Archivo por meses: septiembre 2022

Dios infinito y eterno

[Visto: 493 veces]

Evangelio según San Lucas 15,1-32.
Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo.
Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos“.
Jesús les dijo entonces esta parábola: “Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido’.
Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse“.
Y les dijo también: “Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido“.
Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte“.
Jesús dijo también: “Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de herencia que me corresponde’. Y el padre les repartió sus bienes. Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa.
Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones.
Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos.
El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba.
Entonces recapacitó y dijo: ‘¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!
Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti;
ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros’.
Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó.
El joven le dijo: ‘Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo’.
Pero el padre dijo a sus servidores: ‘Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies.
Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado’. Y comenzó la fiesta.
El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza.
Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso.
El le respondió: ‘Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo’.
El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara,
pero él le respondió: ‘Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.
¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!’.
Pero el padre le dijo: ‘Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.
Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado’“.

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Hace muchos años, fui director espiritual de peregrinación a Fátima, Santiago de Compostela y Lourdes. Una de las noches, paramos en Bilbao, España. El procedimiento habitual al llegar al hotel, generalmente alrededor de las 4:30 p.m., era que media hora después de que la gente consiguiera sus llaves y se instalara en sus habitaciones, yo estaría disponible en el vestíbulo del hotel para llevar a la gente a un simple recorrido a pie por el ciudad. Sucedió que después de un largo día de viaje nadie apareció -la primera vez- para un tour a pie. Así que, con mi mapa (y alguna información útil del personal del hotel) salí por mi cuenta. Desafortunadamente, me perdí terriblemente, a pesar del mapa. Afortunadamente, pude pedir direcciones en español y logré volver al hotel para nuestra cena, con sólo unos minutos de sobra. ¡Estaba realmente perdido! No fue aterrador, pero fue desconcertante.
Pensé en la realidad de estar perdido, teniendo en cuenta que las tres parábolas que Jesús nos da en el evangelio (Lucas 15:1-32): la oveja perdida, la moneda perdida, y el hijo ‘perdido‘: son todo acerca de algo, o alguien, estar perdido y luego ser encontrado. Estoy seguro de que todos hemos tenido una experiencia de estar perdidos, y que hemos asaltado el cielo con oraciones a San Antonio cuando hemos perdido algo. No es divertido estar perdido, y no es divertido perder algo.
Consistente en cada una de las parábolas está la determinación del pastor, de la mujer y del padre de encontrar lo que se perdió. El pastor se arriesgó a sí mismo, y al resto de su rebaño, para salir y encontrar la única oveja caprichosa. La mujer, al parecer, destrozó su casa para encontrar esta valiosa moneda. Por supuesto el padre fue el más comprometido porque era el hijo que amaba. Puedo imaginar al padre, cada día, yendo al punto más alto de su tierra y mirando hacia abajo el camino que llevó a su propiedad, con la esperanza de que hoy sería el día en que su hijo llegó a casa, que hoy será el día que su hijo se daría cuenta de cómo mucho era amado, y que encontraría su camino a casa. ¡Y finalmente, lo hizo! El hijo vino con su discurso preparado de contrición, dispuesto a volver como siervo. Aunque esto parece lógico y “justo“, el padre estaba tan lleno de amor, alegría y alivio, que apenas prestó atención a las palabras de arrepentimiento de su hijo, lo abrazó y lo tomó de vuelta.
Mientras reflexionaba sobre las parábolas del evangelio, me di cuenta de que en dos de las parábolas se dieron cuenta de que estaban perdidas. El hijo sabía que estaba perdido, que se había desviado. Se dio cuenta del amor y la vida que disfrutaba con su padre, y en su estado desesperado, se sintió conmovido a la tristeza y al arrepentimiento.
En una ocasión, escuché un pensamiento muy interesante sobre la oveja perdida. A menudo vemos al buen pastor llevando la oveja perdida sobre sus hombros. Un escritor sugirió que la oveja era demasiado débil para caminar por su cuenta porque también se dio cuenta de que estaba perdida, pero su gruesa lana se enredó en espinas y a medida que las ovejas luchaban cada vez más para liberarse -para reunirse con el rebaño- que se cansa cada vez más. Las ovejas perdidas también tenían tristeza por dejar el rebaño y querían volver a la seguridad que el pastor proporcionaría.
Aquí es donde entra el papel de la oración, para venir honestamente ante Dios con nuestras vidas abiertas a Dios, pidiendo a Dios guía y dirección, iluminación y sabiduría, entendimiento y coraje. Podemos admitir que estamos perdidos -primero que nada, y sobre todo- en relación con Dios. Necesitamos reconocer que necesitamos a Dios, y su gracia. Cuando experimentamos su amor y perdón, encontramos la gracia de decir a los demás -especialmente a las personas más afectadas por nuestro pecado- que hemos estado perdidos. Como el padre del hijo pródigo, su comprensión y compasión puede sorprendernos. Pero tenemos que arriesgarnos a descubrirlo, descubrir cuánto nos aman.
Nuestra primera lectura del Libro del Éxodo (32:7-11, 13-14) nos habla sobre un pueblo que estaba perdido, los israelitas -el pueblo elegido- que “se apartaron de la forma en que Dios les señaló“. Moisés se refiere a ellos como “gente de cuello rígido“, no dispuesto a admitir que están perdidos, que vagaban. Moisés intercedió por el pueblo y Dios los perdonó. Renovó el pacto con su pueblo, y los bendijo. Estoy seguro de que muchos de ellos se sorprendieron por esta renovada vida con Dios, sintiéndose indigno de haber elegido perderse.
En la Segunda Lectura de la Primera Carta de Pablo a Timoteo (1:12-17) Pablo comparte humildemente que está perdido. Le dice a Timoteo que fue “una vez un blasfemo, un perseguidor y arrogante“. Era apasionado en encontrar a los seguidores de Jesús y perseguirlos. Pero, a través de su conversión, experimentó que el amor y la gracia de Jesús “era abundante“. Experimentó a Jesús como paciente y misericordioso. Esto, después de su conversión, se convirtió en una pasión por compartir las buenas noticias de Jesús con otros. Pablo se glorificó al ser “encontrado” por el Señor, y ya no estar perdido.
Para nosotros hoy tenemos la oportunidad de ser -como los israelitas, y San Pablo, como las ovejas perdidas, la moneda perdida y el hijo perdido- “encontrados” por el Señor Jesús. Estoy seguro de que eso es lo que todos deseamos. Pero, hay un precio a esta nueva vida. Debemos reconocer y admitir que estamos perdidos, y que ya no deseamos perdernos. Necesitamos humildad para abrirnos al Señor Jesús y permitir que él nos guíe y nos guíe. Nos perdimos por nuestra cuenta, pero te aseguro que no seremos “encontrados” solos, porque la gracia abundante de Dios es activa, agitando nuestros corazones a la tristeza y el arrepentimiento, y nos lleva a volver a casa, volver al Dios que nos ama más de lo que nunca podríamos imaginar.

Señor de los Milagros a ti venimos

[Visto: 574 veces]

Sábado 8 de octubre: Parte de la avenida Tacna, pasa por avenida Emancipación, los jirones Chancay y Conde de Superunda. Finalmente, retorna al santuario de las Nazarenas por la avenida Tacna.
Martes 18 de octubre: Parte de la avenida Tacna, transita por avenida Emancipación, jirón Cuzco, avenida Abancay, jirón Huallaga, jirón Cangallo, jirón Junín, jirón Huánuco; dobla por jirón Puno para visitar el Hospital Dos de Mayo. Prosigue por la avenida Grau, visita el Hospital Guillermo Almenara, para entrar a la avenida Iquitos hasta la parroquia Nuestra Señora de las Victorias, donde pernoctará.
Miércoles 19 de octubre: El Cristo Moreno recorre la avenida 28 de Julio, avenida Brasil, avenida 9 de Diciembre, avenida Paseo de la República, jirón Carabaya. Luego bordea la plaza San Martín para tomar la avenida Nicolás de Piérola. Finalmente, llega a la avenida Tacna para ingresar a la iglesia de las Nazarenas.
Viernes 28 de octubre: Parte de la avenida Tacna, avenida Nicolás de Piérola, jirón Cañete y avenida Alfonso Ugarte. Después ingresa al hospital Loayza, vuelve a tomar la avenida Alfonso Ugarte, jirón Pomabamba, jirón Varela, avenida Bolivia y avenida Garcilaso de la Vega. Por último, retoma la avenida Tacna para entrar a la iglesia Las Nazarenas.
Martes 1 de noviembre: En su último trayecto, el Señor de los Milagros pasa por la avenida Tacna, el jirón Callao y la avenida Emancipación. Finalmente, regresa por avenida Tacna para ingresar al convento de las Nazarenas.
Fuente: Hermandad del Señor de los Milagros.

Santísima Virgen de las Mercedes, Gran Mariscala y Patrona de las Fuerzas Armadas del Perú

Nuestra Señora de la Merced, fue proclamada patrona de las Fuerzas Armadas en 1823 por el Congreso Constituyente presidido por Francisco Javier Luna Pizarro y en 1921 se le otorgó el título de Gran Mariscala del Perú. Su día, el 24 de setiembre, es también el día de las Fuerzas Armadas en su honor.
La devoción a la Santísima Virgen se encuentra extendida a lo largo y ancho del territorio nacional: Alcaldesa Perpetua y Patrona de la ciudad de Paita.
Patrona de la provincia de Carhuaz.
Patrona de la ciudad de La Merced, Chanchamayo.
Patrona de la ciudad de Juanjuí.
Patrona de la ciudad de Juliaca.
Patrona del distrito de Paramonga.
Patrona del distrito de La Merced, Aija.
Patrona del distrito de Incahuasi, Ferreñafe.
Patrona del distrito de Chumuch, Celendín.
La devoción a la Virgen de las Mercedes trasciende fronteras y es celebrada en todo el mundo el día 24 de setiembre.
Fuente: NoticieroLibre.com

Verano sin Niño

[Visto: 531 veces]

Por Coronel FAP (r) JULIO VILLAFUERTE OSAMBELA Meteorólogo OMM- Diario Correo.
Existen dos grandes herramientas de vigilancia para el Fenómeno El Niño: las naturales, que el científico con conocimiento puede seguir y comparar debido a la recopilación histórica de su comportamiento y el creado por el hombre; y los modelos matemáticos, que dependen muchísimo de los datos, pues si estos no son buenos tienden al error.
Lamentablemente en el país, los datos no alimentan de manera correcta a los modelos internacionales, que a su vez algunas instituciones peruanas regionalizan. Sin embargo, al añadirle nuestros datos para un pronóstico de escala más pequeñas, se equivocan y generan las dudas que durante muchos años sufrimos. A la larga se convierten en indicadores generales que permiten el caos.
Entonces, existe el comportamiento histórico del calentamiento del Océano Pacifico, que es el primer síntoma para poder advertir desde este mes si llega un fenómeno El Niño como el del 1997-1998 o 1982-1983. Para bien de nosotros, eso no va a ocurrir.
Las lluvias que van a ocurrir en el norte en el próximo verano, se deberán a la estacionalidad, por lo cual ya deberíamos estar preparándonos en todos los sectores socioeconómicos a fin de no esperar las emergencias o en todo caso reducirlas. Al parecer el comportamiento del océano será como el verano del 2018, 2011, 2006 o 1989.
¿Qué podemos lograr con esto? Comparar los años de lluvias y sequias entre ellos, sacar una media y lo redundante asegurar desde ya su protección. Pero aún queda trabajo de vigilancia 24/7 para advertir lo que no está controlado y minimizar daños.
¿Es poco? ¡No! Son muchísimas vidas y millones de soles los que se salvarían. Además, nos falta vigilar el otro aportante de fenómenos meteorológicos, que es la atmosfera verde del Amazonas.

