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Colegios Profesionales en la COP15

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COP15

Los dos representantes de los Colegios Profesionales en la Comisión Nacional sobre Cambio Climático participan en la COP15: la Dra. María Luisa Castro de Esparza formando parte de la Delegación Oficial Peruana, y el Dr. Víctor Raúl Nomberto Bazán acreditado por Climate Action Network Latin America
Delegación del Perú
1. Antonio Brack Egg
Ministro del Ambiente
2. Rosario Gómez
Viceministra de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales MINAM
3. Regina Caterin Ortega Gordillo
Especialista en Residuos y Carbono del FONAM
4. Freddy Alejandro Garro Flores
Especialista en Energía y Carbono del FONAM
5. Jorge Álvarez Lam
Coordinador del Proyecto Segunda Comunicación Nacional de Cambio Climático MINAM
6. Francisco Avendaño
Investment Adviser EEA Fund Management Ltd/Trading Emissions PLC
7. Jocelyn Melissa Bueno Méndez
Especialista en Finanzas del FONAM
8. Eduardo Williams Calvo Buendía
Asesor de la Dirección General de Medio Ambiente Ministerio de Relaciones Exteriores
9. Augusto Carlos Castro Núñez
ONG Sociedad Peruana de Derecho Ambiental
10. María Paz Cigarán Tolmos
Libélula Comunicación, Ambiente y Desarrollo
11. María Luisa Castro de Esparza
Representante de los Colegios Profesionales en la Comisión Nacional sobre Cambio Climático

12. José Alberto Garibaldi Fernández
Consultor Estrategia de Mitigación MINAM
13. Antonio Gonzalez Norris
Director de la Oficina de Cooperación Internacional MINAM
14. Julia Justo Soto
Directora Ejecutiva Fondo Nacional del Ambiente
15. José Alejandro Martínez Carrasco
Dirección General de Economía Internacional, Competencia e Inversión Ministerio de Economía
16. Brendan Oviedo Doyle
Lema, Solari & Santiváñez Abogados
17. Jorge Antonio Torres Padilla
ONG AIDER
18. María Pía Zevallos Labarthe
Libélula Comunicación, Ambiente y Desarrollo
19. Eduardo Durand López-Hurtado
Director General de la Dirección General de Cambio Climático, Desertificación y Recursos Hídricos MINAM
20. Patricia Fernández Dávila
Asesora MINAM
21. Fabiola Morales Castillo
Congresista de la República
22. Carlos Cueto Carrión
Consultor de la Cancillería
23. Sergio Kostritsky Pereira
Director General de Medio Ambiente del Ministerio de Relaciones Exteriores
24. Elizabeth León Minaya
Congresista de la República
Presidenta de la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología
25. Elvira Gómez Rivero
Consultora MINAM
26. Verónica Galmez Márquez
ECOBONA/Intercooperation
Delegación de Climate Action Network Latin America
1. Valentín Antonio Bartra Abensur- Regional Coordinator
2. Moisés Alberto Paniagua Villagra- Director Profonanpe
3. Víctor Raúl Nomberto Bazán
Representante de los Colegios Profesionales del Perú en la Comisión Nacional sobre Cambio Climático

4. Daniel Lovera
5. Jorge Enrique Vidas Goicochea
6. Jorge Ueyonahara
7. Victor Emilio Sánchez Campos -MOCICC
8. Erika Um Flores
9. Julián Pilco Huillca -MOCICC
10. Leonicio Julio Ugarte Guerra
11. Aurelio Anthony Jo Noles
12. Joseph Pallant
13. Allison Wallace
14. Filomena Siqueira e Silva
Delegación de World Economic Forum
Diego De la Torre
Delegación de Global Witness Limited
Hugo Che Piu
Lucila Pautrat -DAR
Delegación de Global Campaign for Climate Action
Osver Polo Carrasco
Delegación de Environmental Investigation Agency
Julia Urrunaga
Delegación de Forest Peoples Programme
Lily La Torre López -Racimos de Ungurahui
Delegación de Rainforest Foundation Norway
Juan Reategui Silva- AIDESEP
Alternate member of the Compliance Committee whose terms expire on 31.12.09-Enforcement Branch
Patricia Iturregui Byrne GRULAC
Primer ministro danés, Lars Rasmussen señaló, durante el primer plenario: “Un acuerdo está a nuestro alcance”.
El optimismo en el Bella Center, el gigantesco centro de convenciones donde más de 15,000 personas (entre delegados nacionales, periodistas, activistas, científicos) esperan dar a luz un acuerdo político mundial para combatir el calentamiento global, empezó a gestarse con las ofertas de recorte de emisiones de CO2 que Brasil, China, India y Sudáfrica pusieron sobre la mesa y con el anuncio del presidente estadounidense, Barack Obama, de sumarse a los 108 jefes de Estado que ya han confirmado su presencia en la capital danesa. Desde el continente americano estarán presentes, entre otros el mexicano Felipe Calderón y el brasileño Lula da Silva.
La decisión de la Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU. de declarar los gases de efecto invernadero como nocivos para la salud de los seres humanos, propalada al final de la jornada, robusteció todavía más los ánimos, dado que permitiría a Obama actuar más allá de las dificultades impuestas por el Senado.
Copenhague tiene que arrojar ambiciosas metas de recortes de emisiones de CO2 tanto de los países industrializados como emergentes; y acopiar compromisos financieros anuales de alrededor de 200 mil millones de dólares anuales a partir del 2020 (y al menos US$ 10 mil millones anuales entre el 2010 y el 2012) que permitan a los países en desarrollo enfrentar los primeros impactos del cambio climático y prosperar económicamente sin causar los descalabros medioambientales perpetrados por los países ricos en su proceso de industrialización.
El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), el órgano científico que asesora a la Secretaría del Clima de la ONU, ha advertido que para evitar los efectos más catastróficos del calentamiento global es necesario limitar el aumento de la temperatura de la Tierra a máximo 2° C.
Los representantes de la UE señalaron ayer en su primera conferencia de prensa que ni la meta de recorte de emisiones de CO2 de EEUU ni la presentada por China son suficientemente ambiciosas como para que Bruselas incremente de 20% a 30% su oferta de reducciones con miras al 2020 respecto a 1990.Silvia Cruz Madsen y Victor Nomberto

Hay momentos en la historia en los que el mundo puede escoger ir por caminos diferentes. La Conferencia COP 15 sobre el Cambio Climático en Copenhague es uno de esos momentos decisivos. Podemos optar ir por el camino hacia una prosperidad verde y un futuro más sostenible. O podemos escoger el camino del estancamiento y no hacer nada acerca del cambio climático dejando una cuenta enorme para que la paguen nuestros hijos y nuestros nietos. En realidad la elección no es tan difícil.
El objetivo del Gobierno danés es claro e inequívoco. Estamos trabajando para conseguir un acuerdo ambicioso y global que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y aporte adaptación, tecnología y financiamiento. Además, Copenhague debería incluir una fecha límite para la firma de un acuerdo jurídicamente vinculante. Y debería poner al mundo en un camino hacia la limitación del aumento de las temperaturas en el siglo XXI a dos grados Celsius.
El mundo está observando. Durante este último año hemos visto una movilización popular sin precedentes. Estudiantes y catedráticos, líderes sindicales y directores generales, políticos y organizaciones de base, científicos y líderes espirituales. Gente de todas las partes del mundo, de todas las profesiones y condiciones sociales ha levantado su voz pidiendo que actuemos ya. Uno de los principales canales del Gobierno danés, en sus esfuerzos por llegar al público, ha sido la página web COP15.dk que ha generado una cantidad de discusiones sin precedente, noticias y una clara elección en cuanto a dónde obtener las últimas noticias sobre el cambio climático y el proceso político.
Para el Gobierno danés ha sido una prioridad esencial el asegurar que se oiga la voz de la gente. Durante todo el pasado año hemos intentado implicar al público global. Y continuaremos haciéndolo hasta el último minuto. ¿Por qué? Porque creemos que la cuestión del clima es demasiado importante para dejarla sólo a los políticos y a los negociadores especializados. Y porque creemos que la presión pública es necesaria para hacer comprender a los líderes que deben aportar medidas concretas y que deben hacerlo ahora. En otras palabras, hemos tratado, deliberadamente, de subir tanto el precio de no llegar a un resultado concreto, que ningún gobierno puede afrontar el pagarlo.
No será fácil llegar a un acuerdo ambicioso en Copenhague. En un escenario en el que 193 Partes necesitan ponerse de acuerdo, la lista de cosas que pueden ir mal no tiene fin. Sin embargo pienso que todavía es posible.
