Archivo de la categoría: Opinión y coyuntura

Mis opiniones sobre coyuntura

Sentido común psicológico e ideas erradas (1): el caso del gateo

Gateo

Ayer discutía con unas amigas también psicólogas lo siguiente: existe un sentido común sobre la psicología, muchas veces en los mismos psicólogos, que poco tiene que ver con los avances de la disciplina pero que sin embargo está sumamente arraigado en el imaginario popular y afecta directamente las decisiones que se toman respecto a lo que es bueno o no para la gente.

Un ejemplo es justamente lo que estas amigas y yo conversábamos ayer: muchos profesionales que trabajan en educación inicial o en general, con niños de 0 a 3 años, tienen ahora la idea de que el gateo es fundamental para el desarrollo del niño y que si este no gatea tendrá luego problemas de aprendizaje en la escuela. En base a esta creencia en muchos centros de estimulación y de educación inicial fuerzan el gateo, hacen gatear a niños que ya caminan (y que no gatearon antes, según refieren las mamás) bajo el supuesto de que así se estarían previniendo futuros problemas de aprendizaje. Pero…. ¿de dónde salió esta información? ¿Qué investigaciones la sustentan? No es que la idea sea mala a priori, lo que ocurre, desde mi punto de vista, es que se ha difundido como creencia e impacta una serie de intervenciones psicopedagógicas sin que nadie se detenga a revisar sus fuentes y a poner en tela de juicio si se trata de una afirmación correcta o no (por mi parte, dudo mucho de que lo sea, me parece más bien una de esas nuevas modas basadas en alguna literatura de best seller…). No soy especialista en el tema pero intuyo que probablemente se ha encontrado alguna correlación entre la falta de gateo y los problemas de aprendizaje en la etapa escolar, correlación que ha sido interpretada por alguien como causalidad. Pero que exista una correlación entre dos factores no quiere decir que uno de ellos sea causa del otro (no se puede concluir de esta correlación que la ausencia de gateo sea la causa de los problemas de aprendizaje como se asume ligeramente, podría ser que el niño ya tenga alguna deficiencia que le cause ambas cosas, que no gatee y que mas adelante tenga dificultades de aprendizaje, con lo que ambas variables estarían asociadas a una tercera aun por descubrir que sería la que explique la correlación).

Digo esto porque estamos demasiado acostumbrados a dejarnos llevar por las modas, y a no cuestionar lo que leemos o nos dicen. Como se lee poco y casi siempre fuentes secundarias (muy pocos psicólogos en nuestro medio van a los journals y revistas académicas especializadas y se familiarizan con las investigaciones de base) pues tampoco se desarrolla el juicio crítico sobre las ideas que se pretenden pasar por verdades. En resumen: No hay costumbre de hacer un trabajo científico, de cuestionar lo que se lee, de ir a las fuentes que lo sustentan, de revisar las estadísticas y de no atribuir causalidad donde a todas luces no la hay. Y esto, cuando sucede en profesionales cuyas decisiones impactan en la vida de las personas me parece triste y lamentable.
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Crímenes de Obediencia

Soldadito

Gonzalo Gamio ha escrito en el Gran Combo Club este artículo sobre los derechos humanos, a partir de la lectura de esta columna del diario La República.

La semana pasada yo asistí a una de las audiencias del juicio a Fujimori y la verdad es que es impresionante la frialdad con la que los ex miembros del grupo colina que hoy son testigos narran los pormenores de los crímenes cometidos. Resulta escalofriante escucharlos. Pero más allá de la evidente psicopatía de estas personas, quiero llamar la atención sobre su pensamiento en relación a la obediencia y sobre la manera en que se relacionan con la autoridad. Aquí reproduzco el párrafo que motiva mi post, un diálogo entre el juez San Martín y un miembro del Grupo Colina:

“¿Usted no intentó rebelarse ante una orden de matar a otras personas? Preguntó el doctor César San Martín, presidente del Tribunal penal especial –que procesa al ex dictador Alberto Fujimori–, al ex agente Colina citado como testigo en el juicio. “Doctor, era una orden, qué podía hacer”, respondió el sicario. “Sí pero, le reitero, era una orden de matar. No se trataba de un operativo cualquiera”. “Y qué quería, doctor, para nosotros se trataba de un trabajo, como cualquier otro trabajo. Y sólo teníamos que cumplirlo, y hacerlo lo mejor posible”.

