LAS FIESTAS DE FIN DE AÑO Y LA PREPARACIÓN DEL BALANCE
Mario Alva Matteucci
En la mayor parte de las empresas se vive un ambiente de preparativos para recibir las fiestas de fin de año, sea la navidad (que nos recuerda la venida del niño Jesús) y el inicio de un año nuevo (que esperamos sea prometedor), por lo que las adquisiciones de diversos productos para las canastas navideñas y la cena de fin de año están a la orden del día, participando en ello las diversas áreas de finanzas, logística, legal, almacén y Gerencia, las cuales actúan en conjunto, evitando así que se produzca alguna falla, en un ambiente de cordialidad. Como se aprecia en este caso todas las áreas colaboran en un fin único.
También es importante recordar que estamos a solo unos meses de la presentación de la Declaración Jurada Anual del Impuesto a la Renta correspondiente al año 2009, lo cual obliga a los contribuyentes generadores de rentas de tercera categoría a desarrollar una serie de tareas que van desde la recopilación de información; ejecutar un exhaustivo análisis de los gastos; procurar el ordenamiento de los comprobantes de pago que permiten deducir gasto, costo y/o crédito tributario; la verificación de las cuentas por pagar y por cobrar a efectos de procurar un saneamiento en las cobranzas; el ordenamiento de los libros y registros contables; la interminable y difícil labor de conciliación de cuentas; la subsanación de la presentación de declaraciones juradas omisas; entre otros.
De acuerdo a lo expuesto, se observa que la propia empresa deberá realizar una especie de auditoría interna con el objetivo de poder presentar una determinación correcta y adecuada del Impuesto a la Renta que le corresponda cancelar ante la Administración Tributaria, sin tener posibilidad de sufrir alguna contingencia. También esta auditoría interna permitirá identificar, de ser el caso, la existencia de pagos indebidos o pagos en exceso, los cuales podrán ser más adelante materia de devolución o compensación, con el consiguiente proceso de fiscalización que ello conlleva.
Es precisamente en este proceso de conciliación donde se presentan la mayor parte de los problemas, ello puede deberse al hecho que la información no está clasificada y ordenada de manera cronológica; los libros y registros no se encuentran debidamente actualizados; o también que el profesional que laboraba dentro de la empresa en el área de contabilidad dejó de laborar en la misma; asimismo si un virus inutilizó algún disco duro es casi seguro que los archivos que contienen los PDT presentados se hayan borrado o no se ubiquen, por lo que será necesario solicitar una copia a la Administración Tributaria.
Frente a lo expuesto, resulta previsible que las personas que laboran dentro del área contable realicen denodados esfuerzos orientados con la presentación de la Declaración Jurada Anual del Impuesto a la Renta, pudiendo presentarse situaciones en las que las jornadas de trabajo se convierten en interminables y la propia estancia en la oficina termina siendo casi permanente. En esta oportunidad no se aprecia como en las fiestas de fin de año un espíritu de cuerpo dentro de la empresa, toda vez que la labor de la presentación de la declaración jurada se cree que es única tarea del área contable, sin embargo aquí existe información que el área contable requiere con urgencia y que la misma sea entregada en su oportunidad.
Así, si se procura presentar un balance en los tiempos debidos sin que exista alguna contingencia las áreas de finanzas, logística, legal, almacén y Gerencia también deben actuar en conjunto, evitando así que se produzca alguna falla, en un ambiente de cordialidad.
Del mismo modo que se puede trabajar en armonía para el recibimiento de las fiestas de fin de año, la empresa en conjunto debe laborar del mismo modo para la presentación de la declaración jurada anual del Impuesto a la Renta. Recordemos que el balance es una especie de radiografía de toda la empresa y no solo del área contable.