En las últimas semanas, los países han ido dando un paso adelante casi día a día. Noruega reducirá sus emisiones en un 40% en 2020. Corea del Sur reducirá en un 30% de lo previsible en la situación actual. Rusia ha aumentado su compromiso y ahora reducirá hasta un 25%. Y también están Brasil, Japón, Indonesia y México.
El Presidente Obama ha anunciado los objetivos de EEUU, no sólo para 2020, sino más notablemente para 2025 y 2030. Un 4% por debajo de 1990 quizá no sea lo que el mundo ha estado esperando, pero EEUU parece saber que el precio por llegar tarde es que el camino de las reducciones después de 2020 será mucho más empinado, con un 18% por debajo de los niveles de 1990 en 2025 y un 32% en 2030.
Es también algo nuevo y esperanzador que China haya dado un paso adelante a nivel internacional. Debemos analizar más cuidadosamente en lo que se traduce el anuncio chino cuando se llegue al porcentaje de reducción de lo previsible en la situación actual.
A mi modo de ver ello muestra que la fecha límite funciona. Los líderes mundiales se están dando cuenta de que el precio político de no llegar a resultados concretos es demasiado alto. Se están dando cuenta de que para los pobres granjeros de Mali, que están sufriendo sequías y lluvias repentinas, y para los habitantes de las islas del pacífico, cuyos hogares están desapareciendo bajo las olas, no hay ninguna explicación plausible para el fracaso.
En 2007 el mundo decidió hacer de Copenhague 2009 la fecha límite. Las cuestiones que quedan ahora son políticas. ¿Cumplirán los ministros y los líderes mundiales sus promesas? ¿Se decidirán por la acción y no por el estancamiento?
Y yo les digo: ¡Se acabó el tiempo! Hemos tenido suficientes llamadas de aviso. Y hemos ido parando el botón de repetición de estas llamadas demasiadas veces. Podemos hacer de Copenhague el momento decisivo que el mundo está esperando. ¡Hagámoslo!’
Transparencia y rendición de cuentas
La delegación oficial del Estado Peruano en la COP15 gastó aproximadamente cien mil dólares para asistir a Copenhague. Participaron consultores especializados en comunicaciones y abogados de estudios legales poco conocidos en las negociaciones. En esa delegación estuvieron ausentes los empresarios, Universidades, organizaciones indígenas, gobiernos regionales y locales. Los Colegios Profesionales -creados por Ley de la República- que representamos a un millón de profesionales en el Perú, tuvimos una sola representante.
Respecto a la sociedad civil, fue notable la presencia de Luz María Helguero, Directora del Diario El Tiempo de Piura y de la Red de Periodistas de Provincias.
Fuente: Diario El Comercio de Lima, www.unfccc.int y ANDINA.

De Kyoto COP3 a Copenhague COP15

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De Copenhagen a Cancun

El Acuerdo Político de Copenhague
1. La temperatura no debe subir más de dos grados centígrados.
2. Los países en desarrollo someterán sus acciones a “la auditoria doméstica proporcionada por cada país”. Los países “podrán” responder a las peticiones de clarificación de sus emisiones. China se niega a que la ONU audite sus emisiones y EEUU lo considera esencial.
3. Los países acuerdan movilizar conjuntamente 100,000 millones de dólares al año 2020 para los países en desarrollo. El texto condiciona el fondo a que exista transparencia y añade: “Este fondo procederá de una variedad de fuentes, incluyendo públicas y privadas, bilaterales y multilaterales, incluyendo fuentes alternativas de financiación”. El Acuerdo fue firmado por todos los participantes. Se abstuvieron 4 países del ALBA: Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua; así como uno del África: Sudán; y la pequeña isla de Tuvalú.
El Acuerdo de Copenhague contiene los siguientes compromisos: 1) evitar que la temperatura se incremente más de 2º Celsius y programa mundial de adaptación; 2) lograr el punto de inflexión de la curva de crecimiento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI); 3) los países desarrollados proveerán recursos financieros adecuados a los países en desarrollo, a fin de apoyar el recambio tecnológico y la construcción de capacidades de adaptación; 4) los países desarrollados indicarán sus compromisos de reducción de emisiones para 2020 en el apéndice 1 del Acuerdo (antes del 31 de enero); 5) los países en desarrollo indicarán sus acciones nacionales apropiadas de mitigación hacia el 2020, en el Apéndice 2 (antes del 31 de enero); 6) los países desarrollados movilizarán recursos financieros hacia los países en desarrollo para establecer un mecanismo de reducción de emisiones por deforestación y degradación forestal (REDD); 7) continuará el desarrollo de mercados de carbono y de incentivos para economías bajas en carbono; 8) en total, los países desarrollados proveerán 10 mil millones de dólares a partir de 2010, suma que se acrecentará paulatinamente hasta alcanzar 100 mil millones en 2020; 9) se establecerá un panel de alto nivel que asegure las fuentes de financiamiento; 10) se establecerá el Fondo Climático Verde de Copenhague; 11) se establecerá un Mecanismo Tecnológico para asegurar la transferencia de tecnologías bajas en carbono; y 12) la meta de largo plazo de 2 centígrados máximo se revisará el 2015.
Al Secretario de la Convención de Cambio Climático de la ONU, Yvo de Boer, le gusta citar refranes. Utilizó uno británico para explicar cómo es posible que justo dos años después de acordar en Bali un plazo de dos años para tener un Kyoto II casi todo siga en al aire: “Puedes llevar a un caballo al agua pero no puedes hacerle beber. Llevamos dos años trayendo 192 caballos al agua”, declaró en alusión a los países que negocian en Copenhague.
Con dos días por delante, lo mejor que se puede decir es que todo el mundo asegura querer un acuerdo. Pero los borradores que ayer circularon dejan todo abierto para que lo negocien los ministros y primeros ministros, cuando en teoría ellos sólo debían solventar los grandes puntos de conflicto y firmar. La Presidenta de la Cumbre, la danesa Connie Hedegaard, hizo una metáfora de los negociadores: “Esto pasa también a los niños. Si tienen hora para un examen pedirán más tiempo y lo entregarán el último día y tarde. En Bali nos dimos dos años y los hemos gastado”.
ONU admite la posibilidad de fracaso del diálogo contra el calentamiento
Por eso, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, en la apertura formal del tramo de alto nivel pidió cesiones: “El tiempo de las posiciones de negociación maximalistas ha terminado. El tiempo del consenso ha llegado. Nadie conseguirá todo lo que quiere en esta negociación. Pero todo el mundo puede conseguir lo que necesita”.
Es casi seguro que habrá algún acuerdo, ya que los más de 110 jefes de Estado y de Gobierno que acudirán a la cumbre no volverán a casa sin nada. Incluso acudirá el presidente de Zimbawe, Robert Mugabe, con una orden internacional de detención, pero que puede acudir gracias a las reglas de Naciones Unidas. Un acontecimiento que reúne a Ahmadinejad y Obama no se puede dejar pasar en vano.
Pero EEUU alega que no puede presentar financiación a largo plazo porque el Senado lo vetaría y los países en desarrollo exigen la garantía de esos fondos para aceptar limitar el crecimiento de sus emisiones. Hay más “líneas rojas”, como las definió Hedegaard. China se niega a que la ONU audite sus planes de emisiones y la UE y la Casa Blanca consideran que eso es esencial. Europa quiere un nuevo protocolo que sustituya al de Kyoto y al que se sume Washington y los grandes países en desarrollo, pero éstos se niegan. “No firmaremos Kyoto ni nada que sea igual pero con otro nombre”, dejó claro el enviado de Obama, Todd Stern.
Aquí no hay aliados. Mientras Europa considera que la reducción de emisiones anunciada por Obama (en 2020 un 17% menos que en 2005, un 4% menos que en 1990) es insuficiente y está muy por debajo de la rebaja europea (un 20% menos que en 1990 ampliable al 30%), ayer Stern abrió un nuevo frente al retorcer la estadística. Sacó cinco formas distintas de medir el CO2 -per cápita, con intensidad de carbono, en la atmósfera- y concluyó que “de cinco de seis formas de medirlo EE UU está igual o por encima de la UE y de cualquier otro país desarrollado”. La emisión por habitante en EE UU dobla la europea y por eso sus recortes tienen más efecto en la atmósfera.
