Con algo de atraso por falta de tiempo, comento estas noticias que llamaron mi atención la semana que pasó:
Noticia uno: Escolares con nombres usados por pobres tienen notas más bajas. Se lee aquí. No se por qué se sorprenden tanto, es un asunto de prejuicios y estereotipos bastante común. Ya lo sabía Vallejo: un trabajo firmado por Paco Yunque recibiría menor nota que uno firmado por Humberto Grieve, aunque el trabajo fuera el mismo. La investigación psicológica ha dado muchas referencias sólidas al respecto, especialmente desde la psicología social. Hay una tesis en la PUCP que demuestra además que esto no sucede solo con los nombres, sino que también influye la caligrafía (el mismo examen con letra bonita o asociada a colegios de categoría, recibe una calificación mayor que otro con idéntico texto pero escrito con caligrafía que se considera desordenada, vulgar o desagradable). Y por supuesto, hace tiempo que se sabe que los alumnos atractivos reciben mejor trato y mejores notas que los feos, y son evaluados mejor en cuanto a su comportamiento (las malcriadeces pasan desapercibidas cuando el que las hace tiene una cara bonita…) Como docente hay que ser muy consciente y reflexivo para evitar caer en estos estereotipos.
Noticia dos: Planificar un atentado como tarea. La noticia aquí. ¿Qué le habrá pasado por la cabeza a este profesor? Para enseñar lógica, matemáticas, historia o lo que sea, y motivar a los alumnos en el intento, no hay que llegar a extremos como este, que parecen olvidar los fines del quehacer educativo. Tareas como esta pueden ejercer una tremenda influencia en estudiantes jóvenes y vulnerables. Salvando la distancias, el asunto me recuerda al experimento que se relata en la película La Ola (que dicho sea de paso, veremos en el ciclo de cine de este semestre). Siempre hay que recordar que el modelado y el aval implícito o explícito que un profesor le da a estos temas pueden ser poderosos y negativos ejemplos para los estudiantes.
Noticia tres: En TDR´s del Ministerio de Educación, la homosexualidad aparece como desviación: aquí. Aunque no se crea, es cierto. Me tomé el trabajo de conseguir los TDR (agradezco a un muy buen amigo que me los alcanzó) y ubicar el párrafo. Doy fe de que existe. Increíble…. Y discrepo del Vice Ministro cuando llama a este asunto, un “error”. Este no es un error inofensivo, me parece. Basta de usar eufemismos, lo que hay es una lamentable forma de pensar, bastante arraigada entre muchas personas del sector educativo, que a alguien se le coló en el documento. Habría que hacerle vigilancia a esto.