Archivo de la categoría: Antropología de la Religión

Factor religioso como fenómeno humano

Congreso Americano Misionero 2029

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Brasil será la sede

Por Ángel Alberto Morillo– www.vidanuevadigital.com
Brasil será la sede del séptimo Congreso Americano Misionero, planificado para 2029. Así ha informado Rubén González, presidente del episcopado puertorriqueño, al cierre de la sexta edición de este evento continental, que se realizó del 19 al 24 de noviembre en esta nación caribeña.
Los puertorriqueños han recibido a más de 1300 peregrinos y, de este modo, pasan la posta a la Iglesia brasileña, que cuenta con una rica tradición misionera importante en la misión ad gentes, sobre todo, en la Amazonía.
Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre y presidente del Episcopado brasileño, agradeció el voto de confianza y ha prometido que se prepararán para “ser los mejores anfitriones”, luego de recibir “tanto [amor] del mundo a través de los misioneros y misioneras”.
Invitó a todos los brasileños a abrir los corazones “con mucha alegría y disponibilidad” para recibir a los peregrinos de todas las Américas y “continuar alimentando la dimensión misionera”.
Asimismo, precisó que en abril de 2025 los obispos celebraron su asamblea plenaria para determinar la jurisdicción que acogerá el CAM 7, entre las 280 que hay en el país.
Decisión consensuada
La elección de Brasil como sede se dio tras una reunión ampliada de los obispos y directores de las Obras Misionales Pontificias, acompañados por Emilio Nappa, subsecretario adjunto del Dicasterio para la Evangelización y presidente internacional de las Obras Misionales Pontificias.
El país, mediante una comunicación, suscrita por Ricardo Hoepers, secretario general del Episcopado brasileño y obispo auxiliar de Brasilia, protocolizó su voluntad de ser anfitrión del evento más grande del continente.
Decisión aprobada por amplia mayoría, con solo una abstención. Señalaron fuentes cercanas a Vida Nueva. Entre los argumentos están: 20 años de Aparecida, 50 años de congresos americanos misioneros y los 100 años del Domund. Estos acontecimientos precederán la celebración del CAM 7 que se pinta la cara de “verdeamarelo”.

Precisiones sobre el caso Sodalicio

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Por Claudio Cajina– Diario El Comercio.
En su columna publicada en El Comercio, el Dr. José Ugaz aborda el caso del Sodalicio de Vida Cristiana (SCV) desde una legítima preocupación por los derechos de las víctimas. Como abogado que acompañó al SCV en los procesos internos de investigación y reparación, considero que su análisis contiene algunas imprecisiones que conviene aclarar para evitar una visión sesgada sobre uno de los casos más complejos que ha afrontado la Iglesia Católica en el Perú.
En cuanto a las reparaciones, y a diferencia de lo que el Dr. Ugaz afirma, el Sodalicio sí publicó datos oficiales sobre los casos y montos: entre el 2017 y el 2025 se atendieron 98 solicitudes, muchas con acompañamiento terapéutico. Se destinaron más de US$6.49 millones en indemnizaciones, tratamientos psicológicos, asistencia legal, educación y vivienda, siguiendo estándares internacionales, con asesoría de especialistas externos como la organización española Eshmá y el irlandés Dr. Ian Elliott.
La investigación penal avanzó sustantivamente gracias a la información proporcionada por el SCV, que desde el 2016 encargó una evaluación integral a expertos como Kathleen McChesney, exsubdirectora ejecutiva del FBI y especialista en abusos y encubrimientos en la Iglesia. Los resultados fueron entregados a las autoridades civiles y eclesiásticas, y difundidos públicamente.
En todas las investigaciones, el SCV mantuvo una actitud colaborativa y entregó documentación para esclarecer hechos, identificar responsables y defender a quienes eran injustamente señalados. En la investigación penal, el Ministerio Público dispuso su archivo hasta en seis oportunidades por insuficiencia probatoria y prescripción, decisión confirmada por un fiscal superior. Aun así, el SCV continuó entregando documentación en investigaciones internas, facilitando el trabajo fiscal.
El Dr. Ugaz sostiene que “la justicia peruana no ha cumplido con su responsabilidad”. Si bien hay limitaciones estructurales, el Ministerio Público siempre contó con colaboración institucional. No hubo encubrimiento ni obstrucción, y muchas de las denuncias actuales se originan o nutren de información entregada por el SCV. Los hechos investigados ocurrieron, en su mayoría, entre los años 70 y 90. Esto impone límites legales para su judicialización, pero no impidió al SCV impulsar mecanismos de evaluación ética y reparación.
En relación con la investigación por presunto lavado de activos, se trata de una investigación preliminar en la que aún no se ha acreditado la comisión de delito alguno. Confundir una hipótesis incipiente con una declaración de culpabilidad vulnera principios básicos del Estado de derecho, como la presunción de inocencia, el debido proceso y la protección del derecho de propiedad. Estos principios deben ser respetados incluso en contextos marcados por alta sensibilidad mediática.
Ugaz afirma que el SCV controlaba una “red de negocios” con entidades jurídicamente independientes. Aboga por “identificar ese patrimonio, congelarlo y destinarlo a la reparación de las víctimas si se comprueban irregularidades”. Aquí también, los derechos fundamentales –como el derecho a la propiedad– deben ser respetados: ¿con qué justificación se congelaría un patrimonio ajeno al SCV?
Ninguna reparación puede sanar el daño causado. Pero tampoco pueden ignorarse los esfuerzos emprendidos, aun con limitaciones y errores. La justicia exige reconocer el derecho a un proceso justo. Incluso tras la supresión del SCV, sus miembros conservan su derecho al honor y a la presunción de inocencia frente a imputaciones sin prueba ni oportunidad de defensa.
Debemos distinguir entre el escándalo como realidad y como herramienta. Lo primero debe sancionarse. Lo segundo se convierte en instrumento de demolición sin garantías. El Dr. Ugaz recuerda la deuda con la justicia. Pero también hay una deuda con el Estado de derecho: la de sostenerlo incluso cuando las emociones claman venganza.
La verdadera justicia no es la que grita más fuerte, sino la que actúa con profundidad, equilibrio y respeto por los derechos de todos.

Antigua herejía

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Gnósticos, los herejes que estuvieron a punto de cambiar la historia del cristianismo: “Es una copia ilustrada de señores que han leído a Pitágoras y a Platón

Sabio, políglota, traductor de lenguas muertas y uno de los mayores expertos mundiales en cristianismo primitivo, Antonio Piñero publica la historia definitiva de la gnosis, el movimiento secreto y deslumbrante que disputó el trono de la nueva religión en la Antigüedad tardía y no ha dejado de aparecer y desaparecer hasta hoy.
Por Daniel Arjona- Diario El Mundo.es
Esta historia no contada con un Miguel Ángel, un Dante o un Milton que la cantaran y dejaran resonando cóncavamente en la memoria humana. Tampoco pobló los techos de la Capilla Sixtina. Sin embargo, al emerger de las tinieblas del principio de nuestra era con su desfile de grotescas figuras míticas, el lector reparar en su carácter tan perturbadoramente familiar. O como advirtió Han Jonas, uno de sus primeros exegetas: Aquellas enseñanzas que en la hora febril de la transición desafiaron, provocaron e intentaron deformar la nueva fe han sido olvidadas, su memoria escrita enterrada en los tomos de sus refutadores o en las arenas de los pases de la Antigüedad. Nuestro arte, nuestra literatura y muchas cosas más serían diferentes si el mensaje gnóstico hubiese pervivido.
Los fascinantes gnósticos que disputaron la primacía del cristianismo primitivo acabaron derrotados por lo que por azar vino a llamarse ortodoxia, sus evangelios fueron expurgados del canon, sus enseñanzas recibieron los ms furibundos anatemas de padres de la Iglesia como Ireneo de Lyon o Hipólito de Roma (lo que, paradójicamente, permitió conservarlas). Pero la fuerza de sus abstrusas ideas sobre el origen del Universo, el demiurgo malvado o la chispa de divinidad que esconde el corazón humano y que solo mediante el conocimiento (la gnosis) podrá ser reintegrada en lo Absoluto han cautivado a generaciones. Y seguirán haciéndolo gracias a una obra sin parangón en los estudios internacionales que acaba de publicar uno de nuestros grandes sabios.
Nos referimos a Gnosis: conocimiento de lo oculto (Trotta), de Antonio Piñero (Chipiona, 1941). Piñero es licenciado en Filosofa y Filología Bíblica Trilingüe y uno de los mayores expertos mundiales en los orígenes del cristianismo primitivo, autor de una traducción anotada del Nuevo Testamento y de toda clase de estudios sobre el Jess histórico. Así, cuando le preguntamos al incansable e hiperactivo erudito de 84 años por su personal relación con la gnosis judía y cristiana, Piñero aclara que todo comenzó de manera fortuita en 1983, cuando Carlos García Gual le encomendó no solo la revisión, sino también la reordenación de dos volúmenes sobre los gnósticos de Jos Montserrat para el mítico sello Gredos.
Años más tarde, volví a sumergirse en el tema al organizar un equipo para editar todos los textos de Nag Hammadi, el lugar en el desierto egipcio de un increíble hallazgo en 1945 gracias al cual, por primera vez, los gnósticos nos hablaban con su propia voz. Fue entonces cuando constate que las introducciones a las gnosis disponibles en español eran tan breves como poco efectivas. Un día hice la prueba. Le dije a mi mujer Mara Ángeles, que es licenciada en francés e inglés y una persona culta que se leyera una de esas introducciones a la gnosis cuyo autor no diré. Leyó las 32 páginas y le dije: ‘A ver, explícame que es la gnosis’. ¡Y balbuceaba! No se había enterado de gran cosa.
La experiencia le impulsó a escribir su propio libro, concebido como lo que los ingleses llaman un companion, una guía de textos seleccionados y comentados para acompañar al lector. Aunque lo define como un título no técnico, sino didáctico, Piero subraya la enorme dificultad del proyecto: Reorganizar toda la gnosis, escoger los textos, explicarlos, dividirlos en 122 capítulos, relacionarlos unos con otros… en fin, me ha llevado dos años de trabajo.
¿La gnosis es religión o filosofía? Piñero la describe, ms bien, como una teología revelada. El gnóstico es alguien que recibe una revelación directa de Dios sobre unos textos que ya son considerados sagrados, como los sufíes con el Corán, los cabalistas judos con la Torá o a los sabios hindúes con los Upanishads. El propósito de esta iluminación divina es que el gnóstico entienda esos textos mejor que los demás. La razón de esta capacidad superior no es meramente intelectual: «Él no es como nosotros, hombres corrientes. Además de cuerpo y alma, tiene un espíritu consustancial con el de Dios».
La extrema complejidad y el derroche de imaginación de las cosmologías gnósticas, con su corte divina o Pleroma y sus 365 cielos superpuestos, encandiló a Borges o a Cioran y los Basílides, Valentiniano, Carpócrates y otros infames heresiarcas infectaron los sueños de Quevedo. Antonio Piñero explica que no se trata de una creatividad surgida de la nada. Tan complejo sistema es, en realidad, una copia ilustrada y repensada de señores que han ledo a Pitágoras, o a sus discípulos, y, sobre todo, a Platón. La influencia del filósofo griego es tan capital que, para los gnósticos, Platón es un revelador, es san Platón.
Antonio PieroAntonio Piñero, autor del libro ‘Gnosis: conocimiento de lo oculto. TROTTA
El gnosticismo brota entre los judíos de Alejandría o de Cilicia, «una atmósfera intelectual que impregnó incluso a figuras como Pablo de Tarso». A pesar de que no se conserva ningún escrito de los primeros gnósticos, que solo son conocidos por citas de sus adversarios, Piñero resume cuál era su principal ocupación: «Preguntarse por el origen del mundo y del hombre mediante una exégesis del Génesis».
La gnosis nace de una «angustia» existencial, de una «nostalgia de los orígenes». «¿Tú nunca te has encontrado en tu vida con tipos muy pensativos, heréticos y que se creen que tienen algo de divino por dentro?». Individuos que «no se sienten bien en este mundo» precisamente porque perciben que su espíritu, aprisionado en su carne, es demasiado elevado, y anhelan «volver al sitio de donde provienen». Esta profunda sensación de desarraigo es, en esencia, el motor de la búsqueda gnóstica.
Los gnósticos se consideraban «una especie de aristocracia intelectual» destinada en exclusiva a la salvación, pero no por mérito, sino por elección divina. «Realmente, el gnóstico cree que ha nacido así porque Dios lo ha escogido en un acto de pura voluntad divina, porque le da la gana, sin explicación ninguna».
Podemos seguir la huella de los gnósticos en los evangelios apócrifos (ese Simón el Mago que compite con san Pedro por resucitar una sardina) pero también en los canónicos. En la Epístola a los Corintios, observamos a Pablo discutir con «una suerte de gnósticos que se llaman neumáticos, es decir, poseedores del espíritu».
Sin embargo, Piñero introduce un matiz crucial: los miembros de esta élite espiritual «pueden ser superiores y no saberlo al principio. Necesitan una llamada». Esa llamada proviene de una figura salvadora, como Jesús, que despierta al gnóstico de su letargo material, un estado que compara a estar «dormido o ebrio». Es en ese momento de despertar cuando el individuo se formula las preguntas esenciales que definen la gnosis: «¿Quién soy yo verdaderamente? ¿De dónde provengo? ¿Qué tengo que hacer para volver allí de donde viene mi espíritu?».
Al explorar el origen del «odio a la carnalidad» en la gnosis y cómo puede derivar en prácticas tan opuestas como el ascetismo y el libertinaje, Piñero parte de la base del dualismo gnóstico. «La carne es materia, la materia es totalmente opuesta al espíritu» Para el gnóstico, el universo material no es una creación divina, sino el resultado de «un catastrófico error». La conclusión es inevitable: «La materia en sí es mala, todo el universo es malo y mi parte material, también es mala».
La reacción más común y lógica ante esta realidad, según Piñero, es el ascetismo. El gnóstico decide «formular un no rotundo a mi cuerpo», lo que lleva a que «la mayoría de los gnósticos, salvo algunos, sean ascetas y eremitas».
Sin embargo, existe una segunda vía, minoritaria, que reinterpreta la relación con el cuerpo. Algunos grupos, como los cibionitas, parten de la idea de que «lo perfecto no es el individuo sino la pareja». La clave de esta visión es que el espíritu humano es considerado femenino y solo alcanzará la perfección tras la muerte, cuando se una con su contraparte celestial. «El gnóstico dice: ‘Yo tengo mi pareja, pero mi pareja es un ángel’».
Esta distinción entre la pareja carnal y la espiritual es fundamental para entender la postura gnóstica ante el sexo. Piñero coincide en que la cópula es problemática «cuando consideras el sexo como pareja puramente carnal», ya que el interés del gnóstico se centra en la «pareja espiritual». Para ilustrarlo, cita el Evangelio de Felipe, popularizado por la «horrible novela» de Dan Brown. Lo que no significa que algún gnóstico pueda llegar pensar que si la pareja es perfecta hay que hacer de la cópula un símbolo, y por tanto del hedonismo. Cuanto más copulemos, mejor. Pero estos son muy pocos.
¿Pudo el gnosticismo convertirse en la corriente hegemónica del cristianismo? ¿Cuán cerca quedó de la victoria? Piñero considera que «podría haberlo sido teóricamente», pero contenía las semillas de su propia derrota. Su principal debilidad era su elitismo intrínseco: «Una religión para seres espirituales que desprecia al 99% de la humanidad no lo tiene fácil para prosperar». Además, su naturaleza híbrida la hacía inestable: era «demasiado filosófica para ser religión, y como filosofía resultaba demasiado religiosa».
Este carácter exclusivo provocó un choque frontal con la jerarquía eclesiástica. Piñero explica que el gnóstico «se sentía muy superior a cualquier obispo» y no reconocía jerarquías, pues su avance espiritual se medía por «sucesivos bautizos celestes» y no por una estructura terrenal. Esta actitud minaba la autoridad de los obispos y el principio fundamental que la Iglesia estaba consolidando a finales del siglo II: «El libro básico, la Biblia, no lo puedes interpretar como te dé a ti la gana, como hacen los gnósticos. Lo puede interpretar solo el jefe de la iglesia». Pese a su declive en el siglo V, Piñero destaca su sorprendente resiliencia, de forma que reapareció siglos más tarde con los bogomilos y, sobre todo, los cátaros.
En los años 60 del siglo XX, a medida que iban descifrándose los códices de Nag Hammadi, el manantial inagotable de la gnosis halló un cauce propicio entre los círculos progresistas americanos que se aplicaban en la lectura del Evangelio de Tomás, como refleja Susan Sontag en sus Diarios. Pero Piñero se muestra cauto. Considera que movimientos como la teosofía o el New Age son «una evolución muy acomodada a nuestro tiempo del espíritu de la gnosis», pero no una réplica. El obstáculo es insalvable, pues nuestra cosmovisión es radicalmente distinta: «Tal como sea tu idea del mundo, así será tu Dios. Un gnóstico del siglo II y un teósofo del XXI no pueden compartir el mismo concepto de divinidad».
¿Y qué rastro hay de la gnosis, como defiende John Gray, en las nuevas religiones tecnológicas como el transhumanismo, su repudio por la materia y su anhelo de «salvación por el conocimiento»? Piñero ve un eco, pero también una diferencia fundamental. El intento de volcar la conciencia a un ordenador o a un espacio cuántico sigue siendo algo material. «No sales de la materia, que es lo que interesa al gnóstico», apunta. Estos movimientos «se quedan a medias». En cualquier caso, su libro, concluye, puede servir precisamente para «contrastar las ideas más o menos gnósticas actuales con las de la gnosis antigua», permitiendo al lector juzgar si son «verdaderos herederos de la gnosis o solo recreadores» de un sistema de pensamiento que «no es sencillo, no es una novela de aventuras».