María De Coppi mártir

[Visto: 674 veces]

Asesinan a religiosa comboniana italiana en el asalto a la misión de Chipene en Mozambique

Varias religiosas, entre ellas la española Ángeles López Hernández, y dos sacerdotes lograron huir: Loris Vignandel y Lorenzo Barro

La hermana María de Coppi, religiosa comboniana, ha sido asesinada en el asalto de un grupo de terroristas islámicos a la misión de Chipene, en la diócesis de Nacala, norte de Mozambique. El ataque ha tenido lugar la noche del 6 al 7 de septiembre. La religiosa era italiana, de 84 años, y llevaba en el país desde 1963.
Según la Agencia Fides, los asaltantes han destruido las instalaciones de la misión, incluyendo la iglesia, el hospital y la escuela primaria y secundaria. La hermana María fue alcanzada por una bala en la cabeza mientras intentaba llegar al dormitorio donde estaban los pocos estudiantes que quedaban. Dos sacerdotes misioneros italianos y otras dos religiosas combonianas, entre ellas la española Ángeles López Hernández, han conseguido escapar.
Las combonianas se han puesto en marcha para llegar a Chipene y llevarse su cuerpo para enterrarlo en otra misión”, ha declarado Monseñor Inacio Saure, arzobispo de Nampula, capital de la región. Sobre la identidad de los autores del atentado, Monseñor Suare dice que “es muy probable que sean ellos los que hayan atacado la misión”.
La provincia de Nampula, junto con Cabo Delgado, es víctima de la inestabilidad provocada por la presencia de grupos terroristas vinculados al Estado Islámico. Mientras que Cabo Delgado ha sido el centro de operaciones de soldados de Ruanda y otras naciones que han venido a apoyar a los soldados mozambiqueños, la provincia de Nampula ha visto un resurgimiento de los ataques yihadistas en los últimos meses. “En realidad –dice Monseñor Saure– los grupos yihadistas siguen operando en Cabo Delgado, pero en nuestra provincia los atentados han obligado a la población a huir. No sabemos cuántas personas han buscado refugio en el bosque. Es un drama terrible y todavía difícil de cuantificar”.
La provincia de Nampula, junto con Cabo Delgado, es víctima de la inestabilidad provocada por la presencia de grupos terroristas vinculados al Estado Islámico. Mientras que Cabo Delgado ha sido el centro de operaciones de soldados de Ruanda y otras naciones que han venido a apoyar a los soldados mozambiqueños, la provincia de Nampula ha visto un resurgimiento de los ataques yihadistas en los últimos meses. “En realidad -dice Monseñor Saure- los grupos yihadistas siguen operando en Cabo Delgado, pero en nuestra provincia los atentados han obligado a la población a huir. No sabemos cuántas personas han buscado refugio en el bosque. Es un drama terrible y todavía difícil de cuantificar”.
Fuente: Agencia Fides.org y www.AyudaalaIglesiaNecesitada.org

Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica

[Visto: 553 veces]

Por Andrea GagliarducciACI Stampa.
Por primera vez, la Administración para el Patrimonio de la Sede Apostólica pública su presupuesto anual, certificando cifras, inversiones, empresas participadas e intenciones presupuestarias. Un paso hacia la transparencia financiera total. El mismo día también se anuncia el presupuesto de la Curia. Pero aún falta el presupuesto del Estado de la Ciudad del Vaticano, que no se comunica desde 2016.
Dicho esto, no se esperaban balances saneados, y de hecho tanto la APSA como la Curia romana no están exentas de la crisis dada por la pandemia, a la que intentan sobrellevar lo mejor que pueden. APSA, que gestiona el patrimonio inmobiliario de la Santa Sede y ahora también las inversiones que antes pertenecían a la Secretaría de Estado, está invirtiendo en la rehabilitación de inmuebles baldíos, para generar nuevos ingresos. La Curia romana está tratando de mantener la mayor liquidez posible, debido a la incertidumbre de la información financiera.
Llama la atención, en los estados financieros de APSA, que se destaca que “también es gracias a las rentas a precio de mercado cobradas en prestigiosas propiedades en París y Londres, que es posible otorgar un préstamo gratuito a la estructura de Caridad Apostólica como el Palacio Miglior, a tiro de piedra de la Columnata de San Pietro, para la acogida de personas sin hogar acogida por los voluntarios de la Comunidad de Sant’Egidio. Además, con la compra de un inmueble cerca del Arco del Triunfo en París, gracias a la mediación de Sopridex, el vendedor ha destinado parte de los beneficios de esta operación a la construcción de una iglesia en un suburbio parisino”.
Monseñor Nunzio Galantino, presidente de la APSA, subraya que la inversión en el Arco del Triunfo ha sido acordada con la Secretaría de Economía, con varios pedidos de aclaraciones y también el deseo de hacer una donación a la arquidiócesis de París, y destaca la bondad de la inversión. Destaca Galantino: “Precio del inmueble: 13.47 millones de euros. Precio del inmueble incluidos gastos de compra e impuestos: 14.413 millones de euros. La rentabilidad bruta actual sobre el valor en febrero de 2021: 2.87%“.
De hecho, parece una historia similar a la que llevó a la Secretaría de Estado a invertir en una propiedad de lujo en Londres, inversión que luego estuvo bajo el escrutinio de los investigadores vaticanos. ¿En qué se diferencian los dos criterios?
Para entender algo sobre los presupuestos, Vatican News ofrece dos entrevistas institucionales con el padre Juan Antonio Guerrero Alves, prefecto de la Secretaría de Economía, y con el obispo Galantino. No hay rueda de prensa, ni la posibilidad de que los periodistas hagan preguntas, como ahora se ha vuelto habitual.
Capítulo APSA. Monseñor Galantino explica que los activos de lo que puede considerarse una especie de “Banco Central del Vaticano” se dividen “en cuatro tipos de carteras: Libero Mercato (bienes inmuebles con rentas de mercado); Renta subsidiada (inmuebles destinados a empleados del Vaticano y/o jubilados en renta subsidiada); Canon nulo (propiedades utilizadas por dicasterios, altos prelados, órdenes religiosas…, gratuitamente); otras propiedades que surgieron del censo inmobiliario, sujetas a un análisis en profundidad”.
Las unidades destinadas al mercado libre son sólo el 14 por ciento. Hay 688 propiedades vacantes, pero 288 son “unidades accesorias“, mientras que hay 39 unidades para vender y 89 unidades residenciales que -explica Galantino- “vendrán reestructurado por la APSA (proyecto denominado ‘Maxilotti’) con el inicio previsto del 1er lote en enero de 2022 y la finalización total de las obras prevista para la primavera de 2023 y con el inicio de la comercialización a partir de la primavera de 2022; 43 unidades ya asignadas con contrato en proceso de formalización; 192 unidades que no pueden ser comercializadas por estar afectadas por problemas técnicos/urbanísticos/catastrales por lo que se encuentran en trámite investigaciones y amnistías por parte de las Oficinas correspondientes; 37 unidades destinadas a ser asignadas a renta cero a Altos Prelados y/o para fines institucionales”.
Tras esta obra de reestructuración, por tanto, aumentarán las unidades destinadas al mercado libre.
Entre las inversiones de APSA, también hay algunas empresas agrícolas, entregadas a la empresa agrícola San Giuseppe. Hay seis filiales de APSA, tres en Italia, una en Suiza, una en Francia y una en Inglaterra. Es un patrimonio que surge, como explica el informe, de la compensación dada por el Estado italiano con la Conciliación, y que se ha ido armonizando cada cierto tiempo, pero siempre buscando inversiones que pudieran ayudar a la Santa Sede.
Hay pérdidas en la gestión de inmuebles, porque los costes en Italia han aumentado en 3.7 millones de euros (de los cuales 2.9 millones por mantenimiento), y los ingresos derivados de los arrendamientos en Italia han disminuido en 2.2 millones de euros, mientras que los créditos se han saneado y es también es difícil recuperarlos debido al COVID. Por supuesto, los impuestos juegan un papel importante. “Para el año fiscal 2020 -dice el informe- la APSA ha pagado: €/millones 5.95 por IMU y €/millones 2.88 para IRES. De los cuales solo para APSA: €/millones 4.4 para IMU y €/millones 2.01 para IRES“.
APSA también aportó 20.6 millones para cubrir el déficit de la Curia.
Déficit cubierto también en parte por el Obolo de San Pedro, que este año aportaron 50 millones de euros (en 2019 fueron 66 millones de euros, en 2018 hasta 74). El año pasado la Curia tuvo un déficit de 11.1 millones, mientras que este año es de 66.3 millones. “Mejor de lo que esperábamos“, dijo el padre Guerrero a Vatican News, que incluso llegó a esperar un déficit de 82 millones de euros.
Los gastos se redujeron en 3.3 millones de euros, incluidas las cargas financieras.
Sin cargos, los gastos disminuyeron en casi 26 millones de euros, considerando 6.7 millones de gastos extraordinarios relacionados con el COVID.
Los sectores comerciales se vieron afectados, desde los Museos de la Santa Sede y las catacumbas, hasta la oficina de viajes conectada a la APSA. Los ingresos inmobiliarios también disminuyen, con menores ingresos de 32.1 millones de euros y mayores gastos de 19.7 millones de euros.
En general, se habla de un presupuesto de 248.4 millones de euros, 58.5 millones menos que en 2019.
Curiosamente, la mayor parte del presupuesto se destina a la denominada “Difusión del Mensaje”, que tiene un impacto de 48 millones de euros en el presupuesto de 2020 (51 millones en 2021). La “difusión del mensaje” incluye los gastos del Departamento de Comunicación, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, el Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales y la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.
Por tanto, se gastaron 39 millones en las nunciaturas (43 millones en 2019); 40 millones en apoyo de iglesias locales locales; 26 millones en donaciones y aportes (19 millones en 2019); 14 millones en patrimonio histórico; 18 millones de organización en la vida eclesiástica; 9 millones de instituciones académicas; 4 millones para desarrollo humano; 4 millones en educación, ciencia y cultura; 4 millones en vida y familia.

