Verónika viaja a Babia
Hace poco más de una semana, Verónika Mendoza participó en un foro organizado por miembros del Parlamento Europeo, donde se despachó con una serie de mentiras e infamias sobre la situación política en el Perú.
Ya no sorprende la doble moral de Mendoza, exsecretaria de Nadine Heredia que, si bien antes aplaudía la vacancia de PPK, a Pedro Castillo lo defendió hasta el final de sus días en el poder, pese al abigarrado rosario de denuncias por corrupción.
En su perorata, la exaliada del golpista Pedro Castillo aseguró que el Perú estaba actualmente bajo un “régimen cívico militar” y que la presidenta Dina Boluarte es “la careta de una coalición autoritaria, conservadora y mafiosa en la que funcionan casi de manera armoniosa una ultraderecha afincada en el Congreso, aliada con el oligopolio mediático, poder económico, grandes grupos de poder económicos y nuevas mafias además de las FF.AA. y PNP”.
No vamos a defender acá a Boluarte, que para eso tiene asesores y comisiones consultivas, pero ponerse al nivel de Petro o AMLO para lanzar aseveraciones en el exterior que no guardan relación con la realidad es de un cinismo extremo, entendido solo como producto de un conveniente mareo ideológico.
Todo, para ganarse el aplauso de los asistentes, miembros del ala socialdemócrata y socialista que integra dicho Parlamento.
La lideresa de Nuevo Perú –partido que hasta ahora no logra calificar para ser reconocido por el Jurado Nacional de Elecciones– realizó además una ardorosa defensa de algunos presidentes populistas de países latinoamericanos.
Entre ellos, cómo no, brilló el nombre del inefable Gustavo Petro, hoy seriamente cuestionado en su país, acusado de haber recibido fondos del narcotráfico durante la campaña electoral que lo llevó al poder en Colombia.
Por mucho que se haya tratado de un foro claramente ideologizado, es vergonzosa la irresponsabilidad con que algunas figuras políticas locales se deslenguan sobre la realidad peruana en el extranjero, para justificar invitaciones y bien pagados viajecitos a Europa.
Fuente: EDITORIAL PERÚ21
Verónika Mendoza y Sigrid Bazán usan auditorio municipal para fines partidarios
Encabezaron un conversatorio proselitista con simpatizantes y arremetieron contra el actual gobierno.
Máximo Rimachi, alcalde de San Jerónimo (Cusco), podría ser acusado por permitir el uso de un espacio municipal para fines proselitistas. El auditorio, que pertenece a la jurisdicción del municipio cusqueño, fue sede de un conversatorio de carácter partidario por Verónika Mendoza y Sigrid Bazán.
“Dina Boluarte es un títere, tenemos una coalición mafiosa”, fue una de las frases que la ex candidata presidencial, Veronika Mendoza, proclamó en medio del conversatorio organizado por la base de Nuevo Perú, en Cusco. Junto a la actual parlamentaria, Sigrid Bazán, expusieron su posición sobre el gobierno de turno.
Sin embargo, más allá de las declaraciones, llamó la atención el lugar en el que sucedió esta exposición: el Auditorio Municipal del distrito de San Jerónimo. Esto ha provocado una alerta sobre el uso inadecuado de bienes municipales con fines proselitistas, y ha puesto en el ojo del huracán al alcalde del distrito, Máximo Rimachi.
Fuente: Diario EXPRESO.
Verónika Mendoza y les tumbador@s: «Tomará más tiempo tumbar al Gobierno»
Excandidata presidencial afirma que la presidenta «no es más que un títere, una máscara mafiosa y autoritaria»
La excandidata presidencial Verónika Mendoza y la parlamentaria Sigrid Bazán participaron en un conversatorio celebrado en el Cusco, denominado “Por una salida a la crisis y hacia una nueva Constitución”.
Mendoza Frisch no desaprovechó la oportunidad para arremeter contra la presidenta de la República, Dina Boluarte, a quien la calificó de ser un “títere”.