¿Quién será sucesor del Cardenal Castillo?

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Arzobispo enfrenta críticas por restar importancia a las acusaciones contra sacerdote y dejar a otros clérigos sin trabajo ni dinero

Por Pablo Hudak– Svetkrestanstva.postoj.sk
El Papa tiene un caso turbio sobre su escritorio, procedente de un país que conoce a la perfección. Se espera que León XIV elija al sucesor del cardenal que presuntamente dio refugio a un sacerdote acusado.
En el país donde el actual Papa desarrolló gran parte de su ministerio sacerdotal y episcopal, se aborda un escándalo que rodea a un cardenal de la capital de Perú.
El tema es abordado por el portal The Pillar, que obtuvo una declaración jurada de una monja contemplativa de 2024 que asegura haber sido acosada sexualmente por el sacerdote limeño Nilton Zárate Rengifo desde 2018.
El sacerdote presuntamente manipuló y le hizo proposiciones sexuales a una monja durante la dirección espiritual y la confesión desde 2018. Sus acciones podrían incluso incluir el delito canónico de absolver a un cómplice de un pecado contra el Sexto Mandamiento. Por este acto, el sacerdote está excomulgado en la Iglesia Católica.
Sacerdote cercano al cardenal presuntamente abusó de una monja
La monja afirma haberle confesado al sacerdote que padecía un trastorno límite de la personalidad antes de que este aceptara ser su director espiritual. Sin embargo, el sacerdote rápidamente traspasó los límites personales, según el testimonio. Inicialmente, le dijo a la monja que tenía mucho amor para sentir y dar. Más tarde, le pidió favores sexuales y comenzó a controlar su vida diaria.
Durante la confesión y las conversaciones espirituales, le tomaba las manos, llamándola “hija mía” en lugar de “hermana”. Antes de absolverla en la confesión, le pidió que lo abrazara. En 2019, la hermana dejó el monasterio unos días para ver si el sacerdote paraba. Pero este le exigió que lo llamara a diario. En marzo de 2020, durante los retiros espirituales, la llamaba tres veces al día, incluso temprano por la mañana o por la noche. Las llamadas del sacerdote eran de carácter sexual, y posteriormente le pidió a la hermana fotos íntimas y la presionó para que no se lo contara a nadie y para que no se confesara con otro sacerdote.
La monja finalmente le confió toda la situación a otro sacerdote y presentó una denuncia ante la arquidiócesis. Y aquí comienza el escándalo en torno al cardenal Carlos Castillo Mattasoglio.
El arzobispo envió un vicario judicial y otro sacerdote en agosto de 2020 para abordar la situación.
Pero la hermana afirmó que la investigación fue traumática. El Pilar cuenta con el testimonio de otro sacerdote que afirma que el enfoque de la diócesis fue irrespetuoso, autoritario y carente de toda emoción humana. La hermana fue presionada para firmar una declaración que no reflejaba sus palabras.
La presunta víctima del sacerdote afirma que, tras ser entrevistada, los investigadores no volvieron a contactarla ni recibieron ninguna notificación formal del resultado del caso. En cambio, en noviembre de 2023, su superiora le informó informalmente de un mensaje del obispo auxiliar Juan José Salaverry indicando que el caso estaba cerrado.
Más tarde, el obispo auxiliar le dijo, en nombre del arzobispo, que si alguna vez era elegida superiora, tendría que negarse porque estaba involucrada en la denuncia.
Luego de que la arquidiócesis de Lima enviara al Vaticano los resultados preliminares de la investigación, el abogado de la monja denunció que mientras el caso se investiga como un caso de abuso sexual, el sacerdote no está siendo investigado por delitos eclesiásticos graves, como absolver a un cómplice de pecado sexual y hacer insinuaciones sexuales durante la confesión.

El cardenal también destituyó a los jueces

El abogado de la monja cree que el sacerdote fue protegido debido a su amistad con el cardenal, y ha regresado al servicio desde marzo de 2024. Sin embargo, han surgido otras serias reservas sobre el cardenal. Clérigos cercanos al cardenal fueron promovidos y protegidos, incluso cuando enfrentaron acusaciones de irregularidades personales o financieras.
“Hay sacerdotes acusados de conducta sexual o financiera inapropiada, pero no se hace nada contra ellos. Algunos son enviados a estudiar al extranjero hasta que la situación se tranquilice, y otros incluso son promovidos a grandes parroquias, nombrados canónigos catedralicios o a altos cargos en la curia”, declaró otro sacerdote peruano a The Pillar.
El cardenal también reemplazó o destituyó a la mayoría de los jueces de la Iglesia, lo que paralizó numerosas investigaciones. Muchos sacerdotes cercanos al predecesor de Castillo, el cardenal Cipriani, o a quienes el arzobispo percibía como demasiado conservadores, quedaron sin funciones pastorales.
Por lo tanto, los sacerdotes no tenían parroquia ni tareas asignadas y debían arreglárselas solos. Veinte sacerdotes viven con sus padres o en un hogar para clérigos diocesanos sin alojamiento. Sin embargo, deben pagar alquiler por su estancia.
Sin embargo, los sacerdotes no han sido castigados, por lo que algunos han encontrado refugio como capellanes en comunidades religiosas o colaboran extraoficialmente en otras parroquias. Pero al cardenal Castillo, según estas acusaciones, no le importa en absoluto si tienen dinero, comida o seguro médico.
El alto prelado peruano también está acusado de exceso de personal en la arquidiócesis. Cuando asumió el cargo de arzobispo, la diócesis contaba con 50 empleados; hoy en día, el número es cuatro veces mayor. Esto también está ejerciendo presión sobre el presupuesto de la arquidiócesis. El cardenal también ha indignado a los fieles con varias declaraciones polémicas.
Los críticos del cardenal ahora esperan que la situación se resuelva con un nuevo papa, quien, según afirman, ya conoce la situación en Lima. Además, el cardenal Castillo cumplió 75 años en febrero, la edad a la que todo obispo debe presentar su renuncia al papa.
El Pilar también señala que cuando el actual Papa estaba todavía en Perú y fue propuesto como presidente de los obispos peruanos, Castillo siempre se opuso; tenía un problema con que un obispo estadounidense dirigiera a los obispos del Perú.
La revista también cita a sacerdotes que dicen que al cardenal Castillo no le gustaba en absoluto Monseñor Prevost.
Fuente: www.msn.com
El autor se graduó en periodismo en la Universidad Católica de Ružomberok- Eslovaquia, realizó su estancia de estudios en la Universidad Cardenal Stefan Wyszyński de Varsovia y prácticas en el Semanario Católico de Praga. Anteriormente, trabajó como editor de Radio Lumen en Bratislava. Se centra en temas de la vida eclesial, que también cubre en formato de podcast.

Óbolo de San Pedro

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Basílica de San Pedro, vista desde la Via della Conciliazione de Roma. Ernesto Spaziani vía Wikimedia (CC BY-SA 4.0).