Praedicate Evangelium

[Visto: 455 veces]

Por Sandro Magister- Settimo Cielo Blog L’Espresso.
Quien da la voz de alarma es Alberto Melloni, un historiador de la Iglesia marcadamente progresista y coautor de la más monumental historia del Vaticano II publicada hasta la fecha. Pero no es el único. Dos cardenales de primera magnitud y muy versados en teología, como el alemán Walter Kasper y el canadiense Marc Ouellet, que tampoco son clasificables entre los conservadores, también han llamado la atención sobre el peligro de anular una de las conquistas del Concilio Vaticano II.
El punto en cuestión está en el párrafo en el que “Praedicate Evangelium”, la Constitución apostólica firmada por el papa Francisco que reformó la curia y que entró en vigor el pasado Pentecostés, establece que “cualquier fiel puede presidir un dicasterio u organismo curial” si el Papa le otorga el poder para hacerlo.
Pero esto es precisamente lo que sucedió en la Iglesia durante muchos siglos, cuando se separaron las potestades de orden, es decir, las que derivan del sacramento de la ordenación episcopal, y las potestades de jurisdicción, por ejemplo, atribuyendo a las abadesas una autoridad de gobierno igual a la de un obispo, o asignando una diócesis a un cardenal que no había sido ordenado obispo ni sacerdote.
A lo largo del primer milenio no se conocieron estas “aberraciones”. Y es a la tradición original a la que el Concilio Vaticano II ha querido volver, en la Constitución dogmática sobre la Iglesia “Lumen Gentium”, retomando la conciencia de la naturaleza sacramental, antes que jurisdiccional, del episcopado y de los poderes a él vinculados, no sólo los de santificar y enseñar, sino también el de gobernar.
Las votaciones clave sobre estos puntos en el Concilio tuvieron lugar en septiembre de 1964. Y los opositores fueron poco más de 300 respecto a unos 3,000. Pero hoy, con la nueva curia reformada por el Papa Francisco, los que ganan son nuevamente los primeros.
Para ilustrar las nuevas reglas de la curia a los cardenales que las discutirán el 29 y 30 de agosto en el consistorio, está el informe que Marco Mellino –obispo secretario del consejo restringido de cardenales que elaboró la reforma con el Papa– presentó el 9 de mayo pasado a los dirigentes curiales reunidos, publicado el 9 de agosto en “L’Osservatore Romano”.
En ese informe, Mellino escribe sin rodeos que también el Código de Derecho Canónico, en los cánones 129§1 y 274§1, debe interpretarse según las nuevas normas, “según las cuales la potestad de gobierno no se da con el Orden Sagrado, sino por la provisión canónica de un oficio”, por tanto, también a simples bautizados.
Exactamente como ya había explicado el 21 de marzo de 2022 al presentar a la prensa “Praedicate Evangelium” el jesuita Gianfranco Ghirlanda, canonista principal del papa Francisco y ahora nombrado cardenal por él, verdadero autor de toda la reforma:
Si el prefecto y el secretario de un dicasterio son obispos, esto no debe llevar a pensar que su autoridad proviene del rango jerárquico que han recibido, como si actuaran con un poder propio, y no con el poder vicario que les confiere el Romano Pontífice. El poder vicario para ejercer un oficio es el mismo si se recibe de un obispo, de un presbítero, de un consagrado o de un laico”.
Pero dejemos la palabra a los cardenales Ouellet y Kasper.
Del primero, que es prefecto del Dicasterio para los Obispos, se reproduce a continuación la parte inicial de su ensayo “La reforma de la Curia Romana en el ámbito de los fundamentos del derecho en la Iglesia”, publicado en “L’Osservatore Romano” el 20 de julio de 2022.
Ouellet describe allí claramente el estado de la cuestión, con el nítido contraste entre las grandes escuelas canónicas de Eugenio Corecco y Klaus Mörsdorf, en línea con el Concilio Vaticano II, y la posición anticonciliar y “positivista” del padre Ghirlanda y la escuela jesuita actual.
Pero su ensayo debe ser leído en su totalidad, porque Ouellet desarrolla en él una refinada reflexión “que podría ayudar a desentrañar esta cuestión a la luz de una eclesiología trinitaria y sacramental”, y además llega “sutilmente” a una propuesta para reescribir el controvertido canon 129 del Código de Derecho Canónico.
En cuanto al cardenal Kasper, quien fue presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, el texto que reproducimos aquí es un breve extracto de su prefacio al volumen del canonista Giuseppe Sciacca, ex secretario del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, “Nodi di una giustizia. Problemi aperti del diritto canonico”, publicado por Il Mulino en 2022.
UNA REVOLUCIÓN COPERNICANA EN EL GOBIERNO DE LA IGLESIA
Por Marc Ouellet
La reserva de fondo que aflora, al evaluar la Constitución “Praedicate Evangelium”, se refiere a la decisión de integrar a los laicos en el gobierno de la curia, lo que significaría resolver de hecho una muy antigua controversia en la historia de la Iglesia, a saber, si el poder de gobierno está necesariamente vinculado o no al sacramento del Orden.
Praedicate Evangelium” asumiría implícitamente la opción de no considerar el sacramento del Orden como el origen del “poder de jurisdicción”, sino de atribuirlo exclusivamente a la “missio canonica” otorgada por el Papa, que conferiría así una delegación de sus propios poderes a cualquiera que ejerza una función de gobierno en la curia romana, ya sea un cardenal, un obispo, un diácono o un laico.
Algunos juristas señalan que esta posición representa una revolución copernicana en el gobierno de la Iglesia, que no estaría en continuidad o incluso iría en contra del desarrollo eclesiológico del Concilio Vaticano II. De hecho, éste planteó el tema de la sacramentalidad del episcopado y de la colegialidad, pero sin resolver del todo la cuestión del origen de la “sacra potestas”.
Los expertos en Derecho Canónico debaten desde hace siglos para entender cuál es el origen de esta “sacra potestas” que determina la estructura jerárquica de la Iglesia y su modo de gobernar al pueblo de Dios. ¿Se trata de una voluntad divina (inmediata) inscrita en el sacramento del Orden que funda los poderes para santificar, enseñar y gobernar, o se trata más bien de una determinación de la Iglesia (mediada), conferida al sucesor de Pedro en virtud de su mandato de pastor universal con la asistencia especial del Espíritu Santo?
La historia aporta elementos que pueden interpretarse a favor de una u otra posición. La tendencia a separar las potestades de orden y de jurisdicción se basa en muchas disposiciones papales del pasado, que han avalado actos de gobierno sin la potestad de orden, por ejemplo, el gobierno de algunas abadesas desde la Edad Media hasta los tiempos modernos, algunos obispos que han gobernado diócesis sin haber sido ordenados, o también algunas licencias concedidas por el Papa a simples sacerdotes para ordenar a otros sacerdotes sin ser obispos, etc.; se podría alargar la lista de hechos que muestran cómo la potestad de gobierno no depende intrínsecamente de la potestad de orden, sino de otra fuente, que luego se identifica con la “missio canonica” conferida por el Papa.
La escuela canonista de Eugenio Corecco (1931-1995) y los canonistas de Múnich interpretaron algunos de estos hechos como casos límite o aberraciones (¡obispo no ordenado!) y se esforzaron por demostrar la lenta toma de conciencia por parte de la Iglesia de la naturaleza sacramental del episcopado y de los poderes relacionados con él (“Lumen Gentium”, n. 21). De ahí el esfuerzo del Concilio Vaticano II por arraigar explícitamente las potestades de santificar, enseñar y gobernar en la potestad de orden, dejando abierta a la discusión de los expertos la cuestión del fundamento de la distinción y de la unidad de la potestad de orden y jurisdicción.
¿La nueva constitución iría más allá del canon 129§2 del Código de Derecho Canónico, que dice: “En el ejercicio de la misma potestad [de jurisdicción], los fieles laicos pueden cooperar a tenor del derecho”? ¿Cómo se pueden conciliar los acontecimientos históricos con el derecho actual, que refleja la nueva conciencia sacramental de la Iglesia? En un sentido más amplio, ¿cómo explicar teológicamente el fundamento de la unidad de estos dos poderes, reconociendo al mismo tiempo su distinción y complementariedad operativa?
Si se siguen las tesis de Corecco, la posición del padre Gianfranco Ghirlanda y de la actual escuela jesuita sería positivista y no incorporaría los avances del Concilio Vaticano II. Afirmaría la unidad de la “sacra potestas” y, por tanto, la raíz sacramental del “tria munera” de santificar, enseñar y gobernar. ¿Qué agregaría entonces la “missio canonica” a la potestad de orden, si ésta ya contenía el fundamento de la jurisdicción?
La contribución de Klaus Mörsdorf (1909-1989), el gran maestro de la escuela de Múnich, radica en haber afirmado que el sacramento del Orden confiere ya el fundamento de la idoneidad para los “tria munera”, aunque la “missio canonica” le añada la inserción efectiva en el colegio de los obispos mediante el encargo simultáneo de la responsabilidad de una Iglesia particular.
Más que nadie, Mörsdorf ha reflexionado, estudiado y publicado sobre esta cuestión, que en su opinión merece especial atención para evitar derivaciones cismáticas. Se cuida en distinguir sin separar los dos poderes, que están intrínsecamente unidos en la identidad sacramental del obispo dedicado a una comunidad particular. Reconoce, sin embargo, que aún faltan investigaciones multidisciplinares -históricas, dogmáticas, sacramentales, canónicas- para dar cuenta del fundamento de esta múltiple y a la vez única “sacra potestas”.
CON CONSECUENCIAS NO SIEMPRE FELICES
Por Walter Kasper
El área principal en la Iglesia y Derecho se encuentran es la naturaleza sacramental de la Iglesia. […] El primer milenio mantuvo el arraigo sacramental del ordenamiento jurídico; sólo en el segundo milenio se verificó una coexistencia y un dualismo entre la autoridad conferida sacramentalmente por la ordenación y la autoridad de dirección o jurisdicción conferida por mandato. Así, el Derecho pudo desligarse de la vida sacramental de la Iglesia y también pudo desarrollarse en una cierta vida propia con consecuencias no siempre felices. […]
El Concilio Vaticano II tiende a reconectar las dos áreas y a unir las dos potestades, “ordo” e “iurisdictio”, en la única “sacra potestas”, la que se confiere, en su plenitud, en la ordenación episcopal, que, naturalmente, sólo puede ejercerse en la comunión jerárquica con la Cabeza y los miembros del colegio episcopal (“Lumen Gentium”, n. 21). La “sacra potestas” no es un fin en sí mismo, sino que está al servicio de la edificación de la Iglesia, del bien de todo el Cuerpo de Cristo y de la cooperación libre y ordenada de todos los miembros (“Lumen Gentium”, n. 18). Este carácter de servicio está ya en “Lumen Gentium” n. 8, establecido cristológica y soteriológicamente, y es reafirmado claramente en los documentos del Concilio.
La “sacra potestas” no tiene que ver con el poder, ni con la justa distribución del poder y la distribución proporcional del mismo. Se trata del ejercicio del triple ministerio de la proclamación, de la celebración y administración de los sacramentos y del ministerio pastoral del gobierno de la Iglesia. Deben hacerse en nombre de Cristo, lo que al mismo tiempo significa a la manera y según el ejemplo de Cristo. Así, la pirámide jerárquica se invierte. La cima está en la base, el oficio jerárquico debe hacerse servicio y el Papa es el siervo de los siervos de Dios (Mc 9, 35; 10, 43; Jn 13, 15 y ss.; 1P 5, 3). Por el contrario, los que aspiran al cargo eclesiástico para compartir el poder cabalgan montados en un caballo muerto.

Cardenal Walter Brandmüller

[Visto: 552 veces]

El Papa Francisco y los Cardenales. Foto: Alessandro Sardo
Por Sandro Magister- Settimo Cielo Blog L’Espresso.
Con los nuevos cardenales que el papa Francisco tiene “in pectore”, aumentará el número de los que elegirán a su sucesor, pero no mejorará en absoluto la calidad del colegio cardenalicio, cada vez más fragmentado, disperso geográficamente, lleno de personas que se desconocen entre sí y que ya no están acostumbradas a reunirse en consistorio desde febrero de 2014.
No es de extrañar, por tanto, que las conjeturas sobre el resultado de un futuro cónclave vayan acompañadas de propuestas para reformar el sistema de elección del papa.
Brandmüller propone que el cónclave designado para elegir al sucesor de Pedro se corresponda mejor con sus orígenes históricos y sus fundamentos teológicos. El papa es ante todo el obispo de Roma y, por tanto, debe ser elegido por un colegio de cardenales verdaderamente “romanos”. Pero también es el pastor supremo de la Iglesia universal y, por tanto, el círculo de posibles electores debe ampliarse para incluir a los obispos de toda la Iglesia.
Menos electores y más elegibles. En pocas palabras, esta es la propuesta. Un cónclave más delgado y romano y un grupo de candidatos más amplio y universal.
Con una limitación, sin embargo, de los elegibles a aquellos que ya han vivido en Roma durante al menos algunos años, con un papel importante en la curia romana.
Esta limitación puede parecer reductora, si no irritante, para algunos. Brandmüller explica por qué. En cualquier caso, no está lejos de la realidad. Haber ocupado cargos en la curia romana es un requisito para casi todos los papas del último siglo: Benedicto XV, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Benedicto XVI. Así como algunos de los papas sobre los que se rumorea hoy: los cardenales Luis Antonio Gokim Tagle, Marc Ouellet, Pietro Parolin…
Démosle la palabra al cardenal Brandmüller. ¡Buena lectura!

