La misma pregunta de siempre, con su postdata mas….. (sobre las especialidades en psicología)

escuela

Me ha quedado dando vueltas una conversación que tuve hace unos días con algunos colegas (y amigos) de la especialidad de clínica, sobre el viejo tema de siempre: si los clínicos pueden/deben entran o no a trabajar a la escuela. Uno de ellos me presentaba la experiencia de una estudiante de la especialidad de clínica a la que supervisa, quien (si entendí bien) hace sus prácticas en una institución educativa de nivel inicial bajo la supervisión de la psicóloga clínica que trabaja allí, la que tiene una metodología especial para el trabajo de acogimiento a los niños. Me decía también esta persona que a él le parecía que este trabajo era perfectamente posible, y que no constituía ningún problema ni ninguna invasión de campos porque, además, no era realmente un trabajo clínico sino de desarrollo.

Yo tengo mis dudas. Lo que pienso, y lo he dicho varias veces en este blog, es que las especialidades en psicología son importantes. No me refiero a las especialidades que tenemos en el pregrado en la Universidad Católica, las que eventualmente podrían desaparecer, sino al proceso de especialización en sí mismo, sea cual sea el momento en el que esto se haga. No creo en los psicólogos todistas y generales. Claro, mis amigos clínicos no lo entienden y en parte creo yo que se debe a que son ellos los que ganarían apertura de espacios en caso de que las especialidades desaparecieran: podrían entrar a la escuela o a la empresa sin mayor censura ni crítica. Lo contrario no ocurriría, ningún psicólogo educativo se va a ir a meter al campo forense o a hacer psicoterapia, por poner solo dos ejemplos, sin especializarse antes. El psicólogo educativo, me parece a mi, tiene mayor claridad sobre lo que puede o no puede hacer, por lo que es mucho menos probable encontrarlo haciendo algo para lo que no ha sido formado o para lo que no ha adquirido especialización posterior. En realidad, la especialización para mi funciona incluso dentro del propio campo profesional: yo por ejemplo soy psicóloga educativa y del desarrollo, pero no se me ocurriría jamás atender un caso de problema de aprendizaje o evaluar un cuadro de autismo o asperger, ejemplos ambos de trabajo psicoeducativo para los cuales no tengo formación ni me siento competente (más allá de lo que sabe cualquier psicólogo educacional, se entiende).

En el caso que comento anteriormente, discrepo del rol que ejerce esta estudiante en la escuela por varias razones, entre las que destaco tres:

1) ¿Son acaso estos niños una población vulnerable o con alguna necesidad especial que los haga necesitar ser “acogidos” por un psicólogo clínico en su experiencia escolar? ¿Existe realmente una necesidad de “acogerlos” de esa manera, si se trata de niños normales? Desde mi punto de vista, este no es el caso y no existe tal necesidad. Es el sesgo clínico el que hace mirar una experiencia vital normal (la transición hogar – escuela) con ojos que la problematizan, la “terapeutizan” (valga el neologismo) y hasta la patologizan.

2) Y en todo caso, aun cuando alguien pudiera responder que sí, que algunos niños viven con dificultades esta transición y requieren de ayuda, yo repreguntaría… ¿y no le corresponde al maestro darles el acompañamiento? ¿no deben esos niños ser acogidos por su profesora o profesor? Sería por supuesto más constructivo y a la larga más útil y sostenible para el sector educativo que ese psicólogo que hace su trabajo de espaldas al docente más bien lo vincule a ella o él en la tarea, y lo ayude a desarrollar más y mejores habilidades (en caso de que no las tuviera) para vincularse más adecuadamente con sus alumnos y “acogerlos” de mejor manera. Eso fortalecería al docente, en lugar de ir recortando paulatinamente su rol. Soy una convencida de que ningún psicólogo va a reemplazar jamás en esto al profesor.

3) Por último, pero no menos importante, un psicólogo en una institución educativa debe hacer mucho, muchísimo más que solamente “acoger” a los niños. He escrito varias veces acerca del rol del psicólogo educacional en la promoción de los aprendizajes y el desarrollo de los niños (además de que este puede también perfectamente “acogerlos”, no se necesita al clínico para esta tarea), así que no vale la pena repetir lo dicho aquí. Basta señalar a modo de ejemplo que si no se conoce del desarrollo cognitivo de los niños, de la construcción de las creencias y teorías subjetivas de los docentes, de la estructura curricular y las demandas cognitivas y afectivas de cada asignatura, de los procesos psicológicos que subyacen a la comprensión de lectura, si no se sabe diseñar y evaluar programas o si no se conoce algo del sistema educativo del país, ¿que labor podrá hacer un psicólogo en la escuela?

Para finalizar, quiero decir que no entiendo mucho a los psicólogos clínicos que prefieren ir a hacer prácticas a una institución educativa en lugar de tener la enriquecedora experiencia de un hospital o de un proyecto de salud mental comunitario. De verdad, no lo entiendo…. Les hice este comentario a mis colegas en el caso anterior, y me respondieron que lo que la alumna desea es vincularse con los niños, que el trabajo con esa población particular es lo que le agrada. Entiendo el punto, pero me cuestiona. ¿Hay que pensar sólo en lo que a uno le agrada al momento de elegir el lugar al que se va a practicar? ¿Y dónde queda el aporte que uno le va a dar a la institución y la responsabilidad con las personas con las que se va a trabajar? El asunto, para retomar el punto de incio de este post, es que una institución educativa le hace demandas muy específicas a la psicología, distintas de las que se pueden atender desde la formación clínica que está por naturaleza orientada a otros objetivos (no menos valiosos, solamente diferentes). Esto es aun peor en el caso de la PUCP, donde los alumnos -si no son de la especialidad de educacional- pueden terminar la carrera sin haber tenido un solo curso que se vincule con la educación o aborde aunque sea de manera general este proceso social. ¿Con qué insumos y desde qué paradigmas van a abordar su trabajo en una institución educativa? Si no hay especialización, ya sea previa o posterior, no hay forma de responder con eficacia a esas demandas.

OJO: Postdata en el post siguiente

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Comentarios

  1. opain escribió:

    Hola Susana
    Demás está decir que estoy de acuerdo con lo expresado, además de haberlo conversado.

    Yo agregaría que ayudaría mucho a aclarar estos temas un debate alturado. No solo en psicología se subestima lo complejo de la educación. Muchas profesiones ajenas al quehacer educativo también piensan que es un tema puramente administrativo, económico, sociológico, etc. En mi experiencia, hay mucho estereotipo y poco conocimiento de las bases psicológicas aplicados al campo de la educación y algo que es mas generalizado, poca claridad teórica.

    Termino con esto. El martes pasado unos alumnos estudiaban neuropsicología en especialidad y una de ellas me pregunta por funciones de zonas del cerebro. Le respondí y el comentario de otra fue "¿y cómo sabes tanto de eso si eres educacional?". La otra argumenta: "es que enseña procesos cognitivos". Insisto, mucha creencia y estereotipo que no ayuda a un intercambio que sería muy rico.

  2. César Pezo del Pino escribió:

    Sacar una conversación de su contexto y de su privacidad, y quedarse con algunas tonalidades e impresiones que toda conversación tiene para construir "un caso", no es una buena manera de invitar al diálogo.

  3. Claudia Zegarra escribió:

    Susana, una vez escuché a un Psicólogo Clínico (que por cierto trabajaba en una academia)decir que esta especialidad da más "herramientas" que otras y que en el colegio los chicos tenian muchos problemas "emocionales", familiares, incluso transtornos y que por estas razones un psicologo clinico es mas util en el ambito educativo.
    Obviamente, no estoy de acuerdo con él, aunque es cierta esta problematica creo que se confunde los problemas que pueden tener ciertos niños y jóvenes,con la labor principal de un psicologo en la escuela, la cual por supuesto no es tratar esta dificultades, sino mas bien promover un adecuado espacio de enseñanza y aprendizaje; así como la prevencion, que es lo que finalmente caracteriza al espacio educativo

    De esto creo que son ignorantes las personas que han planteado la necesidad de psicoterapeutas en la escuela.