Por Brendan Hodge– ThePillarCatholic.com
Los católicos de todo el mundo contribuyeron el mes pasado —en la festividad de los santos Pedro y Pablo— a la colecta anual del Óbolo de San Pedro del Vaticano.
En los últimos cuatro años, la colecta ha mostrado signos de crecimiento de los ingresos, permitiendo al Vaticano utilizar sumas de dinero cada vez mayores para llenar los déficits en el presupuesto de la Curia Romana.
¿De dónde provienen los fondos del Óbolo de San Pedro? ¿Cómo se gastan?
The Pillar mira los números.
El nombre de la colecta anual del Óbolo de San Pedro se deriva de una práctica medieval de enviar contribuciones y donaciones para apoyar al papado.
Pero la moderna colecta del Óbolo de San Pedro se formalizó a raíz del Risorgimento –la unificación secular de Italia como un estado nacional moderno–, que provocó la conquista de los Estados Pontificios y puso fin así a las fuentes de ingresos civiles del Papa.
El Papa Pío IX, quien tras la caída de los Estados Pontificios se consideraba un “prisionero del Vaticano” rodeado por un estado italiano hostil, formalizó la práctica de pedir a los católicos de todo el mundo que hicieran donaciones directamente al papado, para ayudar en las necesidades y actividades del Papa.
Desde su origen en la década de 1870, la colecta se destinó tanto al mantenimiento de la Santa Sede como a contribuciones caritativas individuales seleccionadas por el Papa.
El sitio web oficial del Vaticano para la colecta señala que esto refleja la misión universal del Papa:
El Santo Padre atendió a los más necesitados (recordamos, por ejemplo, el desastroso terremoto de Croacia en 1881), destinando una parte del Óbolo de San Pedro. De hecho, el apoyo recibido por el Papa no podía sino compartirse con quienes se encontraban en situación de grave necesidad, expresando así la solicitud de un padre que cuida de todos sus hijos: recibir para dar, y dar a los más necesitados en ese momento.
Desde 2021, el Vaticano publica los informes financieros anuales de la colecta en el sitio web oficial del fondo. Desde entonces, las donaciones anuales totales recibidas por el fondo han aumentado de 44,4 millones de euros en 2021 a 54.3 millones de euros en 2024.
Además de las donaciones, el fondo Óbolo de San Pedro también se nutre de ingresos y ventas de inversiones e inmuebles. Generalmente, estos ingresos son de tan solo unos pocos millones de euros, pero en 2022 se produjeron varias ventas importantes de inmuebles, lo que resultó en una inversión total de 63.5 millones de euros ese año.
En un año promedio, el 62% de las donaciones proviene de fondos recaudados entre católicos comunes por diócesis de todo el mundo. Otro 25% proviene de fundaciones católicas. El resto proviene de órdenes religiosas y de donantes privados que donan directamente al Vaticano.
Entre las donaciones diocesanas y privadas, la distribución geográfica está dominada por Estados Unidos, que ha aportado, en promedio, el 38% de las donaciones en los últimos cuatro años. Esto se debe, en parte, a que Estados Unidos tiene la cuarta mayor población católica del mundo y, en parte, a su riqueza, en comparación con otros países.
Italia, con la sexta mayor población católica del mundo, registró la segunda mayor contribución en los últimos cuatro años, aportando el 10% del total de donaciones recibidas por el Óbolo de San Pedro. Francia fue el tercer mayor contribuyente con el 8% y Corea del Sur el cuarto con el 6%.
Alemania, que tiene la decimoquinta población católica más grande del mundo, pero que dispone de amplios recursos financieros debido a su sistema de impuestos eclesiásticos, fue el quinto mayor contribuyente en los últimos cuatro años, aportando el 5% de los fondos recaudados.
Brasil, que tiene la mayor población católica del mundo, quedó en sexto lugar, con el 4% de todas las contribuciones.
Como ocurre con muchos aspectos de las operaciones del Vaticano, el Óbolo de San Pedro normalmente gasta más de lo que ingresa. De 2021 a 2024, el Óbolo de San Pedro recaudó 263.9 millones de euros y gastó 336.6 millones de euros.
Obviamente, gastar más de lo que ingresa el fondo solo funcionará mientras el Óbolo de San Pedro tenga reservas disponibles. Pero no está claro si el Óbolo de San Pedro realmente tiene efectivo en el banco; el Vaticano no revela el tamaño de sus reservas. Por lo tanto, no está claro cuánto tiempo podría mantenerse el nivel actual de gasto deficitario.
Debido a que es una fuente de ingresos de la Iglesia global, y dada la práctica de décadas del Vaticano de tener un déficit presupuestario estructural, el Óbolo de San Pedro se ha convertido en un método clave para financiar al Vaticano, que ha estado teniendo déficits insostenibles en los últimos años.
Aunque la comercialización de la colecta del Óbolo de San Pedro (particularmente en los EE. UU.) a menudo enfatiza las donaciones del Papa a proyectos caritativos específicos en todo el mundo, “financiar las obras de caridad del Papa” es en realidad una minoría del gasto del Óbolo de San Pedro.
En los últimos cuatro años, el fondo ha gastado el 84% de su dinero en financiar los dicasterios del Vaticano, y sólo el 16% de los fondos se ha destinado a proyectos caritativos en todo el mundo.
Las declaraciones financieras del Vaticano brindan ejemplos de algunos de estos proyectos caritativos en los que se gasta un promedio del 16% de los fondos del Óbolo de San Pedro cada año.
En 2024, entre ellos se encontraban:
92,000 euros para la reparación de un monasterio en Cuba.
92,000 euros para la renovación de un dormitorio en Angola.
84,000 euros para la construcción de una residencia de ancianos en la India.
Cada año se invierten un promedio de 13 millones de euros en proyectos de este tipo en todo el mundo.
Aun así, la gran mayoría del fondo se destina a financiar una serie de dicasterios, descritos como “de apoyo a la misión apostólica” en los dicasterios financieros del Vaticano.
El Óbolo de San Pedro destinó 61.2 millones de euros en 2024 al apoyo de los dicasterios, lo que fue menos que el promedio de cuatro años de 71 millones de euros.
El presupuesto total de 2024 para los dicasterios apoyados fue de 367.4 millones de euros, de los cuales el Óbolo de San Pedro cubrió el 17%.
La información financiera no menciona dicasterios o programas específicos, pero las partidas más importantes en términos de financiación se describen a continuación:
Apoyo a las iglesias locales en dificultad y en contextos específicos de evangelización 24.4
Difusión del mensaje 7.6
Nunciaturas apostólicas 6.5
Servicio de caridad 6.2
Culto y evangelización 5.1
Otros 11.4
En muchos sentidos, la financiación del Óbolo de San Pedro parece haber cerrado el círculo. Al inicio del programa moderno, en la década de 1870, se utilizó para financiar las operaciones generales del Vaticano después de que la Santa Sede perdiera sus fuentes de financiación civil durante la unificación política de Italia.
Hoy, con las finanzas vaticanas en crisis, vuelve a haber un fondo general para apoyar las prioridades del Papa, desde las acciones caritativas hasta el funcionamiento de la Santa Sede.
Y, sin embargo, incluso como fuente global de fondos, podría no ser suficiente para evitar los problemas financieros que enfrenta el Vaticano. Podría ser necesario un fondo más explícitamente centrado en la financiación general de las operaciones de la Santa Sede para subsanar las deficiencias que actualmente enfrenta el presupuesto.

¿A los pobres se les anuncia el Evangelio?

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Iglesia católica alemana se aprieta el cinturón pese al aumento del impuesto eclesiástico: Zentralkomitee der deutschen Katholiken ZdK

Si pagan el impuesto, se les administran los sacramentos”.

Por Lucas Coppen– The PillarCatholic.com
Beate Gilles, secretaria general de la conferencia episcopal alemana, dijo el 7 de julio que los funcionarios de la Iglesia necesitaban hacer “duros recortes” a los gastos de un fondo común conocido como la Asociación de Diócesis de Alemania, citando un número decreciente de católicos y una caída anticipada en los ingresos fiscales de la iglesia.
Ante la disminución del número de miembros y la prevista disminución de los ingresos fiscales eclesiásticos, la Iglesia en Alemania necesita medidas ambiciosas de recorte de gastos. Esto también afecta a la Conferencia Episcopal Alemana, afirmó.
Ante estos avances, es fundamental que se implementen cambios para los numerosos beneficiarios de subvenciones que reciben un subsidio a nivel nacional a través del presupuesto de la Asociación de Diócesis de Alemania.
La Asociación de las Diócesis de Alemania, conocida por su acrónimo alemán VDD, es la entidad legal de la Conferencia Episcopal Alemana, que reúne a las 27 diócesis económicamente independientes del país para financiar proyectos compartidos.
Financia el extenso aparato burocrático de la conferencia episcopal, incluyendo sus 14 comisiones episcopales dedicadas a temas como la doctrina, la liturgia, el ecumenismo y la migración. También apoya a organizaciones como el poderoso Comité Central laico de Católicos Alemanes y cubrió los costos de la controvertida “vía sinodal” 2019-2023.
La VDD se financia en gran parte con fondos de las 27 diócesis, que se obtienen a través del impuesto eclesiástico, que toda persona registrada como católica en Alemania debe pagar con el riesgo de perder el acceso a los sacramentos .
Las autoridades eclesiásticas anunciaron el 4 de julio que las 27 diócesis recibieron un total de 6,620 millones de euros (unos 7,800 millones de dólares) a través del impuesto eclesiástico en 2024, frente a los 6,510 millones de euros (unos 7,600 millones de dólares) de 2023.
En 2024, otros 321,611 católicos abandonaron formalmente la Iglesia en Alemania, lo que significa que ya no contribuirán al impuesto eclesiástico.
La paradoja de que los ingresos fiscales de la Iglesia aumenten mientras que el número de católicos disminuye anualmente en cientos de miles podría explicarse por tendencias económicas positivas, como el aumento de los salarios, o deberse a que los católicos con mayores ingresos permanecen en la Iglesia, mientras que los contribuyentes más pequeños la abandonan.
Pero los funcionarios católicos creen que el fenómeno del aumento de los ingresos y la disminución de la membresía terminará pronto, con una fuerte reducción de los ingresos de la Iglesia.
Gilles afirmó: «En el futuro, tendremos que dejar de apoyar áreas de actividad que son importantes y también requeridas por el Evangelio, pero para las que simplemente no tenemos los recursos necesarios».
“Esto es… menos una declaración sobre la importancia del respectivo campo de actividad y más una declaración sobre la menguante fuerza de la Iglesia en su conjunto”.
Gilles dijo que la asamblea general de la VDD, encabezada por el presidente de la conferencia episcopal, obispo Georg Bätzing, confirmó en una reunión del 24 de junio su intención de presentar un presupuesto equilibrado para el año fiscal 2027.
Se ahorrarán alrededor de ocho millones de euros (9.4 millones de dólares) de los aproximadamente 129 millones de euros (151 millones de dólares) presupuestados para 2027.
«El proceso de ahorro, que ya se está llevando a cabo en paralelo en muchas diócesis, es ineludible», dijo Gilles. «Habrá recortes drásticos, que son inevitables».
El mismo día que Gilles anunció las medidas de austeridad, la diócesis de Limburgo, dirigida por el obispo Bätzing, dijo que había registrado su primer déficit anual.
La diócesis de Alemania occidental explicó que las razones de su déficit de 810,000 euros (950,000 dólares) en el ejercicio 2024 incluían “el aumento de los costes de personal y pensiones, la continua disminución de los ingresos fiscales eclesiásticos y las consecuencias financieras de megatendencias sociales como el cambio demográfico, la disminución de la lealtad a la Iglesia y la creciente secularización”.
La diócesis predijo un déficit de más de 100 millones de euros (117 millones de dólares) para 2035, pero insistió en que tenía los recursos para hacer frente a los desafíos futuros.
Más de 10,000 personas abandonaron formalmente la Iglesia en la diócesis de Limburgo en 2024, reduciendo la población católica total a 501,450.
Mientras tanto, la diócesis de Augsburgo, en Baviera, el corazón tradicional del catolicismo alemán, registró un déficit de 11.4 millones de euros (13.4 millones de dólares) en 2024, frente a los 3.7 millones de euros (4.3 millones de dólares) de 2023.
La diócesis declaró que esperaba recibir 390.1 millones de euros en impuestos eclesiásticos en 2024, pero los ingresos reales fueron de 369.7 millones de euros. El impuesto eclesiástico representa aproximadamente el 83.5 % de los ingresos totales de la diócesis.
La diócesis señaló que sus mayores desafíos eran los crecientes costos de personal combinados con la disminución de los ingresos fiscales de la iglesia.
Más de 17,000 católicos abandonaron formalmente la diócesis de Augsburgo en 2024, lo que eleva el número total de católicos a poco más de 1.1 millones.