El problema de tantos cardenales que no se conocen y deben elegir un Papa

El cardenal Walter Brandmüller fue el Presidente de la Pontificia Comisión de Ciencias Históricas de la Santa Sede y elevado con el título cardenalicio por parte del Papa Benedicto XVI. Desde la discreción de su casa salta a la palestra de la discusión un tema que hasta ahora está pasando desapercibido: la actual legislación sobre el Colegio Cardenalicio y las dificultades que actualmente presenta dada las características verdaderamente globales de los cardenales, muchos de los cuales ni se conocen y sin embargo tienen en su voto el destino del futuro de la Iglesia, al menos por lo que toca a su dirección cuando el Papa actual ya no esté.
Ofrecemos a continuación el texto íntegro del pensamiento del Cardenal Walter Brandmüller. Tiene la riqueza de no sólo identificar problemas sino de también plantear soluciones:
La elección del Papa en la tensión entre el centro y la periferia. Una propuesta
Por Cardenal Walter Brandmüller
En una Iglesia que, como católica, abarca todo el mundo, la tensión entre el centro romano y la periferia geográfica se activa de manera especial cuando hay que elegir a un papa. Esto se debe a que, como sucesor de Pedro, el papa es tanto obispo de Roma como pastor supremo de la Iglesia universal.
Después de que en el año 1059, bajo el papa Nicolás II, la elección del pontífice quedara reservada a los cardenales romanos, los abades y obispos de las sedes importantes de Europa fueron a menudo elevados al título de cardenal y, por ende, a electores. La situación siguió siendo la misma incluso después de la gran expansión misionera en el Nuevo Mundo iniciada en el siglo XV, hasta que Pío IX y León XIII confirieron la púrpura cardenalicia, respectivamente, al arzobispo John McCloskey de Nueva York en 1875 y al arzobispo Joaquim Arcoverde de Albuquerque Cavalcanti de Río de Janeiro en 1905.
Estos dos nombramientos desencadenaron un proceso que condujo a un aumento significativo del número de cardenales, fijado previamente en 70 por Sixto V. De hecho, marcaron el inicio de la internacionalización del sagrado colegio, que con el papa Francisco ha ido aún más hacia la periferia de la Iglesia, hasta el punto de contar ahora con treinta cardenales de Asia y Oceanía. En cambio, los titulares de algunas sedes cardenalicias europeas tradicionales como Milán, Turín, Venecia, Nápoles, Palermo y París han permanecido sin la púrpura. Sería útil investigar -también por razones eclesiológicas- las motivaciones e intenciones de la maniobra antieuropea que aquí se evidencia.
Juan Pablo II aumentó el número de cardenales con derecho a voto en el cónclave a 120. Este aumento pretendía, y pretende, expresar la extensión geográfica de la Iglesia también a través del número y los países de origen de los cardenales electores. Sin embargo, uno de los efectos es que los 120 electores, en la medida en que provienen de la periferia, a menudo se reúnen por primera vez en los consistorios que preceden al cónclave y, por consiguiente, conocen poco o nada al colegio cardenalicio y, por ende, a los candidatos, incumpliendo así un requisito fundamental para votar responsablemente en el cónclave.
A ello se añade la evidente tensión entre el centro romano, es decir, la curia papal, y las iglesias locales, que a veces se vive de forma muy emocional y tiene cierta influencia en el voto.
Estas observaciones plantean una serie de cuestiones sobre el diseño y la estructura del colegio cardenalicio, que también afectan a los electores y a los elegibles al papado. A continuación intentaré dar algunas respuestas a estas preguntas, con una mirada a la historia.
I. El colegio cardenalicio tiene su origen en el clero de la ciudad de Roma, formado por los obispos de las diócesis suburbanas adyacentes, los presbíteros de los «tituli» romanos y los diáconos de las diaconías de la ciudad. Tras las turbulencias del «saeculum obscurum», el papa Nicolás II estableció por primera vez las normas legales para la elección del pontífice en su bula «In nomine Domini» de 1059. Según estas disposiciones, los cardenales obispos, tras consultar a los cardenales presbíteros y a los cardenales diáconos, elegían al papa, tras lo cual el resto del clero, junto con el pueblo, lo aprobaba por aclamación.
El hecho de que el ministerio papal esté vinculado a la sede episcopal de Roma se debe a que el primero de los apóstoles sufrió el martirio y fue enterrado allí. Pero el hecho de que Pedro trabajara en Roma, sufriera allí el martirio y fuera enterrado allí no es simplemente el resultado de la casualidad. La mirada del creyente discierne en ello la mano de la divina Providencia. En cualquier caso, el martirio y la sepultura de Pedro en Roma tienen una importancia teológica constitutiva. Ya estaba convencido de ello el obispo mártir Ignacio de Antioquía, que en su discutida y controvertida carta a la Iglesia de Roma, entre los siglos I y II, escribió que la Iglesia de Roma preside el «agápe», palabra que debería traducirse correctamente como «Iglesia», como demuestra el uso de la misma palabra en otras cartas de Ignacio, cuando, por ejemplo, escribe: «Os saluda el ‘agápe’ de…», seguido del nombre de la ciudad. Sin embargo, aquí «agápe» se escribe sin nombre de ciudad, definiendo así a la Iglesia en general, que la comunidad de Roma preside.
Asimismo, San Ireneo de Lyon, hacia el año 200, atribuía a la Iglesia de Roma, por el hecho de haber sido fundada por Pedro y Pablo, una «potentior principalitas», es decir, una fuerte preeminencia. En resumen: el vínculo entre el ministerio petrino y la ciudad de la tumba de los apóstoles -no como capital del imperio- es una convicción original de la Iglesia y nunca fue cuestionada hasta el siglo XVI.
Por consiguiente, el colegio cardenalicio hunde sus raíces en el clero de la ciudad de Roma y por ello, a partir de Nicolás II, elige al obispo de Roma que también es, al mismo tiempo, pastor supremo de toda la Iglesia.
Hasta ahora, los papas siempre han tratado de cumplir estos requisitos históricos asignando a los nuevos cardenales de los distintos continentes una iglesia romana titular e incardinándolos así en el clero de la ciudad de Roma. Las sedes episcopales importantes de todo el mundo están así más vinculadas al centro. Sin embargo, esta pretensión ritual no sería en absoluto necesaria para este fin, ya que la imposición del palio por parte del papa a los titulares de las sedes metropolitanas de todo el mundo ya expresa suficientemente el vínculo con Roma y la unidad de la Iglesia universal.
II. Se trata, pues, de armonizar de forma ponderada los dos aspectos del ministerio petrino, el de la Iglesia local y el de la Iglesia universal, también en el modo en que se produce la elección del papa. Un punto de partida para la reflexión en este sentido podría ser la consideración de que el derecho de voto y la elegibilidad, es decir, el derecho a votar y a presentarse a las elecciones, no van necesariamente unidos.
Según las normas actuales, los cardenales pierden su derecho de voto activo cuando cumplen 80 años, pero curiosamente no su derecho de voto pasivo. Además, hasta ahora casi nunca ha ocurrido que alguien que no sea cardenal sea elegido papa. La última vez fue en 1378, con la elección del arzobispo de Bari Bartolomeo Prignano, que eligió el nombre de Urbano VI.
Hay que preguntarse también cómo se puede resolver adecuadamente la tensión entre el centro y la periferia en la forma de elegir al papa.
En primer lugar, hay que recordar que el papa no es «también» obispo de Roma, sino lo contrario: el obispo de Roma es también papa. Por consiguiente, al elegirlo se elige al sucesor de Pedro en la cátedra romana. Y esto implica que la elección es originalmente responsabilidad del clero y del pueblo de Roma.
III. Sin embargo, la elección del papa también concierne a toda la Iglesia. Y es evidente que en la conciencia general, antes y durante un cónclave, el carácter universal del ministerio petrino tiene más peso que las necesidades e intereses de la Iglesia romana local. De ello se deduce que los papas consideran casi secundarias sus funciones como obispos de Roma, delegando en un cardenal vicario, es decir, en el titular de la basílica de San Juan de Letrán -la catedral del papa-, el desempeño de sus funciones episcopales.
Para reflejar de manera especial el aspecto universal del ministerio petrino se ha propuesto conceder el derecho de voto en los cónclaves a los presidentes de las conferencias episcopales nacionales. Pero hay que subrayar que las conferencias episcopales no son en absoluto un elemento estructural de la Iglesia y que tal solución no correspondería a las exigencias del vínculo entre la Sede de Pedro y la ciudad de Roma. Por tanto, la solución al problema no se encuentra en ningún tipo de ampliación del derecho de voto en los cónclaves.
En cambio, podría encontrarse en la mencionada disociación de los derechos de voto activo y pasivo, reservando en la práctica el derecho de voto a un colegio cardenalicio muy racionalizado y verdaderamente romano, al tiempo que se amplía el círculo de elegibles de la Iglesia universal. Este método también tendría la ventaja de que ya no sería tan fácil para un papa influir en la elección de su sucesor creando cardenales de forma selectiva.
Por supuesto, el círculo de candidatos elegibles no debe incluir a todo el cuerpo episcopal. Sería necesario formular criterios objetivos e institucionales de elegibilidad, para limitar el círculo de los elegibles de manera sensata. Uno de estos criterios debe ser que el candidato haya ocupado un alto cargo en la curia romana durante al menos cinco años. Esto garantizaría a los votantes un conocimiento previo de los candidatos a través de relaciones personales, y a los candidatos una experiencia directa de las estructuras, procedimientos y problemas de la curia romana. Esto limitaría el círculo de candidatos, pero al mismo tiempo tendría en cuenta el aspecto universal del primado petrino. La necesidad de tener un conocimiento y una experiencia más que superficiales de la curia romana es evidente si se tienen en cuenta las tareas de los cardenales indicadas por los cánones 349, 353 y 356 del Código de Derecho Canónico, a saber, asistir al papa, solo o en consistorio, con palabras y obras.
En cuanto al número de electores, no sería difícil reducirlo, pues ya no tendría que ser una amplia representación de la Iglesia universal, lo que ya estaría garantizado por la disposición relativa a los elegibles. Se podría volver fácilmente por debajo del número de 70 electores fijado por Sixto V.
De hecho, es demasiado evidente que el número actual de 120 cardenales electores, muchos de los cuales, si no la mayoría, no tienen experiencia en Roma, plantea varios problemas. Para un colegio que prefiere hacer cardenales a los titulares de las diócesis de la periferia, es prácticamente imposible realizar adecuadamente las tareas mencionadas, incluso en las condiciones que permiten las modernas técnicas de comunicación.
También hay que tener en cuenta que, en determinadas circunstancias, puede ser difícil o incluso imposible para algunos electores viajar a Roma. Dificultades similares a las que impidieron la participación de los obispos de los países comunistas en el Concilio Vaticano II podrían impedir la participación de cardenales en un futuro cónclave. Las catástrofes naturales, como las erupciones volcánicas, los tsunamis o las epidemias, así como la agitación política o las guerras, también podrían imposibilitar la llegada a tiempo de los cardenales de la «periferia» a Roma. Por estas y otras razones similares, dado el gran número de cardenales con derecho a voto y al mismo tiempo la obligación de participar, la elección realizada por un colegio «incompleto» podría ser impugnada, con grave peligro para la unidad de la Iglesia.
Ante la posibilidad de una tal hipótesis, debería haberse al menos planteado y definido la cuestión del posible «quórum» para una votación válida. Si por el contrario los electores ya estuvieran presentes en el lugar a fin de poder formar parte de una circunscripción verdaderamente romana, no habría que temer tal escenario.
En definitiva, dada la actual composición del colegio cardenalicio, en el que la mayoría de los electores están dispersos geográficamente, no se conocen entre sí y saben aún menos de las necesidades reales del ministerio petrino, falta un requisito esencial para una votación responsable. Con una consecuencia muy insidiosa.
En un colegio electoral de este tipo todo acaba dependiendo de aquellos líderes de opinión, internos y externos, que consiguen dar a conocer a su candidato elegido entre los menos informados y movilizar el apoyo hacia él. Esto lleva a la formación de bloques, donde los votos individuales son como apoderados en blanco concedidos a los «grandes electores» que toman la iniciativa. Estos comportamientos siguen reglas y mecanismos estudiados en sociología. En cambio, la elección del papa, sucesor del apóstol Pedro, pastor supremo de la Iglesia de Dios, es un acontecimiento religioso para el que deberían aplicarse reglas propias.
El hecho de que en este contexto fluya dinero más o menos abundante desde la rica Europa hacia regiones del mundo que son más pobres, de modo que sus cardenales electores en el cónclave se sientan obligados al donante, es una realidad conocida, aunque moralmente reprobable. Es posible que estas consideraciones hayan impulsado a Juan Pablo II a mantener en vigor la excomunión contra estas formas modernas de simonía. Sin embargo, al mismo tiempo, ese papa declaró igualmente válida una elección que tuviera lugar de este modo, para garantizar la seguridad jurídica y, por tanto, la unidad de la Iglesia («Universi dominici gregis», n. 78).
Las reflexiones aquí expuestas pretenden poner de manifiesto con mayor claridad, también en el modo en que se produce la elección, el carácter sagrado del ministerio papal, instituido de manera constitutiva en la Iglesia de Jesucristo, que no debe olvidar que está «en» el mundo, pero no es «del» mundo.

