
Quizá un indicador de sus puntos de encuentro es que ambos se ganaron el desprecio de los conservadores más recalcitrantes y fueron acusados de promover la autonomía y la solidaridad por encima de la autoridad y la obediencia, de impulsar la desaparición de las necesarias diferenciaciones de clase, de no tener “alma”, de destruir la naturaleza educativa, y de promover la ideología marxista. Un honor les hacían acusándolos de todo eso.
Fernando Becker ha escrito dos artículos sobre el tema. Sin duda vale la pena leerlos. Ojo, están en portugués, pero se entienden perfectamente. Dejo los enlaces: