Por Jonathan Bárcena Carpio- Diario La República
El cuarto día de protestas contra el proyecto cuprífero Las Bambas en las provincias de Cotabambas y Grau, en la región Apurímac, se tiñó de sangre. Los comuneros Exaltación Huamaní Mío (32) y Alberto Cárdenas Challco, fallecieron por heridas de bala.
El enfrentamiento también dejó ocho policías heridos. El ministro del Interior, José Luis Pérez Guadalupe, indicó que dos de estos tienen heridas de gravedad. Fueron llevados a Cusco para ser atendidos.
Los enfrentamientos se iniciaron aproximadamente a las 15.20 horas. Un grupo de comuneros trató de ingresar a la fuerza al campamento principal de la empresa minera MMG Limited, propietaria del proyecto, por lo que la Policía respondió lanzando bombas lacrimógenas.
El presidente del frente de defensa de los intereses del distrito de Tambobamba-Cotabambas, Ronald Bello Abarca, reconoció que el grupo de pobladores trató de ingresar al local de la minera. Ello ocurrió cuando otro grupo de mayor magnitud de personas sostenía una reunión pacífica en los alrededores del campamento. Culpó a infiltrados de los actos de violencia.
“La población estaba exacerbada debido a que el funcionario de la minera, Domingo Drago, dijo que en Cotabambas la situación estaba controlada y minimizó la huelga indefinida”, explicó el dirigente.
La marcha pacífica se tornó violenta. Los comuneros empezaron a lanzar piedras con hondas a los efectivos policiales, quienes respondieron con bombas de gas lacrimógeno. La gresca hizo que la gente se dispersara en la pampa.
“La población destrozó las instalaciones del campamento y prendió fuego a los cerros, asustados por los disparos de los policías y de los miembros del Ejército que llegaron”, dijo Bello Abarca.
Los comuneros exigen que la empresa minera retire las plantas de molibdeno de Cotabambas y se respete el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) inicial.
La integrante del Frente de Defensa Distrital de Tambobamba, Marvely Arcos Masilla, dijo que la minera modificó el EIA sin consultar a la población.
“Esas plantas las quieren hacer pasar como componentes secundarios, cuando en realidad se trata de componentes primarios importantes para el procesamiento del mineral”, dijo la dirigente.
El ministro del Interior manifestó que durante el enfrentamiento, la Policía detuvo a 22 comuneros en el campamento minero. “Ellos lograron ingresar a la mina y por eso se les capturó. Es una propiedad privada”, dijo Pérez Guadalupe.
Finalmente la Policía retomó el control del campamento, sin embargo los enfrentamientos continuaron en la zona.
“Los dirigentes estamos escondidos porque tememos por nuestra vida, los disparos continúan en la plaza principal”, denunció Ronald Bello Abarca.
Minera se pronuncia
Tras el enfrentamiento, la minera MMG Limited emitió un comunicado donde lamentaba los hechos de violencia. Expresó su solidaridad con los familiares de los fallecidos y con el personal policial que resultó herido tras la gresca.
Pidió a la población retomar los canales del diálogo para resolver el conflicto.
Archivo por meses: septiembre 2015
Perumin 2015
La ministra de Energía y Minas, Rosa María Ortiz Ríos, manifestó que el rol del Estado en la promoción de las inversiones mineras es fundamental en estos momentos para el país, así como garantizar que estas inversiones sean social y ambientalmente sostenibles.
“Por ello, es necesario socializar las operaciones mineras e integrar los intereses empresariales a los de las comunidades, para de este modo ir cambiando la percepción negativa generada en el pasado”, señaló la titular del Ministerio de Energía y Minas (MEM) durante su discurso en la ceremonia de clausura de la 32° Convención Minera – PERUMIN.
Asimismo, destacó que el Perú es actualmente un país seguro para las inversiones y posee un marco legal amigable al inversionista dentro del respeto al ambiente y la inclusión social, teniendo como base una nueva política y relación con la minería, que prioriza el agua a través del trinomio Inversionista-Comunidad-Estado.
“La minería continúa siendo el motor de la economía nacional”
La ministra Ortiz indicó que al mes de julio de 2015, la cifra acumulada de inversiones mineras en el país asciende a 4,200 millones de dólares, por lo que se estima alcanzar los 8,000 millones de dólares a fin de año.
“La minería continúa siendo el motor de la economía nacional y lo seguirá siendo en la próxima década. En el 2016, se verá la consolidación de los grandes proyectos iniciados en el boom de precios de los minerales, pero también el comienzo de los proyectos de segunda generación, es decir, de aquellos menos grandes y riesgosos de ejecutar y con un perfil más acorde con el actual ciclo de precios”, comentó finalmente Ortiz Ríos.
Durante la ceremonia, la ministra de Energía y Minas fue distinguida como Visitante Ilustre de la ciudad de Arequipa por el alcalde Alfredo Zegarra.
En la actividad de clausura también participaron la gobernadora de Arequipa, Yamila Osorio; el presidente del Congreso de la República, Luis Ibérico; el presidente del Comité Organizador de PERUMIN, Roque Benavides; el rector de la Universidad Nacional San Agustín, Víctor Linares, y el presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, Antonio Samaniego.
Fuente: www.minem.gob.pe
Por Christian Ninahuanca- Diario La República
En su último día, la 32° Convención Minera–Perumin fue el escenario de una contraposición de ideas en torno al rol de la minería en el desarrollo del país, el cumplimiento a los estándares ambientales y el respeto a las poblaciones inmersas en los proyectos del sector.
Marco Arana, líder de Tierra y Libertad, dijo que los proyectos mineros que no satisfacen los requerimientos ambientales o no tienen licencia social no tienen viabilidad, en clara alusión a Conga (Cajamarca) y Tía María (Cajamarca).
“Es necesario afirmar el crecimiento económico desde una perspectiva no solo de mercado. La minería es una actividad económicamente importante, pero tenemos que ser conscientes de que el súperciclo de los minerales, que explicó el crecimiento económico reciente se acabó, y no se sentaron las bases para un desarrollo diversificado y sostenible”, afirmó.
Protección del ambiente
Agregó que el Perú cuenta con deficiencias en la protección del medio ambiente, pues según el Índice de Desempeño Ambiental, ocupa el puesto 110 de 178 países.
“En el Perú ahora se quiere hacer minería de la misma forma que antes en mayor extensión y con menores regulaciones ambientales. Eso es inadmisible. Y no solo pone en riesgo otras actividades, sino también sus propias inversiones”, dijo Arana ante un auditorio que recibía sus palabras con muecas de disgusto.