  4. sfrisan Autor escribió:

    ¿Por qué Cesar? No lo veo en absoluto fuera de contexto, es solo un resumen de lo conversado que me parece de mucha importancia, y por eso quise compartirlo con la gente que lee el blog…

  5. sfrisan Autor escribió:

    Y además, lo que escribo en este post son mis propias reflexiones sobre el tema, uno del que ya me ocupado en reiteradas ocasiones en este blog, que me preocupa especialmente y sobre el que pienso constantemente. Dicho sea de paso, en el post no se mencionan nombres de personas, así que no veo cual es el problema de privacidad. No te molestes pues…

  6. Haydee escribió:

    Hola Susana:

    Igual que tu, opino que cada uno debe ser respetuoso, mas que de su especialidad, de su experiencia y formacion. Muchas veces el espacio laboral te lleva lejos de la especialidad original y si te sigues formando en el camino con mayor razon y por eso no veo problema en cambiar. Evidentemente si eres un recien egresado de la PUCP(unicos con esta "especializacion") es arriesgado intervenir en un campo ajeno al tuyo. Sin embargo, yo creo que no se debe generalizar y decir que solo los clinicos entramos en campos ajenos. Yo conozco educacionales que hacen "terapia" bajo la premisa que tienen experiencia en el trabajo con ninhos e intervienen como si fueran clinicos. Las habas se cuecen en todas partes y seria mas provechoso reflexionar si las especialidades que tenemos en la PUCP se ajustan a las necesidades y los cambios sociales.

  7. sfrisan Autor escribió:

    Hola Haydecita! Ya sabes que de vez en cuando me da por tocar este tema polémico. En mi experiencia, los educacionales que hacen terapia, todos se han formado para ello. Si hay alguien que no, pues es igualmente censurable. El tenor del post no es abogar por las especialidades, sino por la especialización. Ojalá esto quede claro. Las especialidades tal como las tenemos nosotros en la PUCP quizá deban modificarse (lo que implicaría un cambio curricular), pero lo que si me parece importante de mantener es la especialización. Si bien no llegamos al extremo de los médicos, que el que se encarga del brazo no se encarga del cuello o la cabeza, soy partidaria de que la gente se especialice para aquello que hace, si no es en el pregrado, en el post grado. Esa era la idea.

  8. Paola Sarmiento escribió:

    Creo que parte del problema también es que no se conoce lo que hace el psicólogo educacional (y en qué se diferencia del psicólogo social y clínico). Como estudiante he recibido respuestas como "ah, tu vas a trabajar solo con niños", "o sea vas a trabajar solo en colegios" o "pero eso es vínculo y el vínculo solo lo trabajan los psicólogos clínicos".

    Creo que es importantísimo definir y delimitar nuestro trabajo y reconocer la importancia y aportes del psicólogo educacional (sería genial discutirlo más seguido entre los estudiantes). Sin embargo, también creo que no se debe perder de vista la importancia del trabajo interdisciplinar dentro del campo de la psicología, reconociendo quien sabe más de qué o quién te puede ayudar en qué.

    Definitivamente, los psicólogos, debemos comenzar a respestar nuestro trabajo y esto debe partir desde la misma especialidad, profesores, alumnos en formación, etc. No hay que perder de vista que finalmente los más perjudicados son otras personas que acuden a nosotros con mucha confianza.

  9. Valerie Watson escribió:

    Hola todos. Quiero decir varias cosas que personalmente me preocupan como psicóloga educacional.

    El primero es el tema de las competencias y los perfiles de trabajo. Creo que existe la necesidad en psicología, al igual que en casi todos los trabajos, que al entrar a trabajar en algún lugar como psicólogo exista un perfil de las competencias y demandas que involucra el trabajo. Siendo sincera, creo que si existiera mayor claridad en las tareas que se tienen que hacer en un lugar de trabajo esto permitiría una mayor reflexión sobre las propias habilidades y sería sumamente enriquecedor. Esto podría llevar luego a especializarse en otro ámbito o reconocer que no es el tipo de trabajo que se esperaba. En esta línea creo que hay una profunda confusión sobre las competencias con las que es formado el psicólogo educacional.

    En segundo lugar, me encuentro preocupada por la saturación del mercado laboral para los psicólogos clínicos. El pasado miércoles fue la ceremonia de egreso de la promoción con la que yo entré a psicología y conversando con mis amigas y amigos me di cuenta que la gran mayoría de clínicos no encuentra trabajo. Me dio mucha pena darme cuenta de primera mano de esto, escuchando en detalle cómo personas a las que les tengo muchísimo cariño y considero muy hábiles están buscando desesperadamente trabajo. Me parece inevitable que con esta situación, varios de mis compañeros se vean en la necesidad de abrirse a otros campos de la psicología por necesidad. Lo cierto es que en educacional somos muy pocos y hay mucho trabajo, es imposible cubrir con educacionales toda la demanda. Sin embargo, esto debería llevar a preparar a más personas en este campo, en vez de formar para otro y que terminen trabajando en educacional. Tengamos en cuenta además, que en el caso de la PUCP los alumnos elijen su mención a los 19 o 20 años sin tener mucho conocimiento sobre el mercado laboral y lo que involucra cada especialidad. Concuerdo con Oscar en que muchos se guían por estereotipos.

