Ilustración de Lisa Larson-Walker. Fotos de Mark Wilson/Getty Images, Ruth Graham.
Por Jonah McKeown– ACIPrensa.com
Theodore McCarrick, ex cardenal y Arzobispo Emérito de Washington (Estados Unidos) que pasó décadas moviéndose en los círculos más altos de la Iglesia, y luego fue declarado culpable en una investigación del Vaticano por abuso sexual de menores y adultos, murió a los 94 años.
Una portavoz de la Arquidiócesis de Washington compartió con CNA —agencia en inglés de EWTN News— un comunicado en el que el Cardenal Robert McElroy, actual Arzobispo de Washington, confirmó el fallecimiento de McCarrick, quien, según informes, padecía demencia y residía en una instalación en la zona rural de Missouri.
“Hoy me enteré del fallecimiento de Theodore McCarrick, exarzobispo de Washington. En este momento, me preocupa especialmente la situación de quienes él perjudicó durante su ministerio sacerdotal. A pesar de su dolor constante, oremos con firmeza por ellos y por todas las víctimas de abuso sexual”, dijo el Cardenal McElroy.
Ordenado sacerdote en 1958, McCarrick, nacido en Nueva York, ascendió en la Iglesia en Estados Unidos a lo largo de mediados y finales del siglo XX. Fue Obispo Auxiliar de Nueva York, y posteriormente dirigió la Diócesis de Metuchen, Nueva Jersey; la Arquidiócesis de Newark, Nueva Jersey; y posteriormente la de Washington D. C.
Fue un participante destacado en el desarrollo de la Carta de Dallas de 2002 y las Normas Básicas de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), que establecieron procedimientos para manejar las acusaciones de abuso sexual contra sacerdotes.
En 2018, los informes sobre el abuso, grooming y acoso a seminaristas por parte de McCarrick irrumpieron públicamente en escena en medio de un análisis a nivel nacional sobre el abuso sexual clerical.
Una investigación del Vaticano en 2019 declaró a McCarrick culpable de numerosos casos de abuso sexual, y el Papa Francisco lo expulsó del estado clerical en febrero de ese año. Al año siguiente, el Vaticano publicó un extenso informe sobre McCarrick que examinaba en detalle el conocimiento institucional y la toma de decisiones respecto al ex cardenal y cómo continuó siendo ascendido a pesar de los rumores de mala conducta.
Además de las investigaciones del Vaticano, McCarrick enfrentó numerosos cargos penales. Sin embargo, un juez de distrito del estado de Massachusetts dictaminó en 2023 que McCarrick no era competente para ser juzgado por los cargos de abuso sexual que se le imputaban.
Un caso penal contra McCarrick en Wisconsin fue suspendido en enero de 2024 después de que un psicólogo contratado por el tribunal determinara que McCarrick no era competente para ser juzgado.
Papa Francisco abraza al arzobispo emérito Theodore McCarrick después de una misa con más de 300 obispos de EE. UU., en la Catedral de San Mateo Apóstol, Washington D.C. Jonathan Newton/AFP
Por Ruth Graham– Slate.com
McCarrick no se equivoca al sugerir que tenía enemigos, y todavía los tiene. A menudo era visto como una figura moderada o incluso liberal dentro de la iglesia, y algunos católicos conservadores se regocijaron abiertamente por su caída. Vieron su desgracia como una herramienta potencial para limpiar la iglesia. La historia de McCarrick se convirtió en una prueba de fuego católica para las actitudes sobre la homosexualidad, la política eclesiástica y el propio Papa Francisco, visto como un aliado de McCarrick. (McCarrick me dijo que aunque Francisco aprobó su castigo, todavía tiene “un gran afecto y respeto por el Santo Padre“). El golpe más agresivo vino del arzobispo conservador Carlo Maria Viganò, exdiplomático del Vaticano en los Estados Unidos, quien publicó una declaración explosiva afirmando que el Papa Francisco había levantado las sanciones secretas impuestas a McCarrick por el Papa Benedicto XVI. “Estaba hablando como un representante de la extrema derecha, creo“, dijo McCarrick sobre Viganò. “No quiero decir que sea un mentiroso, pero creo que algunos obispos han dicho que no estaba diciendo la verdad”.