Aunque parezca increíble que esta persona no haga diferencia alguna entre la orden de matar y cualquier otra (digamos, la de tener lustrados sus zapatos), y que sienta imperativo obedecerla, muchas personas se relacionan de esta manera con la autoridad, cuyo respeto -como un fin en sí mismo- les resulta fundamental. En el modelo de desarrollo moral de Kohlberg se distingue esta etapa como un momento necesario (y a superar) en la construcción del razonamiento moral, aunque como vemos en este ejemplo, no son raros los casos de adultos en los que se encuentra esta distorsión y este atraso en la manera de entender la sujeción a la autoridad.

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¿Diseño curricular 2009?

El otro día me hicieron caer en la cuenta de esta noticia:

Anuncian nuevo diseño curricular 2009

Parece que van a cambiar -una vez más- el curriculo oficial. No se si sea verdad pues me cuesta creerlo. Espero que sea una noticia falsa….

¿Es necesario hacer esto? Si de algo adolece la educación peruana es de cambios y cambios constantes, a criterio de los tomadores de decisiones de turno. Personalmente me parece que para el 2009 no se puede sacar nada serio, conociendo como son los plazos en el Ministerio (el tiempo que toman los procesos, etc.). Para que la nueva curricula esté lista el 2009 tendría que tenerse ya terminada practicamente en unos meses…. y eso me hace pensar que nuevamente esto se va a improvisar, simplemente pensando en los tiempos reales. ¿En un año o año y medio se va a tener una nueva propuesta? ¿Y elaborada en base a qué? ¿Qué es lo que se va a cambiar, y por qué razones? ¿Qué evaluación sustenta los cambios que quieren hacerse? ¿A qué apuntan estos cambios? ¿Se cuentan con los recursos para implementar estos cambios en el quehacer efectivo y real de los docentes? ¿Se van a poder hacer (y distribuir eficazmente) los textos y materiales necesarios? Los efectos de un curriculum necesitan años para poderse evaluar; aquí nunca dejamos que las cosas cuajen pues a alguien siempre se le ocurre cambiarlas antes.

Hay muchas cosas que se han venido implementando en el Ministerio que finalmente no llegan a concretarse en la práctica debido a estos constantes cambios (¿que pasó con la propuesta de formación ética, por ejemplo?). Los docentes -y con justa razón- están descreídos de estas innovaciones porque saben que duran un lapso corto de tiempo y luego se cambian nuevamente, lo que los desmotiva de invertir tiempo y esfuerzo en aprenderlas (¿para qué, si luego se van a cambiar? Esto ha pasado varias veces! No invertir en algo que evaluo como inseguro es una decisión lógica y un principio del aprendizaje humano).

En fin… solo dejo aquí mis dudas y escepticismo. A ver si algún docente se anima a opinar sobre esto. » Leer más

Comentario sobre libro de educación en valores

Manita

Me han regalado un librito que no puedo dejar de comentar….

Empiezo diciendo que me parece encomiable que se publiquen cosas en el país, donde se publica en realidad muy poco. Eso es por supuesto positivo y lo reconozco, sobre todo cuando los libros se venden a precios muy asequibles que los ponen al alcance de casi todos. Pero también hay que decir, con todo el valor que tiene publicar en el Perú, que hay cosas de pésima (infame!!) calidad dando vueltas por allí, las que no hacen más que dar información turbia (o desinformar, mejor dicho) a los maestros.