La negociación es realmente compleja, ya que todos los asuntos están relacionados y, sobre todo, los intereses son muy distintos: “En este proceso hay muchas partes. Hay pequeños Estados isla que van a desaparecer por la subida del nivel del mar. Hay productores de petróleo que están legítimamente preocupados [por su futuro al perder ingresos por el petróleo si esto funciona]. Hay países desarrollados que temen perder empleos y países en desarrollo que temen que lastre su crecimiento. Hay 400 millones de personas en India sin electricidad. ¿Cómo apagas la luz si no la tienes?”, sintetizó De Boer.
La desconfianza llegó a parar la negociación el lunes 14, aunque luego las sesiones siguieron su ritmo. El proceso se ha vuelto diabólico, con decenas de grupos negociando en paralelo textos que sólo ellos entienden y en el que pueden pelear durante horas por una palabra. Si en un borrador aparece que “las partes tendrán que” y en la siguiente versión que “deberán”, miembros de ONG siguen cada cambio para denunciar el retroceso.
Hedegaard, próxima Comisaria europea de Cambio Climático y de fuerte personalidad, se sinceró ante la prensa por las dudas que suscitan los pocos avances en dos años: “¿Por qué no hacerlo de una forma más eficiente? Porque ésta es una conferencia de la ONU y todo el mundo tiene que estar de acuerdo en todo”. Por la tarde, en la apertura oficial del tramo de alto nivel, en la que estuvo un ecologista Príncipe Carlos, Hedegaard admitió: “Podemos fallar. No porque nadie quiera sino porque pasamos mucho tiempo mandando señales, reafirmando posturas y con formalidades. Pero no podemos permitirnos un fracaso. Nadie puede permitirse eso”.
Benedicto XVI pide cambiar modelo de desarrollo global por cambio climático
Consideró que es necesario que los países ricos disminuyan el consumo de energía y que se promuevan energías con menos impacto ambiental.
El Papa ha afirmado que no se puede permanecer indiferente ante el cambio climático siendo necesario que los países ricos disminuyan el consumo de energía, que se promuevan energías con menos impacto ambiental y que se cambie el modelo de desarrollo global para hacerlo respetuoso con la creación.
Benedicto XVI así lo ha manifestado en su mensaje con motivo de la 43 Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2010 y que tiene como lema “Si quieres promover la paz protege la naturaleza”, presentado hoy por el Cardenal Renato Raffaele Martino, Presidente Emérito del Consejo Pontificio Justicia y Paz. El mensaje papal coincide en el tiempo con la Cumbre del Cambio Climático que se celebra estos días en Copenhague.
En su mensaje, el Papa afirma que “aunque es cierto que debido a la crueldad del hombre contra el hombre, hay muchas amenazas para la paz y el desarrollo humano, como son las guerras, atentados terroristas y violaciones de los derechos humanos, “no son menos preocupantes los peligros causados por el descuido y el abuso que se hace de la tierra y de los bienes naturales que Dios nos ha dado”. Por ello, precisó, es “indispensable” que la humanidad renueve y refuerce la “alianza entre ser humano y el medio ambiente”.
“¿Cómo permanecer indiferentes ante los problemas derivados del cambio climático, la desertización, el deterioro y la pérdida de productividad de amplias zonas agrícolas, la contaminación de los ríos y de las capas acuíferas, la pérdida de la biodiversidad, el aumento de fenómenos naturales extremos, la deforestación de las áreas ecuatoriales y tropicales?”, se preguntó el Pontífice.
El Obispo de Roma también se refirió a las personas que tienen que abandonar los lugares donde viven a causa de su deterioro, los “migrantes ambientales”, y dijo que el hombre tiene que buscar una solución.
Asimismo, señaló que la humanidad necesita “una profunda renovación cultural, redescubrir los valores que constituyen las bases para construir un mundo mejor”, ya que las crisis por las que el mundo está atravesando actualmente, ya sean de carácter económico, alimentario, ambiental y social” son el fondo “crisis morales, relacionadas entre sí”.
Benedicto XVI subrayó que compete a la comunidad internacional y a los gobiernos nacionales dar las indicaciones oportunas para contrarrestar de manera eficaz una utilización del medio ambiente que lo perjudique, echando mano para ello a normas jurídicas y económicas y teniendo en cuenta la solidaridad para con quienes habitan las regiones más pobres de la tierra.
El Pontífice agregó que la crisis ecológica muestra la urgencia de una solidaridad que se proyecte en el espacio y el tiempo y que aunque hay que reconocer la responsabilidad histórica de los países industrializados, los menos industrializados, “particularmente los emergentes, no están eximidos de la propia responsabilidad respecto a la creación”.
El Papa afirmó que es necesario que las sociedades tecnológicamente avanzadas estén dispuestas a “la sobriedad”, a disminuir el propio consumo de energía y mejorando las condiciones de su uso.
Según el Papa Ratzinger, las medidas para afrontar la crisis medioambiental podrían lograrse más fácilmente “si no hubiera tantos cálculos interesados en la asistencia, la transferencia de conocimientos y tecnologías más limpias”.
Benedicto XVI se pronunció a favor de la promoción de energías con menor impacto ambiental, aprovechando la gran potencialidad de la energía solar; política para el desarrollo rural y la gestión de los bosques así como para el tratamiento de los desperdicios, todo ello con el objetivo de contrarrestar el cambio climático y luchar contra la pobreza
En definitiva -escribió- es necesario superar la lógica del mero consumo para promover formas de producción agrícola e industrial que respeten el orden de la creación y satisfagan las necesidades primarias de todos”.
“La crisis ecológica brinda una oportunidad histórica para cambiar el modelo de desarrollo global siguiendo una dirección más respetuosa con la creación y de un desarrollo humano integral, inspirado en los valores propios de la caridad en la verdad”, afirmó el Papa.
Benedicto XVI advirtió de que “ha llegado el momento” en que resulta indispensable un cambio de mentalidad efectivo, “que lleve a todos a adoptar nuevos estilos de vida, ya que no se puede permanecer indiferente ante lo que ocurre en nuestro entorno, porque la degradación del planeta afectaría a todos”.
Fuente: Agencia de Noticias EFE.
“La historia es el espejo en el que debemos mirarnos para avanzar”
Fue la frase del Viceministro chino de Relaciones Exteriores, He Yafei, para exigir ayuda financiera con el objetivo de rebajar un 40% del CO2 en 2020; dado que es un país en desarrollo con 150 millones de pobres.
Las cifras chinas no están claras. China no habla de emisiones, sino de intensidad, lo que dificulta la comparación. Para financiarle, los países desarrollados piden que declare sus emisiones, algo que Pekín ve como una intromisión. Los cálculos de la UE no coinciden con los chinos. Europa considera que el objetivo chino supone que, en 2020, sus emisiones estarán entre un 12% y un 15% por debajo de la tendencia actual. Esto se sitúa lejos del 30% pedido por la UE. No se trata de reducir emisiones sino de que crezcan menos. Las dudas crecen porque la Agencia Internacional de la Energía afirma que el plan chino aportará un 25% de la reducción mundial. México, Reino Unido y Noruega han presentado una propuesta de financiación que incluye a China como donante, aunque muy lejos de los países ricos.
La UE exige compromisos mayores a ambas partes. Europa ve cómo los dos borradores de la cumbre contemplan que el Protocolo de Kyoto siga vigente entre 2013 y 2020. “Nosotros salvamos Kyoto, lo vamos a cumplir y nuestra legislación incluye los mecanismos del protocolo. Pero no basta. No incluye a EEUU ni obliga suficientemente a China”, explicó el comisario europeo Stavros Dimas.
Los Veintisiete se reservan la carta de ampliar su recorte de emisiones del 20% al 30%. El anuncio se da por descontado. El Panel Intergubernamental pide para los países ricos recortes de entre el 25% y el 40%. La UE, que ha liderado este proceso, no puede ir con una cifra inferior. Dimas admitió que sin el 30% carecían de “fuerza moral” para reclamar más a EE UU y China.
La cumbre planea prorrogar Kyoto y un acuerdo paralelo para EEUU
Lo que pueda salir de la Cumbre del Clima de Copenhague parece encaminado a dividirse en dos. Por un lado, una prórroga del Protocolo de Kyoto para después de 2012 (en el que no está EE UU) para siete años más. Por el otro, un nuevo acuerdo sin forma aún definida en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (en la que sí estarían los norteamericanos). Los borradores presentados ayer por cada uno de los dos grupos en los que se había separado las negociaciones climáticas desde 2007 dibujan, de momento, estas dos vías diferentes.
