Paola Ugaz, John Allen Jr., su esposa Elise, Pedro Salinas, Jordi Bertomeu y Renzo Orbegozo.
Las ‘amistades peligrosas’ de monseñor Jordi Bertomeu Farnós, el agente 007 del Vaticano: conflictos de interés y borrado de webs
Las informaciones publicadas por EL ESPAÑOL sobre Manel Riera, mano derecha de Bertomeu en Perú, han provocado una limpieza de pruebas y una campaña mediática que desvela conflictos de interés en la investigación sobre el Sodalicio de Vida Cristiana.
Por Luciano Revoredo- LaAbeja.pe
El caso del Sodalicio ha destapado una trama que va más allá de los abusos denunciados: un escándalo de supuesta corrupción, conflictos de interés y una red de relaciones que cuestionan gravemente la imparcialidad de quienes lideran la investigación desde el Vaticano. En el centro de esta controversia está Jordi Bertomeu, conocido como el “007 del Vaticano” por su rol en la lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia, cuya reputación de objetividad se desmorona ante evidencias contundentes de su cercanía con personas interesadas en los casos que “investiga” y su asociación con figuras de reputación dudosa.
El 19 de marzo de 2025, el diario El Español destapó la primera pieza de este rompecabezas en un artículo titulado “Bertomeu, el sacerdote del Papa contra el abuso a menores, se asocia en el Perú con un ex de CiU investigado por corrupción”. Este reportaje expuso la estrecha relación entre Bertomeu, el cardenal Carlos Castillo y Manel Riera, su mano derecha en el Perú. Riera, un exmilitante de Convergència i Unió (CiU) investigado por irregularidades urbanísticas en Moià (Barcelona), fue designado por Bertomeu como liquidador de organizaciones ligadas al Sodalicio. Su única “experiencia” en el ámbito es haber gestionado Company for the Protection of Minors and Vulnerable People Ltd., una empresa fantasma en el Reino Unido con empleados ficticios generados por inteligencia artificial, y We Are Free, una web opaca que pedía donaciones para combatir abusos en la Iglesia. Tras la publicación, ambos sitios fueron borrados en un intento descarado de eliminar pruebas. ¿Coincidencia? Difícilmente.
Pero la podredumbre no termina ahí. El 9 de abril de 2025, El Español dio un golpe aún más duro con “Las ‘amistades peligrosas’ de monseñor Bertomeu, el agente 007 del Vaticano: conflictos de interés y borrado de webs”. Este artículo reveló una fotografía comprometedora tomada en Roma, en la casa de los periodistas John L. Allen y Elise Ann Allen (Crux), un día después de la expulsión de miembros del Sodalicio por orden del Vaticano. En la imagen, Bertomeu aparece celebrando con vino junto a Pedro Salinas, Paola Ugaz, los Allen y Renzo Orbegozo, exmiembro del Sodalicio. Esta escena no es un simple brindis: es la prueba gráfica de una alianza entre el supuesto juez vaticano y los principales acusadores del Sodalicio.
Salinas y Ugaz, autores del libro Mitad monjes, mitad soldados, han convertido su cruzada personal contra el Sodalicio en una obsesión que habrá de redituar pingües beneficios económicos en su momento. Salinas, exmiembro de la organización hace cuatro décadas, fue condenado en 2019 por “difamación agravada” tras difamar al arzobispo de Piura, y su falta de rigor periodístico ha sido expuesto por el abogado Percy García Cavero en el libro El caso Pedro Salinas en la Justicia del Perú. Ugaz, por su parte, ha publicado decenas de artículos en La República —69 entre marzo de 2024 y febrero de 2025, según El Español— abogando por la disolución del Sodalicio, citándose a sí misma o a Salinas como fuentes principales. Esta coordinación mediática no es casualidad: es una estrategia orquestada.
La foto comprometedora adquiere un significado aún más siniestro cuando consideramos el contexto. Según Giuliana Caccia, víctima de una campaña difamatoria liderada por estos mismos periodistas, la imagen fue tomada justo después de que Bertomeu firmara un precepto que amenazaba con excomulgarla a ella y a Sebastián Blanco por denunciarlo por violación del secreto profesional. Aunque el Papa Francisco revocó esa amenaza en una audiencia privada, la celebración de Bertomeu con sus aliados sugiere una victoria anticipada, un brindis por el poder que esta red ejerce sobre el destino del Sodalicio y otras de sus víctimas.
