Estoy impresionadísima por cuan bien hacen las cosas algunas editoriales extranjeras. Hace algún tiempo se comunicó conmigo el editor de un texto para la enseñanza del español de una editorial inglesa. Simplemente me quería pedir permiso para tomar una parrafito (si, un parrafito!!) del blog, para introducirlo en su texto. Yo le dije que no tenía ningún problema con ello siempre y cuando se pusiera la referencia al blog, y a los dos días me envió una serie de formatos para que yo les diera la autorización por escrito.
Además de esto, esta persona se ha contactado con la oficina de propiedad intelectual de la Universidad, para gestionar los permisos institucionales respectivos, y está tratando además de resolver cómo incluir en el libro algunos comentarios hechos en mi blog por terceras personas (para lo cual quiere conseguir el permiso firmado de cada una de ellas). Según me dijo en un correo, está haciendo esto también con textos de México y de Argentina porque quiere incluir en el libro algunas variantes del español.
Imagino que así deben hacerse las cosas cuando se quiere ir por la legal. Me resulta chocante contrastar estas buenas prácticas con la manera informal y despreocupada en que páginas web diversas, especialmente locales, han reproducidos trozos de mi blog sin hacer la referencia respectiva y sin que yo tuviera idea. Más responsabilidad con esto no nos caería mal…
Nota:
Imagen tomada de aquí
Susana, creo que un gran número de personas en nuestro país considera que estos trámites son engorrosos, y lo peor, creen que son papeleos burocráticos innecesarios. Prefieren saltar por encima de los derechos de los demás con tal de tener lo más fácilmente posible lo que necesitan, incluso, si es posible, tomarlo por la fuerza. Los niveles de desarrollo moral son tan bajos que se actúa en contra de cualquier norma si no hay sanciones o alguien que las haga cumplir.
Como lo pude colegir de tu ponencia sobre "Formación moral y ciudadana en América latina", necesitamos urgentemente una educación moral en nuestra sociedad que nos permita construir un mejor país para todos.
Creo que hay extremos y matices en esto. No se puede ser más papista que el papa. Hay un término médio aceptable que puede constituir la norma.
No perdamos de vista la enorme injusticia que significaba la traba del copyright para la difusión de la cultura, y que antes de servir a los autores servía a los negociantes de libros, películas, etc.
Como indicas, creo que la mención de la fuente satisface a la mayoría de autores desinteresados, es decir que no escriben como negocio lucrativo.