Brandmüller en el Consistorio: el Papa quiere cerrar la boca a los cardenales

Estas son algunas líneas autógrafas de la intervención preparada por el cardenal Walter Brandmüller para el Consistorio del 29 y 30 de agosto y que no le permitieron pronunciar, publicada íntegramente en esta página de Settimo Cielo.
El Consistorio reunió a los cardenales con el papa Francisco. Fue a puertas cerradas, pero sobre todo se fragmentó, a instancias del Papa, en grupos lingüísticos, impidiendo con ello el diálogo directo entre todos, como de hecho ocurrió en el último Consistorio en plena regla convocado por Francisco en febrero de 2014, ante el Sínodo sobre la familia y la “vexata quaestio” de la Comunión a los divorciados vueltos a casar, un Consistorio que se mostró tan franco en sus críticas al planteamiento deseado por el Papa que le llevó a cancelar a partir de allí en adelante las convocatorias de los cardenales, igualmente libres y abiertas a la escucha.
Brandmüller, alemán de 93 años, historiador eclesiástico de toda la vida y presidente entre 1998 y 2009 del Pontificio Comité para las Ciencias Históricas, no es ajeno a las propuestas sobre el rol de los cardenales en la Iglesia Católica. Hace menos de un año ya había planteado en Settimo Cielo una hipótesis de reforma de la elección de los Papas que consideraba más acorde con los orígenes históricos y los fundamentos teológicos del cardenalato.
Pero en este Consistorio la intervención que él preparó apuntó sobre todo a la relación que debía unir a los cardenales con el Papa, que de hecho fueron amordazados por él, en contraposición a lo que debía suceder, ante todo sobre las verdades de fe y de moral:
NO SILENCIO IMPUESTO, SINO “APERITIO ORIS
La intervención del cardenal Walter Brandmüller para el Consistorio del 29-30 agosto de 2022
La convocatoria de un consistorio después de tanto tiempo motiva una reflexión sobre la naturaleza y la tarea del cardenalato, especialmente en las circunstancias actuales. También hay que resaltar que los cardenales no son sólo miembros del cónclave para la elección del sumo pontífice.
Las verdaderas tareas de los cardenales, independientemente de su edad, están formulados en los cánones 349 y siguientes del Código de Derecho Canónico. Allí leemos: “los cardenales asisten al Romano Pontífice tanto colegialmente, cuando son convocados para tratar juntos asuntos de mayor importancia, como personalmente, a través de los diversos oficios que desempeñan, ayudando al Papa sobre todo en el gobierno diario de la Iglesia universal”. Y “asisten al Pastor supremo de la Iglesia especialmente en los Consistorios” (Canon 353).
Esta función de los cardenales encontró en la antigüedad su expresión simbólica y ceremonial en el rito de la “aperitio oris”, la apertura de la boca. De hecho, significaba el deber de pronunciar con franqueza la propia convicción, el propio consejo, especialmente en el consistorio. Esa franqueza -el papa Francisco habla de “parresía”- que era especialmente querida por el apóstol Pablo.
Pero ahora, lamentablemente, esa franqueza es sustituida por un silencio extraño. Esa otra ceremonia, la del cierre de la boca, que seguía a la “aperitio oris”, no se refería a las verdades de fe y de moral, sino a los secretos del oficio.
Sin embargo, hoy deberíamos subrayar el derecho, más bien el deber, de los cardenales de expresarse con claridad y franqueza precisamente cuando se trata de las verdades de fe y de moral, el “bonum commune” de la Iglesia.
La experiencia de los últimos años ha sido muy diferente. En los consistorios -convocados casi sólo para las causas de los santos- se repartían tarjetas para pedir la palabra y se sucedían las intervenciones obviamente espontáneas sobre cualquier tema, y eso era todo. Nunca hubo un debate, un intercambio de argumentos sobre un tema concreto. Obviamente, un procedimiento completamente inútil.
Una sugerencia presentada al cardenal decano de comunicar con antelación un tema para debatir y así poder preparar posibles intervenciones quedó sin respuesta. En resumen, los consistorios desde al menos hace ocho años terminaron sin ninguna forma de diálogo.
Pero el primado del sucesor de Pedro no excluye en absoluto un diálogo fraterno con los cardenales, quienes “tienen el deber de cooperar diligentemente con el Romano Pontífice” (canon 356). Cuanto más graves y urgentes son los problemas de gobierno pastoral, más necesario es el involucramiento del Colegio Cardenalicio.
Cuando Celestino V, dándose cuenta de las especiales circunstancias de su elección quiso renunciar al papado en 1294, lo hizo después de intensas conversaciones y con el consentimiento de sus electores.
Una concepción totalmente diferente de las relaciones entre el Papa y los cardenales fue la de Benedicto XVI, quien -un caso único en la historia- renunció al papado por razones personales, sin el conocimiento del colegio de cardenales que lo había elegido.
Hasta Pablo VI, que aumentó el número de electores a 120, sólo había 70 electores. Este aumento del colegio electoral a casi el doble estuvo motivado por la intención de atender a la jerarquía de los países que estaban lejos de Roma y honrar a esas Iglesias con la púrpura romana.
La consecuencia inevitable fue que se crearon cardenales que no tenían experiencia de la Curia romana y, por tanto, de los problemas del gobierno pastoral de la Iglesia universal.
Todo esto tiene consecuencias graves, cuando estos cardenales de las periferias son llamados a la elección de un nuevo Papa.
Muchos, si no la mayoría de los electores, no se conocen personalmente. Sin embargo, están allí para elegir entre uno de ellos al Papa. Es claro que esta situación facilita las operaciones de los grupos o clases de cardenales para favorecer a uno de sus candidatos. En esta situación, no se puede excluir el peligro de simonía en sus diversas formas.
Para terminar, me parece que merece una seria reflexión la idea de limitar el derecho de voto en el cónclave, por ejemplo, a los cardenales residentes en Roma, mientras que los demás, también cardenales, podrían compartir el “estatus” de cardenales mayores de 80 años.
En definitiva, parece deseable que se actualice el oficio y la competencia del Colegio de Cardenales.

El camarada Aníbal

[Visto: 783 veces]

Por Mariella Balbi- Diario EXPRESO.
Resulta erróneo pensar que Pedro Castillo no tiene un plan para gobernar y es un improvisado. Su ignorancia para administrar el país es supina, nadie lo duda. Pero en sus propósitos esto no cuenta. Hoy por hoy podemos ver claramente lo que pretende. 1) Arruinar la minería. 2) Comerse, como el lobo feroz, a la Derrama Magisterial y monopolizar el magisterio a la mala. 3) Destruir a la Policía y al orden legal institucional que lo vigila e investiga.
Estos objetivos se asemejan a los enarbolados por el Movadef, donde Castillo es un cuadro medio pero importante.
La corrupción organizada con familiares y ministros es el aderezo del macabro proyecto político. Sendero extorsionó a medio país con sus cupos vía el terror, creó academias universitarias, pingüe fuente de ingresos. Además, cada militante costeaba sus gastos. Hay fuertes indicios de que actualmente cuenta con una universidad y un colegio. ¿Dónde está la guita? Aún es un misterio.
¿Por qué roba Castillo de manera tan voraz? En parte por la sensualidad frente al dinero y también para su proyecto político. No tendrá sesera, pero el mandatario llegó a Palacio para no salir nunca más. En ese camino ha buscado aliados que sean consonantes con sus fines senderistas. Aníbal Torres -quien funge de premier- es fundamental para este régimen. Siendo chotano, sigue el modus operandi ladrón del gobernante: su familia realiza con desvergüenza negocios indebidos con el Estado.
Torres transmite el discurso ideológico del Movadef por donde va. El odio de clase, enfrentar a ricos y pobres, ‘denunciar’ al Estado burgués y sus abusos contra la gente humilde. A los medios de comunicación, especialmente a quienes le siguen los pasos a Castillo, a su organización criminal y al propio Premier. Por supuesto, al Congreso, a la Fiscalía y al sistema judicial imperante, obstruyendo las investigaciones. Un camarada por donde se lo mire. El otro yo del mandatario, al que defiende hasta la estulticia.
Las Bambas está cada vez más asediada por la minería informal. Seguirá, no hay freno. Castillo compró al Congreso para impedir su vacancia, y se apoya en ello. Afortunadamente, este ha reaccionado contra la desintegración de la Policía, estableciendo un periodo de dos años para la permanencia de su comandante general. Limita el atropello, aunque el sector policial está severamente dañado.
Asimismo, el Parlamento derogó el decreto supremo que pretendía arrasar con la Derrama Magisterial, saqueándola para protervos intereses senderistas. Castillo -siguiendo el pensamiento Gonzalo- busca tener su base social más importante en el magisterio. Recibe en Palacio a gente del Movadef ligada a la docencia. Insiste en empoderar a la Fenatep-Movadef frente al Sutep y liquidarlo. El ministro de Educación debería ser interpelado por dar cabida en el sector a un sindicato de profesores extremistas que anhelan intoxicar a los estudiantes con una ideología antisistema.
La fiscal de la Nación, Patricia Benavides y la institución, reciben el ataque grosero del mandatario, del camarada Aníbal y de otros ministros. El gobierno paga a funcionarios y a particulares para que denigren a Benavides y obstruyan las investigaciones del Ministerio Público contra Castillo y su organización criminal. Barro con ventilador, como ocurrió con Pedro Chávarry. Súmele el adocenamiento de los medios de provincia vía la publicidad estatal. Atención con los ‘ronderos’ (turba pagada) que cometen actos delincuenciales.

Lady Camones: Pleno censuró a la presidenta del Congreso y declaró la vacancia del cargo

Los congresistas, con 61 votos a favor y 47 en contra, aprobaron la censura contra Lady Camones. Con eso se declaró la vacancia de la Presidencia del Congreso.