16 de marzo de 2015: El Cardenal Angelo Becciu responde a la carta del nuncio Viganò de mayo de 2014 sobre los viajes de McCarrick. Afirma que la información había sido cuidadosamente anotada.
Nunca se hizo justicia: Becciu el principal encubridor
Febrero de 2016: McCarrick viaja a Pekín y conversa sobre política ambiental y la encíclica Laudato Si’ con un líder de una organización no gubernamental. Tras el viaje, se reúne con Parolin en Roma para hablar sobre lo acontecido.
8 de marzo de 2016: McCarrick escribe al Papa Francisco agradeciéndole por permitirle continuar con su trabajo y sus viajes, pero le ofrece jubilarse en cualquier momento. También le escribe a Parolin informándole de sus próximas reuniones con líderes musulmanes, pero también le ofrece jubilarse.
Parolin recordó más tarde haber mencionado brevemente al papa Francisco “chismorreos” sobre las “imprudencias pasadas” de McCarrick por aquella época, pero dijo que no lo presentó como un asunto grave. Añadió que Francisco respondió que quizás McCarrick aún podría ser útil.
12 de abril de 2016: El papa Francisco acepta la renuncia de Viganò. El arzobispo Christophe Pierre es nombrado nuevo nuncio en Estados Unidos. Hacia el final de su mandato, Viganò agradece a McCarrick en una carta «su encomiable labor en favor de la Iglesia universal y su reciente acercamiento a China y al mundo musulmán, esfuerzos que sin duda darán muchos frutos».
Junio a noviembre de 2016: McCarrick asiste a varias reuniones con funcionarios chinos en Roma. Según el informe, estos contactos secundarios iniciados por el cardenal McCarrick parecen no haber contribuido en absoluto al acuerdo formal entre China y la Santa Sede sobre obispos en septiembre de 2018.
8 de junio de 2017: La Arquidiócesis de Nueva York recibe una demanda a través de su Programa Independiente de Reconciliación y Compensación, en la que se alega que McCarrick tocó ilegalmente al Menor 1 a principios de la década de 1970, cuando este tenía 16 o 17 años. Esta fue la primera acusación contra McCarrick relacionada con un menor identificado. La denuncia se reportó a las autoridades locales.
7 de septiembre de 2017: El cardenal Dolan escribe a Parolin para pedirle instrucciones sobre cómo proceder con la acusación.
18 de octubre de 2017: El Papa Francisco, a través del cardenal secretario de estado, le dice a Dolan que lleve a cabo la investigación preliminar prevista en el derecho canónico y que la junta de revisión de la arquidiócesis examine la acusación de acuerdo con sus propias normas y las de la USCCB.
28 de octubre de 2017: Parolin, a petición del Papa Francisco, le dice a Dolan que presente los resultados de estas investigaciones iniciales a la CDF.
Diciembre de 2017 a abril de 2018: Se lleva a cabo la investigación preliminar con la asistencia de investigadores legos. La junta de revisión entrevista al demandante y a McCarrick y, por unanimidad, considera creíbles las acusaciones.
23 de abril de 2018: Dolan comunica las conclusiones de la junta a Parolin.
8 de mayo de 2018: Dolan recomienda a Parolin que, dada la gravedad de las acusaciones contra McCarrick, se lo retire permanentemente del ministerio público para llevar una vida de oración y penitencia, y que el caso se haga público, ya que involucra abuso sexual de un menor.
Mayo de 2018: Becciu informa al papa Francisco que la acusación contra McCarrick relacionada con el Menor 1 se consideró creíble. Posteriormente recordó que el papa quedó “conmocionado” por la noticia.
22 de mayo de 2018: Parolin escribe al nuncio Pierre, pidiéndole que envíe una carta a McCarrick. La carta le indica a McCarrick, «en nombre del Santo Padre», que se abstenga estrictamente de ejercer ministerio público y comparecer «hasta que se tome una decisión definitiva» sobre la acusación.
20 de junio de 2018: Se hace pública la decisión de retirar a McCarrick del ejercicio del ministerio público. Posteriormente, surgen más personas e información sobre la mala conducta de McCarrick, incluyendo un segundo menor. La Santa Sede inicia una búsqueda para identificar a más posibles víctimas.
28 de julio de 2018: El Papa Francisco acepta la renuncia de McCarrick al Colegio Cardenalicio.
