también sirve como presidente del “Camino Sinodal”, es además firmante de la “Declaración de Frankfurt”. Esta petición exige que los obispos alemanes declaren su compromiso de implementar las resoluciones aprobadas por el proceso.
El Cardenal Kasper criticó esta presión de “compromiso”, diciendo que era “un truco y, además, un truco perezoso”.
“Solo imagina a un servidor civil que se permite a sí mismo ser nombrado, luego renuncia al ejercicio de sus obligaciones legales”, dijo el Cardenal.
“Él seguramente se enfrentaría a procedimientos en virtud de la ley del servicio civil. En última instancia, tal auto compromiso equivaldría a una renuncia colectiva de los obispos. Constitucionalmente, todo el asunto solo podría llamarse un golpe de estado, es decir, un intento de golpe de estado”.
La Iglesia Católica, subrayó el Cardenal Kasper, nunca puede ser gobernada sinodalmente: “Los sínodos no pueden ser hechos permanentes institucionalmente”.
En vez de eso, dijo, un sínodo constituye “una interrupción extraordinaria” a los procedimientos ordinarios”.
El “Camino Sinodal” se describe a sí mismo como un proceso que reúne a los obispos de Alemania y a determinados laicos para debatir y aprobar resoluciones sobre la forma en la que se ejerce el poder en la Iglesia, sobre la moralidad sexual, el sacerdocio y el papel de la mujer.
Los participantes han votado a favor de borradores que piden la ordenación sacerdotal de mujeres, bendiciones a parejas homosexuales y cambios en la enseñanza de la Iglesia sobre actos homosexuales, causando acusaciones de herejía y temores de un cisma.
El Cardenal Kasper ha expresado repetidamente su preocupación sobre el evento de varios años, pero el presidente de la conferencia episcopal, Monseñor Georg Bätzing, lo ha defendido.
Al finalizar su mensaje, el Cardenal Kasper advirtió que uno no puede “reinventar la Iglesia”, sino que se debe contribuir a renovarla en el Espíritu Santo: “renovación no es innovación. No significa solo intentar algo nuevo e inventar una nueva Iglesia”.
En vez de eso, dijo el Purpurado, una verdadera reforma se trata de “dejar que el Espíritu de Dios nos haga nuevos y nos dé un nuevo corazón”.
Fuente: Traducido y adaptado por David Ramos. Publicado originalmente en CNA Deutsch.