Castillo Mattasoglio: “Me quedo hasta el 2030

Pese al número de acusaciones de mal manejo de abusos sexuales y de dinero, Castillo dice que se quedará cinco años más

Por Alejandro Bermudez– www.hoyenlaiglesia.org
El arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, presentó su renuncia al Papa Francisco en febrero de 2025, al cumplir 75 años, como lo requiere el código de derecho canónico. Él había comentado a su círculo de confianza que estaba cansado, que no estaba bien de salud, y quería que el Papa (entonces Francisco) le aceptara la renuncia.
Pero el tono de entonces ha sido reemplazado ahora por el anuncio de que piensa quedarse hasta cumplir ochenta años, es decir, cinco años más.

El contexto

Castillo Mattasoglio, además de una creciente impopularidad entre los fieles, viene enfrentando numerosas acusaciones referidas al mal manejo de casos de abuso sexual y de dinero.
Diversos medios de prensa, en inglés y en español, se han referido a estas situaciones escandalosas. Yo las he reproducido en artículos en los que cito las fuentes textualmente. El primero se refería al caso del abuso sexual y de poder de un sacerdote de la arquidiócesis de Lima; el segundo al de los inexplicables sueldos exorbitantes para sus colaboradores cercanos, pese a la crisis económica del arzobispado.

Un problema más

Localmente, Castillo Mattasoglio enfrenta otro problema menos conocido internacionalmente: el desmanejo y la crisis económica de la Asociación de Instituciones Educativas de la Arquidiócesis de Lima (AIEC).
La AIEC fue una creación del Cardenal Juan Luis Cipriani, antecesor de Castillo Mattasoglio, con la intención de unificar y coordinar, desde una administración central, los aspectos pastorales y administrativos de los numerosos colegios parroquiales de la Arquidiócesis.
Castillo Mattasoglio, en el mundo interno de la arquidiócesis -pero con repercusiones en la prensa local,- es acusado no solamente de haber dilapidado la otrora sólida situación financiera y organizacional dejada por su predecesor, sino que algunos de los beneficiados de su inusual magnanimidad salarial debieron dejar colegios que forman parte de la AIEC.
Internamente, se sabe que Castillo Mattasoglio inmediatamente ordenó una investigación del uso de los fondos de la AIEC apenas tomó posesión de la arquidiócesis. También se sabe que el resultado fue que la administración había sido ejemplar y el manejo económico impecable.

La respuesta-amenaza

Castillo Mattasoglio dio respuesta a la reciente ola de críticas, incluyendo las referidas a la AIEC, -como acostumbra- de manera indirecta, pero clara y hasta desafiante. Fue durante la homilía que pronunció durante una Misa por el Día del Maestro en el colegio católico Santiago Apóstol el pasado 4 de julio.
En la homilía, refiriéndose tanto a los fariseos como a sus actuales críticos, Castillo Mattasoglio dijo: Siempre hay un grupo aguafiestas, los fariseos… Estos días hemos tenido muchos chismes y mentiras, estamos acostumbrados que nos creen chismes y mentiras y también en la AIEC…
Lo importante es cómo vamos en el camino del señor, pero esos aguafiestas enredan las cosas cuando las cosas son muy simples, tanto en la Iglesia de Lima como en la AIEC, especialmente nos hemos reforzado estos años estos por reordenar en forma vigilante, porque había muchas cosas que mejorar, y seguimos, y la tarea de ser vigilantes es una tarea fundamental para observar aquello realmente todos como es que puede marchar aquellos que vivimos como una comunidad educativa y como comunidad eclesial y siempre hemos estado atento a las críticas y muchas veces hemos (hecho) autocrítica (de) errores que hemos cometido y estamos dispuesto a autocriticarnos y corrigiéndonos (sic).

Castillo Mattasoglio continuó: “Pero claro el chisme de los fariseos siempre se quieren a meter a distorsionar porque es verdad que hay corregir nuestros errores y porque aún (hay) muchas cosas que corregir pero no porque estemos escondiendo nada, todo es claro. Entonces tenemos que mantener cómo vamos a mantener las cuentas de todo y de hecho ya el Vaticano tiene las primeras cuentas que hemos encontrado y el esclarecimiento”.
Insinuando que existían malos manejos antes de su administración, en los tiempos del Cardenal Cipriani, Castillo añadió en la homilía -convertida en ese momento en una arenga política e ideológica- que no “hemos hecho lío en la calle” porque se había dedicado a “expandir la pastoral de la Iglesia” y porque no quería ser como “muchos políticos” que “suben y comienzan a pelearse con el anterior“.
Y en una no muy críptica referencia a su predecesor y su administración, Castillo soltó una amenaza: “Aquí no se hace eso y los trapitos sucios no se guardan, los tomamos en cuenta e informamos, en su momento el Señor hará justicia, ya veremos cuando”.

Castillo no se va… dice él

En la misma homilía, frente al creciente pedido de dejar el gobierno de la arquidiócesis lo antes posible, Castillo Mattasoglio anunció desafiante: “Y evidentemente el día que tenga que dejar el puesto será dentro de 5 años porque he recibido del Papa la ratificación como arzobispo de Lima, hasta los 5 años por lo menos, hasta los 80”.
Habrá que ver si es cierto que el Papa León XIV le ha garantizado a Castillo Mattasoglio su permanencia hasta el 2030. En todo caso, la promesa no disminuirá ni el malestar con su gestión ni las dudas respecto a su recto manejo de la hoy maltratada economía arquidiocesana.

Nuncios denunciados

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Tagliaferri, Dossena, Passigato y Musaró

Por Carlos Castillo Mattasoglio- Diario El País.
Después de terminar mi bachillerato en sociología, en 1973, decidí dejar la capital para conocer más a fondo mi país. Me fui a vivir en donde pude conseguir un trabajo como profesor de sociología, en Cerro de Pasco, una zona minera a 4,300 metros de altura sobre el nivel del mar. Desde pequeño quería ser sacerdote, pero mis acompañantes espirituales me insistieron en que conociera primero la realidad peruana a la que tendría que servir. En Cerro de Pasco coincidían la Universidad Daniel Alcides Carrión y el mundo laboral, minero y campesino. En un contexto de fuerte tensión social y en medio de un debate teológico cada vez más intenso, la Iglesia crecía en las comunidades populares de las periferias.
Estando en Cerro de Pasco, desde 1974 observé la reacción, sobre todo en Lima, contra la “Teología de la liberación” de Gustavo Gutiérrez. Especialmente en 1978 con la publicación del libro “Como lobos rapaces: Perú ¿una iglesia infiltrada?” de Alfredo Garland. Detrás estaba Figari. Allí empezó todo el drama de la persecución injusta contra el padre Gustavo Gutiérrez. Desde el inicio, aquella respuesta demencial era, en el fondo, un ataque contra el cardenal Juan Landázuri, considerado demasiado abierto para ellos. Atacaron a Helder Camara o Hans Kung, pero sobre todo a Gustavo Gutiérrez, considerado izquierdista. En cambio, se trataba solamente de un hombre abierto al Evangelio y a los signos de los tiempos, que actualizaba la fe para nuestro continente pobre y profundamente creyente. Se cuestionaba que, tras la Conferencia de Medellín, la Iglesia del continente se hubiera insertado en la vida y sufrimiento de los pobres, especialmente de los campesinos, llamados por Pablo VI “sacramento de Cristo”.
En 1979 regresé a Lima y me presenté ante el cardenal Landázuri, al que conocía desde los 15 años como delegado de la JEC. Solicité ser candidato para los estudios de filosofía en el Seminario. Quería ser sacerdote. En aquellos años me iba guiando el misionero del Sagrado Corazón padre Germán Schmitz, obispo auxiliar de Lima desde 1970, preocupado especialmente por la formación de los agentes de pastoral y uno de los redactores principales del Documento de Puebla. Su “opción preferencial por los pobres”, por su fidelidad a Dios y a los hombres, contrastaba fuertemente con las noticias que me iban llegando de la formación que ofrecía el Sodalicio a sus adeptos: consignas ideológicas elitistas, pensamientos simplistas, rechazo del análisis racional. Me enteré también de que el Sodalicio, con intervención del joven sacerdote Jaime Baertl, había convertido un terreno en Lurín, un distrito al sur de Lima donado por la Familia Aguirre Roca, en un cementerio privado libre de impuestos. Así, comenzaba el despegue económico del Sodalicio.
En aquellos años, este grupo, hasta entonces desconocido, empezó a tener un nombre en Roma. Yo era testigo de primera mano, pues estudié allí desde octubre de 1979 a junio de 1987. Algunos prelados de la Curia se referían a Figari como un “laico ejemplar”, “avanzadilla de la solución” a los problemas de aquella Iglesia latinoamericana post-conciliar, pues ante una “Teología de la liberación” sospechosa de izquierdismo, este fundador laico proponía una “Teología de la reconciliación”.
Por aquellos años empezó la persecución contra Gustavo Gutiérrez, y el Sodalicio intervino. El cardenal Ratzinger había pedido a los obispos peruanos que examinaran los escritos del padre Gustavo. Un día de 1984, año de mi ordenación, Gutiérrez llamó por teléfono desde Lima y me indicó que estaba enviando un paquete lleno de documentos que yo tenía que entregar directamente al cardenal Ratzinger. Antes de ello, el padre Gutiérrez había sido inquirido con diversas preguntas por el mismo cardenal, las cuales siempre habían sido respondidas.
Me recibió el monseñor Joseph Clemens y, tras una larga espera, me pasó al cardenal Ratzinger: “¿Qué es esto?”, preguntó. “Son los documentos que ha escrito como respuesta a las preguntas que usted le hizo llegar. Los envía a través de mí porque le preocupaba no recibir de usted respuesta alguna”. Entonces el cardenal Ratzinger apostilló: “Es decir que los documentos que tenían que haber llegado vía Nunciatura no han llegado”. Añadió: “Ya sabía que algo pasaba, porque el padre Gutiérrez es sumamente serio y no podía haber fallado”. Había habido un cortocircuito en Nunciatura o en otra parte. Aunque la primera opción era la más probable, pues un miembro del Sodalicio apoyaba externamente el trabajo en Nunciatura.
Allí también dije al cardenal Ratzinger que Gutiérrez había escrito su libro sobre espiritualidad llamado “Beber en su propio pozo” que la editorial Queriniana lo estaba corrigiendo para publicarlo el próximo mes de junio de 1984 y que el teólogo Rossino Gibellini quería presentarlo en Roma con la presencia del padre Gustavo. El cardenal asintió y me dijo: “Yo publico también en Queriniana y Rossino siempre publica textos sólidos. Enviaré a alguien. ¿Cuándo es la presentación?”. Le dije el 7 de junio. “Allí estarán dos de mis colaboradores”, respondió. Nos despedimos amablemente y luego comprobé que aquella presentación había sido un éxito. El 8 de junio partí de Roma para ser ordenado el 15 de julio.
En octubre de 1984, llegó la Conferencia Episcopal en pleno a Roma. El “caso Gustavo Gutiérrez” terminó con un documento hecho por el marianista Óscar Alzamora, amigo de Gutiérrez, pero también del Sodalicio. En este documento, como decía el padre Gutiérrez, no se le condenaba a él, sino a Jesús. Gutiérrez, mostrando gran obediencia y amor a la Iglesia, rehizo el borrador de su texto, lo sometió al parecer de monseñor Schmitz y lo presentó a la Asamblea reunida en Roma. Finalmente, emergió la verdad y Gustavo Gutiérrez fue salvado. Los titulares decían: “Landázuri y Wojtyla salvan a Gutiérrez”. A pesar de que no se habló de Ratzinger, él había salvado a Gutiérrez, al que conocía bien por sus profesores.