Es el caso del librito que comento. Se llama ¿Cómo favorecer la formación de valores en los escolares? y es de María de los Ángeles Arias Guevara y Wanda Dominguez Rodríguez (Fondo editorial del Pedagógico de San Marcos, 2004), autoras a las que no conozco (por lo que espero que no se me acuse de ser tendenciosa en mi crítica). No es nuevo, pero yo recién me entero de su existencia.

La verdad es que se trata de un pequeño bodrio…. En primer lugar, no hace sino recortar y copiar ideas de diferentes personas, sin que las autoras presenten nada propio. Bueno, vaya y pase si las ideas que se intentan divulgar fueran valiosas, o estuvieran presentadas de manera clara e interesante. Pero nada de eso ocurre en este libro. Al contrario, se trata de un conjunto de palabras mal redactadas y confusas, y de un montón de ideas cuestionables (muchas de ellas inútiles) sobre en qué debe consistir la educación en valores y cómo debe llevarse a cabo. El lenguaje es confuso, las ideas demasiado generales y ambigüas (muchas veces parecen verdaderos trabalenguas!), y el libro termina recomendando a los docentes usar juegos didácticos y técnicas participativas sin dar ejemplos ni mencionar cuáles.

Pero tan preocupante como esto -que siempre me choca un poco cuando lo veo una publicación que además se vende a los maestros- es el fondo del asunto, lo que se plantea como meta para la educación en valores. Como ejemplo de lo que quieren proponer, las autoras no tienen mejor idea que plantear el patriotismo como un valor a alcanzar, y dicen cosas como estas:

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¿Problema o diferencia?

Crayolas

El reciente comentario de Eva en este post antiguo me ha motivado a poner unas líneas breves sobre el tema de la diferencia individual en la escuela:

http://blog.pucp.edu.pe/item/10077#103047

Creo que los colegios se han malacostumbrado a buscar problemas donde no los hay. Existe un sesgo psicologicista asumido por los docentes y fomentado por muchos psicólogos, que no hace sino buscar desajustes en los niños, desviando de este modo la atención del sistema educativo de donde debería estar puesta.

Mucho de este sesgo tiene que ver con el concepto de diferencia, del que tanto alarde hace la escuela pero el que -me parece a mí- no ha sido incorporado realmente en el quehacer educativo. La escuela en realidad no respeta las diferencias. Por ejemplo, que un niño tenga mala caligrafía, que sea inquieto, o que necesite mayor tiempo que los demás para resolver sus tareas son para mí diferencias individuales, no problemas. En cuanto diferencias individuales, el profesor debería reconocerlas y honrarlas, y no pensar en ellas como asuntos a tratar… si un niño necesita mayor tiempo que otro (y puede ser que esto se deba a una diferencia cerebral, en la velocidad de procesar la información, a la capacidad de planificar sus acciones, o a lo que fuera), el colegio tendría que darle al niño ese tiempo extra que necesita, y considerar esa demanda como una diferencia individual y no como un problema… A veces los profesores dicen que “ellos no pueden hacer diferencias entre sus alumnos”, pero la verdad es que tienen que hacerlas, porque las personas somos diferentes por naturaleza y la atención a la diversidad, hacia la que tantas escuelas apuntan, pasa por el reconocimiento de estas sutiles distinciones entre los seres humanos y por un cambio de enfoque que les devuelva su lugar como diferencia individual y les saque la etiqueta de patología o problema.

Es en ese sentido que me preocupó el comentario de Eva… No hay actualmente “exceso de problemas emocionales”, como ella dice, sino colegios que permiten que se abuse del sesgo psicológico porque es más fácil para ellos tirarles los problemas a los niños o a sus padres que asumir la responsabilidad pedagógica que les corresponde. » Leer más

Psicólogos y psiquiatras: otra confusión

Cenefa

Aunque a mí me interesan especialmente el desarrollo humano y la educación, este blog también es un espacio para dar ideas sobre psicología en general, porque creo que es una disciplina bastante mal entendida y sobre la que abundan creencias equivocadas. Lo digo porque mi colega Carlos Iberico llamó mi atención sobre este artículo de Peru21 del Sábado 8 de Diciembre que a mí se me había pasado por completo (no leí Peru21 el Sábado):

¿Psicólogo, psiquiatra o terapeuta?

