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El teólogo Víctor Codina SJ.
Por JUAN JOSÉ TAMAYO– Diario El País.*
El 22 de mayo falleció en Barcelona a los 91 años el jesuita Víctor Codina, uno de los principales y más lúcidos cultivadores de la teología de la liberación, que convirtió en el centro de su proyecto vital e intelectual. Recibió una sólida formación filosófica y teológica en Sant Cugat (Barcelona), Innsbruck (Austria) y Roma. Durante 20 años fue profesor de teología en Cataluña. Desde 1982 hasta 2018 residió en Bolivia, encarnándose en su historia, vida y cultura. Allí compaginó la docencia teológica en la Universidad Católica de Cochabamba con la formación de los seglares, la colaboración en parroquias populares y el acompañamiento a las comunidades de base en Oruro, Santa Cruz y Cochabamba. Dictó cursos en universidades de Brasil y en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), realizó actividades de animación teológica en la mayoría de los países de América Latina e impartió seminarios en el Centro Cristianisme i Justícia, de Barcelona. Una de sus últimas contribuciones tuvo lugar en el Sínodo de la Amazonía celebrado en 2019, donde colaboró en la elaboración del Documento de Trabajo, dividido en dos partes: la primera, escuchar la voz de la Amazonía; la segunda, escuchar la voz de la tierra y de los pobres.
La ubicación social de Víctor Codina fueron los barrios obreros de Barcelona y las mayorías populares del continente latinoamericano; su lugar eclesial, la Iglesia de los pobres; su praxis, el compromiso con los movimientos sociales; su actitud ética, la opción por las personas más vulnerables, los sectores empobrecidos y los pueblos oprimidos; su mediación racional, las ciencias sociales; su hermenéutica, los métodos histórico-críticos; su principio teológico, la liberación; su inspiración, la espiritualidad del seguimiento de Jesús de Nazaret; su horizonte ideológico, desoccidentalizar el cristianismo; su modo de pensar, una teología nazarena, que nace de la praxis y conduce a ella, y parte de la realidad de la pobreza y la injusticia estructurales, de la exclusión social y del pluriverso cultural y religioso del continente latinoamericano.
En 2019 Víctor Codina publicó un delicioso libro titulado Sueños de un viejo teólogo. Una Iglesia en camino (Editorial Mensajero), donde narra sus sueños con el lenguaje sapiencial de la experiencia casi nonagenaria, sueños en estado de vigilia, “sueños utópicos”, como él los llama. Que buscan la transformación de la Iglesia, de su teología, sus estructuras, su espiritualidad, sus símbolos, sus ministerios, en plena sintonía con la transparencia y la sinceridad evangélica del Papa Francisco y con los sueños de las personas y los colectivos empobrecidos en busca de su liberación.
Codina sueña “con una Iglesia diferente, sin exclusiones de ningún tipo, con igualdad de derechos y obligaciones para todos los bautizados y bautizadas, donde la mujer ocupe el lugar y el rol que Dios le ha otorgado”. Citando al teólogo francés Joseph Moingt, afirma que “la mujer no es el problema, sino la solución de la Iglesia”. Los sueños de este libro, que Bloch llamaría “sueños despiertos”, son proféticos porque anuncian otra Iglesia y otro mundo más justo, igualitario, ecológico y fraterno-sororal, y críticos de un cristianismo “cómodamente instalado bajo la cruz de Cristo”, como dijera George Bernanos.
Confiesa que, al estar ligado al campo académico, no se atrevió a hacer públicos estos sueños por miedo a la censura y que los publica ahora en el clima de confianza y libertad creado por el Papa Francisco.
Gracias, Víctor, por tan maravillosos y lúcidos sueños despiertos que nos dejas como herencia. Citas el conocido verso de Calderón de la Barca “los sueños, sueños son” y te preguntas si los tuyos no serán ensoñaciones oníricas sin fundamento. En absoluto. Quienes hemos leído tu libro podemos asegurarte que lo que encierran son “inspiraciones del Espíritu que siempre es novedad y que actúa desde abajo”.
*El autor Juan José Tamayo es teólogo de la liberación y autor de Teologías del Sur. El giro descolonizador (Editorial Trotta).
Exdirector del internado Juan XXIII y también exdirector general de Fe y Alegría en Bolivia, Francisco “Pifa” Pifarré, fue mencionado por víctimas de pederastia, exvoluntarios de la Compañía de Jesús y el exjesuita Pedro Lima para que también sea investigado.