Puro slogan

Sin duda, el monseñor Alberto Brazzini, Óscar Alzamora SM, Ricardo Durand Flórez SJ, Fernando Vargas SJ y el Sodalicio, cercanos ya entonces a la geopolítica que tomaría cuerpo después en el pontificado de Juan Pablo II con los Cardenales Sodano y López Trujillo, estuvieron a punto de hacer algo grave con el padre Gutiérrez. Mientras, la “Teología de la reconciliación” se quedaba en puro slogan.
El Sodalicio se oficializó con el cardenal Landázuri y creció con el también cardenal Vargas Alzamora. Al inicio convencieron a varios laicos y sacerdotes con influencia entre las clases altas limeñas, como Harold Griffith, Armando Nieto SJ y Alberto Brazzini. Al final, salvo Brazzini, todos terminaron desencantándose. También les apoyaron los Nuncios: Tagliaferri y Dossena, en su proceso de reconocimiento canónico por lo demás plagado de irregularidades; después Passigato y Musaró, consolidando su estructura económica.
En 1987, cuando regresé como cura a Lima y fui vicario de jóvenes de la pastoral universitaria, tuve un altercado con los sodálites, pues se querían apropiar de las capillas universitarias e imponer allí sus símbolos. Me acusaron de prohibirles tener un espacio por no dejarles poner su letrero. Me hicieron un informe, denunciándome ante el cardenal Augusto Vargas. Él me dijo: “Acaban de estar aquí los del Sodalicio y les he dicho que esto no es la Gestapo”. Se había hartado de tanta instrumentalización por parte de este grupo religioso hermético y elitista. El cardenal no lo vio porque falleció en 2000, pero los años siguientes confirmarían que aquella apariencia de perfección eclesial, alabada y celebrada por una parte de la jerarquía, escondía una realidad turbia e inquietante.
Finalmente, en el 2019, apenas fui nombrado arzobispo de Lima, un jesuita me informó que un chico necesitaba hablar conmigo. Había sido afectado por un sodálite, le daban pastillas para la esquizofrenia, que nunca tuvo antes y que le habían provocado. Tenía que pagar la deuda que contrajo al comprar aquellos medicamentos y no le alcanzaba. “Han experimentado conmigo”, me dijo. Este chico me pedía ayuda porque solo le dieron unos pocos miles de soles en concepto de reparación. Además, acumulaba deudas por lo que gastó durante el tiempo que fue sodálite. Escribí al Superior General: “mi feligrés de Lima, que ahora vive en Santiago de Chile, maltratado por un experimento de ustedes en su psique, necesita esta ayuda y les exijo que, al menos, salven esta deuda mínima”. Le dieron el dinero.
Como teólogo y sociólogo empecé a preguntarme qué es realmente el Sodalicio y movimientos eclesiales parecidos. No es solo política, como en sus inicios; ahora es religión instrumentalizada para un plan político. Figari coincide con Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, un depravado en lo personal y con un proyecto político económico escondido tras una fachada religiosa. “¿Por qué han experimentado con este chico?”, me pregunté. No era el único.
Es lo que hicieron con víctimas como Rey de Castro, conocido por ser un “esclavo de Figari”: servilismo y control mental. Recordé, entonces, algo que estudié en mi tesis: “los conquistadores como todos los tiranos intentan siempre desordenar los entendimientos de los indios a través de volverlos pusilánimes para que no piensen en su libertad”, de “Historia de las Indias” de Bartolomé de las Casas. El Sodalicio ha destruido a las personas, sometiéndolas a sus intereses de conquista. Esto no tiene nada de cristiano.

Pelagiano

Mi hipótesis es que el Sodalicio obedece a un proyecto político. Es la resurrección del fascismo en América Latina, usando arteramente la Iglesia, mediante métodos sectarios, experimentando cuan fuerte eres o forzándote a dormir boca abajo en unas escaleras para forjar el carácter. Es decir, puro ascetismo pelagiano. Todo ello deriva hacia un control mental de personas que terminan convertidas en ejércitos de robots que conquistan y dominan. Mi idea es que, si América Latina es una reserva católica sometida a mil y un intereses ajenos, entes como el Sodalicio impiden que se desarrolle un cambio en ella. Llegaríamos a este cambio si anunciáramos el amor gratuito de Cristo y, en libertad, donde cada uno tiene “todo el tiempo de la vida para convertirse”, como gustaba decir Las Casas. Jesuitas y dominicos eran ejército y sus reducciones buscaban un cambio social con el aporte de la fe. Pero estos movimientos son reducción total y el cambio político que pretenden, su lucha contra el marxismo en este caso, pasa por someter a las personas.
El uso de la religión para fines ajenos a la extensión de la buena noticia de Jesús es lo más destructivo para la Iglesia Católica. Por ello, he llegado a la conclusión que en el Sodalicio no hay carisma. Solo hay carisma cuando la persona recibe un don del espíritu para toda la Iglesia y sus obras son buenas. El fundador y el grupo pueden cometer errores y pecados, pero el balance es altamente positivo por las obras buenas generadas. Figari, en cambio, verificado como abusador, y con él gran parte del núcleo fundacional y otros, inventó un presunto carisma para proteger un proyecto político y sectario. Este experimento lo compraron gente bienintencionada que creían que era un proyecto bueno para luchar por Perú. Pero no es este el camino. No el de la manipulación sectaria.
El Sodalicio y los otros grupos fundados por Figari no son salvables porque nacen mal y sus frutos a lo largo de los últimos cincuenta años así lo demuestran. Al servicio de la guerra fría latinoamericana, ha sido una máquina destructora de personas, inventado una fe que encubre sus delitos y su ambición de dominio político y económico. No hay nada espontaneo en sus miembros. No hay libertad y sin ella no hay fe. Como experimento fallido, debería ser suprimido por la Iglesia.

El arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario del Vaticano para las Relaciones de los Estados, y Laura Hochla, encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede, se dirigieron a la multitud en Villa Richardson el 30 de junio de 2025, en Roma, donde este año se celebró el 4 de julio con un hito especial: la reciente elección del primer Papa nacido y criado en Estados Unidos.Arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, y Laura Hochla, encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede, reunidos en Villa Richardson Roma, donde se celebró el 4 de julio con la reciente elección del primer papa nacido en EE. UU. (Foto: Cortesía de la Embajada de EE.UU. ante la Santa Sede)

Embajada de Estados Unidos en Roma honra al primer Papa nacido en Estados Unidos mientras celebra un hito diplomático entre Estados Unidos y el Vaticano

Por Courtney Mares/CNA
En 1984, el presidente Ronald Reagan y el Papa Juan Pablo II establecieron relaciones diplomáticas plenas.
Bajo un dosel de pinos romanos, los estadounidenses en Roma celebraron el 4 de julio de este año con algo más que una barbacoa y fuegos artificiales: la histórica elección del primer Papa nacido y criado en Estados Unidos.
“Celebremos el hito de un Papa estadounidense el 4 de julio, en un espíritu de amistad, libertad y propósito compartido”, dijo Laura Hochla, encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede, dirigiéndose a la multitud en Villa Richardson, la residencia del embajador de Estados Unidos.
La celebración anual del Día de la Independencia de la embajada, realizada el 30 de junio, conmemoró no sólo el 249º aniversario de los Estados Unidos sino también el 41º aniversario de las relaciones diplomáticas formales entre Washington y la Santa Sede, vínculos que ahora encuentran nueva resonancia en el pontificado del Papa León XIV, nativo de Chicago.
El arzobispo Paul Richard Gallagher, secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, dijo que la elección del Papa León XIV llevó la contribución de Estados Unidos a la Iglesia “a otro nivel” al ofrecer una visión general de la historia de las relaciones entre Estados Unidos y el Vaticano en su discurso en la fiesta.
“Como inglés, normalmente he abordado la celebración del 4 de Julio y la independencia estadounidense con cierta libertad, más con humor que con independencia”, dijo el arzobispo Gallagher, originario de Liverpool. “Pero ahora que tenemos un papa estadounidense, tengo que reconsiderar mis comentarios”.
Al rastrear las relaciones hasta los inicios de la república, el arzobispo Gallagher señaló que la presencia de la Iglesia Católica en Estados Unidos comenzó con humildes misioneros e inmigrantes. «En su patria adoptiva, los católicos a veces eran vistos con recelo. Sin embargo, a medida que su número crecía, también lo hacía su contribución a la sociedad estadounidense», afirmó.
El primer contacto diplomático [entre Estados Unidos y el papado] se remonta a 1788, cuando Benjamin Franklin envió al papa Pío VI un mensaje de George Washington. En él, afirmaba que el estado recién independizado no veía la necesidad de intervenir en el nombramiento de obispos, ya que la Revolución estadounidense trajo no solo libertad a las colonias, sino también libertad religiosa, relató el arzobispo Gallagher.
Los estadounidenses en Roma celebraron el 4 de julio de este año con algo más que una barbacoa y fuegos artificiales: el hito del primer papa nacido y criado en Estados Unidos. Crédito: Foto cortesía de la Embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede.Los estadounidenses en Roma celebraron el 4 de julio con barbacoa, fuegos artificiales y el hito del primer papa nacido en Estados Unidos. Crédito: Foto cortesía de la Embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede.
Estados Unidos mantuvo relaciones consulares con los Estados Pontificios a partir de 1797 y relaciones diplomáticas con el Papa desde 1848 hasta 1867, aunque no a nivel de embajador.
Los lazos diplomáticos terminaron en 1867 cuando el Congreso aprobó una prohibición de financiar las relaciones con la Santa Sede, una medida impulsada en parte por el sentimiento anticatólico en Estados Unidos. Desde entonces, el Vaticano y Estados Unidos dependieron de enviados personales durante más de un siglo, incluso durante la Segunda Guerra Mundial.
No fue hasta 1984 que el presidente Ronald Reagan y el Papa Juan Pablo II establecieron relaciones diplomáticas plenas.
El arzobispo Gallagher enfatizó lo lejos que ha llegado la Iglesia católica estadounidense, citando el ascenso de los católicos a altos cargos, desde John F. Kennedy hasta el actual vicepresidente, y las crecientes contribuciones intelectuales de los teólogos estadounidenses, incluido el padre John Courtney Murray, cuyas ideas sobre la libertad religiosa dieron forma al Vaticano II.
El diplomático del Vaticano describió el diverso árbol genealógico del nuevo Papa como “típicamente estadounidense”.
Para muchos estadounidenses reunidos en Villa Richardson, el simbolismo de la elección de León XIV fue profundamente sentido.
“La elección del primer Papa de Estados Unidos representa el paso a la madurez de la Iglesia católica estadounidense”, dijo a CNA Susan Hanssen, profesora de historia en la delegación de la embajada.
“Una comunidad católica inmigrante, consciente de su propia situación, que luchaba contra la asimilación, de repente estalló en vocaciones sacerdotales y conversos prominentes durante el resurgimiento de Juan Pablo II. Fue un espectáculo de confianza en la verdad de la fe y su poder para abordar los problemas de la modernidad”, añadió Hanssen, quien actualmente imparte clases en el programa de verano de la Universidad de Dallas, una universidad católica con un campus en Roma cerca de Castel Gandolfo, donde se encuentra la residencia de verano del Papa.
“El Papa León, al acoger a León XIII como su patrono, representa este momento de madurez”, afirmó.
Hamburguesas, perritos calientes y una escolta de la Infantería de Marina añadieron un toque estadounidense a la velada. A pesar de la celebración, la embajada sigue sin un embajador confirmado por el Senado ante la Santa Sede. El candidato del presidente Donald Trump, Brian Burch, fue aprobado por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado en mayo, pero enfrenta un obstáculo procesal en el pleno del Senado después de que los demócratas suspendieran la designación de varias candidaturas al Departamento de Estado debido a preocupaciones sobre la financiación de la ayuda exterior.
Hasta que el Senado actúe, la embajada continuará bajo el liderazgo de Hochla, quien asumió el cargo de encargada de negocios en julio de 2024.