!Qué artículo más desinformativo! Yo no soy psicóloga clínica ni psicoterapeuta pero no quiero dejar pasar la oportunidad de decir algunas cosas:

Lean este párrafo:

Los psiquiatras son los únicos especialistas de la mente que pueden recetar un fármaco ya que, en realidad, son médicos. Por consiguiente, solo ellos pueden tratar a pacientes que padezcan psicopatías, aunque un psicólogo los puede apoyar.

Es cierto que los psicólogos no medican, y que los únicos que pueden hacerlo son los médicos (psiquiatras y neurólogos, a quienes el artículo no menciona), aunque en otros países hay tremendas peleas y campañas por parte de psicólogos para alcanzar privilegios de medicación (tema discutible, yo no estoy muy a favor). Hasta ahí de acuerdo. Pero luego aparece el sin sentido: sólo ellos pueden tratar a pacientes que padezcan psicopatías (¿¿¿???) aunque un psicólogo los puede “apoyar”.

¿Perdón? En primer lugar, la palabra psicopatía allí está mal empleada. Quiero pensar que se quiso decir psicopatología. Psicopatía es un tipo de transtorno en particular (transtorno de personalidad psicopática), debieron querer referirse a las alteraciones mentales en general (psicopatología). Además ¿qué es eso de que el psicólogo puede “apoyar” al psiquiatra? Esa visión distorsionada que pone al psicólogo como una especie de ayudante del médico es completamente obsoleta. Se trata de dos profesionales distintos, con competencias diferentes, y ninguno es un asistente del otro. De hecho, hay muchísimos psiquiatras que se forman ahora con psicólogos, pues quieren especializarse en una serie de técnicas psicológicas que ellos no manejan y que les resultan indispensables para mejorar la efectividad de sus intervenciones. Los psiquiatras que han estudiado en el IPETEC y similares no me dejarán mentir.

Ahora lean esto:
Los trastornos mentales que no requieren medicación son tratados con psicoterapias, procedimientos que consisten en dialogar con el paciente con el fin de que este cambie su conducta, sus actitudes o sus pensamientos.

Falso. Muchos transtornos psicológicos que requieren medicación son a la vez tratados por psicólogos. La medicación y el tratamiento psicológico no son excluyentes sino complementarios y en una gran mayoría de casos se requieren ambos.

Falso también que las psicoterapias consistan todas en “dialogar” con el paciente. Dicho así, esto parece una conversación de tías. Efectivamente algunas corrientes privilegian el diálogo y el lenguaje, pero muchas otras utilizan diversas técnicas basadas en la imaginación, el biofeedback, la inoculación del estrés y otras que yo ni conozco (no soy psicóloga clínica) pero que invito a mis colegas a dar a conocer a través de este blog. Todas ellas involucran muchísimo más que solamente hablar con el paciente.

Y por último, lean esto:

Los terapeutas, detalla el psicoanalista Jorge Bruce, son psicólogos o psiquiatras que han decidido complementar su formación profesional para ayudar más a sus pacientes, adiestrándose en alguna escuela de la psicoterapia, como la psicoanalítica, la conductual, la humanística, etc.

Falso (por lo menos en el caso del psicoanálisis). Jorge Bruce debe saber muy bien que los terapeutas psicoanalíticos vienen de diversas canteras, no solamente de la psicología o la psiquiatría. Esto constituye para mí un serio problema, como ya mencioné en un comentario a un post anterior (el del psicoanálisis en la educación, que está más abajo), pues hace que hayan psicoterapeutas sin formación psicológica general. De hecho, la escuela de psicoanálisis recibe estudiantes que vienen de muy diferentes disciplinas; yo misma en algún curso de doctorado he tenido como alumnos a terapeutas psicoanalíticos cuya disciplina de origen eran la física o la administración de empresas, para no hablar de la filosofía, la lingüística o cualquier ciencia social, que son mucho más comunes como primeras disciplinas de un psicoterapeuta de orientación psicoanalítica.