¿Podemos confiar en la inocencia o imparcialidad de Bertomeu? Él niega haber filtrado información a estos periodistas, pero la evidencia habla por sí sola. Su alianza con Riera, un hombre envuelto en sombras de corrupción, y su intimidad con Salinas, Ugaz y los Allen —todos comprometidos en una campaña difamatoria contra el Sodalicio y sus críticos— apuntan a una conspiración. No se trata solo de conflictos de interés: es un complot para manipular el proceso vaticano, silenciar a los disidentes y garantizar un desenlace favorable a los intereses de este grupo. La limpieza de pruebas digitales tras las publicaciones de El Español y la feroz contraofensiva mediática, con ataques como los de Salinas calificando a este diario como “esa cosa” y a sus investigaciones como “manipulación orquestada por payasos”, solo refuerzan la sospecha de que hay mucho que ocultar.
El Vaticano debe responder sobre Bertomeu, si es el “007” de la justicia eclesial, ¿quién vigila al vigilante? Esta red de amistades peligrosas no solo pone en duda la legitimidad de sus actos, sino que mancha la credibilidad de la Iglesia en su lucha contra los abusos. La verdad merece salir a la luz, no ser enterrada bajo francachelas romanas con copas de vino y pactos en la sombra.
El Vaticano no puede seguir mirando al otro lado. Bertomeu, supuesto paladín de la verdad, parece más un titiritero de una red que mezcla corrupción, difamación y poder mediático. ¿Es este el hombre en quien confía el Papa para sanar las heridas de la Iglesia? La foto de Roma, los borrados de webs y las sombras de Riera revelan una sola cosa: aquí no hay justicia, hay complot. Es hora de que se investigue a los investigadores y se desenmascare esta farsa.
La foto: el 007 del Vaticano es 000 en honestidad
¿Qué hacía Monseñor Jordi Bertomeu celebrando la expulsión de sodálites junto con mis acusadores, cuando él debía ser un investigador imparcial nombrado por el Papa?
Por Alejandro Bermudez– www.hoyenlaiglesia.org
El diario El Español, que recientemente reveló las sospechosas conexiones entre un oscuro empresario catalán y Jordi Bertomeu —el funcionario vaticano al que su séquito gusta llamar “el 007” o incluso “el Van Helsing” (cazador de brujas) de la Iglesia—, ha publicado este 9 de abril un nuevo y explosivo artículo titulado: “Las ‘amistades peligrosas’ de monseñor Bertomeu, el agente 007 del Vaticano: conflictos de interés y borrado de webs”.
Firmado por Jorge Calabrés, subdirector del diario, el artículo gira en torno a una reveladora —y hasta ahora desconocida— fotografía que muestra a Bertomeu celebrando junto a la periodista peruana Paola Ugaz, John L. Allen (fundador del portal de noticias Crux), su esposa y periodista Elise Ann Harris, Pedro Salinas y Renzo Orbegozo, exmiembro del Sodalicio.
“Lo más llamativo son el lugar y la fecha: la fotografía fue tomada en la casa de la pareja Allen en Roma apenas un día después de la expulsión de varios miembros del Sodalicio de Vida Cristiana por orden del Vaticano”.
La imagen, en otras palabras, confirma lo que muchos ya sospechaban: que Bertomeu, en lo que respecta a honestidad e imparcialidad, es en realidad un “000”. En el caso del Sodalicio, ha actuado como juez, parte, jurado y ejecutor.
Calabrés detalla que, tras la publicación de su anterior investigación, no solo comenzó una “limpieza” digital de los rastros comprometedores del empresario Manel Riera —sospechoso colaborador de Bertomeu—, sino que: “se desató una campaña mediática en defensa de Jordi Bertomeu. El medio católico progresista Religión Digital aseguró que existía ‘una campaña de desinformación’ y acusó a diversos medios de ser ‘sicarios mediáticos’ que participan en la viralización de ‘fake news’ sobre Bertomeu“.
Pedro Salinas, autoproclamado periodista independiente, también se sumó a los ataques contra El Español. En un extenso video de dos horas subido a YouTube, se refiere al periódico como “esa cosa”, denuncia ataques “travestidos en plan drag queen” y califica la investigación como una maniobra de “payasos”.