El ex sacerdote resaltó que “algunas empresas mineras hacen esfuerzos por cumplir las normas, pero otras simplemente están requisitoriadas por delitos ambientales o por corrupción”. Dicho esto, acabó su exposición con ralos aplausos de la concurrencia.
Caso contrario fue la ovación con que fue recibido el exministro Luis Carranza, quien afirmó que la minería no es condición necesaria ni suficiente para alcanzar la prosperidad. “Pero si resolvemos los problemas, planteados por el señor Arana, será la ruta más rápida, y en dos generaciones podemos ser un país del primer mundo”, dijo.
Sigue el boom minero
A su turno, el exministro de Energía y Minas, Jorge Merino, señaló que el Perú tiene la capacidad de atender la demanda mundial de cobre en los próximos años si se continúan promoviendo las inversiones y manteniendo la competitividad que se posee frente a otros países de la región.
Indicó que hacia el 2025, la producción mundial de cobre registrará un déficit de cinco millones de toneladas finas, así se desarrollen todos los actuales proyectos cupríferos que hay en el mundo.
Merino consideró que no se acabó el boom de la minería, porque al igual que la economía es una actividad cíclica, cuyos precios se recuperarán.
También participaron del debate el ex viceministro del Ambiente, José de Echave, y el economista Pablo Bustamante, quienes cada uno, desde su visión, dijeron que la minería es la actividad más importante del país, pero que no debería ser la única para apoyar.
En la clausura el empresario Roque Benavides destacó la pluralidad en Perumin. Agradeció a Alberto Moreno (Patria Roja), y a Marco Arana por participar “y demostrar que no todos pensamos igual y que estamos abiertos a oir otras opiniones”.
Los discursos finales los dieron la ministra de Energía y Minas, Rosa María Ortiz, y el presidente del Congreso de la República, Luis Iberico. quienes coincidieron que es crucial para el crecimiento del país, que los proyectos mineros se desarrollen con prontitud, pero con respeto a la legislación ambiental.
Milagros en mi nombre
Evangelio de San Marcos 9,38-43.45.47-48:
En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: “Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos”. Pero Jesús les respondió: “No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor. Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar. Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida entera, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga”.
San Vicente Paúl
Vivió por la caridad y la asistencia de los pobres
Por Antoine Degert. Transcripción de Claudia Neira y traducción de Ignacio Menéndez López.
Nació en Pouy (Gascuña, Francia) en 1580 –aunque algunas autoridades han dicho 1576–, y murió en París el 27 de septiembre de 1660. Nacido en una familia campesina, estudió humanidades en Dax con los Cordeleros, y Teología, estudios interrumpidos por una breve estancia en Zaragoza, en Toulouse, donde se graduó. Se ordenó sacerdote en 1600 y permaneció en Toulouse o en sus proximidades trabajando como tutor mientras continuaba con sus propios estudios. En 1605, regresó a Marsella, donde había ido a causa de una herencia, pero allí fue hecho prisionero por piratas turcos, que lo llevaron a Túnez. Fue vendido como esclavo, pero escapó en 1607 con su amo, un renegado al que convirtió. De regreso a Francia, fue a Aviñón a ver al vicelegado papal, al que siguió a Roma para continuar sus estudios. Fue enviado de vuelta a Francia en 1609, en una misión secreta cerca de Enrique IV; fue nombrado capellán de la reina Margarita de Valois, y se le ofreció la pequeña abadía de Saint-Léonard-de-Chaume. A petición del señor de Bérulle, fundador del Oratorio, se encargó de la parroquia de Clichy, cerca de París, pero varios meses más tarde (1612) entró al servicio de los Gondi, una ilustre familia francesa, para educar a los hijos de Philippe-Emmanuel de Gondi. Llegó a ser el director espiritual de la señora de Gondi. Con la ayuda de ésta, comenzó a fundar misiones en sus terrenos; pero, para eludir el aprecio de que era objeto, dejó a los Gondi y, con la aprobación del señor de Bérulle, se nombró cura de Chatillon-les-Dombes (Bresse), donde convirtió a varios protestantes y fundó la primera cofradía de caridad para asistencia de los pobres. Los Gondi le pidieron que volviera y lo hizo cinco meses después, reanudando las misiones campesinas. Varios cultos sacerdotes de París, seducidos por su ejemplo, se unieron a él. En casi todas estas misiones se fundó una cofradía de caridad para asistencia de los pobres; entre éstas se destacan las de Joigny, Châlons, Mâcon y Trévoux, que duraron hasta la Revolución.
Después de los pobres, la atención de Vicente se dirigió hacia los condenados a galeras, que estaban sometidos al señor de Gondi como general de las galeras de Francia. Antes de ser conducidos a bordo de las galeras o cuando la enfermedad los obligaba a desembarcar, los condenados eran apiñados en húmedos calabozos con grilletes en los tobillos, y su única comida era pan negro y agua; y estaban cubiertos de llagas y sabandijas. Su estado moral era más espantoso aún que su sufrimiento físico. Vicente deseaba aliviar ambos. Asistido por un sacerdote, comenzó a visitar a los condenados a galeras de París, a los que hablaba empleando palabras dulces, prestándoles cualquier servicio, por muy repulsivo que fuera. De este modo se ganó sus corazones, convirtió a muchos de ellos y logró que varias personas que venían a visitarlos intercedieran por ellos. Vicente compró una casa y estableció en ella un hospital. Poco después Luis XIII lo nombró capellán real de las galeras, título que Vicente aprovechó para visitar las galeras de Marsella, donde los condenados eran tan desdichados como en París; los colmó de sus cuidados, además de planear construir un hospital para ellos, pero esto no pudo hacerlo hasta diez años más tarde. Mientras tanto, fundó, en la galera de Burdeos, como en las de Marsella, una misión, que fue coronada por el éxito (1625).