El pleno del Congreso aprobó con 61 votos a favor, 47 en contra y cinco abstenciones la moción de censura contra la presidenta del Legislativo, Lady Camones. La iniciativa había sido presentada por parlamentarios de bancadas de izquierda ante la difusión de unos audios por parte de Epicentro TV.
De acuerdo a la moción de censura, el contenido de estas grabaciones está vinculado con delitos como es “usurpación de funciones, patrocinio ilegal, tráfico de influencias, entre otros”. Además, señalan que la propia Lady Camones había reconocido el contenido de los audios en conferencia de prensa.
(César Acuña), de manera expresa, exige a la presidenta del Congreso cumplir con todos sus reclamos para efectos de salir favorecido en su campaña respecto a los comicios de octubre del presente año. Las presentes exigencias colisionan con el Reglamento del Congreso y con la Constitución Política del Perú, ya que ninguna persona ajena al Poder Legislativo puede arrogarse funciones que no se encuentren preestablecidas en la ley, como lamentablemente ha ocurrido”, se lee en una parte del documento.
Tras conocerse el resultado, la vicepresidenta del Congreso, Martha Moyano, declaró la vacancia de la presidencia. Ahora se deberá convocar a un nuevo proceso que se realizará en los próximos cinco días.
Lady Camones apenas estuvo 38 días en el cargo. El pasado 26 de julio ganó la Presidencia del Congreso con 73 votos, en segunda vuelta. Martha Moyano (Fuerza Popular), Digna Calle (Podemos) y Wilmar Elera (Somos Perú) ocuparon la primera, segunda y tercera vicepresidencia, respectivamente. Sin embargo, esta mesa directiva tuvo otros problemas.
Wilmar Elera tuvo que dejar su cargo porque fue sentenciado por el Poder Judicial a seis años de cárcel por colusión. Alejandro Muñante (Renovación Popular) fue elegido como su reemplazo.
¿De qué tratan los audios entre Camones y Acuña?
El líder de Alianza para el Progreso, César Acuña, había solicitado a la presidenta del Congreso, Lady Camones, priorizar un proyecto de ley que beneficiaría a su candidatura al Gobierno Regional de La Libertad. Según el portal Epicentro TV, quien difundió los audios.
En las grabaciones se escucha a Acuña pedirle a Lady Camones que consiga que la Comisión de Descentralización agende y apruebe en el pleno del Parlamento el dictamen para que el centro poblado Alto Trujillo se convierta en distrito.
Ahorita este proyecto de Alto Trujillo me va a favorecer a mí, si es que lo aceleramos. Esta semana tienen que sacar el dictamen de la Comisión de Descentralización, la semana que viene entra al pleno y la siguiendo se va Lady y entrega la ley a Trujillo. Ahorita estamos acordando ante la agenda, la estrategia para ayudarme a mí“, agrega.
César Acuña reitera en el audio que el objetivo de la reunión partidaria es que la bancada liderará la creación del distrito de Alto Trujillo. El candidato al Gobierno Regional de La Libertad señala que este tema “viene del Ejecutivo“; sin embargo, asegura que “solo está en manos” de Lady Camones, presidenta del Congreso.
Fuente: Radio Programas del Perú.

Peritaje revela que obras del MTC se decidieron antes de buena pro

La lista de obras de Provías Nacional del 2021 estaba definida tiempo antes de que se adjudicaran esos contratos, según análisis digital forense del MP.

Por Graciela Villasís Rojas– Diario El Comercio.
Cuando Karelim López comenzó su colaboración eficaz con la fiscalía, en febrero pasado, declaró que en la red criminal que operaba en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) estaba el Consorcio Conservación Vial Mazocruz, integrado por INIP Ingeniería Integración de Proyectos y China Civil Engineering Construction Corporation (CCECC) Sucursal del Perú.
[…] Sé que hay una mafia en el MTC, conformada por el presidente Pedro Castillo, el ministro Juan Silva, las empresas chinas Consorcio Conservación Vial Mazocruz (China Civil Engineering Construction Sucursal del Perú) y otras, siempre con participación de la empresa peruana INIP […], conformada por Roberto Jesús Aguilar Quispe, […]; así también participan en esta mafia Zamir Villaverde, quien es el cajero; los sobrinos del presidente: Fray Vásquez Castillo, Gian Marco Castillo Gómez, Rudbel Oblitas Paredes, y congresistas de Acción Popular”, afirmó el 21 de febrero ante la fiscal de lavado de activos Luz Taquire.
Detalles de informe pericialJunto con su declaración, López entregó un USB con archivos. Uno, “proyectos 2021″, contenía una lista de siete obras: Mazocruz y otras seis de empresas y consorcios que firmaron contratos con Provías Nacional durante los primeros meses del gobierno de Castillo, cuando Juan Silva, ahora prófugo, era titular del MTC.
El archivo entregado por López tenía siete obras otorgadas a INIP y firmas chinas.El archivo entregado por López tenía siete obras otorgadas a INIP y firmas chinas.
Cuatro contratos fueron adjudicados a INIP en asociación con empresas chinas. Otro al Consorcio Bellavista, formado por China Railway N°10 Engineering Group Sucursal del Perú y Grupo Constructor. Esta última compañía fue fundada por Roberto Aguilar Quispe, el joven de 27 años que es propietario de INIP. Las otras dos obras fueron para China Railway Tunnel Group Sucursal del Perú. La suma total de esos contratos ascendió a S/891’855,814.
Como López declaró, la información sobre esos procesos la obtuvo de la computadora de Bruno Pacheco, el ex secretario general de Palacio de Gobierno que, tras estar prófugo, se acogió a la colaboración eficaz.
Para analizar la información que el USB contenía, la fiscal Taquire –quien investigaba el caso hasta que se lo remitió al Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder– pidió un informe pericial de análisis digital forense a peritos especializados del Ministerio Público. El objetivo “era extraer una copia espejo, recuperar y asegurar digitalmente la información contenida en el USB presentado”. El Comercio accedió al resultado del análisis al USB.
Informe pericialInforme pericial
Lo llamativo es que el archivo ‘proyectos 2021′, que contiene la información sobre las siete obras, se modificó por última vez el 2 de setiembre del 2021 a las 12:54 p.m. Es decir, un mes antes de que se diera la buena pro al Consorcio Mazocruz sobre el que López declaró.
Detalles de informe pericialDetalles de informe pericial
—Los otros casos—
Mazocruz no fue la única obra que, según el archivo ‘proyectos 2021′, estaba decidida antes de la buena pro.
Provías adjudicó a Mazocruz un servicio de gestión y conservación vial que se desarrolla entre Puno y Tacna el 1 de octubre del 2021. El mismo día, el Consorcio Vial Sondor Vado Grande, formado por INIP y CCECC Sucursal del Perú, logró la buena pro de un servicio de gestión y conservación vial en Piura. El monto: S/125’466,346.
Días antes, el 21 de setiembre, el Consorcio Vial Sullana Tambogrande (INIP y CCECC Sucursal del Perú) ganó un servicio de gestión y conservación vial en Piura y Tumbes por S/105’981,236.
Además, el 13 de setiembre, Provías adjudicó al Consorcio Bellavista (China Railway N° 10 Engineering Group Sucursal del Perú y Grupo Constructor) el servicio de gestión, mejoramiento y conservación de un corredor vial que pasa por Cajamarca, por S/158’347,521.
El 9 de noviembre, China Railway Tunnel Group Sucursal del Perú (CRTG) se adjudicó el servicio de gestión y conservación vial en Junín por S/64’950,961. El 29 del mismo mes, CRTG ganó otra licitación de la lista por S/225’727,698. Se trata de un servicio de gestión y conservación vial en Apurímac.
De la relación de obras, solo una se otorgó antes de la última modificación del archivo del USB, aunque también a un consorcio entre INIP y CCECC. El 26 de julio del 2021, el Consorcio Vial Grupo Tripartito logró un servicio de gestión y conservación de un corredor vial que pasa por Moquegua y Tacna. No obstante, el contrato se firmó el 25 de agosto, durante el gobierno de Pedro Castillo.
—¿Por qué INIP?—
En su declaración a la fiscalía, Karelim López dijo que INIP, de Roberto Aguilar, tenía vinculación con ‘Los Niños’, los congresistas de Acción Popular. “[…] Estos a su vez tienen conexión con Alejandro Aguilar Quispe, verdadero dueño de la empresa”, quien dio la compañía para que participara con empresas chinas en el otorgamiento de buenas pro en el MTC que “ya fueron beneficiadas con contratos millonarios”.
Durante su quinta declaración a la fiscalía, López señaló que el primer desembolso para los congresistas de AP y miembros de la presunta mafia fue el día de la primera censura a Juan Silva, en noviembre del 2021. “Villaverde era el que se encargaba de repartir el dinero a los congresistas, a través de su empresa de seguridad. […] ‘Los Niños’ eran la parte de AP, pero hay otra parte con César Acuña de Alianza para el Progreso”.
En la conversación sobre los “cien grandes”, grabada por Villaverde, el empresario le dijo al entonces ministro Silva: “Van a salir 18 conservaciones en Descentralizado y en la parte de Nacional van a salir como 11, entonces digamos a diciembre [del 2021] va a ver cantidad, pero siempre hay un intervalo de esperar la buena pro, los documentos y todo ese tema”.
—Empresas de papel—
En julio del 2019, Roberto Aguilar fundó INIP con su hermano Alejandro Aguilar Quispe. Según las fichas registrales, constituyó la empresa con un capital social de S/100 millones. El dinero lo sustentó presentando un bono de reconstrucción emitido en 1983 por el fenómeno de El Niño.
Grupo Constructor tiene como socios fundadores a Roberto Aguilar y parientes suyos, según Registros Públicos. La empresa se fundó en el 2017 con un capital de S/60,000, pero siete meses después se le inyectó un capital de S/99 millones, también con bonos de 1983.
A través de comunicados, el Ministerio de Economía y Finanzas señaló que los bonos ya prescribieron y no tienen valor. A El Comercio, el MEF respondió: “Este ministerio no admite ningún requerimiento de pago de los bonos”.
César Nakazaki considera que, con la información que Karelim López dio, y con la verificación de las evidencias que Bruno Pacheco entregó (ambos son defendidos por el abogado), se establece “cómo funciona la vinculación entre el presidente” Castillo y ‘Los Niños’. El abogado sostuvo que la hipótesis que se está consolidando es que en el MTC había dos ramas de “negocios directos”: una de Villaverde con empresas chinas, la otra de “acuerdos” con ‘Los Niños’.

Rechazan arreglos antes de adjudicaciones

Consultado por este Diario, el representante de China Civil Engineering Construction, Li Qingyong, sostuvo: “Todos nuestros proyectos de Provías Nacional fueron ganados de manera transparente, bajo sorteo electrónico. Nadie puede controlar”.
Manuel Rojas, representante legal de Roberto y Alejandro Aguilar Quispe, propietarios de INIP y Grupo Constructor, indicó: “Las buenas pro han sido otorgadas como consecuencia de un sorteo electrónico que lo hace el OSCE, que depende del MEF y no del MTC. Luego el MTC publica la adjudicación”.
Este Diario también se comunicó con las empresas China Railway N° 10 Engineering Group y China Railway Tunnel Group, pero no respondieron.
Por su parte, Zamir Villaverde dijo a El Comercio: “Mis declaraciones las estoy dando a las autoridades competentes”.

Amar y servir a Jesucristo

[Visto: 448 veces]

Evangelio según San Lucas 14,25-33.
Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: “Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.
El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?
No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: ‘Este comenzó a edificar y no pudo terminar’.
¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?
Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo“.