Sin embargo, Calabrés responde con hechos: “Pedro Salinas fue condenado en 2019 por ‘difamación agravada’ tras atacar al arzobispo de Piura. Sus métodos han sido expuestos en detalle por el abogado peruano Percy García Cavero en el libro ‘El caso Pedro Salinas en la Justicia del Perú’, donde se examinan sus tácticas difamatorias y su evidente falta de rigor periodístico”.
Pero el periodista español regresa a la fotografía y a su gravedad, y apunta que Paola Ugaz es “colaboradora” del diario socialista La República, medio que ha publicado 69 artículos entre marzo de 2024 y febrero de 2025 en contra del Sodalicio o sus miembros, “la gran mayoría abogando por la disolución de la organización”.
“Paola Ugaz no solo es una de las principales autoras de estos artículos, sino que, cuando no los firma, es citada como fuente principal por sus compañeros. La otra fuente recurrente en estos artículos es, nuevamente, Pedro Salinas.”
Calabrés revela que, tras la publicación de su primer artículo —el que provocó la apoplejía de la “barrita brava” de Bertomeu— “varias fuentes anónimas han revelado datos concretos sobre la cercanía entre Jordi Bertomeu y los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz”.
“La fotografía muestra un claro momento de celebración con lo que aparenta ser vino, en una gran complicidad entre los invitados. La cercanía de Jordi Bertomeu con las voces más críticas del Sodalicio es evidente, pese a su papel encargado de una investigación por parte del Vaticano —una figura a medio camino entre un fiscal y un juez en el mundo civil—. Su proximidad manifiesta con los militantes de la disolución, una de las partes involucradas en el caso, suscita interrogantes sobre la imparcialidad y calidad del proceso de disolución“.
La parcialidad de Bertomeu
Yo fui uno de los acusados por Bertomeu cuya expulsión se estaba celebrando en esa imagen. Y puedo dar testimonio de que todo el proceso de investigación contra mí y mis hermanos fue opaco, arbitrario y violatorio de los más mínimos estándares del debido proceso. Bertomeu no fue solo ejecutor, sino titiritero escondido.
Para empezar, ningún documento emitido durante el proceso contra mí fue firmado por él. Jamás me dirigió una pregunta directa, ni ofreció oportunidad alguna para ejercer mi legítima defensa ante él.
Las acusaciones en mi contra llegaron en un documento firmado por Monseñor Philippe Curbelié, subsecretario del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y completamente desvinculado de la sección donde trabaja Bertomeu. Cuando un cardenal amigo le preguntó a Curbelié por qué había rubricado cartas que no correspondían ni a su departamento ni a su competencia, el prelado francés respondió, visiblemente incómodo: “porque me lo ordenaron”.
Las acusaciones —cuya grotesca naturaleza compartiré cuando Bertomeu sea destituido en el próximo pontificado y el proceso sea oficialmente reconocido como ilegítimo— fueron firmadas por Pedro Salinas, Austin Iverigh, Elise Ann Harris, Dawn Eden Bronstein, Christopher White y una periodista que pidió mantener el anonimato, identificada únicamente como “Mrs. X”. En la fotografía revelada por El Español, aparecen dos de mis acusadores brindando con Bertomeu.
Por exigencia de Mrs. X, la carta de Curbelié —es decir, de Bertomeu— estipulaba que las acusaciones de 17 páginas, redactadas en español, italiano e inglés, no debían serme entregadas, sino solo leídas en voz alta. En otras palabras, se me prohibió siquiera sostener en mis manos las acusaciones que debía rebatir.
Tan pronto como recibí el contenido verbal de las acusaciones, envié una carta a Curbelié (ya que figuraba como firmante), con copia al cardenal Víctor Manuel Fernández -en su calidad de prefecto-, a Bertomeu y al nuncio apostólico en el Perú, Paolo Gualtieri.
En esa carta, además de reclamar el elemental derecho a la legítima defensa, expresé mi profunda preocupación: “por un posible conflicto de intereses derivado de la relación entre algunos de mis acusadores y uno de los principales investigadores de mi comunidad en Lima, Monseñor Jordi Bertomeu.”
Cité el libro Sin noticias de Dios, en el que: “Pedro Salinas dedica más de un capítulo a describir en detalle su estrecha relación con Monseñor Bertomeu, a quien llama por su nombre de pila ‘Jordi’, desde principios de 2019. Su libro incluye descripciones de visitas a restaurantes romanos juntos, cervezas en la habitación de Monseñor Bertomeu en Roma y conversaciones íntimas que incluyen juicios compartidos y severos contra quienes ya consideran ‘culpables’ de ser ‘abusadores’, a pesar de que las investigaciones [del Sodalicio y de mí] aún estaban en curso.”