Sociedad de la Misión
El bien llevado a cabo por estas misiones llevó a Vicente, con el impulso de la señora de Gondi, a fundar su instituto religioso de sacerdotes dedicado a la evangelización del pueblo: la Sociedad de la Misión.Por experiencia, San Vicente había aprendido que el bien que hacían las misiones no podía durar a menos que hubiera sacerdotes que se ocuparan de ello, pero en esa época había pocos en Francia. Desde el Concilio de Trento los obispos habían estado esforzándose por fundar seminarios para su formación, pero estos seminarios encontraron muchos obstáculos, el mayor de los cuales eran las guerras de religión. De los veinte fundados, en 1625 no sobrevivían ni diez. La asamblea general del clero francés expresó el deseo de que los candidatos a las Sagradas Órdenes fueran admitidos solamente después de unos días de recogimiento y retiro. A petición del obispo de Beauvais, Potierdes Gesvres, Vicente emprendió en Beauvais (septiembre de 1628) el primero de estos retiros. Según su plan, comprendían conferencias ascéticas e instrucciones acerca del conocimiento de lo más indispensable para los sacerdotes. Su principal servicio fue que dieron lugar a lo que posteriormente se llamaron seminarios. Al principio sólo duraban diez días, pero ampliándolos gradualmente a 15 ó 20 días, luego a uno, dos o tres meses antes de cada orden, los obispos consiguieron prolongar el periodo de estancia a dos o tres años entre la filosofía y el acceso al sacerdocio. Existían unos seminarios llamados de ordenandos, luego seminarios mayores, cuando se fundaron los seminarios menores. Nadie hizo más que Vicente en lo que atañe a esta doble creación. Ya en 1635 había establecido un seminario en el Collège des Bons-Enfants. Ayudado por Richelieu, que le dio mil coronas, sólo admitió a eclesiásticos que estudiaran teología (seminario mayor), fundando paralelamente un seminario menor llamado de San Carlos para sacerdotes que estudiaran humanidades (1642). Había enviado a algunos de sus sacerdotes al obispo de Annecy (1641) para dirigir su seminario, y colaboró con los obispos para fundar otros en sus diócesis facilitándoles sacerdotes para dirigirlos. Así, a su muerte había aceptado la dirección de once seminarios. Antes de la Revolución su congregación dirigía en Francia cincuenta y tres seminarios mayores y nueve menores, esto es, un tercio de todos los de Francia.
La conferencia eclesiástica completó la labor de los seminarios. Desde 1633 San Vicente celebró una cada martes en Saint-Lazare, en la que se reunían todos los sacerdotes deseosos de conferenciar en común sobre las virtudes y las funciones de su estado. Participaron, entre otros, Bossuet y Tronson. Con las conferencias, San Vicente instituyó en St.-Lazare retiros abiertos para laicos y sacerdotes. Se estima que en los veinte últimos años de la vida de San Vicente asistían con regularidad más de ochocientas personas al año, más de 20,000 en total. Estos retiros contribuían en gran medida a infundir un espíritu cristiano en el pueblo, pero imponían gravosos sacrificios a la casa de St.-Lazare. Nada se exigía a los participantes; cuando se trataba del bienestar de las almas, Vicente no reparaba en gastos. Ante las quejas de sus compañeros, que deseaban dificultar la admisión a los retiros, un día consintió en ello. Al atardecer nunca había habido tantos admitidos; cuando un fraile le informó azorado de que no cabían más, Vicente le respondió: “Bueno, dadles mi habitación”.
Obras de caridad
Vicente de Paúl había establecido las Hijas de la Caridad casi al mismo tiempo que los ejercicios para ordenandos. Al principio se pretendía que éstas ayudaran a las conferencias de caridad. Cuando estas conferencias se establecieron en París (1629), las damas que se unieron a ellas estaban ansiosas por dar limosnas y visitar a los pobres, pero a menudo no sabían cómo ocuparse de ellos y enviaban a sus criados en su lugar para que hicieran lo que fuera necesario. Vicente concibió la idea de reclutar a jóvenes piadosas para este servicio. Al principio fueron distribuidas individualmente por las diversas parroquias en que estaban establecidas las conferencias y visitaban a los pobres con estas damas de las conferencias o, cuando era necesario, se ocupaban de ellas en su ausencia. En el reclutamiento, la formación y la dirección de estas servidoras de los pobres, Vicente encontró estimable ayuda en la señorita Legras. Cuando su número aumentó, las agrupó en una comunidad bajo su dirección, pronunciando él una conferencia semanal apropiada a su condición. (Para más detalles, véase Hermanas de la Caridad.) Junto a las Hijas de la Caridad, Vicente de Paúl obtuvo para los pobres los servicios de las Damas de la Caridad, a petición del arzobispo de París. Agrupó (1634) bajo este nombre a algunas mujeres piadosas que estaban decididas a atender a los pobres enfermos que entraran en el Hôtel-Dieu hasta un número de 20 mil ó 25 mil por año; también visitan las cárceles. Entre ellas había hasta 200 damas del más alto rango. Tras haber redactado su regla, San Vicente apoyó y estimuló su caritativo celo. Gracias a ellas, fue capaz de recoger las enormes sumas que distribuían en socorro de todos los desgraciados. Entre las obras que podía llevar a cabo gracias a esa colaboración, una de las más importantes era el auxilio a los pródigos, que en esta época eran deliberadamente deformados por personas sin escrúpulos para poder explotar la piedad de la gente. Otros eran recogidos en un asilo municipal llamado “La couche”, donde a menudo eran maltratados o se les dejaba morir de hambre. Las Damas de la Caridad empezaron por adquirir un grupo de doce niños, que fueron instalados en una casa especial confiada a las Hijas de la Caridad y cuatro enfermeras. Así, años más tarde, el número de niños alcanzó la cantidad de 4 mil; su mantenimiento costaba 30 mil libras, que ascendió a 40 mil con el incremento en el número de niños.
Con la ayuda de un generoso desconocido, que puso a su disposición la suma de 10 mil libras, Vicente fundó el Hospicio del Nombre de Jesús, donde cuarenta ancianos y ancianas hallaron un refugio y trabajo adecuado para ellos. En la actualidad se llama Hospital de los Incurables. La misma beneficencia se extendió a todos los pobres de París, pero la creación del Hospital General fue una idea de las Damas de la Caridad, en particular de la duquesa de Aiguillon. Vicente hizo suya la idea y contribuyó como nadie a la realización de una de las mayores obras de caridad del siglo XVII; la acogida de 40 mil pobres en un asilo donde encontrarían un trabajo útil. En respuesta a la petición de San Vicente, las contribuciones llegaron a raudales. El Rey cedió los terrenos de la Salpétrière para la construcción del hospital, con un capital de 50 mil libras y una dotación de 3 mil. El cardenal Mazarino envió 100 mil libras; el presidente de Lamoignon, 20 mil coronas; y la señora de Bullion, 60 mil libras. San Vicente encargó la tarea a las Hijas de la Caridad y las apoyó con todo su poder.