Bueno…. simplemente quería señalar que el artículo de Peru21 está plagado de errores, y que no hace sino contribuir a desinformar a las personas. ¿Será psicólogo el señor Juan Hidalgo, autor de la nota? No lo parece… » Leer más

¿Otra vez los militares en la escuela? (Actualizado)

Aprovechando el Human Rights Day y aunque ya lo he dicho muchísimas otras veces en este blog, y de diversas maneras, no puedo dejar de poner mi comentario en contra de la descabellada idea de que los militares asuman la enseñanza de la educación cívica en los colegios de Miraflores. Estoy furiosa. La verdad es que en este país no solo no avanzamos en temas educativos, sino que retrocedemos y vamos en contra de las tendencias mundiales para la educación ciudadana y el desarrollo moral. El señor Masías, alcalde de Miraflores, está dando con esta idea una muestra más de su ineptitud, su falta de sentido común, y su total desconocimiento de temas educativos (además de poner en evidencia que carece de asesores mínimamente informados). Que alguien por favor le haga el pare…..

Aquí algunos comentarios interesantes que otros blogs han hecho sobre el tema. José Alejandro Godoy le da una perspectiva pedagógica a su comentario al recordar las directivas y programas del Ministerio de Educación (con los que la decisión del alcalde no compatibiliza en absoluto), mientras que Gonzalo Gamio y José Talavera hacen una crítica más general con una perspectiva política y filosófica:

La columna de Tobi

Desde el tercer piso

Política y mundo ordinario

Blogiarquía

Actualización
Estoy tan molesta con este tema que sobre él escribí en mi columna de hoy, Viernes 14 de Diciembre de 2007, en el diario La República.

Aquí

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El psicoanálisis en la educación

Dos cosas me llevan a escribir este breve post. Una, este artículo del New York Times cuyo enlace me alcanzaron hoy:

Freud Is Widely Taught at Universities, Except in the Psychology Department

Y la otra, el que un profesor con el que me reuní por la mañana me dijera que quería tener en su colegio un curso sobre las relaciones vinculares porque, como le había dicho una psicóloga, todos los problemas de los chicos en la escuela eran problemas de vínculo.

Niños

En general no soy partidaria del psicoanálisis y mucho menos de su presencia en el sistema educativo. Creo que tiene su sentido en el ámbito clínico (aunque yo aun ahí le haría algunos cuestionamientos), pero que no le aporta gran cosa a la educación ni a los maestros. Podría dar múltiples razones para avalar lo que digo, pero no me alcanza ahora el tiempo para explayarme sobre el tema. Lo único que quiero decir es que considero que es inaceptable que una psicóloga les de a los profesores -quienes usualmente no tienen suficiente formación psicológica como para poner en tela se juicio lo que dicen los psicólogos- una información como esa. En primer lugar, se trata de una hipótesis aceptada solo en cierto marco teórico y no en los demás, por lo que no puede presentarse como si fuera una verdad irrefutable; en segundo lugar, creo yo que si algo se presenta a priori (sin investigación previa ni contacto con el caso en particular) como causa incuestionable de todo, pues ese algo no explica nada en realidad y desde ya la “certeza” de la persona me parece sospechosa.