    En tercer lugar, alguna vez hace años Mary Claux me explicó la diferencia entre las especialidades de psicología a partir de los campos de acción. Es decir, tomando como base que el psicólogo siempre buscará generar mayor bienestar, los clínicos lo hacen en el campo de la salud y la patología, el social en el campo de las interacciones humanas y el educacional en el del aprendizaje y el desarrollo (viéndolos muy ampliamente). Evidentemente los seres humanos somos muy complejos y es imposible hablar de uno de ellos de manera aislada, pero como alumnos somos formados con “anteojos” para ver con especial énfasis cada uno de esos campos.

    Finalmente, me parece que debemos revalorar el trabajo interdisciplinario entre psicólogos especializados. No hay mejor forma que darnos cuenta de las diferencias en la formación, en la experiencia laboral y en los “anteojos” que trabajando juntos a partir de lo que cada uno mejor conoce.

  10. opain escribió:

    Ayer fruto del post, conversaba con una buena amiga clínica y me preguntaba si yo realmente creía que un Psicopedagógico no deberían haber un educacional y un clínico para que se complementen los campos.

    Mi respuesta fue no. Le comenté que consulting y counseling en educación han sido investigados los últimos 50 años y hay varios metaanálisis que muestran que es más efectivo un enfoque de desarrollo humano preventivo que el enfoque clínico en educación (entiéndase según la literatura en orientación educativa como el enfoque que se centra en el problema o en el ajuste, independientemente que el counseling lo de un docente por ejemplo).

    Ella me planteaba que un clínico podría aportar en el counselling o con psicoterpia breve en temas de padres y relaciones interpersonales y que no tenía muy clara la diferencia entre terapia, counseling y consulting. Le pregunté cuántos cursos de consejería llevan en clínica. Me dijo que cuando estudió no se abrió. En educacional llevamos 2 cursos ligados al tema de consejería olbigatorios. Y uno más solo para padres. Este dato creo que es bastante objetivo.

    Nuestra conclusión fue que, como afirma Haydee, si sales de la PUCP en clínica evidentemente no has visto nada o casi nada de estos enfoques psicológicos en instituciones educativas. Por lo cual fue interesante para ella enterarse que todos estas cosas están muy bien definidas en la literatura especializada.

    Es más, si revisan la American School Counseling Asosciation encontrarán que ni siquiera es un tema de debate la terapia en la instituciones educativas. Simplemente no hay. Tanto psicólogos como educadores tienen que acreditarse para poder dar consejería en la escuela y las competencias requeridas(pueden verlas en esa página también) son diferentes, muy asociadas al sistema educativo, en donde nuevamente la literatura plantea que la dinámica de la escuela es particular y diferente a otros espacios y por tanto se requieren modos de trabajo que respodan a esa complejidad.

    Tuvimos una buen intercambio que aporta al debate. Espero que ayude a este también, más amplio.

  11. Silvia Velarde escribió:

    Hola Susana,
    Aprovecho la oportunidad para aportar al debate que has planteado.

    Creo que en nuestro trabajo es fundamental actuar de manera profesional y ética; por ello es importante hacer el ejercicio de evaluar el propósito y la razón de ser de la institución para la que trabajamos. Solo así podemos establecer los objetivos de nuestro trabajo y la evaluación de nuestro desempeño.

    Coincido contigo en que la función de la escuela es promover el desarrollo y el aprendizaje de los niños y niñas; y aunque el desarrollo debe ser considerado de manera integral (no se puede dejar de lado ni restarle importancia a la parte emocional), el colegio no es el espacio para la intervención con terapias clínicas. No olvidemos que los colegios son espacios académicos, y como tales serán evaluados por los padres de familia, autoridades y la sociedad en general.