La caridad de San Vicente no se limitaba a París, sino que llegaba a todas las provincias desoladas por la miseria. Durante el periodo francés de la guerra de los Treinta Años, Lorena, Trois-Évêchés, el Franco Condado y Champaña padecieron durante casi un cuarto de siglo todos los horrores y los azotes de la guerra. Vicente solicitó a las Damas de la Caridad su ayuda urgente; se estima que con sus reiteradas peticiones consiguió 12 mil libras. Cuando se acabó el dinero, volvió a recoger limosnas, que enviaba sin tardanza a los distritos más afectados. Cuando las contribuciones empezaron a disminuir, Vicente decidió imprimir y divulgar las cuentas que le enviaban de esos distritos desolados; esto tuvo mucho éxito, llegando a publicar un periódico llamado “Le magasin charitable”. Vicente lo aprovechó para fundar en las provincias arruinadas los “potages économiques”, una tradición que permanece en nuestras modernas cocinas económicas. Él mismo compiló cuidadosamente las instrucciones relativas al modo de preparación de estos “potages” y la cantidad de grasa, mantequilla, verduras y pan que se debían emplear. Apoyó la fundación de congregaciones que se encargaban de enterrar a los muertos y de eliminar la suciedad, permanente causa de enfermedades. Frecuentemente las dirigían misioneros y Hermanas de la Caridad. Al mismo tiempo, con el propósito de apartarlas de la brutalidad de los soldados, llevó a París a 200 jóvenes, que alojó en varios conventos, y numerosos niños, que acogió en St.-Lazare. Incluso fundó una organización especial para auxilio de los nobles de Lorena que habían buscado refugio en París. Tras la paz general, dirigió su preocupación y sus limosnas a los católicos irlandeses e ingleses que habían sido expulsados de su país.
Todas estas actividades habían hecho famoso a Vicente de Paúl en París e incluso en la Corte. Richelieu a veces lo recibía y escuchaba favorablemente sus peticiones; lo ayudó en sus primeras fundaciones de seminarios y estableció una casa para sus misioneros en el pueblo de Richelieu. En su lecho de muerte Luis XIII deseaba ser asistido por él: “Oh, señor Vicente”, decía, “si recupero la salud, no nombraré a ningún obispo que no haya pasado tres años con vos”. Su viuda, Ana de Austria, nombró a Vicente miembro del Consejo de Conciencia, encargado de las propuestas de beneficios. Estos honores no alteraron la modestia y la sencillez de Vicente. Sólo iba a la Corte por necesidad, vistiendo un sencillo atuendo. No empleaba su influencia más que para el bienestar de los pobres y en interés de la Iglesia. Bajo Mazarino, cuando París se levantó en la época de la Fronda (1649) contra la regente Ana de Austria, que fue obligada a retirarse a St.-Germain-en-Laye, Vicente afrontó todos los riesgos implorando clemencia para ella en nombre del pueblo de París y osó aconsejarle el sacrificio del cardenal ministro para evitar los males que la guerra amenazaba con llevar al pueblo. También reconvino al mismo Mazarino. Su consejo no fue escuchado. San Vicente redobló entonces sus esfuerzos para aliviar los males de la guerra en París. Su beneficencia socorría diariamente a 15 mil ó 16 mil refugiados; sólo en la parroquia de San Pablo las Hermanas de la Caridad ofrecían sopa diariamente a 500 pobres, aparte de cuidar a 60 u 80 enfermos. En aquel tiempo, Vicente, sin preocuparse por los peligros que corría, multiplicó cartas y visitas a la Corte de St. Denis para conseguir paz y clemencia; incluso escribió una carta al Papa pidiéndole que interviniera e interpusiera su mediación para acelerar la paz entre las dos partes.
El jansenismo también manifestó su apego a la fe y el uso de sus influencias en su defensa. Cuando Duvergier de Hauranne, más tarde abad de St. Cyran, llegó a París (aproximadamente en 1621), Vicente de Paúl mostró algún interés en él por ser compatriota y sacerdote como él y por percibir en él sabiduría y piedad. Pero, cuando se informó mejor acerca de los fundamentos de sus ideas sobre la gracia, lejos de ser engañado por ellas, se esforzó por apartarlo del camino del error. Cuando el “Augustinus” de Jansenio y “Comunión Frecuente” de Arnauld revelaron las auténticas ideas y opiniones de la secta, Vicente se dispuso a combatir; persuadió al obispo de Lavaur, Abra de Raconis, para que escribiera contra ellas. En el Consejo de Conciencia se opuso a la admisión a beneficios de cualquiera que las compartiera, y se unió al canciller y al nuncio en la busca de medios para resistir su progreso. A iniciativa suya algunos obispos de St. Lazare decidieron informar al Papa de estos errores. San Vicente persuadió a ochenta y cinco obispos para que solicitaran la condena de las cinco famosas proposiciones, y convenció a Ana de Austria para que escribiera al Papa para acelerar su decisión. Cuando las cinco proposiciones hubieron sido condenadas por Inocencio X (1655) y Alejandro VII (1656), Vicente procuró que todos aceptaran esta sentencia. Su celo por la Fe, empero, no le hizo olvidar su caridad, lo cual demostró con St. Cyran, a quien Richelieu había encarcelado (1638); se dice que asistió a su funeral. Una vez Inocencio X hubo anunciado su decisión, fue a los solitarios de Port-Royal para felicitarlos por su intención, previamente manifestada, de someterse por completo. Además, rogó a los predicadores conocidos por su celo antijansenista que evitaran en sus sermones todo aquello que pudiera amargar a sus adversarios. Las órdenes religiosas también se beneficiaron de la gran influencia de Vicente. No sólo ejerció mucho tiempo la dirección de las Hermanas de la Visitación, fundadas por Francisco de Sales, sino que también recibió en París a las Religiosas del Santísimo Sacramento, apoyó la existencia de las Hijas de la Cruz (cuyo objetivo era educar a muchachas campesinas) y animó la reforma de los benedictinos, los cistercienses, los antonianos, los agustinos, los premonstratenses y la Congregación de Grandmont. El cardenal de La Rochefoucault, a quien se había encomendado la reforma de las órdenes religiosas de Francia, nombró a Vicente su mano derecha y le obligó a permanecer en el Consejo de Conciencia.