La Unión Europea es de los pocos bloques negociadores que defienden un único acuerdo. Dado que EE UU no quiere entrar en el Protocolo de Kyoto junto al resto de países industrializados, la mayoría de los países en desarrollo no están dispuestos a asumir compromisos vinculantes como obliga este tratado. “En un mundo ideal tendríamos un único tratado legalmente vinculante. Por ahora lo que tenemos está desequilibrado”, resumió el negociador sueco Anders Turesson. Sin embargo, cuando empieza ya el tramo decisivo con la llegada de los ministros y jefes de negociación, no son muchas las opciones que quedan. El enviado de Obama, Todd Stern, fue muy claro: “La negociación está en el filo de la navaja”.
Por la mañana, el grupo de los estados insulares había propuesto seguir con el Protocolo de Kyoto y crear un Protocolo de Copenhague. Esto encajaría con el modelo de un acuerdo de dos cabezas, pero parece realmente lejos de los dos borradores. Estos textos mantienen las cifras de recortes de emisiones entre corchetes y con varias opciones, lo que significa que siguen en discusión. El texto del nuevo acuerdo de la Convención, que incluiría a EE UU, dice: “Los países desarrollados tendrán (y utiliza en inglés el verbo “shall”, interpretado como obligación, señala Elliot Diringer, del Pew Center for Climate Change) que tomar, individual o colectivamente, planes nacionales legalmente vinculantes” para reducir sus emisiones entre el 25% y el 40% (aunque también ofrece el 30%, el 40% y el 45%) en 2020 respecto a 1990. Este borrador añade que los planes de los países serán comparables y que “tendrán en cuenta sus circunstancias nacionales y su responsabilidad histórica”. Además, especifica que los países que firmaron Kyoto -todos los industrializados menos EE UU- tendrán su objetivo de emisiones para el año 2020 en este otro tratado. En cambio, para Estados Unidos el objetivo queda en la Convención.
Para los países en desarrollo, este texto presentado en Copenhague establece que limitarán sus emisiones para que crezcan entre un 15% y un 30% menos de lo previsto con la tendencia actual, aunque esa cifra sigue entre corchetes. Además, indica que las acciones de reducción de emisiones que lleven a cabo con financiación internacional serán auditadas por la ONU, mientras que las que realicen por su cuenta las declararán ellos. Por su parte, China se niega a que haya un sistema transparente de declaración de emisiones porque lo cree una intromisión en su política nacional.
El borrador ofrece también un rango de reducciones globales en el conjunto del planeta de 50%, 85% o 95% para 2050, para que los líderes mundiales tomen una decisión al respecto la próxima semana, pero el objetivo a largo plazo no es tan problemático como el de 2020, cuando muchos de los firmantes sí vivirán para rendir cuentas.
“Las partes deben reducir colectivamente las emisiones globales en al menos [el 50%, 85% o 95%] sobre los niveles de 1990 para 2050 y deben asegurar que las emisiones continúen disminuyendo a partir de entonces”, señala el documento. Europa consideró que sale perjudicada. “Si tiene que haber dos vías, tienen que confluir en un tratado legalmente vinculante”, afirmó Turesson.
Greenpeace dio la bienvenida al borrador para el acuerdo que acompañaría de forma paralela al Protocolo de Kyoto. “Los negociadores deben ahora centrar sus esfuerzos en definir el contenido con la máxima ambición y clarificar la forma jurídica en la que debe culminar este texto: un acuerdo legalmente vinculante”, afirmó Aída Vila, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace España.
También mostró su apoyo Kim Carstensen, director de la Iniciativa Climática Global de WWF, que comentó que “las predicciones de la desaparición de Kyoto eran prematuras”. Un mensaje lanzado por el propio De Boer, que había incidido en que se tarda mucho tiempo en ratificar un nuevo instrumento legal como éste y que por eso debería sobrevivir.
Fuente: Diario El País de España.
Francia plantea gravar transacciones internacionales para un fondo contra el cambio climático
Francia pidió tasar con 0.005 por ciento las transacciones financieras internacionales con objeto de crear un fondo para combatir los efectos del cambio climático en los países en desarrollo.
“El problema más importante que enfrenta actualmente la Cumbre sobre Cambio Climático en Copenhague es cómo financiar y equilibrar las diferencias entre países ricos y pobres”, dijo el canciller francés Bernard Kouchner en la sede de ONU.
Tras una reunión con el secretario general de la ONU, Ban Ki-Mon, Kouchner también explicó que la “contribución” sería cobrada a todas las transacciones financieras en el mundo.
“Los países en desarrollo enfrentan graves problemas, y no podemos pedirles que se comprometan a reducir sus emisiones contaminantes a cambio de nada”, opinó Kouchner.
El funcionario dijo que Francia impulsará esta propuesta en la mesa de negociaciones de Copenhague. También expresó que conversó con el titular de la ONU sobre la posibilidad de crear un organismo ambiental internacional que sea regulado y operado bajo el sistema de las Naciones Unidas.
Apuntó además que es obligación de los países desarrollados mostrar su solidaridad con las naciones menos favorecidas: “El fondo se hará, créanme. No sé cuándo pero se hará. Debemos encontrar un equilibrio entre los ricos y los pobres del mundo”.
Por su parte, Colombia abogará en Copenhague por un acuerdo global para financiar la lucha contra la deforestación de bosques tropicales, dijo Carlos Costa, titular del ministerio colombiano. Costa afirmó que su país propugnará por “un acuerdo global en la trascendencia de financiar el control a la deforestación de los bosques tropicales del planeta”.
Fuente: Le Grand Journal 08/12/2009.
30,000 delegados estamos reunidos en el Bella Center de Copenhagen
Representantes de todos los países del mundo estamos reunidos en Copenhague (Dinamarca) del 7 al 18 de diciembre en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, con el objetivo de evitar que, de aquí a 2050, la temperatura media del planeta aumente en más de dos grados. Si la Tierra fuese un balón de fútbol, el espesor de la atmósfera sería de apenas dos milímetros… Nos hemos olvidado de la increíble estrechez de la capa atmosférica y consideramos que ésta puede absorber sin límites cualquier cantidad de gases nocivos. Resultado: se ha creado, en torno al planeta, un envoltorio gaseoso que captura el calor del sol y funciona como un auténtico invernadero.
El calentamiento del sistema climático es una realidad inequívoca. Unos 2.500 científicos internacionales, miembros del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima (GIEEC) (1), lo han confirmado de modo indiscutible. Su causa principal es la actividad humana que produce un aumento descontrolado de emisiones de gases, sobre todo dióxido de carbono, CO2, producto del consumo de combustibles fósiles: carbón, petróleo, gas natural. La deforestación acrecienta el problema (2).
Desde la Convención del Clima y la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, y la firma del Protocolo de Kyoto en 1997, las emisiones de CO2 han progresado más que durante los decenios precedentes. Si no se toman medidas urgentes, la temperatura media del planeta aumentará por lo menos en cuatro grados. Lo cual transformará la faz de la Tierra. Los polos y los glaciares se derretirán, el nivel de los océanos se elevará, las aguas inundarán los deltas y las ciudades costeras, archipiélagos enteros serán borrados del mapa, las sequías se intensificarán, la desertificación se extenderá, los huracanes y los tifones se multiplicarán, centenares de especies animales desaparecerán…
Las principales víctimas de esa tragedia climática serán las poblaciones ya vulnerables de África subsahariana, de Asia del sur y del sureste, de América Latina y de los países insulares ecuatoriales. En algunas regiones, las cosechas podrían reducirse en más de la mitad y el déficit de agua potable agravarse, lo que empujará a cientos de millones de “refugiados climáticos” a buscar a toda costa asilo en las zonas menos afectadas… Las “guerras climáticas” proliferarán (3).
Para evitar esa nefasta cascada de calamidades, la colectividad científica internacional recomienda una reducción urgente del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Único modo de evitar que la situación se vuelva incontrolable.
En esa perspectiva, tres son los temas centrales que se abordan en Copenhague: 1)determinar la responsabilidad histórica de cada Estado en la actual degradación climática, sabiendo que el 80% de las emisiones de CO2 son producidas por los países más desarrollados (que sólo reúnen el 20% de la población mundial), y que los países pobres, los menos responsables del desastre climático, padecen las consecuencias más graves.
2)fijar, en nombre de la justicia climática, una compensación financiera para que aquellos Estados que más han degradado el clima aporten una ayuda significativa a los países del Sur que permita a éstos luchar contra los efectos de la catástrofe climática. Aquí se sitúa uno de los principales desacuerdos: los Estados ricos proponen una suma insuficiente, cuando los países pobres reclaman una justa compensación más elevada.