Carlos Castillo Mattasoglio con el Papa Francisco

El Cardenal Carlos Castillo enfrenta serias acusaciones de encubrimiento de abuso sexual por parte del sacerdote Nilton Zárate Rengifo en la Arquidiócesis de Lima, según testimonios y documentos revelados por medios católicos (concretamente, The Pillar).
Contexto de las acusaciones
El artículo detalla testimonios de una religiosa que denunció haber sido víctima de acoso y manipulación por parte del padre Zárate, quien era su director espiritual. Según la denunciante, el sacerdote hizo solicitudes inapropiadas, que incluyeron tocamientos indebidos y presiones para enviarle fotos íntimas. A pesar de haber denunciado estos hechos a las autoridades eclesiásticas, la denuncia fue tratada de manera negativa y con falta de sensibilidad.
Reacción de la Arquidiócesis de Lima
La investigación eclesiástica ha sido criticada por su falta de rigor y respeto hacia la denunciante. Se informó que la religiosa se sintió obligada a aceptar actas que no reflejaban sus declaraciones. Su abogado indicó que las comunicaciones dirigidas a Castillo y el Vaticano no han recibido respuestas formales, lo que plantea dudas sobre la gestión del caso.
Cultura de Encubrimiento
Fuentes dentro de la Arquidiócesis sugieren que este caso podría no ser aislado. Se ha mencionado la existencia de una cultura de encubrimiento donde sacerdotes con acusaciones previas han sido protegidos en lugar de ser sancionados. Esto pone de relieve una aparente doble moral en el manejo de acusaciones dentro de la iglesia.
La situación del Cardenal Castillo sigue generando controversia, y las reacciones a la cobertura de estos hechos por parte del clero y la comunidad siguen su curso. Esta serie de eventos refleja la lucha continua dentro de la Iglesia Católica por abordar serios problemas de abuso y protección de víctimas.
Fuente: Infobae.com

GRAVES ACUSACIONES DE UNA RELIGIOSA CONTEMPLATIVA

La Arquidiócesis de Lima atraviesa un momento de profunda turbulencia tras las recientes acusaciones contra el cardenal Carlos Castillo Mattasoglio, según un reportaje publicado por The Pillar el 30 de junio de 2025.
Las denuncias, que abarcan desde presuntos malos manejos financieros y administrativos hasta el grave señalamiento de encubrir un caso de abuso sexual, han desatado un torbellino de críticas que cuestionan el liderazgo del arzobispo.
Las acusaciones según The Pillar
El reportaje de The Pillar expone tres líneas principales de acusaciones contra el cardenal Castillo: irregularidades financieras, inestabilidad administrativa en la vicaría judicial y, de manera particularmente alarmante, el presunto encubrimiento de un caso de abuso sexual perpetrado por el padre Nilton Ronie Zárate Rengifo, un sacerdote cercano al arzobispo. Según el testimonio de una monja contemplativa, Zárate la acosó sexualmente y la manipuló en su rol como director espiritual y confesor desde 2018, actos que constituyen un delito canónico grave, como absolver a un cómplice en un pecado contra el sexto mandamiento.
La investigación interna, liderada por los sacerdotes Jorge Andrés López Vignand y Edwin Limas en agosto de 2020, fue descrita por la denunciante como “traumática”, con interrogatorios que ella calificó de “inquisitoriales” y carentes de empatía. Un sacerdote testigo señaló que el trato hacia la monja fue “despectivo y autoritario”, lo que sugiere serias deficiencias en el proceso. La monja afirmó no haber recibido notificación formal sobre el resultado de la investigación, salvo un mensaje verbal transmitido por su abadesa en noviembre de 2023, indicando que el caso había sido archivado.
El abogado canónico de la religiosa expresó su preocupación por la falta de una investigación adecuada sobre los “graviora delicta” del padre Zárate, quien, según las acusaciones, estaría protegido por su relación con el cardenal Castillo. Estas afirmaciones han intensificado las sospechas de encubrimiento y han puesto en tela de juicio la transparencia de la arquidiócesis en casos de abuso.
En cuanto a las acusaciones de mala gestión financiera y administrativa, The Pillar señala una “inestabilidad constante” en la vicaría judicial y cuestionamientos sobre el manejo de los recursos económicos de la arquidiócesis. Aunque no se ofrecen detalles específicos, la percepción de desorden administrativo ha generado un creciente malestar entre los fieles y el clero, alimentando la narrativa de un liderazgo incapaz de garantizar una gestión ordenada y transparente.
Las acusaciones actuales no son las primeras que enfrenta el cardenal Castillo. Su propio sobrino, Dino Castillo, lo acusó públicamente de conductas que, según él, contradecían los principios de la Iglesia. En una carta abierta, Castillo Sánchez calificó a su tío de “hipócrita” y cuestionó su compromiso con los valores católicos, acusándolo de priorizar intereses personales, económicos y políticos por encima de su misión pastoral.
Como medio comprometido con la defensa de la fe católica y los valores tradicionales, es nuestro deber señalar que las acusaciones contra el cardenal Castillo reflejan un problema más profundo en la arquidiócesis de Lima. La percepción de que el arzobispo ha favorecido a clérigos cercanos, como el padre Zárate, y la falta de claridad en el manejo de los recursos económicos han generado desconfianza entre los fieles, especialmente entre aquellos que anhelan una Iglesia fiel a su misión evangelizadora. La oscuridad en la gestión financiera, es un tema recurrente que merece una explicación detallada por parte de las autoridades eclesiásticas. Asimismo, la inclinación hacia posturas teológicas progresistas cuando no heréticas son gravísimas.
El caso del padre Zárate, en particular, es profundamente preocupante. La falta de una resolución clara y transparente en un caso de presunto abuso sexual no solo daña la credibilidad de la arquidiócesis, sino que también hiere a las víctimas y a los fieles que esperan justicia y verdad.
Las acusaciones contra Castillo, si bien requieren una investigación rigurosa para establecer su veracidad, reflejan una crisis de confianza que no puede ser ignorada. La percepción de favoritismo, la inestabilidad administrativa, corrupción y las sospechas de encubrimiento en casos de abuso exigen una respuesta clara y decidida. La Iglesia peruana debe recordar que su misión es ser luz en las tinieblas, especialmente en tiempos de crisis.
Las acusaciones contra el cardenal Carlos Castillo Mattasoglio representan una prueba de fuego para la arquidiócesis de Lima. La gravedad de las denuncias, especialmente en lo que respecta al presunto encubrimiento de abusos, exige una investigación exhaustiva y transparente. La arquidiócesis de Lima, como corazón de la Iglesia peruana, debe recuperar la confianza de los fieles a través de acciones concretas que reflejen los valores del Evangelio. La verdad, la justicia y la caridad deben prevalecer, y solo una respuesta firme y transparente podrá sanar las heridas de esta crisis.
Fuente: LaAbeja.pe

Calín Cardó Franco SJ y Ernesto Cavassa Canessa SJ

El Arzobispo de Lima debió salir ayer

Salen a la luz malos manejos económicos, especialmente sueldos astronómicos, de parte del Arzobispo Carlos Castillo Mattasoglio… y saldrán más

Por Alejandro Bermudez.
Solo un día después de que el medio católico norteamericano The Pillar revelara graves irregularidades morales y económicas en la Arquidiócesis de Lima, el portal católico español Infovaticana ha publicado dos artículos consecutivos revelando casos de evidente corrupción económica.
El imperio contraataca
El artículo de The Pillar, que comenté en la nota Tiempo de partir para el Cardenal Castillo, fue recogido por la edición peruana del portal de noticias Infobae con una noticia que tenía como titular “Cardenal Carlos Castillo: testimonios lo señalan de encubrir abuso sexual por parte de un sacerdote de la Arquidiócesis de Lima“.
Pero a pocas horas de su publicación, el artículo que se encontraba en esta liga desapareció. Y la liga lleva ahora a una noticia aleatoria.
Infobae nunca dio una explicación de por qué bajó la nota, pero la razón no es complicada: la edición peruana, dirigida por Marylin Corrales, está llena de periodistas migrados del diario peruano “La República“, la plataforma de la izquierda política, ideológica y eclesial peruana, lo que podríamos llamar “la coalición woke” y que en el Perú se conoce con el acertado apodo de “los caviares” en referencia a la duplicidad de principios: buena vida para mí, socialismo para los demás.. aunque ideología de género para todos.
Siendo Castillo Mattasoglio una pieza clave de esa coalición, no es descabellado imaginar una llamada del palacio arzobispal, o de un amigo intermediario, para que Corrales se encargara de desaparecer la noticia.
Infobae eliminó el artículo demasiado pronto como para quedar registrado en la memoria de Google o en sitios como Wayback Machine, pero una herramienta de inteligencia artificial logró reconstruir su estructura, que puedes leer aquí.
Entra Infovaticana
Pero los brazos de la coalición woke no son tan largos ni influyentes para evitar los artículos de Infovaticana.
En el primero, publicado el 30 de junio y titulado “Los ‘pobres’ del cardenal Carlos Castillo: Austeridad para el pueblo, privilegios para los suyos”, Infovaticana revela la existencia de un cogollo de personajes cercanos al arzobispo que se han visto beneficiados con sueldos surrealistas para el Perú -especialmente al interior de la Iglesia- mientras la arquidiócesis colapsa económicamente. Revela el artículo:
“Documentos verificados y testimonios reservados revelan una estructura de pagos y contrataciones dentro del Arzobispado de Lima que contradice frontalmente el mensaje evangélico de austeridad. La planilla millonaria de su entorno más cercano sugiere que la pobreza evangélica se exige… pero no se practica”.
Y pone como ejemplo el de una pareja -los Caro-Escalante- que se han visto favorecidos por la magnanimidad de Castillo Mattasoglio para con los suyos.
Hipólito Caro Rodulfo, actual director de ‘Asuntos Culturales’ del arzobispado, recibe un sueldo de 16 mil soles mensuales (unos 4,500 dólares norteamericanos) en un país donde el sueldo mínimo mensual es de 1,130 soles, es decir, unos 323 dólares norteamericanos.
Infovaticana señala que “Nora Escalante, su pareja, también encontró espacio en esta estructura eclesial como “directora de operaciones” —cargo inexistente hasta su creación— con un sueldo igual de elevado. Entre ambos perciben medio millón de soles al año (la friolera de 141,000 dólares norteamericanos), una cifra que escandaliza en cualquier contexto, más aún en una Iglesia que se proclama humilde y cercana al sufrimiento de los más necesitados”.
Otro caso mencionado es el del abogado de referencia del arzobispado, Juan Fernando Castañeda Abarca, que ha triplicado su facturación, alcanzando los 18 mil soles mensuales.
Según Infovaticana: “Estos casos, lejos de ser excepciones, parecen revelar una lógica interna en la administración del cardenal Castillo: premiar la cercanía ideológica y política con generosos contratos financiados por el mismo pueblo creyente que es llamado cada domingo a ‘vivir con lo necesario’.
Se viene más
Antes de escribir esta nota, pregunté a redactores de Infovaticana si esta información estaba corroborada. La respuesta fue que no solo contaban con “documentos contundentes” sobre los casos mencionados, sino que tenían otros más, también vinculados al mal manejo económico de Castillo Mattasoglio en favor de sus protegidos. Me confirmaron además que seguirán publicando más noticias en el futuro inmediato.
Al parecer, el desánimo y la frustración de los funcionarios eclesiásticos en Lima ha llegado al punto de ebullición y están finalmente dispuestos a revelar información que confirma que el momento de ver partir a Castillo Mattasoglio es…ayer.

Joseph Chhmar Salas mártir

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Obispo Joseph Chhmar Salas, 1975 – 1977

Nació el 21 de octubre de 1937 en Phnom Penh. Cursó sus estudios teológicos en París. Fue ordenado sacerdote en 1964 y sirvió en la Iglesia de Battambong como formador de catequistas.
Fue consagrado obispo el 14 de abril de 1975 y nombrado obispo coadjutor del Vicariato Apostólico de Phnom Penh.
Antes de su ordenación episcopal, vivió en Francia. Cuando recibió la carta de Monseñor Yves Ramousse pidiéndole que regresara, regresó de inmediato. Parecía reconocer que moriría en su propio país, en medio de la guerra civil. Pero obedeció y regresó a Camboya para vivir y sufrir con los católicos camboyanos. Murió de agotamiento en 1977 en la pagoda local de Taing Kork, provincia de Kompong Thom.
El 1 de mayo de 2015, la Iglesia Católica de Camboya abrió oficialmente la causa de beatificación de Joseph Chhmar Salas y otras 33 personas que fueron martirizadas durante el régimen de los Jemeres Rojos.

Obispo Yves Ramousse, 1963 – 2001

Nació el 23 de febrero de 1928 en Francia. Ingresó en la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y realizó sus estudios en la Universidad Gregoriana de Roma y en la Universidad Católica de París. Fue ordenado sacerdote el 4 de abril de 1953. El 24 de febrero de 1963, fue consagrado obispo y nombrado Vicario Apostólico de Phnom Penh.
Fue obligado a abandonar Camboya el 30 de abril de 1975 por los Jemeres Rojos y dimitió como vicario de Phnom Penh en 1976, para ser sucedido por Monseñor Joseph Chhmar Salas, entonces obispo coadjutor del Vicariato. El obispo Chhmar falleció durante el régimen de los Jemeres Rojos. La Santa Sede nombró a Monseñor Yves Ramousse el 6 de febrero de 1983 obispo de todos los católicos jemeres del mundo.
Fuente: Vicariato Apostólico de Phnom Penh.