14 de diciembre de 2018: El Papa Francisco autoriza a la CDF a llevar a cabo un procedimiento administrativo penal en relación con el caso McCarrick. Con el apoyo de la CDF, el padre Richard Welsh, vicario judicial de la Arquidiócesis de Nueva York, recopila pruebas y testimonios de testigos.
3 de enero de 2019: McCarrick comparece ante el tribunal y su abogado presenta su defensa. La información del proceso se envía a la CDF y a las autoridades civiles.
11 de enero de 2019: Con base en las conclusiones del proceso, el congreso de la CDF emite un decreto que declara a McCarrick culpable de solicitación durante el sacramento de la confesión, así como de “pecados contra el Sexto Mandamiento con menores y adultos, con el agravante de abuso de poder”.
La pena prevista es la destitución del estado clerical. McCarrick interpuso un recurso de apelación contra la decisión.
13 de febrero de 2019: Después de considerar la apelación de McCarrick, la CDF confirma el veredicto y la pena originales, que poco después son confirmados como definitivos por el Papa Francisco.
2018-2019: La USCCB y las diócesis de Nueva York, Newark y Metuchen, así como la Universidad Seton Hall, inician sus propias investigaciones sobre archivos relacionados con McCarrick o cooperan con investigaciones del Vaticano y civiles.
Además del conocimiento sobre compartir cama y conducta inapropiada con seminaristas, así como los informes hechos a la Diócesis de Metuchen por los sacerdotes, estas investigaciones no descubren conocimiento previo de abuso sexual de menores por parte de McCarrick por parte de nadie en estas entidades.
28 de julio de 2021: McCarrick está acusado de agredir sexualmente a un adolescente en Massachusetts en la década de 1970, lo que marca la primera vez que el ex prelado caído en desgracia fue acusado penalmente de abuso.
29 de julio de 2021: Se presenta una demanda civil en un tribunal de Nueva Jersey acusando a McCarrick de abusar sexualmente de un niño de 12 años en 1986.
4 de agosto de 2021: Se anuncia una nueva demanda civil contra McCarrick alegando abuso sexual a fines de la década de 1970.
1 de septiembre de 2021: Se presentan dos nuevas demandas contra McCarrick alegando abuso sexual que data de 1991.
3 de septiembre de 2021: McCarrick comparece ante un tribunal de distrito de Massachusetts y se declara inocente de varios cargos de agresión sexual.
16 de septiembre de 2021: Se presenta otra demanda por abuso sexual contra McCarrick en un tribunal de Nueva Jersey.
30 de septiembre de 2021: Un juez federal de Nueva Jersey dictamina que la Arquidiócesis de Newark puede ser considerada financieramente responsable por el abuso cometido por McCarrick.
23 de noviembre de 2021: Un ex sacerdote católico que anteriormente había alegado que McCarrick abusó sexualmente de él cuando era seminarista presenta una demanda contra el acusado abusador.
Fuente: National Catholic Register.
El error de cálculo del “007” de la Iglesia
Jordi Bertomeu ha lanzado a sus sicofantes en un ataque contra el Padre Jaime Baertl, que como yo, es un expulsado miembro del Sodalicio, la comunidad que está a punto de disolver.
Por Alejandro Bermudez– www.hoyenlaiglesia.org
Los aduladores de Jordi Bertomeu se deleitan en llamarlo “el Van Helsing” -mítico cazador de brujas- o el “007” de la Iglesia, pretendiendo presentarlo como un cruzado valeroso que elimina sistemáticamente a individuos e instituciones acusados de “abusadores”.
El monseñor catalán, en efecto, ha intervenido en casos de abusos —no siempre con éxito, como bien lo demuestra el desastroso manejo del escándalo de los jesuitas en Bolivia—, pero en el proceso se ha transfigurado en un abusador del poder conferido. Sin el menor atisbo de justicia, y mucho menos de la caridad cristiana que predica, ha expulsado personas y cerrado instituciones, plegándose a los dictados de una turba secular a la que sirve sea por oportunismo o por candidez.
Y Bertomeu se ha ufanado en Lima que en su lista de killer están varias instituciones más que debe “eliminar” -al diablo con el debido proceso- comenzando, según sus propias palabras, con los Heraldos del Evangelio, apenas termine con el Sodalicio.