El celo y la caridad de Vicente atravesaron las fronteras de Francia. Ya en 1638 encargó a sus sacerdotes que predicaran a los pastores de la Campania, que ofrecieran en Roma y Génova los ejercicios para ordenandos y que establecieran misiones en Saboya y Piamonte. Envió otras a Irlanda, Escocia, las Hébridas, Polonia y Madagascar (1648-60). De todas las obras llevadas a cabo en el extranjero, quizá ninguna le interesó tanto como la de los pobres esclavos de Berbería, cuya suerte compartió una vez. Había entre 25 mil y 30 mil de estos desgraciados repartidos sobre todo entre Túnez, Argel y Bizerta. Cristianos en su mayor parte, habían sido apartados de sus familias por los corsarios turcos. Eran tratados como auténticas bestias de cargas, condenados a terribles trabajos, sin ningún cuidado físico o espiritual. Vicente no dejó nada por hacer para enviarles ayuda, y, ya en 1645, les envió un sacerdote y un fraile, que fueron seguidos por otros. Vicente incluso había hecho que uno de ellos fuera investido con la dignidad de cónsul para que pudiera trabajar más eficazmente para los esclavos. Les envió frecuentes misiones y les aseguró los servicios de la religión. Al mismo tiempo actuaron como agentes con sus familias y fueron capaces de liberar a algunos de ellos. A la muerte de San Vicente, estos misioneros habían rescatado a 1,200 esclavos, habiendo gastado 1.200.000 libras en los esclavos de Berbería, por no mencionar las ofensas y persecuciones de todo tipo que ellos mismos padecieron por parte de los turcos. Esta vida exterior, tan fructífera en obras, tenía su origen en un profundo espíritu religioso y en una vida interior de maravillosa intensidad. Era particularmente fiel a las obligaciones de su estado, obedeciendo con atención las sugerencias de fe y piedad y consagrándose con devoción a la oración, la meditación y los ejercicios religiosos y ascéticos. De mente práctica y prudente, no dejó nada al azar; su desconfianza en sí mismo sólo era igualada por su confianza en la Providencia. Cuando fundó la Sociedad de la Misión y las Hermanas de la Caridad, se abstuvo de darles instrucciones fijas por adelantado; sólo tras varios intentos y una larga experiencia decidió en los últimos años de su vida darles reglas definitivas. Su celo por las almas no conocía límite; todas las ocasiones eran para él oportunidades para ponerlo en práctica. Cuando murió, los pobres de París perdieron a su mejor amigo y la humanidad, un benefactor sin par en tiempos modernos.
Cuarenta años después (1705), el Superior General de los lazaristas solicitó la iniciación del proceso de canonización. Muchos obispos, entre ellos Bossuet, Fénelon, Fléchier y el Cardenal de Noailles, apoyaron la petición. El 13 de agosto de 1729 fue beatificado por Benedicto XIII, y canonizado por Clemente XII el 16 de junio de 1737. En 1885 León XIII lo nombró patrón de las Hermanas de la Caridad. En el curso de su larga y ajetreada vida, Vicente de Paúl escribió un gran número de cartas, estimadas en no menos de 30 mil. Tras su muerte se comenzó la tarea de recopilarlas, y en el siglo XVIII se habían reunido 7 mil; muchas se han perdido desde entonces. Las que se han conservado se publicaron con errores bajo el título de “Lettres et conférences de St. Vincent de Paul” (supplément, Paris, 1888); “Lettres inédites de saint Vincent de Paul” (coste in “Revue de Gascogne”, 1909, 1911); “Lettres choisies de saint Vincent de Paul” (Paris, 1911); el total de cartas publicadas es de unas 3,200. También se han recogido y publicado sus “Conférences aux missionaires” (Paris, 1882) y “Conférences aux Filles de la Charité” (Paris, 1882).
Fuente: Enciclopedia Católica.
Correveidile
Acusete tira dedo
En un manuscrito enviado a su abogado, Martín Belaunde Lossio, exasesor de campaña electoral de Ollanta Humala, afirmó que sí mostró y entregó documentación a la periodista Milagros Leiva.
“(…) Reafirmo que Milagros Leiva sí ha visto documentos y (los) tiene, pero no puede mostrarlos sin mi autorización. Espero que respete mi acuerdo y estoy seguro que así lo hará”, escribió Belaunde Lossio.
Cabe recordar que Martín Belaunde Lossio señaló en su momento que contaba con documentos que comprometerían al presidente Ollanta Humala y a su esposa, Nadine Heredia.
Asimismo, Belaunde Lossio negó haber dado declaraciones al semanario Hildebrandt en sus trece. “Yo no he dado ninguna declaración ni ayer ni ningún día que haya estado en el penal”, según señaló en la carta.
“Han venido con preguntas escritas, supuestamente, por César Hildebrandt y Américo Zambrano. Las he leído y he dicho que no responderé nada”, indicó Belaunde Lossio.
Líneas más abajo, el empresario recluido en el Penal de Piedras Gordas refirió no haber dicho nada sobre la periodista Milagros Leiva.
“(…) Salvo que el abogado (Sandro Balbín) haya venido con un micrófono escondido, pero yo no he dicho lo que dice en esa entrevista”, sostuvo Belaunde Lossio, quien le solicitó a su defensor legal salir a desmentir dicha publicación.
Fuente: Diario Perú21.
Soplonaje
Por Ángel Páez y Melissa Goytizolo- Diario La República.
Desde que Martín Belaúnde Lossio ingresó en el penal Piedras Gordas I, en Ancón, el 29 de mayo de este año, además de recibir la visita de familiares, amigos y de su abogado José Urquizo Olaechea, también atendió en reiteradas oportunidades a los defensores del ex presidente del gobierno regional de Áncash, César Álvarez Aguilar, y del ex operador montesinista Óscar López Meneses.
Belaúnde es acusado de pertenecer junto con Álvarez a una organización criminal dedicada al expolio de los fondos públicos del gobierno regional ancashino, por lo que fue extraditado de Bolivia, donde se refugió y pretendió evadirse a Brasil.
Martín Belaunde, a quien se atribuye haber montado “La Centralita”, un centro de espionaje contra los opositores y periodistas críticos de César Álvarez, financiado con fondos públicos, rechaza la imputación y afirma que solamente ofrecía servicios de comunicación e imagen al gobierno regional de Áncash. También refuta haber pertenecido a una organización criminal encabezada por Álvarez.Sin embargo, de acuerdo con el registro de visitas del penal Piedras Gordas I, Julio Carrión Pérez, Alfredo Ortecho Malo y Jessica Arteaga Narváez, abogados de César Álvarez, sostuvieron varios encuentros con Martín Belaúnde en el presidio.