3)definir con vistas al futuro un calendario vinculante que obligue política y legalmente a los actores planetarios -tanto a los países desarrollados como a las otras potencias (China, Rusia, la India, Indonesia, México, Brasil)- a reducir progresivamente sus emisiones de gases de efecto invernadero. Ni Estados Unidos ni China (los dos principales contaminadores) aceptan esta perspectiva.
Además de esta agenda, un fantasma recorrerá las mesas de discusión de Copenhague: el del necesario cambio de modelo económico. Existe en efecto una grave contradicción entre la lógica del capitalismo (crecimiento ininterrumpido, avidez de ganancias, explotación sin fronteras) y la nueva austeridad indispensable para evitar el cataclismo climático.
Si el sistema soviético implosionó fue, entre otras razones, porque descansaba sobre un método de producción que valoraba principalmente el beneficio político de las empresas (creaban obreros) y no su coste económico. De igual modo, el sistema capitalista actual únicamente valora el beneficio económico de la producción, y no su coste ecológico. Con tal de obtener un beneficio, no le importa que un producto tenga que recorrer miles de kilómetros, con la emisión de toneladas de CO2 que eso supone, antes de llegar a las manos del consumidor. Aunque ello ponga en peligro, a fin de cuentas, a toda la humanidad.
Por otra parte, es un sistema despilfarrador que agota los recursos del planeta. Actualmente la Tierra ya es incapaz de regenerar un 30% de lo que cada año consumen sus habitantes. Y demográficamente éstos no cesan de crecer. Somos ya 6.800 millones, y en 2050 seremos 9.150 millones… Lo que complica el problema. Porque no hay recursos para todos. Si cada habitante consumiese como un estadounidense se necesitarían los recursos de tres planetas. Si consumiese como un europeo, los de dos planetas… Cuando no disponemos más que de una Tierra. Una diminuta isla en la inmensidad de las galaxias.
De ahí la urgencia en adoptar medidas que detengan la huida hacia el abismo. De ahí también, ante el cinismo de muchos líderes mundiales, la rabia de los miles de militantes ecologistas que convergen de todo el planeta hacia la capital danesa gritando dos consignas: “¡Cambiad el sistema, no el clima!” y “Si el clima fuese un banco ¡ya lo habrían salvado!”.
Se cumplen diez años de las grandes manifestaciones de la “batalla de Seattle” que vieron nacer el movimiento altermundialista. En Copenhague, una nueva generación de contestatarios y activistas, en nombre de la justicia climática, se dispone a abrir un nuevo ciclo de luchas sociales. La movilización es enorme. La pelea va a ser grandiosa. Está en juego la supervivencia de la humanidad.
Notas:
(1) Recompensado colectivamente, en 2007, con el Premio Nobel de la Paz por sus informes sobre los cambios climáticos.
(2) Los árboles, las plantas y las algas de los océanos absorben y neutralizan el CO2, y producen oxígeno; de ese modo ayudan a combatir el efecto invernadero.
(3) Léase Harald Welzer, Les Guerres du climat. Pourquoi on tue au XXIe siècle, traducido del alemán por Bernard Lortholary, Gallimard, París, 2009.
Fuente: Diario Le Monde.
Agenda Diaria
-Climate Action Network will host a side event entitled Stronger Southern Voice on Tuesday, December 8 from 18.15-19.45 at the Niels Bohr Meeting Room.
-Side Event Saturday 12 December 13.00-14.30 at the Liva Weel Room “Mountains of the World: Addressing Climate Change through Sustainable Mountain Development” Panel Presentations- Representatives of Mountain Communities: Francisca Angelica Canchumani Ricse-Peru
-Voices of Latin America: Regional and Amazonian initiatives on Climate Change and REDD. December 14th. 09.00-10.30 am Room Niels Bohr. Organiza: Plataforma Climática Latinoamericana – AVINA.
-“Ecuador and Peru towards their National REDD Strategies” es el nombre de la conferencia que ambos países desarrollarán el miércoles 16 de diciembre. En este evento, Ecuador y Perú presentarán los avances del país en la reducción de la deforestación y degradación de los bosques, con una maximización de los beneficios sociales y ambientales. El Side Event se desarrollará de 18.15 – 19.45 en la Sala Halfdan Rasmussen del Centro de Convenciones de Bella Center.
No RIGHTS no REDD: amenaza a los pueblos indígenas
Un mecanismo efectivo de REDD debe incluir las siguientes características:
•Que logre la deforestación cero en áreas prioritarias como la Amazonía, la Cuenca del Congo y los bosques del sureste de Asia para el año 2015; y para el año 2020 en todos los demás países que tengan bosques tropicales (Papua Nueva Guinea, etc.).
•Que solicite reducciones a nivel nacional de las emisiones procedentes de la deforestación para evitar las fugas, la no-adicionalidad y no-permanencia.
•Que permita una amplia participación de los países que cuentan con bosques tropicales.
•Que proteja la biodiversidad de acuerdo con los convenios y objetivos internacionales, para que de esta manera se eviten incentivos y resultados nocivos.
•Que respete totalmente los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, proporcionando espacios de participación y consenso libre, previo e informado. Actualmente los derechos de los pueblos indígenas no se respetan en absoluto.
•Que asegure que los beneficios se distribuyan equitativamente entre los países y los grupos de interés.
•Que garantice un monitoreo y verificación independientes y confiables de las actividades y resultados.
Declaraciones de Eduardo Sanhueza
Algunos científicos ocultaron que la temperatura promedio del planeta habría descendido cortando su tendencia al alza. “Muchas cosas pueden producir bajas momentáneas de la temperatura global”, explica el experto chileno en cambio climático, Eduardo Sanhueza. “Una erupción como la última del Pinatubo, en efecto, lo hizo”.
Aquí se trata de mirar la tendencia de mediano y largo plazo, asegura Sanhueza. “Más que considerar al cambio climático como una situación estable, debemos pensar más bien en una situación de variabilidad climática”.
El experto señala que: “Los países industrializados tomaron hace rato la decisión de estabilizar la temperatura del planeta por consideraciones geopolíticas energéticas, para no depender del petróleo, lo que es una muy buena coincidencia”.
Benedicto XVI: Pensamientos y actos
Por Thomas J. Reese SJ, Senior Fellow del Woodstock Theological Center, Georgetown University, escribe una columna para newsweek.washingtonpost.com/onfaith.
El Papa Benedicto XVI ha sido llamado el “Papa verde” por su preocupación por el medio ambiente. El año pasado hizo instalar paneles solares para la generación de electricidad en los techos del Vaticano y este año los puse en su casa en Alemania. Recientemente, el Vaticano instaló colectores solares de alta tecnología para ayudar a climatizar sus dependencias. También ha hecho del Vaticano el primer estado neutral en emisiones de CO2 a través de la reforestación de bosques, que compensan sus emisiones.
“Es impresionante; ellos están haciendo lo que algunos sólo dicen que hay que hacer y lo están haciendo de manera importante”, comentó Mark Hopkins, director de la política energética de United Nations Foundation a Catholic News Service.
En su nueva encíclica Caritas in Veritate, el Papa nos llama a valorar la naturaleza como una creación de Dios, a la vez que rechaza los puntos de vista paganos o panteístas. “El creyente reconoce en la naturaleza el maravilloso resultado de la actividad creativa de Dios, escribe el Papa, la que debemos usar de manera responsable para satisfacer nuestras legítimas necesidades, materiales o de otra índole, respetando el equilibrio intrínseco de la creación”.
Este regalo no debe ser explotado para fines puramente egoístas, sino que “el medio ambiente es el regalo que Dios nos hace a todos, y en el uso que le demos tenemos una responsabilidad hacia los pobres, hacia las generaciones futuras y hacia la humanidad en su conjunto”. De esta manera Benedicto combina su preocupación por los pobres con su preocupación por el medio ambiente.
En su encíclica aplica su visión a la política energética. Al igual que la administración Obama, aboga por la conservación y el desarrollo de fuentes alternativas de energía.
“Las sociedades tecnológicamente avanzadas [es decir, nosotros] pueden y deben disminuir sus consumos domésticos de energía, argumenta, ya sea a través de la evolución en los métodos de producción o a través de una mayor consciencia ecológica de los ciudadanos”. Esta sensibilidad ecológica debiera llevar a la adopción de nuevos estilos de vida “en los cuales la búsqueda de la verdad, la belleza, la bondad y la comunión con los otros a favor del crecimiento general sean los factores que determinen las opciones de los consumidores, el ahorro y la inversión”.
