De vez en cuando Manuel Valdivia nos regala textos muy agudos y bonitos. Me acaba de llegar uno de ellos y lo comparto porque vale la pena leerlo.
Aquí el enlace a su blog. El artículo se llama Aptitudes que no se descubren. Me hizo acordar que yo también tuve alguna vez colores mongol.
“Todo arte –decía- consiste en graduar las pruebas y medir los esfuerzos; lo importante es dar al niño una alta idea de su poder, y sostenerla con victorias”. (Alain)
Me quedo con esa frase. Para ser de 1932 podríamos actualizarla conceptualmete sin problemas: graduar la demanda cognitiva de las tareas de modo que sus estrategias metacognitivas sean cada vez más útiles para regular sus recursos y posibilidades, de modo tal que le premita contruir una autoestima positiva sobre sí y percibirse eficaz en su actuar. Al hacerse el niño conciente gradualmente de sus procesos y potencialidades, de su capacidad para aprender, se orientará al logro de metas cada vez mayores haciendo que el aprender sea algo satisfactorio, una victoria sobre sí mismo.
¿Qué opinas?
Si, me parece muy bien, de eso se trata. Pero es menos poético….
Todo arte –decía- consiste en graduar las pruebas y medir los esfuerzos; lo importante es dar al niño una alta idea de su poder, y sostenerla con victorias”. (Alain)