Por MIRIAM PEÑAFIEL CALIZAYA- LosTiempos.com
Las denuncias de abuso sexual y violaciones en el colegio Juan XXIII (internado) fueron recurrentes no sólo en la temporada en la que Alfonso Pedrajas (1972-1987), alias padre “Pica”, asumió la dirección de la institución educativa, sino después. Por lo tanto, también se apunta a otros jesuitas que en algún momento llegaron a esos ambientes.
Ante esta situación, en 2008, la Compañía de Jesús decidió cerrar el colegio Juan XXIII en su modalidad internado y lo refundó como un colegio “normal”. Años después, en 2022, intentó vender los terrenos de Villa Granado en Coña Coña y los predios que están en Cocaraya, Sipe Sipe.
“Nosotros nos preguntábamos por qué cerraron el internado y por qué querían vender los terrenos que tienen fines educativos, cuando en Bolivia hace tanta falta la educación”, señaló un estudiante “Juancho”. Una vez que estalló el escándalo de pederastia, tras la publicación del diario de “Pica” en El País de España el pasado 30 de abril, esas preguntas fueron respondidas.
“Ellos cerraron porque era grave lo que aconteció en ese tiempo (…).La Compañía de Jesús cerró el internado del Juan XXIII para borrar evidencias futuras”, señaló el exjesuita Pedro Lima, quien fue docente de esa unidad educativa los últimos años en los que todavía era un internado. Según él, “no fueron hechos aislados como quieren mostrar o accidentales, sino un abuso sistemático durante décadas. Algunas personas han sufrido abuso de manera reiterada, debido a que había un mecanismo de presión para silenciar y violentar a las personas”.
Los actos de pederastia de “Pica” ya eran vox populi entre los estudiantes y exalumnos del colegio, incluso, el mismo sacerdote lo señaló en la parte en la que se refirió al día en que fue homenajeado por su retiro. “Me hartaban un poco tantas intervenciones, llenas de elogios y cariño, pero que me resonaban como hipócritas o, al menos, falsedades; pues yo sé bien cuál fue la realidad y no puedo sacudir de mi mente el hondo sentimiento de culpa que me embarga”, es un extracto de sus memorias publicada por El País.
Hace algunos días, tras la publicación del diario de Pedrajas, la Asociación de Exalumnos del Colegio Juan XXIII sostuvo reuniones y en ellas aparecieron víctimas, pero no solo de “Pica” sino de otros jesuitas. Hasta el momento –según se conoce– existen denuncias formalizadas antes la Fiscalía de Cochabamba contra Pica y otro jesuita por pederastia.
“Yo reafirmo esos datos, aparte de ‘Pica’ había otros que cometieron delitos contra los niños del Juan XXIII, otros jesuitas”, señaló Pedro Lima.
Venta de terrenos
Los exalumnos del Colegio Juan XXIII quedaron sorprendidos cuando se anoticiaron de que Fe y Alegría, parte de la Compañía de Jesús, en 2022, intentó vender los terrenos de Coña Coña, donde por décadas funcionó el colegio Juan XXIII en su modalidad internado, y también de Cocaraya, en el municipio de Sipe Sipe, donde actualmente está el colegio.
“Hace dos años o más tiempo, la intencionalidad ha debido ser hacer desaparecer todo lo que hacían en el Juan XXIII, como ya había denuncias, como ya había encubridores ahí dentro, lo mejor sería hacer desaparecer todo lo que había”, dijo el presidente de los exalumnos del Juan XXIII, Hilarión Baldiviezo Rodríguez.
Señaló que los exalumnos se opusieron a la venta una vez que vieron publicaciones en las redes sociales, pero además se enteraron de que una parte del predio de Coña Coña ya había sido vendido.
“Lo que se ha vendido fue el sector de la vaquería, agricultura, chanchería y apicultura, por el lado del frente a esta granja había también un terreno donde hicieron un condominio, era la carpintería industrial que teníamos ahí. Entonces no sabemos cómo hicieron el trámite para poder ponerlo a su nombre y venderlo”, expresó.
Señaló que los terrenos fueron donados con fines educativos a nombre del colegio Juan XXIII y no a la Compañía de Jesús. “Nosotros nos pusimos fuertes y sacamos comunicados de que eso no es para la venta, de que esos terrenos fueron donados por una familia y todo lo que se hizo en el Juan XXIII se hizo con el sacrificio de los exalumnos. Se ha trabajado, se ha presentado proyectos, se ha buscado financiamiento, prácticamente los curas ahí no tenían nada que hacer, pero aun así lo vendieron”, manifestó.