Contrariamente a la mayoría de los políticos estadounidenses, también está preocupado por “aquellos países que carecen de los medios económicos ya sea para obtener acceso a fuentes existentes de energía no-renovable o para financiar la investigación sobre nuevas fuentes”. Se queja que “algunos Estados, grupos de poder y compañías acaparan recursos energéticos no-renovables” y esto “representa un grave obstáculo al desarrollo de países pobres”.
Él hace un llamado “a una redistribución global de los recursos energéticos, de manera que los países que no los tienen, puedan acceder a ellos”.
Ningún político estadounidense diría algo así, pero Benedicto puede hacerlo y lo hace porque su visión del medio ambiente está motivada por la teología, no la política. El 10 de septiembre dijo que la gente debe “ver en la creación algo más que la simple fuente de riqueza o explotación por la mano del hombre”. El regalo de la creación debe ser usado “responsablemente y con respeto, haciéndolo fructífero”. Ya que al final, debemos ver la creación como “la expresión de un plan de amor y verdad que nos habla del Creador y de su amor por la humanidad que encontrará su plenitud en Cristo, al final de los tiempos”.
Ministra danesa Connie Hedegaard anunció un acuerdo político global antes que un tratado internacional “jurídicamente vinculante”
Los negociadores deben formular un acuerdo práctico que sea aceptado por las 192 naciones que acudirán a la cumbre de Copenhague entre el 7 y 18 de diciembre.
“Es realista decir que en Copenhague no se logrará aprobar un tratado, pero es importante formular el marco político que será la base de ese tratado”, dijo la Canciller alemana Angela Merkel durante la cumbre europea en Bruselas.
Aún obteniendo esa estructura política, dijo, “las negociaciones se alargarán por más tiempo hasta lograr ese tratado”:
Reducción del Calentamiento Global
El porcentaje de reducción de emisiones que asumirán los países desarrollados: del tamaño de las reducciones comprometidas depende el volumen del potencial mercado de carbono. Cuánto menores sean los compromisos menor será la eventual cantidad de certificados que los países industrializados podrían llegar a adquirir en el mercado. De ello dependen a su vez, toda una serie de definiciones: cómo serán las nuevas reglas del Mecanismo de Desarrollo Limpio, cuáles actividades serán permitidas, los proyectos sectoriales, las medidas de mitigación en los países en desarrollo. Lograr amplios recortes en las emisiones de los países más contaminantes es clave para evitar el cambio climático.
Financiamiento
El volumen de recursos que estos van a poner a disposición de los países en desarrollo para financiar los planes de adaptación y mitigación: existe una fuerte presión de parte de los países desarrollados para que la mayor parte de la transferencia de recursos hacia los países en desarrollo se haga a través de los mecanismos de mercado, mientras la mayoría de los países en desarrollo prefieren limitar este tipo de mecanismos y ampliar la transferencia de fondos directamente para financiar sus necesidades de adaptación y mitigación. Algunos países miembros de la OPEP y el ALBA, como Venezuela y Bolivia reniegan de cualquier forma de mercado de emisiones.
Acuerdo político
El marco legal del acuerdo que se espera alcanzar y su relación con el Protocolo de Kyoto y la Convención: Estados Unidos aún no ha ratificado el Protocolo de Kyoto. Sin embargo había expectativas respecto a un cambio de posición con la nueva administración de Obama; poniendo a todos bajo un mismo sistema de compromisos, aunque con diferentes tipo de obligaciones. A lo largo de la reunión quedó claro que no solo Estados Unidos tenía este propósito sino también la Unión Europea y los países desarrollados en general. El G77 + China quiso hacer una declaración denunciando el intento de los países industrializados de barrer con el Protocolo de Kyoto y la Convención. Sin embargo esta habría sido bloqueada por la oposición de países latinoamericanos: Colombia, Costa Rica, Chile, República Dominicana, Guatemala, Panamá y Uruguay.
Noruega se propone reducir sus emisiones en 40% para el año 2020, respecto a los niveles de 1990
Los países del G8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia) se comprometieron a reducir sus emisiones de CO2 en un 80% para 2050 respecto a 1990 y han afirmado que el resto del mundo debería reducirlas en un 50% para la misma fecha.
Perú es laboratorio de adaptación al cambio climático
La posición peruana para la XV Cumbre Mundial de Cambio Climático-COP 15, a realizarse en diciembre próximo en Copenhague, Dinamarca, apuesta por la conservación de bosques primarios y recursos naturales.
En la reunión de las Naciones Unidas que se llevó a cabo el 22 de setiembre en Nueva York, Perú ratificó la propuesta de imponer una tasa de 50 centavos de dólar por cada barril de petróleo consumido o su equivalente en gas o carbón. Los fondos recaudados podrían aplicarse a la conservación de bosques y tendrían un efecto positivo en la biodiversidad de todo el mundo. Es impostergable el establecimiento de la variable Cambio Climático en las agendas políticas de todos los países.
La propuesta peruana ha contado hasta hoy con una importante aceptación por parte de representantes de otros países miembros de la COP15. Suiza tiene una propuesta de tasa, pero no sobre los combustibles fósiles, sino sobre las Emisiones de Dióxido de Carbono (CO2).
¿Qué está en debate en Copenhague?
1.Objetivo
Países en desarrollo (PeD) buscan segundo periodo de compromisos de las partes del Anexo I bajo el Protocolo de Kyoto en donde sus reducciones de emisiones sean ambiciosas (no hay acuerdo sobre qué tan ambiciosas).
Países desarrollados (PD) desean que los países en desarrollo tomen compromisos vinculantes o semi-vinculantes.
2.Interpretación de responsabilidades comunes pero diferenciadas
Países en desarrollo sostienen que Países Anexo I son responsables de las emisiones desde la revolución industrial y deben cumplir compromisos de financiamiento y transferencia de tecnología. Los países en desarrollo no son responsables y, por tanto, no deberían estar sujetas a reducciones de GEI de manera vinculante a nivel internacional. De todas maneras, los países en desarrollo quieren reducir al máximo sus emisiones necesitan del financiamiento y la tecnología transferida por países desarrollados.
Países desarrollados: que países en desarrollo tomen compromisos vinculantes o semi-vinculantes.
3.Rol de EEUU en mitigación
Países en desarrollo: EEUU debe ser tratado como cualquier país desarrollado, aún si no han firmado el Protocolo de Kyoto (PK). Si EEUU no se ha unido al Protocolo de Kyoto, se debería determinar un compromiso comparable a los países del Anexo I bajo la Convención.
Países desarrollados: incertidumbre sobre el tema. En un comienzo, insistieron en que EEUU debía comprometerse en igual medida que los países del Anexo I; sin embargo, algunos países (Japón) podrían aceptar un compromiso laxo de EEUU y luego intentar tener el mismo tipo de compromiso. Si es algunos países solo están dispuestos a tener bajos compromisos no se sabe si es que la UE podrá mantener el nivel del suyo.
4.Rol de los países en desarrollo en la mitigación
Países en desarrollo: consideran que sus acciones de mitigación pueden ser fortalecidas y ser Monitoreables, Reportables y Verificables; solo si y en la medida que, se den recursos financieros y tecnológicos, los cuales tendrían que estar MRV.
Países desarrollados: desean que países en desarrollo tomen las máximas obligaciones posibles en mitigación, por lo que piden que las acciones de mitigación de los países en desarrollo sean MRVs y que el MRV sea lo más vinculante posible.
5.Financiamiento y tecnología
PeD: implementación concreta y adecuada de compromisos por desarrollados es clave para desbloquear.
–Estructura financiera bajo la Convención que contenga cantidad substancial de recursos (0.5 a 1% del PBI de países desarrollados, 200 a 400 mil millones US$ por año). Enfatizan que esto es parte del cumplimiento del artículo 4. No consideran como parte del cumplimiento los fondos dados fuera del Convenio Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático CMNUCC.
–Sobre Transferencia de Tecnología, significa la transferencia del know-how, capacidad de adaptar y elaborar equipos y diseñar nuevas tecnologías.
–Absorción de la tecnología mediante empresas locales y exclusión de las tecnologías buenas para el medio ambiente de los derechos de propiedad intelectual.
–El G77-China ha propuesto una nueva estructura para la transferencia de tecnología bajo el CMNUCC (un consejo técnico que tenga las herramientas políticas y técnicas, y un fondo). No obstante, los países desarrollados prefieren continuar su trabajo bajo el consejo de un grupo de expertos.
PD: países en desarrollo también deberían contribuir.
–Estructura y fondos existentes bajo la Convención permanecen (BM y ayuda bilateral). Al financiar mitigación quieren elegir a donde van los fondos según los NAMAs registrados por países en desarrollo (registro y matchmaking).
