Una investigación llevada a cabo en 36 instituciones educativas de primaria de Barcelona y publicada en la revista científica PNAS, concluye que la existencia de zonas verdes en el entorno de los niños y niñas, especialmente en el entorno escolar, mejora el desarrollo cognitivo. La presencia de jardines y huertos en los centros escolares es en sí mismo beneficiosa, pero además supone un recurso pedagógico de gran valor.
Mantener un huerto ecológico es un complemento muy importante para el curso de ciencia y ambiente ya que permite concretar y vivir a través de la experiencia directa los contenidos tratados en el aula. En el huerto se combinan los momentos de reflexión con las tareas prácticas en las que el alumnado vive el ciclo de las plantas, de la materia y de las estaciones o es testigo de las relaciones entre plantas y animales y de otros procesos naturales como la infiltración del agua en el suelo.
El artículo (en inglés) puede descargarse aquí.