Jessica Arteaga fue además abogada de Ingrid Casas Calderón, esposa de Jorge Burgos –brazo derecho de César Álvarez y de Martín Belaúnde. A ella se le acusa de formar parte de la red del ex presidente regional, y de haber sido utilizada para comprar una serie de inmuebles con el dinero que le dio su esposo, y que sería de la organización delincuencial.
Arteaga, por cierto, también visitó en Piedras Gordas I al propio Jorge Burgos.
Conexiones impropias
Podría argumentarse que es explicable que los abogados de César Álvarez hayan sostenido reuniones en el penal con Martín Belaunde porque ambos personajes enfrentan cargos similares en los mismos procesos judiciales, y que en los encuentros coordinaron estrategias de defensa o intercambiaron información.
Pero no se podría sostener lo mismo en el caso de Luis De La Cruz Moreno, defensor legal del ex asesor de la bancada fujimorista y ex operador montesinista Óscar López Meneses. De acuerdo con el registro de visitas de Piedras Gordas I, De La Cruz mantuvo 32 reuniones con Martín Belaunde dentro del presidio, desde que el empresario llegó a dicha cárcel procedente de Bolivia.
Así fueron las citas en el presidio:
– ocho en junio.
– trece en julio.
– siete en agosto.
– cuatro en lo que va de septiembre.
El propio José Urquizo Olaechea, defensor de Martín Belaúnde, estaba sorprendido con las visitas que recibió su cliente por parte de los abogados de César Álvarez, y se sorprendió cuando La República le dijo que se entrevistó con el abogado de López Meneses en Piedras Gordas I muchas más veces que él, que es el letrado acreditado de su defensa.
“Me parece extraño. No me imagino por qué fueron a visitarlo, porque es público que mi despacho estaba haciéndose cargo de este tema. Por eso me parece raro”, declaró Urquizo a La República.
“Y es más extraño que el abogado de López Meneses lo haya visitado tanto. Yo, que soy su abogado solo he ido unas cuatro veces. La verdad es que no sé. Esto hay que indagarlo. No suele ocurrir”, apuntó José Urquizo sin ocultar su inquietud.
Reporteros de este diario insistieron en comunicarse con el abogado Luis De La Cruz, pero no devolvió las llamadas.
Abogados defensores dan su versión
Alfredo Ortecho confirmó sus ingresos al penal para ver a Martín Belaunde: “Bueno, sí es cierto, usted ha visto los registros de visitas, pero yo no puedo dar más información”.
Jessica Artega dio la siguiente versión: “No hay nada extraño aquí. Belaúnde quería que yo le tramite unos documentos de Chimbote, pero nada más, y me preguntó algunas cositas, como qué opino del caso, nada más. Conozco a Belaunde en Chimbote desde hace mucho tiempo. No hay nada malo en haberme reunido con él en el penal”.
Este diario no pudo ubicar a Julio Carrión, pero Arteaga dijo de él: “Carrión se va a ofrecer a todo el mundo, a todos los imputados del caso La Centralita. Pero ya no es abogado de César Álvarez”.
Belaunde usaba cartas-fianza de Orellana
La red que articuló Martín Belaunde Lossio en provincias utilizaba todo tipo de métodos para adjudicarse licitaciones públicas. Así consta en el informe de la comisión parlamentaria que indagó por su caso, el cual señala que utilizaron cartas-fianza de la Cooperativa de Ahorro y Crédito para Empresas Exportadoras (Coopex), del encarcelado Rodolfo Orellana.
Se trata de la licitación de dos proyectos de electrificación en Cajamarca: El Tingo (S/3’719.109) y Tayapampa (S/4’703.454) a través de consorcios formados por las empresas Fervi Rent SAC y Teknica’s Constructora EIRL.
Lorenzo Fernández Villa y Víctor Jaramillo Alva, ambos presos por este caso, fueron los representantes legales de los consorcios ganadores. Ellos se reunieron el 7 de setiembre del 2011 con Martín Belaunde Lossio y el entonces alcalde de la Municipalidad de Catache, provincia de Santa Cruz (Cajamarca), Américo Monteza Villegas, en el Gran Hotel Continental “para obtener la buena pro en los dos procesos de licitación”.
El informe revela, además, que el 23 de diciembre del 2011 Fernández y Jaramillo presentaron la carta fianza de fiel cumplimiento de Coopex N°00337-2011 por el monto de S/438,373. Pero esta no era la primera vez que los allegados de Martín Belaunde Lossio y sus empresas usaban las cartas-fianza de Rodolfo Orellana. Teknica’s Constructora integró dos consorcios más que se adjudicaron licitaciones con el Ministerio Público usando a Coopex, según documentación de la Comisión Orellana a la que accedió El Comercio.
La primera carta fue emitida en diciembre del 2010 por S/347,366 para la construcción de la nueva sede de la Fiscalía Provincial Mixta de Chanchamayo, Junín. La segunda fue en marzo del 2011 por S/194,722 para el Equipamiento de la Unidad Médico Legal de Rioja.
María Elena Llanos, ex amiga de la primera dama, Nadine Heredia, que brindó testimonio a la Comisión Belaunde Lossio, señaló que Rodolfo Orellana le propuso utilizar las cartas-fianza de Coopex con municipalidades. “Me reuní con su hijo Churchill y este me indicó que Martín Belaunde Lossio la estaba usando a través de una acción de amparo del Poder Judicial”, contó a El Comercio.
Otros nexos
Belaunde Lossio y Orellana, ambos presos, ya habían sido vinculados por la procuraduría anticorrupción en el denominado Caso ‘La Centralita’ en Áncash, local de operaciones de César Álvarez, preso ex gobernador regional.
El lunes 1 de junio pasado, tres días después de la llegada de Martín Belaunde Lossio a Piedras Gordas tras su captura en Bolivia, se reunió con Rodolfo Orellana. Tras ello, se le incautó a Orellana un celular y fue trasladado al penal de Challapalca, en Tacna.
Fuente: Diario El Comercio.
Padre Efraín Castillo
No hay receta para resolver conflictos
Por Zenaida Condori- Diario La República.
La Iglesia y concretamente algunos sacerdotes han jugado un rol importante en la solución de conflictos sociales en el país. En ese sentido, el vicario de Cajamarca, Efraín Castillo, expositor en la 32º Convención Minera, comenta sobre el rol complicado de la institución eclesial en tiempos de protestas y violencia.
¿Cuál es el rol de la Iglesia frente a los problemas sociales?