También señalé como “inquietante” que Elise Harris publicara en Crux un artículo en el que no solo revelaba la existencia de la investigación, sino que incluía la lista exacta de los acusados, incluido mi nombre… antes de que esa información llegara a las autoridades del Sodalicio.
Es decir, acusé a Bertomeu no solo de parcialidad manifiesta, sino de filtrar información confidencial de un proceso que, oficialmente, debía ser reservado.
La recepción de mi carta fue confirmada por los sellos del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Pero jamás obtuve una respuesta.
La única contestación provino del Nuncio Apostólico en el Perú.
Expulsión y Celebración
Después de presentar mi defensa ante un investigador independiente aprobado por el Vaticano —quien me declaró inocente y no punible—, llegó, sin más explicación, el decreto de expulsión cocinado por Bertomeu. Nunca firmado por él, sino por el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, bajo la prefectura de Sor Simona Brambilla… y rubricado por el Papa Francisco.
Mis acusadores —estos “periodistas” amigos de Bertomeu— incluso visitaron a Sor Simona para presionar por la supresión del Sodalicio. Aquí está la foto de esa reunión.
Los acusadores del Sodalicio tienen pleno derecho a opinar y presionar en los dicasterios que deseen. ¿Pero qué hace Bertomeu, supuesto investigador imparcial, participando de esa reunión?
Todo indica que el Van Helsing del Vaticano ya había decidido, de antemano, a quiénes iba a eliminar. Todo lo demás —las cartas, las visitas al Perú, los artículos elogiándolo— fue simplemente kabuki, el exagerado teatro ritual japonés.
Supresión de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación
Los miembros de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación confirmamos, como se ha hecho público en los últimos días, que hemos sido recientemente informadas que el Papa Francisco ha decidido suprimir nuestra comunidad, junto con las demás instituciones iniciadas por el Sr. Luis Fernando Figari, por considerar que estas carecen de carisma.
https://fraternas.org/…/comunicado-de-la-fraternidad…/
Después de que un enviado del Vaticano anunciara informalmente a principios de este año la noticia de su supresión, la Fraternidad Mariana de Reconciliación, con sede en Perú, dijo que el proceso ya se ha formalizado y ha comenzado un período de liquidación.
En un comunicado, la Fraternidad Mariana de Reconciliación (FMR) anunció que un día antes, el español monseñor Jordi Bertomeu, funcionario del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) del Vaticano y comisionado papal para la liquidación de la FMR, había “emitido un decreto de supresión” del grupo.
Fue firmado junto a la Superiora General del FMR, Luciane Vieira Urban, quien estuvo acompañada por la tesorera del grupo, Florencia Silva Cabrera.
El decreto que suprime el grupo había sido firmado previamente por la hermana italiana Simona Brambilla MC, Prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y aprobado en forma específica por el Papa Francisco el mismo día.
Este es el primero de cuatro decretos similares que eventualmente serán oficializados y publicados para suprimir las cuatro ramas del Sodalitium Christiane Vitae (SCV), una Sociedad de Vida Apostólica con sede en Perú que se ha visto envuelta en escándalos durante la última década.
“La supresión de la Fraternidad, junto con los otros tres institutos fundados por el laico Luis Fernando Figari Rodrigo, se debe a la falta de un carisma de origen divino en el fundador, así como a los abusos y comportamientos indebidos y abusivos de Figari y muchos de sus colaboradores”, dijo el FMR en su comunicado.
Se hicieron esfuerzos de reforma dentro de cada una de las comunidades, y esto “se tomó en cuenta en el acto de represión”, dijo el FMR, señalando que a pesar de su propio proceso de renovación, en curso desde 2011, ellos como institución “no han sido inmunes al abuso psicológico y al abuso de conciencia en su seno”.
Fundada en 1991 por el laico peruano Luis Fernando Figari, la Fraternidad Mariana de la Reconciliación (FMR), se considera parte de la familia espiritual “Sodálite” más amplia, que consiste en el SCV, el Movimiento de Vida Cristiana (CLM), y una comunidad de monjas llamada Siervas del Plan de Dios (SPD).
