ESTAMOS PRÓXIMOS AL CAMBIO DE GOBIERNO
MARIO ALVA MATTEUCCI
El próximo 28 de julio de 2016 se procederá a registrar la transmisión del mando presidencial en nuestro país por cuarta vez consecutiva, algo extraño en nuestra vida como república, lo cual de por sí es una madurez política.
En el caso del gobierno saliente empiezan las críticas, el balance de lo que hizo y no realizó, el desgaste de la figura presidencial opacada por la primera dama que “asumió” funciones que no le correspondían y tuvo un rol negativo en perjuicio de la nación. Empezarán también los balances, los cuestionamientos y de algún modo se activarán en el Congreso de la República las comisiones investigadoras, en algunos casos por el simple hecho de la revancha política.
Al margen de lo anterior, el presidente electo y su nuevo gobierno tiene entre sus hombros a un país que espera mucho de él. La población tiene un elevado grado de confianza y altas expectativas en el gobierno entrante, sobre todo por lo que hará y lo que ha prometido. Se espera que no defraude a la población.Cabe recordar que este período presidencial culmina justamente en el aniversario del bicentenario de nuestra independencia, un hito importante en la historia que no puede pasar desapercibido. Hay que encaminar al país al desarrollo conjuntamente con la población.
Se espera que el nivel de pobreza disminuya en el próximo quinquenio, se reactive el crecimiento de nuestras exportaciones y que de una vez se empiece a darle mayor valor agregado a los bienes que exportamos, procurando dejar de lado el sistema de extracción de materias primas. El rubro de servicios debe crecer y también con valor agregado, lo cual nos permitirá generar mayores ingresos y puestos de trabajo, dando así empleo permanente a mayor número de personas.
Uno de los retos que debe enfrentar este próximo gobierno es lograr un clima de consensos tendientes a lograr un mayor acercamiento de la clase política con los objetivos nacionales, evitando el enfrentamiento y la pugna de poderes, además del escándalo mediático que nos ha tenido acostumbrado el gobierno saliente y la falta de decisión que tanto perjuicio ha ocasionado en la paralización de grandes proyectos y el desánimo de los inversionistas.
En la campaña se anunciaba que la rebaja de la tasa del Impuesto General a las Ventas era posible. Sin embargo, aplicarla de inmediato sin ningún sustento podría generar el incremento del déficit fiscal en una época en la cual los mercados externos están en proceso de recesión algunos y otros en expectativas de crecimiento inferior al promedio de años anteriores, por lo que dicha medida, en caso de aplicarse, debe contar con una evaluación de tipo técnica y presupuestaria.
El reto quizás más importante que debe enfrentar la nueva administración es la seguridad. De nada sirve contar con las buenas intenciones en desarrollar la industria o el turismo y los grandes proyectos que están en espera si es que no existe el más mínimo atisbo de ofrecer seguridad en las calles y el combate con la delincuencia que cada día está más organizada y criminal, llegando inclusive a la muerte de personas por no dejarse robar un celular.
La criminalidad es un elemento negativo que afecta a todo el país y no permite desarrollar las actividades cotidianas a las personas y las empresas, ello se refleja en un alto índice de inseguridad que trae un costo de pérdida de vidas, bienes, oportunidades, inversión y desarrollo. Es una tarea titánica la que se debe emprender pero necesaria y oportuna. Sin seguridad simplemente no se puede hacer nada.
Estaremos a la espera del próximo mensaje presidencial para ver los derroteros y líneas estructurales de lo que será el próximo quinquenio 2016 – 2021, con la finalidad de analizarlo y realizar nuestros comentarios.