La Iglesia tiene que involucrarse en los problemas de la sociedad, no es un ente aparte. Su participación debe ser de encuentro y de mediación. La Iglesia debe tener su etapa activa de colaboración.
En los conflictos sociales la Iglesia entra como ente mediador, pero como último recurso, cuando el Estado no puede controlarlos.
Sí. Generalmente las partes en conflicto buscan un tercero, ahí aparece la iglesia, que en algunos casos sobrepasa su función.
¿Cuál es el límite?
Eso es de acuerdo a cómo se dé la situación. Todas son diferentes.
Hemos visto a varios sacerdotes intervenir en conflictos, pero hay otros que guardan las distancias.
Siempre se da ese abanico de posibilidades. En la Independencia, por ejemplo, se tiene al seminarista Mariano Melgar que deja de lado la sotana y se incluye en el proceso libertario. Las contradicciones sociales también nos involucran.
¿Requieren autorización del Vaticano para intervenir?
No.
¿Cómo funciona?
Cada quién decide. Hay algunos que llegan hasta el martirio y otros no.
En el caso del exsacerdote Marco Arana, en un inicio él fue un mediador, pero pasó ese límite y optó por uno de los bandos.
El problema es más que pasar el límite; en ese caso, es que ya se tenía una opción particular y partidaria. (Arana) Pudo seguir jugando en una dimensión más amplia.
Arana ha dejado el precedente de que el mediador en un conflicto minero puede convertirse en un opositor férreo.
Bueno, es el dilema de cada persona que decide hasta dónde llega, hasta dónde pone su frontera.
¿Qué defiende la iglesia?
El bien común, al desposeído, al más pobre. La discusión es cómo hacerlo, y eso lo tienes que ver en medio de cada proceso social y político. No hay una receta.
¿Es malo que un sacerdote deje los hábitos y se involucre en política?
Eso es una decisión personal.
U.S. Catholics Open to Non-Traditional Families
45% of Americans Are Catholic or Connected to Catholicism
When Pope Francis arrives in the U.S. for the World Meeting of Families later this month, he will find a Catholic public that is remarkably accepting of a variety of non-traditional families, according to a new Pew Research Center survey that provides an in-depth look at American Catholics’ views on family life, sexuality and Catholic identity.
Nine-in-ten U.S. Catholics say a household headed by a married mother and father is an ideal situation for bringing up children. But the survey shows that large majorities think other kinds of families – those headed by parents who are single, divorced, unmarried or gay – are OK for raising children, too.
This may be in part because Francis’ American flock is experiencing life in all its modern complexity. According to the survey, one-in-four Catholics have gone through a divorce. One-in-ten have not only divorced but also remarried. One-in-ten are living with a romantic partner, sans wedding, and more than four-in-ten have done so at some point in their lives.
When it comes to matters of sexuality, there are a number of issues on which Catholics either mostly disagree with the church (e.g., on the question of whether Catholics should be permitted to use birth control) or are divided (e.g., on the question of whether the church should recognize the marriages of gay and lesbian couples).
But there also are numerous ways in which Catholics express their dedication to the church and its teachings. For example, seven-in-ten say they cannot ever imagine leaving the Catholic Church, no matter what. Nearly six-in-ten Catholics say abortion is a sin. And more than half say devotion to Mary and receiving the sacraments are “essential” to what being Catholic means to them personally. The survey shows, furthermore, that Catholics who say they attend Mass regularly (at least once a week) are consistently more in agreement with church teachings than are Catholics who attend Mass less frequently.
The survey also shows that the United States is a nation of people whose ties to Catholicism run both deep and broad. Fully 45% of Americans are connected to Catholicism in some way, including one-fifth who claim the faith as their current religion, one-tenth who were raised in the faith and have now fallen away, and a similar share who maintain a cultural connection to Catholicism.
The latter group – “cultural Catholics” – do not identify Catholicism as their religion; most are Protestants or say they have no religion. But they do identify as Catholic or partially Catholic in some other way. This attachment to Catholicism shows up in their lives in various ways: For example, one-third say they attend Mass at least occasionally. And among cultural Catholics who were raised in the church, roughly four-in-ten say they could imagine returning to the faith someday.
The new survey also suggests that Pope Francis may have a difficult time persuading Catholics in the U.S. to adopt his philosophy about excess and his focus on the environment. Though six-in-ten Catholics say working to help the poor and needy is essential to their Catholic identity, only about half as many say the same about working to address climate change. Catholics are divided on the question of whether it is sinful to spend money on luxuries without also giving to the poor, but large majorities say it is not a sin to live in a house larger than needed or to use energy without concern for the impact on the environment. The survey finds that Hispanic Catholics are much more inclined than non-Hispanic whites to express concerns about the morality of excessive consumption.
These are among the key findings of Pew Research Center’s 2015 Survey of U.S. Catholics and Family Life, conducted May 5-June 7, 2015, on landlines and cellphones among a national probability sample of 5,122 adults, including 1,016 self-identified Catholics, with a margin of sampling error of +/- 3.5 percentage points for Catholics and +/- 1.6 percentage points for the full sample. (For more information on the survey’s methodology, see Appendix A.) The survey examines Catholics’ views about a wide range of family issues that Francis and Catholics from around the world may discuss later this month at the World Meeting of Families in Philadelphia and that the church’s hierarchy is expected to continue to discuss at an October Synod of Bishops in Rome.1
The new survey also explores the nature and forms of Catholic identity and connections to the church, and it describes Catholics’ own experiences with divorce, remarriage and cohabitation.
Catholics’ Views on Family Life and Sexuality
Nine-in-ten U.S. Catholics say, when it comes to parenting, a married mother and father are ideal – as good as, or better than, any other arrangement for bringing up kids. But large majorities of Catholics think other family configurations generally are acceptable, too.
For example, 84% of Catholics say it is acceptable for unmarried parents who live together to bring up children, including 48% who call this as good as any other arrangement for raising children. And fully two-thirds of American Catholics think it is acceptable for same-sex couples to raise children, including 43% who say a gay or lesbian couple with children is just as good as any other kind of family.
Leaving children aside, Catholics also condone a variety of adult living arrangements that the church traditionally has frowned upon. A sizable majority (85%) think it is acceptable for a man and woman to live together as a couple outside of marriage, including more than half (55%) who say cohabitation is as good as any other living arrangement for adults. And seven-in-ten Catholics say married couples who opt not to have children have chosen a lifestyle that is as good as any other.