“Los jesuitas se hicieron cargo, pero no tenían nada que ver ahí, en cuanto a la propiedad de los terrenos, entonces qué artimañas habrán hecho dentro de lo que es Derechos Reales y empezaron a vender los predios”, agregó un exalumno.
Compañía de Jesús no conocía la venta de terrenos
Ante la denuncia de los exalumnos del colegio Juan XXIII por la venta de los terrenos de la unidad educativa, la abogada de la Compañía de Jesús, Audalia Zurita, señaló que desconoce el caso, pero aseguró que pedirá informes al respecto.
“No sabía que se denunció la venta irregular de los terrenos. La Compañía de Jesús tiene varias obras, algunas de las obras las ejecuta en convenio con otras instituciones que dependen de la Iglesia, pero las instalaciones de Villa Granado (donde era el internado en las décadas de los 70 y 80) ahora son un colegio que lo administra Fe y Alegría”, señaló Zurita.
La jurista confirmó que en Villa Granado ya no hay algunas instalaciones como la panadería, el espacio de ganadería. “Entonces, hace mucho tiempo ha tenido que venderse”, dijo.
Testimonio sobre una vida destruida hasta la muerte por los abusos de Pica
LA HERMANA DEL JESUITA REVELÓ LOS ABUSOS Y DIJO QUE FRENARON SU ORDENACIÓN
El sueño de un joven de ser jesuita se frustró por los abusos de Pedrajas. La víctima murió en marzo de este año por enfermedad luego de sufrir por mucho tiempo, según el testimonio de su hermana, contado a Página Siete.
Por Verónica Zapana– PaginaSiete.bo
“Para mí esto es una pesadilla. Mi hermano desde jovencito quería ser sacerdote, ordenarse, pero no se lo permitieron, le pusieron trabas”. Con esas palabras, la hermana de un exjesuita -que prefirió guardar su identidad en reserva- relató que su hermano mayor entró a la Compañía de Jesús con ese sueño, pero todo se frustró porque en su paso por el noviciado tuvo como maestro a Alfonso Pedrajas, “Pica”, quien destruyó su vida.
Luego de sufrir durante años las secuelas de los abusos y la frustración, esta víctima de Pica falleció el 12 de marzo de este año por una enfermedad y no por un suicidio como señaló el también exjesuita Pedro Lima en varios medios. “Él no se suicidó”, aclaró la mujer, quien precisó que su hermano estuvo internado durante 11 días.
“Mi hermano salió bachiller el 89 y el 90 ingresó a la Compañía de Jesús como novicio”, relató la mujer a Página Siete.
Y es que su familia era religiosa y muy allegada a Pica, por eso sus papás pusieron en las manos de Pedrajas el futuro de su hermano. “Mis papás le habían confiado (a Pica) sus estudios y toda la vida de mi hermano (…) Qué íbamos a pensar lo que le estaba pasando”.
Dos meses después de la muerte de su hermano, llegó a la familia como “un balde de agua fría” el informe sobre las violaciones perpetradas por Pedrajas y que él mismo confesó en su diario, documento que fue hecho público por el periódico español El País.
“Mi mamá llegó a la casa y se puso a llorar terriblemente: ‘Él, Pica, él tiene la culpa, porque él abusó de tu hermano’, gritaba desconsolada”, relató la mujer quien en ese momento sólo le pidió que se calme.
Luego de que su hermano saliera de la Compañía de Jesús sin haberse ordenado sacerdote, él estaba muy decepcionado y en una oportunidad salió a beber. “Mi mamá le salió a esperar a la calle; cuando llegó, ella le había dicho ‘hijo, por qué estás tan triste, hace poco que saliste de la Compañía de Jesús’, a lo que mi hermano le contestó: ‘No me menciones a la Compañía, menos a Pica, él abusó de mí, me violó y estoy muy afectado, deprimido’, le dijo. Mi mamá no supo qué hacer”.
Ella aseguró que en ese momento quizá por el temor de contarle a su papá, ya que era uniformado, la familia no avanzó más con el tema.
“Cuánto habrá sufrido mi hermano”, lamentó la mujer mientras se quebraba con los recuerdos. Cuando se enteró de Pica “ató cabos” y confirmó todo lo que había confesado su hermano a su mamá, ya que él “fue víctima de Pica”. Ésa fue la razón para que dimita de la Compañía de Jesús.