Durante más de una década, el SCV se ha visto envuelto en escándalos que rodean a Figari y otros miembros de alto rango, 14 de los cuales fueron expulsados del grupo el otoño pasado, antes de que se tomara la decisión de suprimirlo.
El otoño pasado, unas 30 ex miembros del FMR relataron a Crux experiencias similares de abuso y maltrato en su institución, así como abusos que dijeron haber sufrido por parte de miembros del SCV, incluido el abuso sexual de al menos cinco mujeres en el FMR.
El FMR recibió su aprobación canónica formal en 2011, el mismo año en que denunciaron el abuso sexual de miembros por parte de hombres pertenecientes al SCV, y después de que muchos ya habían comenzado a cuestionar sus métodos y una cultura interna, algunos en ese momento creyendo que eran parte de una secta.
En un comunicado anterior del 4 de febrero, el FMR expresó “su compasión y solidaridad con el dolor de todos aquellos que han sido afectados a lo largo de los años por el sistema sectario y las prácticas abusivas que se han producido dentro de nuestra comunidad”.
“Ofrecemos nuestra disposición a cooperar con el proceso de reparación y justicia para todas las víctimas, según lo indicado, y nos comprometemos a recordar a todas y cada una de ellas en nuestras oraciones diarias”, dijeron.
El FMR señaló que pese al dolor que ha causado la decisión de suprimir su comunidad, las mujeres pertenecientes al grupo “la han aceptado con docilidad y obediencia filial, y han manifestado su disponibilidad y colaboración durante todo el proceso de supresión y liquidación de bienes”.
Dijeron que se mantuvieron dos reuniones con Bertomeu en febrero, y que durante esas conversaciones ofreció garantías de que las mujeres pertenecientes al FMR pueden continuar su vida consagrada si lo desean “en las diversas formas previstas por el derecho canónico, ya sea de manera individual o en asociación”.
En una carta dirigida a cada uno de los miembros, dijeron, Bertomeu insistió en que “la Iglesia valora infinitamente la consagración de cada uno de ustedes y desea que la salvaguarden de la mejor manera posible”.
Bertomeu, dijeron, les dijo también que «la Santa Sede, a través de mi servicio que está estrechamente ligado a vuestra aceptación del mismo, está dispuesta a ayudaros y acompañaros para iniciar en cada uno de vosotros una nueva experiencia que recoja todo lo bueno que ha venido en estos años, purificando y modificando lo que sea necesario».
Dijeron que Urban ha sido nombrada como Delegado Adjunto de Bertomeu para el acompañamiento personal de los integrantes del FMR, mientras que Silva es Delegado Adjunto para asuntos administrativos y para transiciones de proyectos, “siempre que ambos estén dispuestos a hacerlo”.
Cerraron su comunicado asegurando sus oraciones por Bertomeu, quien dijeron les aseguró la suya, “para que el Señor lo ilumine y fortalezca en el camino que emprende, y les pido que oren por mí, para que pueda llevar a cabo esta tarea con caridad y justicia”.
Bertomeu había anunciado previamente la supresión de todas las ramas del SCV mientras celebraba la Misa en la parroquia principal del SCV en Lima en febrero.
La decisión del Papa Francisco de suprimir a toda la familia SCV llega después de una investigación del Vaticano ordenada por el Papa sobre el SCV que comenzó en julio de 2023, cuando el Papa envió a su principal dúo investigador, Bertomeu y el arzobispo maltés Charles Scicluna, en una “Misión Especial” para investigar las continuas acusaciones de abuso y corrupción financiera dentro de la organización.
Si bien no es necesariamente algo sin precedentes en la Iglesia Católica, la decisión de suprimir todas las ramas de una familia espiritual que comparten un fundador y se adhieren a un “carisma” es extremadamente rara y potencialmente marca un nuevo precedente para el manejo de casos similares cuando hay una acusación contra el fundador.
Dado el comunicado del FMR, es probable que los anuncios de supresión de las demás ramas del SCV se realicen en los próximos días.
Fuente: CruxNow.com
Sodalicio sería disuelto definitivamente: decisión del Papa Francisco será irreversible
El Papa Francisco ordenó que el monseñor Bertomeu, comisario para la liquidación de los bienes de la organización católica, continúe teniendo la condición de diplomático sin inmunidad
Por Ricardo Mc Cubbin– Infobae.com
El Sodalicio de Vida Cristiana sería disuelto definitivamente. En caso se completen para ese mes todos los trámites administrativos necesarios, se realizará la supresión de todos los entes fundados por Luis Figari. Esto incluye la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, las Siervas del Plan de Dios y el Movimiento de Vida Cristiana.