“¿Quién es Dina Boluarte? No es más que un títere, ¿no es cierto?, una máscara. En realidad, es una coalición mafiosa y autoritaria”, señaló Mendoza. Fiel a su estilo empezó a azuzar a los presentes con “tumbarse” al Gobierno.
“Yo no voy a decir que mañana vamos a tumbar al Gobierno, no, pero lo vamos a hacer. Quizás nos tome un poquito más de tiempo. Pero lo vamos a hacer”, aseguró la lideresa de Nuevo Perú.
A su turno, Sigrid Bazán, quien es cuestionada por la compra de un lujoso departamento en San Isidro, expresó su disconformidad con el Congreso de la República, institución que le paga más de 15 mil soles mensuales.
“Hemos regresado a que la cárcel está para el pueblo movilizado, y para los de cuello y corbata todo, todos los favores. Yo no quiero representar sinceramente en este día al Congreso (…) Sin luchas no hay victorias”, sostuvo Bazán.
Fuente: Diario EXPRESO.
Nuestra bandera
Por Martha Meier Miró Quesada- Diario EXPRESO.
Nuestra bandera es roja y blanca, izar una de ‘luto’ en su día es ser ajeno a la sangre derramada por los miles de valientes que lucharon por la independencia; un gesto desafiante y propio de operadores políticos que intentan crear su ‘momento Kodak’ para decirle al mundo que la presidenta Boluarte es despreciada.
Algo totalmente falso, pues fue un grupúsculo manipulado el que hizo aquella huachafería. Los dizque aymaras (‘collas’, para los incas) son usados para pasar de una estupidez a otra.
Los aymaras no superan el 1% de habitantes del Perú. Estos operadores primero pretendieron que creamos que el patrón wiphala, con sus actuales colores postconquista española, representa a los pueblos originarios; y ahora quieren cambiar nuestra blanquirroja por su oscuridad de piratas.
La ‘performance’ del trapo negro no tiene otra razón que pretender decirnos que la democracia ha muerto porque el golpista Pedro Castillo está preso, y culpar a la presidenta Boluarte por los muertos de las violentas protestas en Puno, infiltradas por agentes comunistas, no solo del pedófilo cocalero Evo Morales, sino de otros vinculados con el Foro de Sao Paulo y Grupo, más bien cártel, de Puebla.
Lo ocurrido tras el fallido golpe de Castillo desató un vendaval de destrucción en Puno. En esas alturas, un conglomerado de violentistas y comunistas sembraron el caos y estragos, usando como carne de cañón a jóvenes confundidos y rebeldes.
Ahora esos mismos con su cuasi microscópico acto simbólico del trapo de luto, buscaban enviar un mensaje de protesta hacia una presidenta a la que quieren empañar como sea, en momentos cuando necesitamos unión para sacar adelante a nuestro país, atascado en un crecimiento ínfimo.
Mientras en una esquinita del país unos vomitaban su declaración silenciosa buscando cambiar las reglas de juego y pisotear nuestra historia común; la bandera del Perú, la roja y blanca, ondeó para orgullo de todos en los rincones más recónditos de la patria.
Comunistas y caviares, aliados contra Boluarte, la señalan por las muertes en los levantamientos en Puno y mueven sus fichas internacionales para que sea juzgada por cortes supranacionales, en lo que constituye una humillación para un país libre y soberano.
Aquellos que tejieron redes de manipulación generando la muerte de sesenta compatriotas, pretendieron esconderse detrás de la bandera luctuosa, en un cobarde intento por borrar sus propios pecados y atribuir culpas a la presidenta.
Boluarte, ajena a las oscuras maquinaciones ha sabido resistir con entereza y dignidad y dijo con voz fuerte y clara que el objetivo de esas protestas tienen una agenda política que busca su renuncia.
Izar una bandera distinta debe llevarnos a un cuestionamiento profundo. ¿Hasta dónde esa gente llegará para tratar de zafar a la presidenta de su cargo?
Es hora de derribar la narrativa comunista y caviar, para construir un país donde la bandera sea como lo fue siempre, un símbolo de unidad y no de una división que nadie quiere.