“Él siempre fue muy reservado, jamás nos dijo las cosas al instante”, relató la mujer, quien recuerda que su hermano se destacaba en su carrera con buenas calificaciones. “Cuando he tenido acceso a sus notas, he visto que tenía entre 80, 90 y 100 de nota”, contó. Por ello, “no hubo ningún motivo para que frustren su carrera”, pero lo hicieron.
Ella explicó que la carrera en la Compañía de Jesús consiste en una primera etapa de noviciado en la que se estudia filosofía y magisterio; luego los envían a Brasil a estudiar teología, después les mandan a trabajar de misiones. Cuando pasan por todo eso, se ordenan como diácono presbiteral.
Bajo esa explicación, al hermano de la mujer sólo le faltaba la fecha para que se ordene, pero nunca le dieron la fecha. “No había cuándo llegue su ordenación, él se sentía deprimido por eso”.
Pero relató que ahora encontraron papeles “en los que lo obligaron a dimitir de la Compañía” tras casi 10 años de espera. Cuando ya iba a tener 30 años decidió dar un paso al costado. “Un día llamó a mi mamá para decirle: ‘¿Me recibirías en la casa? voy a salirme’. Y mi mamá le dijo: Claro hijo, vente”.
Para él, ése fue un momento muy doloroso porque todos sus sueños se habían frustrado. Ella relató que ahora entiende que la razón por la que no se ordenó su hermano fue porque denunció a las autoridades de ese entonces, los sacerdotes Marcos Recolons y Ramón Alaix, sobre la violación que había sufrido por parte de Pica, y ellos, en vez de ayudarlo, le obligaron a dimitir. Él vio que hasta su compañero Oswaldo Chirveches, actual jesuita y autoridad de la Compañía de Jesús, se ordenó antes que él.
“Mi hermano reclamó por qué le postergaban; sin embargo, Recolons y Alaix siempre le ponían trabas, por eso entró en una depresión fuerte”, contó.
Volvió a vivir con su verdugo en La Paz
El dolor de la familia de la víctima es muy fuerte, pues cuando el aspirante a jesuita volvió a Bolivia, tras concluir sus estudios en Brasil, el padre Recolons le envió a vivir nuevamente con Pica, a sabiendas de la denuncia de abusos, según la hermana.
“¿Cómo estaría viviendo mi hermano con su verdugo?”, se preguntó la mujer y aseguró que fueron meses que estuvieron viviendo juntos en la casa de los Jesuitas, ubicada en la calle Yanacocha de La Paz.
“Vivir al lado del criminal que jamás dio la cara para reconocer lo que hizo debió ser terrible, no sé cómo soportó eso”, comentó. Por eso quizá -dijo- no pudo salir de su depresión. “Incluso tuvo problemas de identidad”, afirmó, aunque su familia jamás lo desamparó.
Días antes de morir, él cumplió su deseo pero en sus sueños. “‘Hermana, te cuento que en mis sueños volví a ser jesuita y estaba diferente. Ahí pude ordenarme’, me dijo”, y luego de unos días falleció. Para esta víctima tampoco hubo justicia.
FELCN incautó 795 bultos de hoja de coca proveniente de Perú
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, informó que la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) decomisó 795 bultos, unas 20,344 libras, de hoja de coca que provenían de Perú.
“La Policía Boliviana, a través de la FELCN procedió al decomiso inmediato de esta hoja de coca peruana que serían 795 bultos, haciendo un peso total de 20,344 libras. Está hoja de coca ha ingresado de manera ilegal al territorio nacional“, indicó Del Castillo.
Del Castillo detalló que el secuestro de la hoja de coca se dio a las 23.00 horas del 18 de mayo, durante un control vehicular en la zona Chica Arriba de la provincia Ingavi, del departamento de La Paz.
“En el interior de vehículo tipo volvo se encontró varios bultos, yutes de color azul y blanco, conteniendo en su interior hoja de coca peruana que estaba prensada y muy bien camuflada con nylon“, señaló la autoridad.
Según Del Castillo, la hoja de coca secuestrada no tenía el fin de ser comercializada, sino que iba a ser desviada al narcotráfico y a otros ilícitos dentro del país.
“La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico por este gran secuestro de la hoja de coca proveniente de Perú, que no solo iba a ser utilizada para desviarla al narcotráfico, sino también que se estarían cometiendo otros tipos de ilícitos en el territorio nacional, como ser el contrabando“, comentó.
Fuente: LosTiempos.com