    Sin embargo, al igual que Valerie, creo en la importancia del trabajo interdisciplinario. Los psicólogos clínicos pueden brindar, desde su formación, valiosas herramientas a los profesores. Herramientas que les permitan acercarse a sus alumnos, comprenderlos y realizar las adaptaciones necesarias para apoyar su aprendizaje y evitar el fracaso. El problema está en que, cuando los psicólogos clínicos trabajan en las escuelas, lo hacen a puerta cerrada; como dices, de espaldas a los docentes.

    La salud mental en la escuela tiene que ser pensada a nivel institucional y, como señala Oscar, a nivel preventivo; por ello debe incluir a todos los agentes de la escuela. De este modo, creo que para el trabajo clínico, el modelo Consulting, en lugar del Terapéutico, sería el más adecuado para el espacio escolar.

    Saludos,
    Silvia Velarde.

  12. sfrisan Autor escribió:

    Silvia, el Counselling, como tu bien sabes, es una especialidad independiente. No hay que ser clinico para hacer counselling, hay que ser consejero (counselor), y esa es un área de formación distinta. Coincido contigo en que cierto tipo de counselling se presta para la escuela, pero no creo que eso sea prerrogativa de los clínicos. Al contrario, en la PUCP mas bien somos los educacionales los que llevamos el curso de counselling, no ellos. Y como bien debes saber por tu experiencia en USA, allí las especialidades de Counselling suelen estar dentro de los Departamentos de Educación, no de Psicología, lo que da una idea de que el trabajo de un consejero no tiene nada que ver con el trabajo clínico y sí con el educativo. En resumen: coincido con lo que dices, pero quiero dejar sentado que la consejería -más apropiada para la escuela que la intervención terapeútica como bien dices- es una especialidad distinta a la psicología clínica y muchos más cercana a la psicología educativa. No se necesita ser clínico para eso. Saludos!!!

  13. silvia Velarde escribió:

    Estimada Susana,

    Estoy de acuerdo con lo que señalas; sin embargo, en mi comentario hago referencia al Consulting como modelo de intervención clínica, mas no al Counselling.

    Como funciona aquí, en muchos colegios existe un equipo de trabajo que reúne a profesionales de distintas especialidades: profesores, especialistas en educación especial, lenguaje, psicólogos, etc. Siguiendo el modelo del Consulting, el trabajo del psicólogo clínico esta enfocado a ayudar a otros profesionales a entender los casos desde la perspectiva clínica, y darles estrategias que puedan utilizar durante y dentro del alcance de su intervención. El psicólogo clínico puede o no trabajar a tiempo completo en el colegio, pero su rol es el de un consultor; facilita el trabajo de los profesionales en educación, favorece la adaptación de los programas de intervención según las necesidades emocionales de los niños; y tiene la información sobre las instituciones y procedimientos a seguir cuando se tiene que derivar casos para el inicio de una terapia.

    Saludos,
    Silvia.

  14. sfrisan Autor escribió:

    Silvia, tienes toda la razón, por un sesgo perceptual lei Counselling en vez de Consulting. El modelo del consulting lo conozco, hay muchos psicologos clinicos que intentan hacer eso mismo aquí. Pero la verdad no lo comparto, no estoy de acuerdo en que la perspectiva clínica entre a la escuela como modo de analizar los procesos que ocurren en ella. Creo que el psicólogo educativo es más que suficiente allí, y que al clínico por supuesto se le pueden y se le deben derivar los casos que sean más problemáticos y requieran de una intervención terapeútica.

  15. opain escribió:

    Silvia a los años!!!!!

    Es cierto lo que planteas. Y sí es posible incorporar consulting en educación. Sin embargo, como también expresas hay varias condiciones previas: interdisciplinariedad, acreditación y recursos humanos. En el modelo que planteas tienes un dpto psicopedagógico con muchos especialistas. Cosa que aquí no hay. Los mismos colegios contratan a lo mucho 2 o 3 psicólogos por nivel educativo. Eso da como 350 alumnos por cada psicólogo. Imposible implementar un modelo de consulting.

    Además habría que agragar que los docentes aquí, no llevan cursos de orientación y consejería, ni siqueira de tutoría que es menos especializado.

    Por lo cual, el trabajo es mucho más artesanal. Y bueno, resaltar el enfoque preventivo y de potenciar el desarrollo sí es algo que debe ser la guía del trabajo. El problema, y por ahí va la discusión en estos comentarios es que suele suceder que la mirada sigue siendo INTERVENIR el problema de comportamiento o académico.

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