Papa Francisco alienta iniciativa pastoral de jóvenes que promueve la adoración a la Eucaristía

Homilía del Padre Paul Voisin CR, Superior General de la Congregación de la Resurrección:

Hace algunos años, un amigo me regaló un ejemplar del libro Todo lo que necesito saber lo aprendí en el Jardín de Infancia (All I Really Need to Know I Learned In Kindergarten). Lo escribió Robert Fulghum. Era un libro interesante, con mucha sabiduría y mucho humor. La lista de cosas que, según él, debemos aprender en el jardín de infancia, y que deberían servirnos para toda la vida, son:
Compartir todo.
Jugar limpio.
No pegar a la gente.
Poner las cosas en su sitio.
Limpia tu propio desorden.
No cojas las cosas que no son tuyas.
Pide perdón cuando hagas daño a alguien.
Lávate las manos antes de comer.
Enjuágate.
Las galletas calientes y la leche fría son buenas para ti.
Vive una vida equilibrada: aprende un poco y piensa un poco y dibuja y pinta y canta y baila y juega y trabaja cada día un poco.
Duerme una siesta cada tarde.
Cuando salgas al mundo, ten cuidado con el tráfico, tómate de la mano y mantente unido.
Sé consciente del asombro.
Me parece que tanto si tienes seis, dieciséis o sesenta años, estas lecciones nos sirven de verdad en nuestra vida. Sólo que cada uno de nosotros, al escuchar esta lista, puede decirse a sí mismo: “Mi vida habría sido mucho mejor si hubiera aprendido esto realmente a una edad temprana“, o “¿Cómo he podido olvidarlo?“.
La razón por la que pensé en esto fue que hoy, una vez más, Jesús nos habla de ser sus discípulos: lo que significa vivir en unión con él, y seguirlo. En nuestro evangelio de hoy (Lucas 14, 25-33), Jesús nos da también algunas cosas que debemos aprender y que deberían servirnos para toda nuestra vida. Si queremos ser verdaderamente sus discípulos, nos dice que debemos “llevar nuestra propia cruz y venir en pos de él“. Sus palabras se vuelven aún más radicales cuando nos dice que para ser su discípulo debemos “renunciar a todos nuestros bienes“. Más sorprendente aún para nosotros es el comienzo del evangelio, cuando nos dice que si queremos “venir a él” debemos “odiar a nuestro padre y a nuestra madre, a nuestra mujer y a nuestros hijos, a nuestros hermanos y hermanas, y hasta su propia vida“. Ahora bien, cuando oímos eso es natural que nos rasquemos la cabeza y digamos: “¡Eso no suena para nada a Jesús!“. “¿Qué le poseyó a Jesús para decir tal cosa?“.
Lo que creo que Jesús nos está diciendo, incluso usando una palabra tan fuerte como “odio” es que debemos conocerlo, amarlo y servirlo por encima de todo. Cuando busqué en mi Biblia en español, no aparece la palabra “odiar“, sino “dejar atrás“. Sea cual sea la palabra que utilicemos, lo importante es que Jesús nos dice que ser su discípulo significa darle ese primer lugar en nuestra vida, un lugar por encima de todas las personas que amamos y las posesiones que tenemos. Las cosas, e incluso las personas, pueden servir de distracción para ser su discípulo, y él quiere que estemos tan íntimamente unidos a él que sea el centro de nuestra atención, que nos “posea” de verdad. Jesús no quiere decir literalmente “odiar” como lo usaríamos en la conversación, sino que debemos “amar” más a otra cosa, o a alguien más: en este caso, ¡a ÉL! Por supuesto, cuando le damos a Jesús ese primer lugar en nuestra vida, entonces Él nos ilumina para saber cómo amar a esas personas en nuestra vida, y cómo ser buenos administradores y respetar y usar bien las cosas que poseemos. No está diciendo que las personas sean malas, o que las cosas sean necesariamente pecaminosas, sino que hay alguien más importante en nuestra vida: ¡Él!
En nuestra Primera Lectura del Libro de la Sabiduría (9:13-18b) se pone de manifiesto que, aunque nosotros -en nuestra condición humana- seamos “tímidos e inseguros“, el poder de Dios es grande y su sabiduría y consejo vienen a nosotros para iluminarnos y conducirnos a la verdad. Dios nos dirige a conocerlo, amarlo y servirlo.
En la Segunda Lectura, de San Pablo a Filemón (9-10, 12-17) Pablo da testimonio de Jesús. Su compromiso con Cristo es tan profundo que se llama a sí mismo “prisionero de Cristo Jesús“. San Pablo sufrió grandes dificultades para anunciar la Buena Nueva, y preparó a sus seguidores, especialmente a los líderes, como Filemón. De hecho, las Cartas de Pablo reflejan que ha cumplido lo que Jesús pide en el Evangelio: ha renunciado a todo para seguir a Cristo y hacer su voluntad.
Al igual que el libro Todo lo que Necesito Saber lo Aprendí en el Jardín de Infancia nos muestra pasos sencillos, básicos y evidentes para vivir en armonía con los demás, para ser un buen ciudadano y un buen amigo; así también las instrucciones de Jesús a sus discípulos -a nosotros- son también sencillas, básicas e inspiradas por Dios. Al igual que podemos olvidar, o infravalorar, o evitar algunas de estas reglas del jardín de infancia, también podemos dejar de lado las enseñanzas de Cristo. Todo se reduce a nuestra elección: ¿queremos conocer, amar y servir al Señor, o no? Jesús nos dice el precio que debemos pagar -esa renuncia y ese “odio“- para poder captar y cumplir verdaderamente lo que Jesús pide, para que seamos sus discípulos, y nuestro fiel discipulado llame a otros a conocer, amar y servir a Jesús el Señor.

Father Stu

[Visto: 1106 veces]

PROVIDENCIA Y VOCACIÓN EN LA PELÍCULA “FATHER STU

Por Robert Barron, fundador de Word on Fire Catholic Ministries y obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Los Ángeles.
La nueva película de Mark Wahlberg, “Father Stu”, es una de las más interesantes, desde el punto de vista teológico, que ha salido en mucho tiempo. Considera algunos de los temas más espinosos y desconcertantes de la ciencia sagrada, incluida la naturaleza de la vocación, el propósito del sufrimiento en el plan divino, el papel de la intervención sobrenatural, la dinámica de la redención y, quizás más a fondo, el misterio de la providencia de Dios. En este artículo me gustaría decir algunas cosas simples sobre el primero y el último de estos motivos.
Tomemos primero la providencia. He argumentado durante años que la mayoría de las personas en el mundo moderno son funcionalmente deístas en su comprensión de Dios. Esto significa que lo consideran una causa lejana, importante tal vez en la fundación del universo, pero ahora esencialmente ajeno a su creación. Esta podría haber sido la perspectiva filosófica de las mentes líderes del siglo dieciocho, pero ciertamente no es la perspectiva de los autores de la Biblia. Para los escritores de la Torá, para Isaías, Jeremías, Ezequiel, Pedro, Juan y Pablo, Dios está implicado personal y apasionadamente en su creación, especialmente en los asuntos de los seres humanos. El Dios de Israel empuja, jala, engatusa, corrige, castiga, dirige y atrae a sus amigos humanos hacia la plenitud de la vida. El Salmo 139 da expresión clásica a esta intuición bíblica: “Señor, tú me sondeas y me conoces. Tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares. Antes que la palabra esté en mi lengua, tú, Señor, la conoces plenamente; me rodeas por detrás y por delante y tienes puesta tu mano sobre mí” (Sal 139, 1–5).
La película de Wahlberg cuenta la improbable historia de Stuart Long, un boxeador agotado de Montana que trató de abrirse camino en Hollywood y terminó, para gran sorpresa de todos, incluida la suya, como un sacerdote católico. El viaje comenzó en la tienda de comestibles de Los Ángeles donde Stu trabajaba como empleado. Vio a una mujer hermosa y se enamoró. Al preguntar por ella, descubrió que era una asistente fiel a la parroquia católica local, por lo que un domingo, Stu fue a Misa. No era católico, ni siquiera creyente, no tenía idea de qué hacer o decir en la liturgia, pero estaba decidido a conocerla. Después de un cortejo incómodo, le informó francamente al boxeador que nunca consideraría salir con alguien que no estuviera bautizado. Y así, con una motivación decididamente imperfecta, Stu ingresó al programa RICA y recibió el bautismo. De acuerdo con la teología católica, el sacramento tuvo un efecto verdaderamente eficaz en Stu, despertando y profundizando su fe, y finalmente lo preparó para enfrentar una terrible prueba. Un accidente en motocicleta, representado en la película con un realismo aterrador, lo dejó postrado en cama durante meses, pero su fe católica y el apoyo de su novia lo sostuvieron. Con el tiempo se dio cuenta de que Dios quería que fuera sacerdote.
No analizaré más los detalles de la historia, pero baste decir que, incluso cuando Stu estaba planeando una vida de estrella cinematográfica y matrimonio, Dios le deparaba algo completamente diferente. El Señor del universo estaba tan interesado en el ex boxeador de Helena que, con pasos cuidadosos, lo condujo, primero a la Iglesia, luego a la fe y finalmente al sacerdocio. Me pregunto cuántos cristianos devotos creen genuinamente que Dios está tan interesado en ellos que supervisa sus vidas, a los atrae a través de su libertad en todo momento.
Tomás de Aquino dijo, de manera bastante simple, que la providencia de Dios “se extiende a los detalles”, lo que implica que Él conoce y guía a cada uno individualmente. San Pablo les dijo a los Efesios que “A aquel que es capaz de hacer infinitamente más de lo que podemos pedir o pensar, por el poder que obra en nosotros” (Efesios 3, 20).
Cómo cambiaría nuestra vida si aprendiéramos a confiar en ese poder y a estar atentos a las señales de su providencia.
Un tema profundamente relacionado con la providencia es el de la vocación o llamado. Nuestra cultura privilegia en gran medida los derechos, la libertad y las prerrogativas del individuo. Celebramos, en consecuencia, a aquellas personas que se oponen a las expectativas de sus familias, amigos o tradiciones y toman sus propias decisiones, siguiendo su propio camino elegido. Pero esto es repugnante para la Biblia. Los autores de las Escrituras no están interesados en la autodeterminación, sino en el proceso por el cual una persona despierta al llamado de Dios. Celebran a aquellos que representan, no el ego-drama, sino el teo-drama, que se atienden, no a su voz, sino a la de Dios. Además, saben que la llamada de Dios, una vez discernida, es prácticamente irresistible. Después de que alguien sabe lo que Dios quiere para él, hará cualquier cosa, superará cualquier obstáculo, enfrentará cualquier oposición y seguirá esa directriz divina. Piense en Abraham, Jacobo, Moisés, David, Jeremías o Pablo como ejemplos bíblicos de este principio. Stuart Long pertenece, a su manera, a esa gran tradición, pues habiendo discernido que Dios quería que fuera sacerdote, enfrentó la oposición de sus padres, su novia, mucha gente de su parroquia, el rector del seminario e incluso algunos de sus compañeros de seminario. Además, se mantuvo fiel a su vocación cuando padeció la enfermedad muscular degenerativa que eventualmente lo mataría. “¡Aquí estoy: envíame!” (Is 6, 8), dijo el profeta Isaías, y el Padre Stu dijo lo mismo.
Me pregunto, de nuevo, cuántos cristianos devotos entienden que el discernimiento de su vocación es el movimiento psicológico y espiritual más importante que jamás harán; que cualquier otra decisión que tomen en sus vidas es secundaria. Y me pregunto, ¿cuántos han experimentado el gozo y la emoción absolutos de rendirse al llamado de Dios? Lo que percibí, especialmente en la segunda mitad de “Father Stu”, es cómo este hombre, a pesar de todo, conservaba el gozo de saber que estaba cooperando con un propósito divino. Esa es la alegría que, como dice la Biblia, nadie te puede quitar (Jn 16, 22).
Si desean ver una promulgación concreta y contemporánea de estos dos grandes principios bíblicos, ver “Father Stu” es lo menos malo que podrían hacer.
Fuente: FAITH Magazine of the Catholic Diocese of Lansing. El artículo apareció originalmente en Wordonfire.org Junio 2022.