‘Nosotros los cristianos en la Phnom Penh de hoy’

Por Monseñor Pierre Suon Hang Ly.
El nuevo vicario apostólico coadjutor de la capital camboyana, nombrado por León XIV, describe en AsiaNews los desafíos de la pequeñísima Iglesia local que renació después de la persecución de los Jemeres Rojos. Hace cincuenta años, también asesinaron a monseñor Chhamar, el único obispo local antes que él. La herencia de los mártires, la inculturación, el encuentro con los budistas, pero también el individualismo provocado por la difusión de los dispositivos digitales, son algunas de las prioridades pastorales.
León XIV hizo ayer un nombramiento muy importante para la pequeña Iglesia católica camboyana: un sacerdote local, monseñor Pierre Suon Hang Ly, fue designado vicario apostólico coadjutor de Phnom Penh. De cincuenta y tres años, sacerdote desde 2000 y actual prefecto apostólico de Kompong Cham, acompañará en su ministerio al obispo francés Olivier Schmitthaeusler, misionero de las MEP, con la perspectiva de tomar su relevo en un futuro no lejano y ser ordenado obispo. De este modo, la Iglesia de la capital camboyana volverá a tener un pastor local, tras el único precedente de monseñor Joseph Chhmar Salas, ordenado en circunstancias dramáticas en abril de 1975, quien murió dos años después durante la persecución de los Jemeres Rojos. Publicamos a continuación el testimonio que envió a AsiaNews Monseñor Suon Hang Ly sobre su ministerio y los desafíos que enfrenta hoy la Iglesia en Camboya.
La presencia de la Iglesia católica en Camboya se remonta al siglo XVI. En 1968 el Papa Pablo VI la organizó en tres jurisdicciones: el vicariato apostólico de Phnom Penh y las dos prefecturas apostólicas de Battambang y Kompong Cham. A pesar de esta larga historia, nuestra Iglesia todavía es joven y pequeña. Joven porque fue gravemente herida durante el período de los Jemeres Rojos y se reconstruyó a partir de los años ’90. Pequeña porque cuenta con apenas 23,207 fieles, es decir, el 0.13% de la población de un país donde el 96.49% es budista, el 2% musulmán y el 1.38% pertenece a otras religiones.
En esta pequeña Iglesia, los sacerdotes, religiosos y religiosas tienen orígenes diversos. La mayoría de los fieles son de origen vietnamita, mientras que los camboyanos son tan solo el 30% de los miembros.
Mi ministerio
En octubre de 2022, fui nombrado prefecto apostólico de Kampong Cham y ahora obispo coadjutor de Phnom Penh. Este nombramiento es para mí un signo de progreso de la Iglesia local, pero también un desafío pastoral. A menudo me pregunto: ¿qué debemos hacer para guiar bien a nuestra Iglesia?
Afortunadamente, puedo ejercer este ministerio gracias a la ayuda de la Iglesia universal y de todos los cristianos. Tengo la fortuna de contar con misioneros que nos ayudan: las Misiones Extranjeras de París, misioneros coreanos, PIME, indios…
Además, en Kampong Cham los sacerdotes de mi consejo me han ayudado en decisiones importantes. Siento que todo está guiado por el Buen Pastor.
La prefectura apostólica de Kompong Cham que he dirigido comprende ocho provincias, organizadas en cuatro zonas pastorales. Tiene 32 parroquias. La más grande es una parroquia vietnamita situada en Neak Loeung. Le siguen Bousra, una parroquia de la minoría étnica Phnong, y Kdol Leu, una parroquia camboyana. Las otras parroquias tienen entre 5 y 80 fieles. Hay 21 sacerdotes de diferentes orígenes: cuatro jemeres (incluyéndome a mí); tres franceses; un italiano; cuatro indios; cuatro coreanos; un colombiano; un ecuatoriano; un filipino y un malayo. Actualmente tenemos dos comunidades religiosas en la prefectura: las Amantes de la Cruz de Kompong Cham, una comunidad local con 9 monjas camboyanas, acompañadas por 4 monjas vietnamitas. Y luego una comunidad de Salesianas, con dos monjas que trabajan con los phnong en Mondulkiri.
A pesar del pequeño número de cristianos, la Iglesia católica es muy activa en la educación y en la asistencia a enfermos y pobres. Tenemos cuatro escuelas secundarias, cerca de veinte escuelas primarias y 11 casas para jóvenes en diferentes parroquias.
Los principales desafíos
La Iglesia católica en Camboya afronta numerosos desafíos en su labor pastoral, no solo por el reducido número de fieles, sino también por la rápida difusión de los modernos dispositivos tecnológicos. El tráfico de drogas empuja a los jóvenes a abandonar los estudios, y no podemos callar sobre los problemas relacionados con la inmigración y el tráfico de personas en busca de trabajo, tanto en Camboya como en el extranjero.
Afortunadamente, el gobierno nos permite practicar nuestra religión libremente.
Los sacerdotes provienen de culturas muy diferentes, lo que dificulta el trabajo en común. Deben adaptarse a la cultura jemer para anunciar la Buena Nueva, encarnándose como Jesús en la humanidad.
Es difícil convertir a los camboyanos a una fe auténtica en Jesucristo. Muchos cristianos ya no asisten a la iglesia porque han emigrado por trabajo o por conflictos parroquiales.
Las nuevas tecnologías atraen a las personas hacia los bienes materiales, lo que hace difícil involucrar a los jóvenes y encontrar voluntarios.
Las personas se encierran en sí mismas y ya no quieren compartir sus bienes.
El trabajo misionero
En un contexto predominantemente budista, la misión no se limita a la oración o la Misa en la iglesia. La obra caritativa es fundamental: atrae a los budistas y los anima a buscar a Cristo. Los sacerdotes deben visitar a los cristianos y a los habitantes de las parroquias: tienen, por tanto, un papel eclesial y uno social.
Cincuenta años después de la llegada de los Jemeres Rojos a Phnom Penh, todavía quedan muchos recuerdos dolorosos en nuestra memoria. La Iglesia en Camboya recuerda a todos los que murieron y sufrieron en esos años y reza por ellos. Pero esta memoria se está desvaneciendo porque los ancianos son menos numerosos y los jóvenes no están muy interesados en ese pasado. Muchos jemeres están preocupados por la vida cotidiana: están endeudados, buscan trabajo en el extranjero o se trasladan a otras ciudades.
La Iglesia ha desempeñado un papel importante en la reconciliación y la curación de los supervivientes. Ha ofrecido apoyo psicológico y espiritual; sobre todo, ha transmitido el mensaje de Jesús sobre el amor, el perdón y la fraternidad. La oración y la meditación apaciguan los corazones. No olvidamos los sufrimientos, pero intentamos perdonar a los que nos hicieron el mal.

Obispo Olivier SCHMITTHAEUSLER MEP

La muerte del Papa Francisco también nos ha entristecido profundamente a los católicos camboyanos. Durante el duelo, organizamos vigilias de oración y misas en todas las parroquias. El 26 de abril participamos en Phnom Penh en una gran misa organizada por las tres circunscripciones eclesiásticas de Camboya. El Papa Francisco nos ha dejado una rica herencia: la sinodalidad, la construcción de la paz, el diálogo interreligioso y la protección de la creación como casa común. Espero que León XIV continúe la obra de su predecesor y sepa guiar a nuestra Iglesia en el contexto actual.

La justicia no puede morir

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Homicidio con bisturí, degollado para silenciarlo

José Miguel Castro: Imagen inédita desmonta hipótesis de suicidio en muerte de testigo clave de caso Susana Villarán

Por Roberto Sánchez R.– Diario EXPRESO.
Evidencia dista de parte oficial y refuerza tesis de deceso provocado.
Una imagen inédita del lugar donde José Miguel Castro fue hallado sin vida el pasado 29 de junio puso en jaque la versión preliminar que señalaba su muerte como un suicidio.
La escena captada por los peritos -difundida por el programa ‘ContraCorriente’- revela indicios que contradicen el parte policial y refuerzan la sospecha de que el exgerente municipal de Lima fue asesinado en circunstancias aún no esclarecidas.
El registro muestra un corte profundo en el cuello, aparentemente no superficial, sino de consideración, comprometiendo músculo, incompatible con el uso de un cuchillo doméstico sin ayuda externa.

José Miguel Castro: Evidencias encontradas

A pocos centímetros del cuerpo, los investigadores hallaron dos cuchillos: uno con manchas de sangre y otro de tipo sierra, con mango negro. Según fuentes policiales, la herida era de una profundidad tal que compromete seriamente la teoría de que el propio Castro se la pudo haber infligido en soledad y sin resistencia.
La disposición del cuerpo también genera dudas. Castro yacía boca arriba, con el brazo izquierdo extendido y el derecho recogido, postura poco común en muertes autoinfligidas por degüello.
Además, la perilla de la puerta del baño presenta signos visibles de manipulación forzada, un dato omitido en la primera versión oficial pero visible en las fotografías.
Dentro del baño se encontraba un taburete con una prenda encima, así como un tensiómetro médico. Aunque la escena carecía de sangre en las paredes o signos de forcejeo, la falta de una carta de despedida, la ubicación de los objetos y el orden del entorno no se corresponden con patrones típicos de suicidio.
Castro no enfrentaba una situación emocional crítica, según su entorno cercano. Su esposa, Paula Maguiña, relató que no había notado cambios en su conducta. Amigos también descartaron que mostrara señales de depresión o presión emocional severa.
No lo vimos preocupado por nada. Seguía saliendo, se veía tranquilo”, dijo un allegado. Fue su padre, Julio Castro Gómez, quien encontró el cuerpo tras escuchar un ruido inusual en la mañana del 29 de junio.
La muerte de José Miguel Castro ocurre a menos de tres meses del juicio oral contra la exalcaldesa Susana Villarán, en el que debía participar como testigo clave y aspirante a colaborador eficaz.
Sus testimonios anteriores ya habían implicado a Villarán en el financiamiento ilícito de campañas políticas con dinero de Odebrecht, OAS y otras empresas, lo que afectaba de forma directa a varios actores políticos y empresariales.
En sus declaraciones ante la Fiscalía, Castro confirmó que el dinero se canalizó hacia la campaña por el ‘No’ a la revocatoria y a la reelección de Susana Villarán, con montos que superaron los siete millones de dólares.
Identificó a César Meiggs como el operador de los pagos y a Ogilvy como agencia beneficiaria de comisiones publicitarias. Esas revelaciones lo convirtieron en un objetivo incómodo para varios intereses.

Muerte de José Miguel Castro se asemeja a la de otros testigos clave

Con su muerte, ya son tres los testigos clave en investigaciones de corrupción quienes fallecen en condiciones sospechosas. Las autoridades ahora analizan su celular, billetera y demás objetos hallados en el departamento de Barranco, donde vivía con su familia. El Equipo Especial Lava Jato no descarta la hipótesis de homicidio.
Mientras sectores afines a los acusados promueven la versión de suicidio, las evidencias materiales y forenses abren un nuevo escenario: el de una muerte provocada, posiblemente, para silenciar una pieza central en uno de los casos más emblemáticos de corrupción política en el país.