El lenguaje psicoanalítico es muy seductor y se presta a que la gente se lo apropie rapidamente. Personas sin entrenamiento en esta disciplina -y de hecho mucha gente en el sector educativo- hablan de trasferencia, vínculo, contratrasferencia, represión y similares sin tener una clara idea de lo que están diciendo, repitiendo solo lugares comunes y creyendo que por haberse apropiado del lenguaje se han apropiado también del modo de pensar y de los conceptos que le son propios. Y los usan muy alegremente para “explicar” o interpretar absolutamente todo. El poner al vínculo como la explicación de todas las dificultades (cosa muy de moda entre algunos grupos de educadores y psicólogos, dicho sea de paso) es una muestra de ello. Vamos tan al compás de las modas y hay tan poca formación psicológica y tan poco juicio crítico que incluso en educación inicial aquí en el Perú -cuando pusieron a psicólogos clínicos a tomar decisiones que son educativas por naturaleza- se desactivó una propuesta curricular constructivista que desde mi punto de vista tenía fortalezas para crear un “curriculum” basado en el vínculo entre el niño y el docente. De eso hablaré en otra ocasión… » Leer más

A propósito de la homosexualidad en la escuela…

Campamento - Paulo 5 años

El otro día se me acercaron dos profesoras a hacerme una consulta que ya me han hecho muchísimas otras veces, ya sean estudiantes de pedagogía o docentes en ejercicio, y que toma una u otra forma de expresión según por donde vayan las dudas o preocupaciones de cada quien. La pregunta esta vez fué la siguiente:

¿Cómo hacemos para ayudar a un niño que tiene dos mamás? ¿Un niño que tiene una familia disfuncional con dos lesbianas… para que no se traume?

Pero también podría haber sido cualquiera de estas otras, que son preguntas que me han hecho en el pasado:

¿Cómo podemos ayudar a un chico que parece homosexual para que deje de serlo y se desarrolle bien?

¿Cómo hacemos para evitar traumas a un niño que tiene un papá homosexual? ¿Cómo va a desarrollar su masculinidad?

¿Cómo se puede identificar a un profesor homosexual para no permitirle entrar a un colegio y así proteger a los estudiantes? No vaya a ser pedófilo…

Todo esto además preguntado a media voz, con temor y casi con culpa…

La verdad es que se trata de un tema álgido para el que -estoy convencida- el sistema educativo peruano no está ni remotamente preparado. Ya Carola Flores en un comentario a este post señalaba que en uno de los textos que el Ministerio de Educación reparte en las escuelas aparece un cuadro sobre los cambios en la adolescencia que les dice a los estudiantes (al hablarles de sus sentimientos) que: “Si eres varón sentirás atracción por una mujer y, si eres mujer por un varón”, lo que evidencia la negación absoluta que se hace en la escuela de otras tendencias sexuales, otras atracciones y finalmente, otras identidades.

Pero quiero analizar el asunto desde varias aristas. Voy a empezar por la pregunta final, el tema de la homosexualidad y la pedofilia, pues es uno de los errores más comunes el confundir (o asociar) ambos términos como si se tratara de lo mismo, cuando en realidad son dos cosas completamente distintas, siendo una patológica (la pedofilia -una parafilia-) y la otra no. No quiero ahondar aquí en el tema pues la bibliografía es abundante y cada quien puede buscarla si desea. A los interesados en discriminar bien estos conceptos les recomiendo leer el DSM IV (TR) 2000 y las sucesivas revisiones (este texto -es un manual de convenciones- se revisa, actualiza y cambia frecuentemente). Allí verán que una cosa tiene que ver con la orientación sexual (no necesariamente patológica) y la otra con un transtorno de la elección del objeto sexual, lo que sí se considera patológico, especialmente en el caso de la pedofilia. Y no se debe confundir tampoco al llamado transtorno de la identidad de género (que aparece en el DSM IV) con la homosexualidad, que no implica a veces ningún transtorno de identidad y que en muchos casos no se considera problemática. En otras palabras: hay pedófilos tanto homosexuales como heterosexuales, así como hay homosexuales y heterosexuales que no son pedófilos. Una cosa no tiene absolutamente nada que ver con la otra y es un prejuicio desinformado hacer la conexión o tomarlas como sinónimos (incluso me parece a mi que la mayoría de casos de pedofilia reportados al interior de los colegios en el Perú han tenido como protagonistas a profesores heterosexuales, usualmente hombres que abusaban de niñas. Habría que comprobar este dato con cifras a ver si esta percepción es verdadera).

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