La moral desde la casa y el rol de la escuela

Con demasiada frecuencia las personas, especialmente los maestros, tienen una imagen muy determinista acerca del rol del ambiente en el desarrollo humano, y suelen darles un protagonismo enorme a los padres y a las experiencias tempranas de socialización. Así, muchas veces se atribuye cualquier fracaso educativo a que los niños no “traen” aprendizajes previos de la casa.

Por supuesto, no estoy diciendo que los padres no sean importantes para el desarrollo infantil, obviamente lo son y mucho, pero creo que una visión más acorde con lo que la psicología del desarrollo indica actualmente debería modificar un poco la idea de que si el niño tiene malas o insuficientes experiencias en su socialización inicial, ya no desarrollará adecuadamente o tendrá, sí o sí, dificultades en la escuela.

Esta idea es particularmente fuerte en lo que respecta a la disciplina y el desarrollo moral, pues en este tema muchos maestros piensan que el apoyo de casa resulta esencial y que si no hay “valores” en la familia, es poco lo que ellos o la escuela puede hacer por el desarrollo moral del niño.

Esta idea es equivocada, pues los niños son agentes activos, no pasivos, en la construcción de sus sistemas morales. Por ejemplo, hay estudios que revelan que los niños pueden ser autodidactas morales. Incluso niños que han sufrido abandono o abuso por parte de sus padres, logran reconocer que acciones como hacer daño o robar son malas y cuestionables (Smetana, Kelly & Twentyman, 1984). ¿Cómo lo hacen? A pesar de la negligencia o el abuso sufridos en sus propias familias a manos de sus padres, los niños tienen aun muchísimas oportunidades de aprender de sus pares y de otros adultos. Si juegan con otros niños y van a la escuela, tendrán la oportunidad de observar que hay acciones que causan distres y que lastiman a otros. Estas experiencias, acompañadas de un proceso de educación moral que los haga razonar, les presente dilemas, los invite a ponerse en la situación del otro y llame su atención sobre las consecuencias de los actos propios para las demás personas puede suplir en mucho las experiencias negativas vividas originalmente al interior de sus hogares.

Referencia:
Smetana, J.G., Kelly, M., & Twentyman, C.T. (1984). Abused, neglected and nonmaltreated children’s conceptions of moral and socio-conventional transgressions. Child Development, 55, 277-287

Puntuación: 3.50 / Votos: 4

Comentarios

  1. Lourdes Quispe Huamán escribió:

    Saludos, Susana, este artículo me parece fundamental, los profesores tienen en la Web gran cantidad de dilemas morales que pueden aplicar, y los hay para cada caso o necesidad. También pueden encontrar las técnicas adecuadas o pasos para su aplicación en clase. Sería muy importante que los profesores pudieran desarrollar el razonamiento moral de los estudiantes y el del entorno que lo necesite con estas estrategias.

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