En sus concepciones de justicia, los niños son primero igualitarios y luego equitativos. Esto quiere decir que inicialmente considerarán como injusta cualquier diferencia (por ejemplo, que el hermanito reciba un pedazo más grande de torta o que el vaso de jugo del amigo sea un milímetro mayor al propio) y solo después podrán tomar en cuenta las diferencias individuales y su papel al momento de decidir lo que es justo (por ejemplo, aceptarán que un niño más bajito tiene derecho a ir adelante en la fila o que uno que ha estado enfermo merece que se le de la oportunidad de presentar más tarde la tarea)
La justicia retributiva es la que aparece primero en el curso del desarrollo, y está directamente ligada a la sanción (“sanción expiatoria”); coexiste con la moral de obligación y con las reglas de autoridad (heteronomía). Para el niño la regla aparece como impuesta desde fuera y es arbitraria, pues no guarda relación con la magnitud o las características de la falta cometida. En este sentido, desde la perspectiva de la justicia retributiva lo importante es sancionar la falta. Para los niños muy pequeños, esto debe hacerse de ser posible utilizando el castigo más severo aunque este no guarde relación alguna con el acto cometido (por ejemplo, cuando un niño se porta mal otro puede decir que se le debe pegar entre todos, o encerrar en una habitación durante 3 días, o dejarlo un mes sin comer, como castigo a su conducta).
La importancia de la sanción expiatoria decrece con la edad, en la medida en que el niño avanza en su desarrollo y la noción de cooperación se hace más importante que la presión adulta. Conforme el niño desarrolla, se generan conflictos en su percepción de la justicia o injusticia de los actos y las sanciones, y estas experiencias reiteradas de conflicto promueven la aparición del concepto de justicia distributiva, que implica inicialmente la idea de igualdad y después la de equidad. Los niños que priorizan el concepto de igualdad sobre la simple retribución muestran un avance en su desarrollo moral (con respecto a la justicia retributiva y la sanción expiatoria) y evidencian tener una nueva capacidad para comprender las relaciones cooperativas y de respeto mutuo entre los sujetos. Pero luego la necesidad de igualdad deja de presentarse de manera idéntica para todos los sujetos, y se empieza a evolucionar en la percepción de las sutilezas y diferencias individuales, las cuales pasan a influir decisivamente en la decisión sobre dicha igualdad. Y aparece entonces la idea de equidad.
Nota:
Imagen tomada de aquí
Susana, como estudiante de pedagogía quiero resaltar lo valioso de tus aportes que se pueden extraer de tu blog; las ideas y conocimientos que compartes inducen a la reflexión y confrontación de aquello que dices, o lo que uno va aprendiendo desde lo que lee con nuestra realidad pedagógica. Y en cuanto a este último artículo se me han venido a la mente dos preguntas: En aquel primer momento cuando los niños son igualitarios y se fijan si "el hermanito reciba un pedazo más grande de torta o que el vaso de jugo del amigo sea un milímetro mayor al propio" como dices, ¿se da también esa igualdad en el sentido inverso, es decir, si es a ellos a quien les ha tocado la mejor parte? Si tenemos en cuenta q hasta los 5 ó 6 años los niños son ampliamente egocéntricos todavía ¿Cómo se relaciona esto con el sentido de igualdad cuando es otro niño el afectado y él es favorecido? La otra interrogante tiene que ver con lo equitativo: Cuando los niños ya están en capacidad de tener en cuenta las diferencias particulares, ¿En la noción de justicia de los niños en este nivel, las diferencias particulares tiene que ver más con lo que a cada uno le corresponde de acuerdo a sus posibilidades, o con que quien más dificultades o desventajas ha tenido merece mayor prioridad o preferencia? Gracias.
Rey,
Muy inteligentes tus preguntas. En la primera te daría la razón, el egocentrismo propio de los niños pequeños podría impedirles invertir los roles y considerar algo injusto cuando la diferencia los beneficia. Sin embargo, eso no quiere decir que la lógica no siga siendo la misma, es decir, estructuralmente su noción de justicia es igualitaria (lo justo es un trato igual para todos, lo injusto es hacer alguna diferencia) y son aspectos afectivos o de egocentrismo los que hacen que el niño falle en usar esa misma lófgica (que tiene como posibilidad) cuando es ella o él el beneficiado. Respecto a la segunda pregunta, creo que serian ambas cosas. Empezar a pensar equitativamente implica salir del dogma de la igualdad para reconocer las diferencias y asignarles un valor en la toma de decisiones sobre lo que le corresponde a cada uno (que es en esencia el sentido de justicia: dar a cada quien lo que le corresponde). Creo yo que cuando se empiezan a tomar en cuanta estas particulariddaes se pueden tomar en cualquier esfera (necesidades, desventajas, etc.).Pero claro, esta es finalmente una pregunta empírica y creo que daría para una pequeña investigación.
Muy buena explicación entre la diferencia de una cosa y la otra. Hace días la estaba intentando explicar y no logré hacer algo tan sencillo e inteligente como lo has puesto aquí.
Sólo una pregunta: tus comentarios en el primer parráfo se basan en estudios específicos, que puedan ser mencionados?
Hola Sam,
Todo esta el el clásico de Piaget, El criterio moral en el niño (1932). Varios d elos ejemplos son mios, pero la idea general está en ese libro. Saludos!!