Problemas para el cardenal Castillo, arzobispo de Lima: le acusan de encubrimiento en un caso de abuso a una monja

Por – www.iglesianoticias.com
Una investigación exclusiva del medio estadounidense The Pillar revela nuevas y graves acusaciones contra el cardenal Carlos Castillo Mattasoglio, arzobispo de Lima.
Según documentos y testimonios obtenidos por The Pillar, una monja contemplativa denunció haber sido víctima de abuso sexual y manipulación espiritual por parte de un sacerdote cercano al arzobispo, en un caso que, según fuentes internas, fue tratado con negligencia, revictimización y encubrimiento por parte de la arquidiócesis.
Acusaciones contra el padre Nilton Zárate
Según la documentación a la que accedió The Pillar, una religiosa presentó en 2020 una denuncia contra el padre Nilton Zárate Rengifo, sacerdote de la arquidiócesis, alegando que desde 2018 fue acosada y manipulada sexualmente bajo la figura de dirección espiritual. El testimonio detalla conductas potencialmente constitutivas de delitos canónicos como el de absolver al cómplice en un pecado contra el sexto mandamiento.
La monja asegura que el sacerdote conocía su diagnóstico de trastorno límite de la personalidad, y aun así cruzó límites personales, solicitándole contacto físico y favores sexuales, llegando incluso a manipular sus confesiones, impedirle hablar con otros sacerdotes y exigirle confidencialidad.
Investigación interna: denuncias de revictimización y manipulación
La investigación canónica inicial, dirigida por el padre Jorge López Vignand y el padre Edwin Limas, es descrita como traumática y despectiva. Según un testimonio también obtenido por The Pillar, el interrogatorio fue “irrespetuoso” y “carente de sensibilidad”, y se obligó a la monja a firmar declaraciones que no reflejaban fielmente sus palabras.
La denunciante afirma no haber recibido nunca una notificación formal del resultado del caso. En noviembre de 2023, la abadesa le comunicó informalmente —por orden del obispo auxiliar Juan José Salaverry— que el proceso había sido archivado.
Acusaciones de encubrimiento y favoritismo
Fuentes eclesiásticas de alto rango aseguraron a The Pillar que el caso refleja un patrón bajo el liderazgo del cardenal Castillo: aplicación selectiva de normas, protección a sacerdotes allegados y represalias contra clérigos considerados “conservadores” o afines a su predecesor, el cardenal Cipriani.
Sacerdotes denunciaron que algunos clérigos con denuncias han sido enviados al extranjero, promovidos o protegidos, mientras que otros, sin sanción canónica alguna, han sido marginados, quedando sin encargos pastorales ni medios de subsistencia.
Disfunción institucional y crisis financiera
Según The Pillar, la vicaría judicial ha sufrido una grave inestabilidad con múltiples destituciones. La arquidiócesis enfrenta además una crisis financiera que coincide con un aumento significativo del personal —de 50 a más de 200 empleados— y sueldos mucho mayores. Escuelas parroquiales han visto reducido su apoyo económico, eliminado comedores y becas, mientras se denuncian contenidos ideológicos cuestionables.
Un documento financiero revisado por The Pillar muestra datos inconsistentes respecto a las ayudas distribuidas a escuelas diocesanas, y varios sacerdotes consideran urgente una auditoría o visita apostólica para esclarecer el manejo de los fondos.
Controversias teológicas y ruptura interna
Castillo, que cumplió 75 años y presentó su renuncia al Papa Francisco, ha sido una figura divisiva. Sus posturas sobre el aborto, la confesión y su apoyo a la Universidad Católica del Perú —descrita por fuentes como “el think tank de la izquierda progresista peruana”— han provocado un profundo malestar en parte del clero.
The Pillar documenta que la universidad ha promovido eventos y contenidos abiertamente contrarios a las enseñanzas de la Iglesia, como talleres sobre aborto y obras teatrales de tono blasfemo. Una de ellas, María Maricón, fue cancelada por el Ministerio de Cultura pero defendida públicamente por el cardenal Castillo.
Diversas fuentes dijeron a The Pillar que el Papa León XIV es consciente de la situación en Lima y que el nombramiento de un sucesor para Castillo podría ocurrir pronto. Algunas voces incluso sugieren que Castillo pudo haber influido en antiguas acusaciones contra el ahora Papa León XIV, quien conocería en profundidad la realidad de la archidiócesis.

El negocio de la “sinodalidad”: los ingresos celestiales del jesuita Bytton en el Arzobispado de Lima

La sinodalidad, ese término que se ha convertido en lema del pontificado actual, promete una Iglesia más cercana, participativa y fraterna. Pero en la práctica limeña, esta “conversión pastoral” parece haber derivado en otra cosa: una estructura de poder interno, con beneficios económicos poco transparentes y favoritismos clericales. El caso del padre jesuita Juan Bytton es un ejemplo paradigmático de cómo este nuevo modelo eclesial se entrelaza con dinámicas poco evangélicas.

El ascenso del “hijo predilecto

Formado en la espiritualidad ignaciana, el padre Bytton llegó a la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) por recomendación de Carlos Cardó SJ (“Calín”), figura influyente en la Iglesia peruana y muy cercano al Papa Francisco. Desde entonces, su proyección ha sido meteórica: capellán universitario, asesor sinodal del Arzobispado de Lima, celebrante habitual en el templo de San Pedro.
En cada espacio, aparece como el rostro de la “Iglesia en salida”, pero también como beneficiario de un sistema interno que levanta más de una ceja entre sus hermanos sacerdotes. Su relación cercana con el arzobispo Carlos Castillo Mattasoglio, a quien llama “mi padre en la fe”, se traduce en una influencia notoria y, lo más delicado, en un trato privilegiado, especialmente en términos económicos.
Y hay más: Juan Bytton pasó recientemente una larga temporada en Roma, oficialmente “estudiando”, pero en realidad sirviendo casi todas las tardes como asistente del Papa Francisco, en calidad de jesuita de confianza. Su cercanía con el Pontífice fue notoria y fundamental para el posicionamiento que mantiene en Lima. Una relación que explica muchas cosas… incluso los sueldos.

Tres cargos, tres ingresos

Según fuentes consultadas y documentos verificables, los ingresos mensuales del padre Bytton ascenderían a aproximadamente S/19,000 (más de 5,000 euros). La suma proviene de al menos tres funciones:

  • S/9,000 como asesor sinodal del Arzobispado de Lima.
  • S/3,000 por servicios litúrgicos en el templo jesuita de San Pedro.
  • S/7,000 como capellán de la PUCP.

Todo ello, sin contar beneficios adicionales, gastos cubiertos, ni las colaboraciones con medios de comunicación o actividades paralelas.

Liturgia con planilla

Esta situación plantea una pregunta incómoda: ¿cómo se compatibiliza el voto de pobreza con este esquema de ingresos? ¿Es coherente predicar una Iglesia “pobre para los pobres” mientras algunos de sus representantes encarnan un clericalismo con salario ejecutivo? La “sinodalidad” en Lima, en lugar de ser un camino de renovación, parece haberse convertido —en ciertos sectores— en una plataforma de poder con dividendos muy terrenales.

El silencio sinodal ante la blasfemia

Uno de los episodios más controvertidos fue la polémica en torno a la obra teatral María Maricón, presentada en espacios vinculados a la PUCP. La pieza, que generó rechazo incluso entre sectores progresistas, fue recibida con un ambiguo “acompañamiento en discernimiento” por parte del padre Bytton. No hubo una defensa clara de la figura de la Virgen María ni un deslinde firme frente a la irreverencia.
La postura del sacerdote fue, como en muchos casos, la del silencio calculado y el lenguaje diplomático. Cuesta imaginar que el Papa Francisco —ferviente devoto mariano— hubiera aprobado esa postura, pero quizás no se le presentó toda la información… solo el “resumen ejecutivo”.

¿Qué diría Francisco?

El Papa Francisco ha repetido incansablemente: “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, que una Iglesia enferma por encerrarse en la comodidad”.
Pero en este caso, la comodidad no parece enfermedad. Más bien, parece política institucional y planilla bien remunerada. Una sinodalidad con beneficios, una “Iglesia en salida” que sabe muy bien por dónde entra el dinero.

Epílogo evangélico

Como dice el Evangelio: “La verdad los hará libres.” Y desde la caridad crítica, solo cabe esperar que los ingresos del padre Bytton están siendo canalizados hacia alguna obra social. Porque los números no mienten: S/19,000 mensuales no reflejan el estilo de vida de un religioso comprometido con la pobreza evangélica.
En un país donde el sueldo mínimo es de S/1,130 (272 euros) estas cifras contrastan escandalosamente con el discurso pastoral que tanto se proclama. Muchos sacerdotes diocesanos —verdaderos pastores— sobreviven con austeridad, sin cámaras ni títulos rimbombantes. Mientras tanto, otros parecen haber hecho de la fe una carrera gerencial.
En el caso del padre Bytton, uno se pregunta si aún resuena el espíritu de San Ignacio en su forma de vida. Difícil creer que el santo fundador se sintiera orgulloso de este hermano suyo. Porque una cosa es predicar la pobreza… y otra, muy distinta, es cobrarla por partes.
Fuente: Infovaticana.

Guerra santa en el Titicaca

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Comunidad aymara y obispo enfrentados por dos templos históricos en Puno

En el corazón de Puno, a orillas del lago Titicaca, se levanta Juli, conocido como la “Roma de América” por sus cuatro impresionantes templos coloniales. Entre ellos, Nuestra Señora de la Asunción y San Juan de Letrán son verdaderas joyas arquitectónicas, declaradas patrimonio cultural de la Nación. Estas iglesias, adornadas con pinturas coloniales de artistas como Bernardo Bitti y Tomás Lara, han sido restauradas y transformadas en museos que conservan la historia viva de la región aymara.
Pero detrás de sus muros de piedra y lienzos centenarios late un conflicto encendido. El obispo de Juli, Ciro Quispe, exige la entrega de ambos templos-museos, amparándose en títulos de propiedad otorgados por Cofopri en 2011, donde figuran como “lotes” sin ninguna mención a su condición de patrimonio. Según el abogado local Ludwin Bustinza, esto reduce monumentos históricos a simples terrenos, algo que considera inadmisible para bienes culturales de valor incalculable.

¿QUÉ DICEN LAS AUTORIDADES?

El Ministerio de Cultura, la Municipalidad Distrital de Juli y sectores de la comunidad aymara se oponen con firmeza a la pretensión eclesiástica. Argumentan que estos templos fueron recuperados del abandono gracias a restauraciones estatales y que cuentan hoy con seguridad permanente para protegerlos del tráfico ilícito de arte. La administración actual es compartida entre el ministerio y el municipio, garantizando su uso como museos abiertos al público.
La tensión escaló cuando, en mayo pasado, el obispo envió una carta notarial al alcalde de Juli exigiendo el cese de toda actividad turística en los templos. Para muchos pobladores, la misiva fue la chispa que encendió la indignación. Víctor Raúl Anchapuri, alcalde de Juli, lamenta que la Iglesia quiera apropiarse de estos espacios restaurados con recursos públicos y teme que, bajo su control, terminen cerrados al turismo y al pueblo.
En respuesta, la comunidad ha propuesto un referéndum para decidir quién debe administrar los templos. “Si ahora que no tiene la administración directa ya nos restringe cosas, imagínese cuando la tenga”, advierte el alcalde, mostrando títulos de propiedad que, según él, Cofopri jamás debió emitir para un bien declarado patrimonio cultural. La desconfianza no es infundada: otros dos templos en Juli bajo administración eclesiástica lucen visiblemente descuidados.

AYMARAS RECHAZAN AL OBISPO

La polémica también se enciende en el seno de la organización social de Juli. Los cabildos aymaras —sistema de gobierno originario reconocido como patrimonio inmaterial del Perú— rechazan abiertamente al obispo. “Está viendo solo su economía”, denuncia Sergio Quispe, uno de sus dirigentes. Otro líder local, Elena Alanguía Calderón, lamenta que el obispo ni siquiera participe en las reuniones a las que se le convoca para dialogar con la comunidad.
Las rondas campesinas, guardianes tradicionales del orden en Juli, también alzan la voz. “No vamos a permitir, vamos a sacarlo a chicotazos al padre”, advierte un rondero, dejando claro que no aceptarán imposiciones sobre espacios que consideran suyos por derecho ancestral. El temor colectivo es que, con la Iglesia a cargo, estos museos terminen cerrados o deteriorados, como ya ha sucedido en otros casos del país.

¿CUÁL ES LA RESPUESTA DEL OBISPO CIRO QUISPE?

Consultado por este medio, el obispo Ciro Quispe defiende su posición amparándose en los títulos de Cofopri. Reconoce el derecho de la Iglesia a administrar los templos y asegura que su intención no es impedir las visitas turísticas, sino garantizar que se realicen de forma coordinada y respetuosa. Sobre el rechazo popular, Quispe minimiza las protestas, asegurando que se trata solo de “algunas personas mal informadas”.
Sin embargo, la realidad en Juli es mucho más compleja. Un pueblo que se siente dueño legítimo de su historia y su patrimonio cultural se enfrenta a un obispo que se aferra a documentos legales para exigir la entrega de dos templos-museos emblemáticos. La crisis ha dejado de ser un asunto religioso para convertirse en un reclamo profundo de identidad y soberanía cultural, con el desenlace aún incierto en las alturas del altiplano peruano.
Fuente: Punto Final Frecuencia Latina.