–Sobre la definición de TT, significa vender los equipos a su costo total.
–Los países en desarrollo deben crear “entornos favorables” para la inversión y el flujo de tecnologías.
6.Adaptación
PeD: propuestas para que los países desarrollados provean de financiamiento para enfrentar los costos de la adaptación, bajo un esquema que no se base en la deuda. No hay acuerdo en temas de nivel de vulnerabilidad, inclusión de medidas de respuesta.
Países desarrollados están construyendo la idea de solo dar fondos a los países “más vulnerables”, sin embargo, no hay acuerdo sobre quienes son los “países vulnerables”.
7.Formas legales
Mayoría de PeD: mantener PK con compromisos de países Anexo I y solo enmendar el Anexo B. Sobre GTE-CLP quieren que el resultado sea un conjunto de decisiones. Quieren que el PK y el Grupo de Trabajo Especial sobre la Cooperación a Largo Plazo (GTE-CLP) se mantengan en caminos separados
Países desarrollados: un nuevo protocolo, en donde algunos países en desarrollo se unan al Anexo I. Sobre GTE-CLP quieren un nuevo acuerdo y posiblemente integrar los resultados del PK con el de GTE-CLP en un solo acuerdo. Quieren unir los dos caminos logrando un solo resultado legal.
8.Tiempo
PeD: el plazo último para llegar a un acuerdo es cuando se expire el primer periodo de compromisos de las partes del Anexo I bajo el PK en el 2012. No es necesario completar el trabajo del GTE-CLP en el 2009, aunque este estipulado en el Plan de Acción de Bali.
Países desarrollados: un mismo plazo para los grupos del PK y GTE-CLP para lograr un solo compromiso (por ejemplo, los países en desarrollo deben comprometerse a la mitigación bajo el GTE-CLP como condición para que las partes del Anexo 1 se comprometan en el PK).
9.Comercio y Clima
PeD: están en contra de medidas unilaterales de comercio (proteccionismo comercial) por los países desarrollados, ya que, esto significaría pasar la carga y el costo de ajuste a los países en desarrollo con las medidas comerciales, violando los principios de la Convención para los países del Anexo I.
Algunos países desarrollados: si es que los países en desarrollo no toman compromisos de mitigación a través de la Convención, ellos harán que lo hagan con las medidas comerciales.
10.Visión Compartida y meta global a largo plazo
PeD: la visión compartida es una visión que incorpora todos los aspectos (financiamiento, tecnología, mitigación y adaptación). Además, consideran que la meta global de reducción de emisiones no puede ser acordada de una manera unilateral sino que debe emerger de una aproximación basada en la equidad en donde las contribuciones de los países desarrollados y en desarrollo estén comprendidas de manera explicita. No hay acuerdo sobre cuanto debe ser esta meta.
Países desarrollados han mencionado que la meta global al 2020 es de 50%, en donde los países desarrollados cortan sus emisiones en 80%, pero no mencionan que implícitamente los países en desarrollo tendrían que cortar sus emisiones en 20%, lo cual representa 60% per cápita.
Las sociedades peruanas frente al cambio climático
Responsable: Alex Chepstow-Lusty
Las relaciones entre las sociedades, el clima y el medio ambiente son complejas; por ello, se han vuelto una prioridad dentro de la investigación gracias a la toma de conciencia acerca de los riesgos del propio cambio climático. El Perú se beneficia de una inmensa biodiversidad, compuesta por variados ecosistemas que albergaron a numerosas civilizaciones durante todo el Periodo Holoceno. Se trata de una de las zonas arqueológicas más ricas de América del Sur. De igual forma, esta región constituye un ámbito privilegiado para estudiar las relaciones entre hombre y medio ambiente durante un largo periodo (los 10,000 primeros años) y permite evaluar en qué medida los cambios climáticos han podido influenciar a las sociedades antiguas.
Actualmente en arqueología y en historia regional, las sociedades raramente han sido colocadas en su contexto paleo medioambiental y paleoclimático; acaso, por falta de datos. Este eje se propone reconstruir la evolución conjunta del clima y de las sociedades prehispánicas y coloniales del Perú. Aspira a reconstruir la historia climática de esta zona geográfica y de proponer evidencias de las posibles relaciones entre transformaciones sociales, crisis sanitarias, movimientos de poblaciones y variaciones climáticas. El enfoque de los estudios será decididamente pluridisciplinario, pues tiene por ambición integrar el análisis y la interpretación de los archivos paleoclimáticos, paleo medioambientales, arqueológicos y históricos.
Nuestra hipótesis es la posibilidad de recoger lecciones de las sociedades antiguas, teniendo en cuenta que estas últimas han enfrentado, a menudo, problemas relacionados con cambios climáticos naturales y quizás, han también gestionado su medioambiente más armoniosamente.
Fuente: IFEA.
Apurímac iniciará programa de adaptación al cambio climático
El Presidente regional de Apurímac, David Salazar Morote, presentó de manera pública el Programa de Adaptación al Cambio Climático (PACC), que iniciará formalmente sus actividades en esta jurisdicción de la sierra sur peruana.
“Tenemos que implementar políticas regionales que contribuyan a las acciones que el PACC ejecutará y no esperar situaciones extremas”, indicó la autoridad apurimeña.
Adelantó que el gobierno regional destinará más de cuatro millones de soles al proyecto de fortalecimiento de capacidades en temas ambientales y recursos naturales, así como políticas de reforestación a gran escala.
Recordó que el PACC constituye una iniciativa forjada por el Ministerio del Ambiente y la Cooperación Suiza, que marcará un hito en el proceso de hacer frente a los impactos del cambio climático.
Se ha previsto el apoyo de entidades científicas suizas, que será complementado con la asistencia de instituciones científicas peruanas, que brindarán soporte metodológico y técnico para el desarrollo de los estudios locales y regionales.
En base a un estudio y trabajo mancomunado encabezado por el gobierno regional de Apurímac se ha determinado implementar medidas demostrativas de adaptación al cambio climático en la microcuenca Mollebamba, del distrito de Juan Espinoza Medrano, en la provincia de Antabamba.
Estrategia Nacional de Adaptación al Cambio Climático
Se requieren US$ 300 millones anuales para implementar medidas de adaptación al cambio climático en el Perú, reveló un estudio efectuado por el Ministerio del Ambiente.
El Director General de Cambio Climático, Desertificación y Recursos Hídricos del Minam, Eduardo Durand, señaló que su sector fortalecerá las capacidades al interior de las regiones, de manera que éstas asuman un rol protagónico en la ejecución de proyectos de adaptación.
“Es necesario desarrollar estrategias de adaptación relacionadas con el uso de la tierra, cambios en calendarios productivos, tecnología de riego y otras acciones en el sector agua”, señaló.
Según informes internacionales la productividad de la agricultura retrocederá entre 10% a 20% durante el próximo siglo; lo cual ocasionaría una mayor inseguridad alimenticia.
En tanto, el 81% de la producción agrícola de los ocho cultivos alimentarios principales -entre ellos oca, quinua, habas y algunas variedades de la papa- podrían desaparecer por causa de los efectos de este fenómeno global.
La realidad del cambio climático en el país necesita de un cuantioso financiamiento, que no sólo debe provenir de fuentes internacionales sino también internas. Por ello, se propondrá en la XV Cumbre Mundial de Cambio Climático (COP 15) a realizarse en Copenhague, la creación de un Fondo financiero derivado del impuesto al combustible fósil para implementar medidas de adaptación y conservación de bosques.
Comisión Nacional sobre el Cambio Climático
Según el DS 006-2009-MINAM, la Comisión Nacional sobre el Cambio Climático está conformada por el MINAM, que la preside; los Ministerios de Relaciones Exteriores, Economía y Finanzas, de la Producción, Agricultura, Energía y Minas, Transportes y Comunicaciones, Comercio Exterior y Turismo, Salud, Educación, así como Vivienda, Construcción y Saneamiento; SENAMHI, CONCYTEC, IIAP, el Instituto Geofísico del Perú, IMARPE, FONAM y la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales. Asimismo los representantes de la Sociedad Civil Peruana: el Consejo Nacional de Decanos de los Colegios Profesionales del Perú y la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas– CONFIEP.
El Representante de los Colegios Profesionales del Perú participa en los Grupos de Trabajo de Adaptación, Mitigación y Mecanismo de Desarrollo Limpio, REDD, Negociaciones, Financiamiento, Ciencia y Tecnología, Educación y Comunicación.