Las últimas víctimas de su “heroísmo” son las comunidades vinculadas a Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio y acusado de múltiples abusos. Tres sociedades de vida apostólica —la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, las Siervas del Plan de Dios y el Sodalicio de Vida Cristiana— han sido, o están por ser, disueltas de manera sumaria con la excusa de que “no existe carisma fundacional”.
Excusa es, en efecto, el término justo, porque la Iglesia ha reconocido a lo largo de su historia la acción misteriosa del Espíritu Santo incluso en fundadores humana y espiritualmente desastrosos: Marcial Maciel, Jean Vanier y tantos otros. En esos casos se optó por la reforma, no por la aniquilación.
Que el destino del Sodalicio está sellado es ya evidente. Por eso sorprende —aunque no tanto— que Bertomeu, fiel a su cobardía habitual, haya decidido soltar a sus sabuesos contra el Padre Jaime Baertl y contra mí.
En días recientes, el pasquín marginal del exsacerdote español José Manuel Vidal, Religión Digital, ha publicado una serie de ataques reiterativos contra el Padre Baertl.
Para quienes no lo conocen (seguramente la mayoría) Religión Digital —como he explicado en varias ocasiones— es el chacal de la prensa religiosa española. No sólo por ocupar el subsuelo en términos de tráfico (ni siquiera quienes escriben ahí se leen entre sí), sino porque su modelo de negocio se basa en recibir financiamiento de los jesuitas españoles —a cambio de silenciar sus corruptelas— y del Padre Ángel, de Mensajeros de la Paz, a cambio de propaganda encubierta. Vidal completa su presupuesto a través de chantajes velados a episcopados y otras instituciones eclesiásticas bajo la fórmula mafiosa de “te vendo publicidad… o te destrozo”.
Y como la cobardía se ha vuelto pandemia en la Iglesia española, el mecanismo suele funcionar.
Siguiendo instrucciones de Bertomeu, Religión Digital publicó un artículo firmado por el exsodálite Renzo Orbegozo. “Orbegozo” inicia su diatriba contra el Padre Baertl en Religión Digital con esta joya de objetividad y caridad: “En el último acto wagneriano aparece Wotan en su trono, sonriendo eternamente, mientras su mundo desaparece consumido por las llamas. Es el padre Jaime Baertl.”
Cualquier sodálite que conozca a Orbegozo sabe que ni su bagaje intelectual ni su cultura le alcanzan para identificar a Wagner o Wotan. Y yo sé —sin duda— que esta hipérbole hepática, patológica y anacrónica no puede ser sino obra del vetusto Vidal, el verdadero autor del panfleto, digitado desde las sombras por Bertomeu. ¿La médula del texto, donde cada sustantivo está escoltado por veinte adjetivos injuriosos? Que los exsodálites Baertl —y su “asalariado” Bermúdez— atacan a Bertomeu con la intención de revertir el cierre del Sodalicio, y por eso “atacan” al emisario, al que el texto eleva a la categoría de santo viviente.
Que el ataque ha sido coordinado y orquestado por Bertomeu se confirma con la aparición, pocos días después, de un artículo de opinión firmado por Pedro Salinas, coautor junto a Paola Ugaz de Mitad monjes y mitad soldados, y protegido personal de Bertomeu desde los tiempos en que Juan Carlos Cruz los presentó en Roma.
El artículo, publicado en el diario socialista La República bajo el título “La caída del cura Baertl, por Pedro Salinas”, reproduce el mismo libreto que el texto de Orbegozo-Vidal, con dos variaciones. Primero, es más breve, porque La República no ofrece espacio para los interminables vómitos biliosos de Vidal; y segundo, introduce una amenaza explícita: Bertomeu le retirará el estado clerical a Baertl si no se “disciplina”.
Esa amenaza constituye una prueba más de que el artículo proviene, nuevamente, del puño invisible de Bertomeu. En efecto, el “007” vaticano amenazó en persona al Padre Baertl con la misma sanción cuando lo convocó —de grado o por fuerza— a una reunión en la Nunciatura en Lima, en la que, sin el menor pudor, le dijo que si no le daba acceso a la mítica y delirante suma de “mil millones de dólares del Sodalicio”, le quitaría el sacerdocio. Curiosamente, también añadió que dicha suma debía contemplar “sus honorarios”. Un pedido tan inusual como grotesco, considerando que a Bertomeu lo remunera la Santa Sede, no las congregaciones que él destruye.
