En uno de mis viajes por la selva vi y tomé esta foto:
Sí, se trata de libros, los pocos libros con los que la escuela cuenta, encerrados con candado en una vitrina. Lamentablemente esta es una realidad común: con frecuencia los libros que reparte el Ministerio se quedan en los estantes empolvados o, peor aun, ni siquiera se sacan de sus cajas. En otras ocasiones, cuando se reparten a los niños, no se les deja usarlos ni escribir en ellos, mucho menos llevarlos a sus casas. En general, se hace muy mal uso de los libros y materiales con los que cuentan las escuelas, que a menudo terminan abandonados, arrumados en un cuarto, y sin uso. A nadie se le ocurre hacer una biblioteca, por pequeña que sea, y ponerlos a disposición de los alumnos. En más de una ocasión los he visto incluso, apolillados. Una pena.


Estoy apoyando esta campaña para construir una biblioteca infantil en la comunidad nativa de Nueva Bélgica, en la región Ucayali. Es una comunidad Shipibo de la provincia de Coronel Portillo. La idea es construir un local especial (y lindo!) para que los niños tengan a donde ir por las tardes a leer cuentos. Tenemos como aliados a la Asociación Intercultural Bari Wesna, que va a monitorear y gestionar el proyecto, y a nuestro super profesor Hilario Diaz Peña, cuyo carisma, entrega y compromiso a prueba de balas con la educación intercultural bilingüe y con los niños nos asegura que esto funcionará.