El verdadero Stuart Long el día de su ordenación, ya golpeado por la enfermedad. Sería sacerdote 7 años, moriría en 2014.

«El milagro del padre Stu» es una historia de padres e hijos, incluyendo los del Cielo, y su llamada

Por Pablo J. Ginés– Religionenlibertad.com
El actor protagonista es Mark Walhberg, que es quien se empeñó en que la película se hiciera y quien ha puesto buena parte del dinero. La otra personalidad detrás de esta historia es Mel Gibson, que interpreta al hosco padre de Stu y que parece estar detrás de muchos guiños e incluso simbolismos espirituales del filme. Por último, tenemos a Rosalind Ross, que es la guionista -veterana- y directora -por primera vez-, además de ser la pareja sentimental de Gibson desde hace 8 años, con quien tiene un hijo común. Los dos primeros son católicos de los que rezan, van a misa, pecan y se confiesan (es decir, católicos) pero Rosalind no es católica.
Viendo la película uno tiene la sensación de que detrás hay 4 mentes distintas: las de los tres cineastas, y la del verdadero padre Stu, que murió hace años, pero que a través de esta historia logró su objetivo de llegar a Hollywood. Hay afinidad entre estas cuatro mentes, pero aún así tantas aportaciones afectan al ritmo con algunos desequilibrios, especialmente en el último tercio del filme.

Con toques de humor y buena música country, se trata de una historia sobre padres e hijos, incluyendo el Padre en el Cielo y los hijos llamados al Cielo. También de padres e hijos que aprenden a amarse desde la experiencia transformadora de la vulnerabilidad y la fe. Puede ayudar a reflexionar sobre la vocación (sacerdotal, matrimonial o familiar). No hay escenas realmente inadecuadas para menores, pero ni niños ni adolescentes entenderán la película; sus temas son adultos y serios.
La historia real de Stuart Long
Stuart Long murió en 2014 con 50 años de una enfermedad degenerativa. Fue sacerdote 7 años, buena parte en silla de ruedas, acompañado por parroquianos de Montana y otros enfermos. Antes, fue muchas otras cosas. Para empezar, un chico herido: cuando tenía 9 años, murió su hermano de 5. La película recoge en parte esta herida por el hermano e hijo ausente en la familia.
Mark Wahlberg como Stu Long en su época conflictiva con la policía.
Musculoso y veinteañero, fue jugador de futbol americano, luchador de lucha libre y después boxeador con ambiciones profesionales. Tenía mucho sentido del humor, atraía a la gente, a veces la convencía, otras veces simplemente ganaba discusiones con tozuda insistencia sonriente. Para él, un diálogo era parecido a un combate jovial. A veces bebía demasiado y se metía en peleas. Confiado en su encanto y propias fuerzas, probó suerte en Hollywood.
Le habían educado de niño para creer en Dios, a su manera. Su padre estaba bautizado, y su madre a veces creía, pero no era una familia religiosa. Habían renunciado a un par de iglesias protestantes por políticas parroquiales y no sabían nada del catolicismo.
Stu conoció a una chica católica. Él sobrevivió a un accidente de moto y ella lo introdujo en la vida católica y parroquial. Él aceptó la fe sinceramente, esperando casarse por la iglesia con su novia. Pero cuando le bautizaron en la Vigilia Pascual de 1994, con 30 años, pasó lo inesperado: le asaltó la convicción de que Dios lo llamaba para ser sacerdote. Durante 4 años lo meditó, trabajando de profesor en una escuela católica, sacando un título en la Universidad Franciscana de Steubenville, pasando un tiempo con los Franciscanos de la Renovación…
Al final, con 34 años, pese a su pasado peculiar, la Iglesia le aceptó como seminarista. En el seminario se detectó su enfermedad degenerativa. Pese a todo, fue ordenado sacerdote. Primero en una parroquia, luego en un centro de rehabilitación y enfermos, Stu fue un confesor y consejero que con su fuerza animosa, fe inquebrantable y alegría en la grave enfermedad inspiró a muchos, y conectó profundamente con cada persona a la que trataba. Con su acercamiento a la fe, también llevó a sus padres a la reconciliación entre ellos y con Dios, y a la Iglesia Católica.
Mark Wahlberg como el Stu joven que no se enteraba de nada en misa, causa de escenas divertidas.
Unos amigos sacerdotes contaron esta historia a Wahlberg, que la investigó. “Lo encontré tan inspirador y consolador que no pude encontrar una razón para no hacer la película“, ha declarado el actor.
También Mel Gibson se vio seducido por esta historia familiar y de fe. Habló varias veces por teléfono con Bill Long, el padre de Stu. En la película el padre se muestra mucho más ateo y alejado de la familia de lo que en realidad era, aunque es verdad que era agrio con las personas religiosas y por su trabajo pasaba largas temporadas lejos de casa.
Una película sobre ser padre
Mel Gibson considera que la historia de Stu es la de una persona que cambia espiritualmente, pero también la lucha “que tenemos todos, la lucha entre el ‘yo’ y el ‘a mí no’“.
El otro gran tema que señala Gibson -probablemente el que le da más esperanza a él- es la enseñanza de que “nunca es demasiado tarde parea cambiar. El personaje que interpreto -el padre de Stu- decide muy tarde en su vida que va a ser un buen padre, y eso le abre a una experiencia nueva“.
Quizá sin quererlo, los cineastas han logrado una película muy centrada en el misterio de la paternidad, precisamente en una época anti-paternidad. Es más evidente si se contrasta, por ejemplo, con la ausencia de padres en la nueva película de Marvel del Doctor Strange: muchas ‘madres‘, pero el único padre debe morir, avisando de que su esposa ya basta para criar niños. En El padre Stu, vemos que nadie sobra: ni las madres, ni los padres, ni los sacerdotes, ni las buenas novias, ni Jesús -que aparece como un amigo que te dice verdades incómodas- ni la Virgen, que es la visión de amor puro, a la vez cercano e inalcanzable, que seduce a un conquistador infatigable como Stu.
Stu, que es impulsivo y bastante irresponsable, se convertirá en un padre. Su padre, Bill, también aprenderá a mejorar, a cuidar, y sanará las heridas que causaba. El rector del seminario, también crecerá aceptando un ‘hijo’ complicado como Stu. El seminarista rígido y puntilloso, que entró por presión de su padre terrenal, no por amor al Padre celestial, también reconocerá las heridas de una mala dependencia paterna.
Aprender a descubrir a Dios como Padre bueno, también en la tribulación, es parte de la película. Sin el reconocimiento de estas paternidades especiales, el filme no se entiende.
Cuando los tipos duros se rinden a Dios
Mel Gibson ha declarado que la película se adentra en “el misterio del sufrimiento. Y la necesidad de dejar de depende tanto de ti, y ponerlo en manos de alguien más grande“. El propio Stu explica que él parte de un resentimiento juvenil: “Dios no tenía tiempo para mí“.
Necesitamos hora y media de un Stu fuerte, lanzado, seguro, insistente, musculoso… para poder comprender lo que significa para él renunciar a sus propia fuerza para fiarse solo de la de Dios. Probablemente, a Mel Gibson le ha pasado lo mismo y le sigue pasando. Cuando la policía detiene a Stu por beber en la calle, o conducir bebido, y se lía a puñetazos con ellos, es difícil no recordar que Gibson ha protagonizado incidentes similares. En una escena junto al coche patrulla, una estatua del Sagrado Corazón, con los brazos dispuestos a abrazar, nos ofrece una autoridad más eficaz.
Recordamos que Gibson es un “tipo duro” en películas y en la vida real. Le vemos como Bill, conductor de maquinaria agrio y enfadado, y con pistola, y nos hace pensar en Mad Max y sus locos cacharros. Pero después de varias caídas, Gibson y sus personajes entienden que sólo en Dios hay verdadera fuerza.
Esta predicación es creíble cuando la predican los fuertes. Es una pena que la película no profundice más en Stu como consejero, y lo reduzca a un sermón y una visita a presos. En cualquier caso, esta transformación la expresa Bill: lo conocemos como poseedor de una pistola, pero más adelante lo veremos con un rosario, un arma más poderosa.
Una novia católica, buena y sincera
Antes de llegar a esas enseñanzas, los espectadores disfrutamos con el descaro optimista de Stu buscando trabajo e intentando ligar con Carmen, la catequista mexicana. La interpreta la mexicana Teresa Ruiz, que en ‘Narcos: México‘, de Netflix, interpretó a la muy oscura Isabella Bautista. Aquí, en cambio, es todo luz, dulzura y firmeza ante Stu.
La actriz explica que en realidad los cineastas no pudieron encontrar a la verdadera novia de juventud de Stu, y tuvieron que trabajar sólo con una grabación de audio del sacerdote que dijo: “Había una chica, su nombre era Carmen, yo estaba muy enamorado de ella. Era mexicana y nos íbamos a casar. Fue muy duro dejarla“.
Teresa Ruiz explica que para crear su personaje se inspiró en tantas otras chicas parecidas que ella conoce, “amables y generosas, inmigrantes“. A uno le da la sensación de que a un personaje femenino, joven e hispano se le perdona la vida y se le permite ser una católica sincera y buena. ¿Podría Hollywood hoy permitir eso a una joven rubia anglosajona? Incluso a una irlandesa pelirroja le permitirían ser sólo una católica sociológica, no una creyente sincera y practicante (última prueba, Lady Bird).
Teresa Ruiz interpreta a Carmen, la novia mexicana de Stu; parece que la insistencia y simpatía de él, y su disposición a explorar la fe, la convencieron.
La película se beneficia de magnífica música country y también de toques de humor en la primera mitad que arrancan carcajadas sinceras de los espectadores.
Hay una crítica -también muy de Gibson- a los cineastas gays corruptos que piden sexo a cambio de ofrecer papeles. Nadie más se atreve a denunciar algo así en el cine últimamente.
Otra cosa que no se verá en ninguna otra película es una serie de escenas normales, sin trauma, de vida de estudiantes en el seminario: deporte, estudios, oración, sacramentos… ¿Cuándo fue la última vez que una película norteamericana reflejó algo así con normalidad?
Las escenas místicas
Vale la pena comentar las escenas místicas de la película. ¿Son fruto del alcohol? ¿Alucinación por el accidente? Cada espectador decide. Hacen pensar en La Pasión, otra película realista, costumbrista casi en su primera parte, en la que de repente irrumpe lo sobrenatural en escenas de simbología extraña. Aquí son símbolos celestiales pero no evidentes al primer instante.
A Stu se le daba bien hacer amigos en bares con bebida. Aquí hará un contacto con el mejor Amigo, aunque pueda ser molesto que nos interpele en serio. ¿Nos podría pasar a cualquiera? Él puede ser muy encontradizo. También hay una escena mariana, que nos puede descolocar tanto como a Stu. ¿Es esa María una versión juvenil de su madre? Luego ya volvemos a este valle de lo cotidiano, con sus lágrimas, pero también con alegrías insospechadas.
Naturaleza y esperanza al final
El final de la película da impresión de acelerar la historia, como con ganas de acabar (lleva ya casi 2 horas). Por primera vez, la cámara se detiene a mostrarnos la naturaleza, la belleza del desierto de Montana, el arco iris. Incluso si la furgoneta se estropea, hay belleza en ser caminantes hacia la casa de Dios: así se forjó Israel y la Iglesia.
No nos explican con detalle la reconciliación entre los padres de Stu, pero vemos los efectos. La sensación final de la película es hacernos pensar que si Dios pudo actuar en ellos, en Stu y su familia, incluso tan tarde, también puede en nosotros.