Las extrañas razones
Cuando el Sodalicio está ya a un paso de la disolución definitiva, y cuando Bertomeu finalmente ha comprendido que las supuestas Minas del Rey Salomón eran un mito fabricado por Paola Ugaz —mito que llevó a los principales acusadores a fantasear con indemnizaciones multimillonarias que jamás llegarán—, ¿qué sentido tiene atacar al Padre Baertl y amenazarlo con su sacerdocio?
¿Será acaso porque el Padre Baertl se atrevió a enviar una extensa carta notarial desmintiendo, punto por punto, las calumnias sistemáticas de Paola Ugaz, quien aún espera que se le cumpla la promesa del día de pago ofrecida por Bertomeu?
Es posible. Juzgue el lector. Ahí está la carta.
CARTA NOTARIAL DEL PADRE JAIME BAERTL AL DIARIO LA REPÚBLICA
¿O simplemente estamos ante una muestra más de la vanidad patológica —¡y notoria!— de Bertomeu, incapaz de tolerar que se cuestione su relación con un oportunista catalán como él, expuesta por un artículo de El Español y atribuida delirantemente a mí?
Sea cual sea la causa, Bertomeu ha cometido un grave error de cálculo.
En primer lugar, no espero ni pretendo que criticar a Bertomeu —lo que no es más que el deber legítimo de un periodista que cubre temas eclesiales— revierta la disolución del Sodalicio. Ya no tengo nada que perder. Él me desligó de la obediencia y aniquiló la comunidad a la que debía regresar. Puede mandarme todos los Vidales rabiosos que quiera: no tengo ni su vanidad ni su fragilidad. Y lo va a notar en el futuro próximo, porque tengo mucho que decir.
En segundo lugar, el Padre Baertl es un amigo entrañable, además de hermano de comunidad. Y sé que la amenaza de retirarle el sacerdocio no hará aparecer de la nada el tesoro fantástico que no sólo no existe, sino que él no controla, pese a los delirios de quienes, después de perderlo todo, aún necesitan enemigos imaginarios porque no tienen nada mejor que hacer en la vida.
No quiero dejar de señalar la espeluznante crueldad de que un funcionario del Vaticano, que dice actuar en nombre del Papa de la misericordia, amenace con destruir la vida sacerdotal de un hombre a cambio de dinero. Crueldad sociopática que ya demostró cuando amenazó con la excomunión —sí, ¡la excomunión!— a dos laicos católicos por el “atrevimiento” de iniciar un proceso judicial al que tenían pleno derecho, como el mismo Papa Francisco les reconoció. Ese es Bertomeu, sin disfraz. Si algo tiene de “007”, es la frialdad con la que ejecuta.
A llorar al mar
Al cerrar la Fraternidad Mariana de la Reconciliación —asesinando una comunidad femenina compuesta por mujeres generosas y entregadas al Señor, la mayoría sin vínculos ni históricos ni generacionales con el fundador—, Bertomeu tuvo la audacia psicopática de enviarles una carta plañidera y cruel que concluía:
“Os ofrezco mis oraciones, para que el Señor os ilumine y fortalezca en el camino que emprendáis, y os pido que recéis por mí, para que pueda desempeñar esta encomienda con caridad y justicia.”
Estoy a la espera de la carta que nos enviará a los sodálites —y digo “nos” porque sigo siéndolo—, y de cómo tratará de presentar la disolución de la comunidad como un accidente o un fenómeno natural, en vez del acto deliberado de frivolidad y maldad que es.
Desde ya, puede contar con mis oraciones. De hecho, ya rezo por él. Pero no para que continúe con encomiendas que nunca debió recibir, sino para que le sean retiradas definitivamente por el próximo pontífice, y pueda regresar al pueblo catalán del que nunca debió salir.
Allí, espero —con espíritu cristiano— que, como él mismo desea a las Fraternas, pueda comenzar una nueva experiencia que recoja lo bueno que ha habido en estos años, purificando y modificando lo que sea necesario”. Y estoy seguro que tendrá bastante que purificar.