Así lo indicó el portal Religión Digital, el cual también recordó que hay más de 25 mil personas que pertenecen a estas organizaciones. Cuando se haga la notificación al SVC se completará su supresión, la cual representa una decisión irreversible que tomó el Papa Francisco en diciembre del 2024.
Según el medio, los decretos de supresión fueron creados el martes 14 de enero de este año por el Dicasterio para la Vida Consagrada y aprobados por el sumo pontífice. En ese mismo día, el monseñor Jordi Bertomeu Farnós fue nombrado como único delegado plenipotenciario para apoyar en el proceso. También fungirá como comisario para la liquidación de los bienes y para gestionar los vínculos de los clérigos del Sodalicio.
Para ello, mencionan, Bergoglio ordenó que Bertomeu continúe teniendo la condición de diplomático, como viene siendo desde julio del 2023. Como se recuerda, en ese momento él fue designado junto con el arzobispo Scicluna como parte de la misión especial que investigó los casos de abuso sexual del Sodalitium.
La tajada de Ugaz
El Sodalicio se disuelve tras 52 años: los bienes del Sodalicio
Fuentes del Dicasterio para la Vida Consagrada del portal mencionaron que el proceso de supresión conlleva resolver problemas como la presencia de personas que se unieron a la organización, además de los bienes que podrían estar en manos privadas o sociedades civiles relacionadas de forma indirecta con la organización en cuestión.
En ese sentido, hay que distinguir las propiedades eclesiásticas de los que no lo son. De esto depende, señala el medio, una posible reparación económica justa para las víctimas.
Asimismo, se tiene que definir las responsabilidades civiles y penales que se pudieron haber incurrido respecto a la gestión de estos bienes.
Comentarios sobre Bertomeu
Religión Digital asegura que el principal objetivo de la liquidación no es entregar estos bienes del Sodalicio a la Santa Sede. Además, afirman que el monseñor Bertomeu tampoco tiene un equipo para el proceso, ya que ni siquiera ha empezado.
Fuentes del vaticano del portal mencionan que un grupo de personas podrían constituirse, incluidos expertos legales peruanos, bajo la dirección y coordinación del comisario, luego de que el SVC sea suprimido de forma definitiva.
Bertomeu tendrá que viajar a varios países para clarificar la condición de las propiedades. Entre ellos se encuentran Perú, Ecuador, Estados Unidos, Brasil y Filipinas. También deberá dirigirse hacia Colombia, Australia, Brasil, Italia, Argentina y Chile. Una vez que se forme el equipo, algunos miembros nacionales de estos territorios podrán asumir la representación legal para dar validez a los actos jurídicos.
Bertomeu con la embajadora de Estados Unidos en Perú, Stephanie Syptak-Ramnath y su esposo, Ramnath Ramnath en Lima
En el estudio durante el proceso de supresión del Sodalicio que realiza el Vaticano está siendo una prioridad la definición de los límites de responsabilidad civil y penal que tales entes hayan podido incurrir en la gestión económica y financiera de sus bienes. De este análisis no están exentos las sociedades y otros entes civiles de la órbita del Sodalicio, algunos de ellos muy sospechosos de haber cometido presuntos delitos de defraudación fiscal y lavado de activos en Perú y en sociedades offshore de Panamá, Islas Vírgenes Británicas y Colorado (USA).
Por eso, antes de la supresión definitiva (en este caso la notificación de unos decretos ya firmados), es necesario clarificar la propiedad de todos los bienes en cuestión, distinguiendo netamente los que son eclesiásticos de los que no lo son. De ello depende la viabilidad futura de una reparación económica justa de todos los afectados por la existencia de tales grupos religiosos abusadores.
Prueba de ello está siendo la intensa labor que Monseñor Bertomeu está realizando estos tres últimos meses. Que se sepa, ha estado en Perú, Ecuador, EEUU, Brasil y, ahora mismo, en Filipinas, investigando y clarificando la condición de los bienes que, una vez notificados los decretos, servirán para la reparación económica de las víctimas.
Fuente: Religión Digital.
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