La Ph.D. Elizabeth Silvestre Espinoza, Directora Científica del SENAMHI fue elegida Coordinadora del Grupo de Trabajo técnico de Adaptación.
Iniciativa Peruana para la Conservación de Bosques
La conservación de los bosques y del agua es un accionar concreto asumido por Perú para enfrentar los efectos negativos del cambio climático, siendo la primera bien recibida por la comunidad internacional, que ha respondido con financiamiento para llevarla a cabo, sostuvo el Ministro del Ambiente, Antonio Brack.
“Vamos a conservar los bosques primarios amazónicos. Empezamos con 55 millones de hectáreas para llegar con el tiempo, seguramente, a más de 60 millones. Esa propuesta, lanzada en diciembre del año pasado en la 14ª Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Cambio Climático, fue recibida positivamente por la Unión Europea.”
Brack destacó que gracias a esa iniciativa, Perú recibió financiamiento importante de países como Alemania y Japón para la conservación de bosques.
“Conservar bosques es mitigar el cambio climático a nivel mundial y es reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Si reducimos la tala y quema de árboles a cero en diez años, se disminuirán en 50 por ciento nuestras emisiones de CO2.”
Agregó que con la conservación de bosques se logra, además, preservar la biodiversidad, el agua, y se evita la desaparición de los pueblos indígenas.
Conservar el agua
El titular del MINAM dijo que otra decisión práctica para frenar el cambio climático es la conservación del agua, mediante el manejo racional de las cuencas hidrográficas, especialmente las que van a la Costa.
“Hay que almacenar agua en las partes altas, ahorrarla en la agricultura y reciclarla en las ciudades. Son los tres puntos clave para conservar este valioso recurso natural”, anotó.
Señaló que la mejora de las cuencas hídricas permite reforestar las partes altas de dichas cuencas. “Y esos bosques que generemos tendrán un beneficio en la calidad y cantidad de agua que utilizaremos.”
Mitigar daños y adaptarse al cambio climático
Brack ratificó que el cambio climático puede ser, sin duda, muy costoso para los países que no toman medidas a fin de mitigar sus efectos negativos y adecuarse a las transformaciones que dicho fenómeno trae consigo.
“Es costoso, pero puede no serlo tanto si tomamos la prevención e invertimos desde ahora en mitigar y adaptarnos al cambio climático, lo que va a ser mucho más barato que no invertir.”
Si bien los cálculos del impacto negativo del cambio climático son diversos; estimándose, según el Ministerio de Economía, en 10 mil millones de dólares en los próximos diez años. Brack consideró que arriesgar cálculos ahora es algo subjetivo.
Subrayó la importancia de que todas las autoridades, instituciones y sociedad civil en su conjunto trabajen de manera coordinada y con base en el diálogo y la concertación.
El titular del Ambiente ofreció estos alcances tras participar en el Taller Regional denominado “Inversiones y flujos financieros para la seguridad climática, bajo el acuerdo de Copenhague”, que se realizó en Lima y que reúne a representantes de diversos países latinoamericanos y europeos.
Retroceso de glaciares
De acuerdo con el estudio de Escenarios Climáticos en la Cuenca del Río Santa para el año 2030, elaborado por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), en los próximos años se prevén incrementos más severos de la temperatura en la Cordillera Blanca, lo que acelerará el retroceso glaciar y causará la desaparición de algunos glaciares. En 2005, el glaciar Broggi desapareció; y el Pastoruri ya no es considerado un nevado.
Unión Europea y Australia firman acuerdo sobre almacenamiento y captura de carbono
En el memorándum de entendimiento, Bruselas se compromete a colaborar con la financiación del Instituto australiano de Captura y Almacenamiento de Dióxido de Carbono.
Australia quiere fomentar el desarrollo de las tecnologías CCS (por sus siglas en inglés) -que permiten almacenar el dióxido de carbono en formaciones geológicas tras someterlo a una condiciones de presión tales que lo transforman en líquido- y facilitar el intercambio de información al respecto, según explicó la Comisión Europea (CE) en un comunicado.
Estas tecnologías son desdeñadas por las organizaciones ecologistas que cuestionan su seguridad y consideran que constituyen una manera de perpetuar las prácticas más contaminantes, sin embargo las industrias intensivas en el uso de carbono defienden que sin ellas será muy difícil detener el calentamiento global.
El Instituto australiano ya contaba con el apoyo de 85 entidades, incluidos 16 gobiernos nacionales y 40 compañías de peso.
En el que ha sido el primer viaje oficial del comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, a Australia ambas partes acordaron también unir fuerzas en la lucha contra el cambio climático de cara a la cumbre de Copenhague de Naciones Unidas.
“La Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU que se celebrará en Copenhague en diciembre será esencial para alcanzar un acuerdo global para salvar el planeta”, destacó Piebalgs tras el encuentro.
Asimismo, el comisario comentó que Australia y la UE comparten preocupaciones acerca del clima y barajan soluciones similares y consideró necesario que unan fuerzas en Copenhague para lograr que sus esfuerzos tengan éxito.
Piebalgs se entrevistó con los ministros australianos de Energía, Martin Ferguson, de Cambio Climático, Penny Wong, y de Comercio, Simon Crean, y abordó cuestiones como el cambio climático, la energía limpia y la seguridad de suministro, confirmó Bruselas.
Australia es un socio clave para la UE en el sector energético. Es el cuarto productor de carbón del mundo (323 millones de toneladas de hulla y 72 millones de lignito) y desde 1984, el tercer país que más exporta a la Unión. Además, es un importante productor de gas natural licuado -sólo en 2008-2009 sus exportaciones superaron los 44.000 millones de metros cúbicos- y posee un tercio de los recursos mundiales de uranio. La UE vendió a Australia, en 2007, productos energéticos por valor de 28 millones de euros.
SERNANP
El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas del Estado ha propuesto quince nuevas áreas de conservación, que abarcarán más de un millón de hectáreas en ocho departamentos de la costa, sierra y selva de nuestro país.
¿Qué significa eso? De antemano, es muy positiva la mayor conciencia de los gobiernos regionales y de las comunidades respecto de la necesidad de conservar bosques y espacios naturales que pertenecen a todos. Buscan también proteger los recursos y especies, algunas en extinción, así como asegurar el equilibrio del ecosistema ante los terribles perjuicios que causa el calentamiento global en el clima, la agricultura y la calidad de vida de todo el mundo.
Sin embargo, siendo esto trascendental, no es suficiente. Falta aún que la Presidencia del Consejo de Ministros apruebe la propuesta y, no menos importante, que se pase de lo declarativo a la implementación de un plan con medidas concretas y efectivas para garantizar realmente la conservación de dichas áreas en riesgo y constantemente amenazadas.
Por ejemplo, resulta indignante y desalentador que 12 personas acusadas de invadir el bosque de Pomac y propiciar la muerte de dos policías durante una operación de desalojo hayan sido liberadas por las autoridades judiciales de Ferreñafe. ¿Qué mensaje se da a las comunidades y al país? ¿Y qué podrían pensar y hacer con este mal precedente otros posibles invasores?
Las instancias superiores del Poder Judicial y del Ministerio Público tienen que evaluar exhaustivamente la actuación del juez José Pisfil para tomar las medidas correctivas necesarias, en un caso flagrante de violación del principio de autoridad y contra los derechos a la vida y la propiedad.
En cuanto al Poder Ejecutivo, su responsabilidad sigue siendo crucial e inexcusable para fijar políticas ambientales y ejecutarlas. La creación de nuevas áreas de conservación, así como la protección de las ya existentes, es un tema que abarca diversos sectores pero que debe motivar una mayor atención presupuestal y transferencia de funciones operativas y normativas al Ministerio del Ambiente. Complementariamente, sigue pendiente la evaluación de mecanismos reguladores y fiscalizadores sobre la materia.
No se trata de caer en extremos que prohíban la entrada a los bosques, sino, por el contrario, de integrar a las comunidades y a las empresas responsables del sector privado en su conservación, protección y explotación racional y sostenible.
Como lo explican los expertos, estos espacios protegidos podrán generar unas siete gigatoneladas de captura de carbono, lo cual podrían significar importantes captaciones de ingresos, dentro del sistema de bonos ambientales que promueven países desarrollados, para financiar otros proyectos de conservación.
Hay, pues, razones prácticas y hasta de supervivencia que hacen del cuidado ambiental una acuciante prioridad mundial. A pocos días de la Cumbre Mundial de Copenhague sobre el cambio climático, el Perú debe presentar planes de conservación y protección con metas precisas y planes fiscalizados que involucren a las instancias estatales, las comunidades y el sector privado.