But the survey also shows that Catholics who attend Mass regularly are more inclined to hew to the traditional teachings of the church. For example, among Catholics who say they attend Mass weekly, six-in-ten think that a gay or lesbian couple raising children is either unacceptable (36%) or acceptable but not as good as some other arrangements for raising children (25%); just 34% say a same-sex couple raising children is as good as any other family configuration.
By comparison, roughly half of Catholics who attend Mass less than once a week (49%) say being raised by a same-sex couple is just as good an arrangement for children as any other, and an additional 22% say this is acceptable even if not as good as some other arrangements. Only about one-in-five Catholics who attend Mass less than once a week (22%) say being raised by a same-sex couple is not an acceptable arrangement for children.
(Roughly four-in-ten Catholics say they attend Mass at least once a week. For details, see Chapter 2.)
Overall, Catholics are split on whether homosexual behavior is a sin. More than four-in-ten (44%, including 59% of weekly Mass attenders) say it is, but nearly as many (39%) say it is not. And the preponderance of lay Catholic opinion in the United States today is that living with a romantic partner outside of marriage is not a sin: 54% say it is not a sin, compared with 33% who say it is sinful. Similarly, more U.S. Catholics say getting remarried after a divorce without first obtaining an annulment is not a sin (49%) than say it is a sin (35%), and the same is true on the issue of using contraceptives (66% vs. 17%).
Moreover, many U.S. Catholics would like the Catholic Church, as an institution, to adopt a more flexible or accepting approach toward people who are divorced, cohabiting with a romantic partner outside marriage or in same-sex relationships. Fully six-in-ten say the church should start allowing Catholics who are cohabiting, as well as those who have divorced and remarried without obtaining an annulment, to receive Communion (61% and 62%, respectively). And nearly half of Catholics (46%) think the church should recognize same-sex marriages.
As with attitudes about family arrangements, Catholics who report attending Mass regularly are more likely than other Catholics to accept church teachings about the sinfulness of certain sexual behaviors and living arrangements. For example, most Catholics who attend Mass at least once a week say homosexual behavior is a sin, and nearly half say cohabitation and remarriage after a divorce without an annulment are sinful. Among Catholics who attend Mass less often, fewer view these behaviors and living arrangements as sinful. Regular Mass-attending Catholics are also more likely than other Catholics to say the church should not allow cohabiting Catholics or divorced Catholics who have remarried without obtaining an annulment to receive Communion.
Catholics’ Own Experiences with Divorce, Remarriage and Cohabitation
The new survey finds that a quarter of U.S. Catholic adults have gone through a divorce, including about one-in-ten (9%) who are now remarried. About a quarter of divorced Catholics (26%, or 6% of all Catholic adults) report that they or their former spouse sought an annulment of their previous marriage.2 In addition, 44% of Catholics say they have cohabited with a romantic partner at some point in their lives, including 9% who are currently doing so.
In a separate survey, nearly half of Catholics (47%) said they have a close friend or family member who is gay. And in Pew Research Center’s 2014 U.S. Religious Landscape Study, about 4% of Catholics described their own sexual orientation as gay, lesbian or bisexual.
Catholic Identity and Catholic Connections
Pew Research Center’s 2014 Religious Landscape Study, which asked 35,000 Americans about their religious affiliation, beliefs and practices, found that about one-in-five U.S. adults (21%) identify their current religion as Catholic, down from 24% in a parallel study of the U.S. religious landscape conducted in 2007.
One of the goals of the new survey of U.S. Catholics is to explore a wider range of Catholic identities and connections to the church than previous polls have covered. Indeed, the new survey finds that fully 45% of Americans have some personal connection to Catholicism. For analytical purposes, this report divides them into four main groups:
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Catholics: When asked, “What is your present religion, if any?” one-in-five U.S. adults say they are Catholic. Within this group, there is a wide spectrum of beliefs and practices. Some say they attend Mass at least once a week (39%), while others say they rarely or never go to Mass (16%). But all respondents who say their current religion is Catholic are included as “Catholics” in this report. And, by and large, they are deeply loyal to the Catholic Church. Fully seven-in-ten say they could never imagine leaving Catholicism, no matter what.
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Cultural Catholics: Nearly one-in-ten Americans (9%) say they belong to a faith other than Catholicism (most often Protestantism) or are religiously unaffiliated (atheist, agnostic or “nothing in particular”) but nevertheless consider themselves Catholic or partially Catholic in some other way. The survey asked these respondents to explain, in their own words, why they consider themselves Catholic. They give a variety of reasons, including, most commonly, that they were raised in the Catholic faith and – even though they no longer consider Catholicism to be their religion – they still think of themselves as indelibly Catholic by culture, ancestry, ethnicity or family tradition (for more details, see Chapter 1). Smaller numbers say they were not raised in the Catholic Church but have some other attachment, such as being married to a Catholic, and therefore think of themselves as partially Catholic even though Catholicism is not their own faith. Cultural Catholics generally express an affinity for the church, including high approval ratings of Pope Francis. But they rate much lower than Catholics on measures of Catholic observance (such as attending Mass).
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Ex–Catholics: An additional 9% of Americans say they were raised in the Catholic Church but no longer consider themselves Catholic in any way, either by religion or aside from religion. Not all ex-Catholics appear to be deeply alienated from the church. More than half (59%) give Pope Francis positive ratings, and a few say they go to Mass at least once or twice a year (10%) and would choose to have the sacrament of anointing of the sick – sometimes performed as part of last rites – if they were seriously ill (9%).
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Other connections: About 8% of Americans were not raised Catholic and do not consider themselves Catholic, but nonetheless say they have some familial or institutional connection to the Catholic Church. This group includes people who had a Catholic parent but were not brought up in the faith. It includes some non-Catholics who say they attend Mass at a Catholic church at least a few times a year. It also includes people who have a Catholic spouse or partner but who say they don’t think of themselves, personally, as Catholic or even partially Catholic in any way. (If they did, they would be in the cultural Catholic category.)
While any attempt to divide nearly half of the U.S. population into a handful of categories is bound to blur some important distinctions, one benefit of this novel categorization is that it highlights the broad reach Catholicism has in American life, extending well beyond the population that currently self-identifies as Catholic by religion. Connections to Catholicism are particularly widespread among Latinos: 84% of Latinos in the current survey are either Catholics (45%), cultural Catholics (13%), ex-Catholics (18%) or otherwise connected to the church (8%).
The categories also make it possible to compare the views and experiences of Catholics not just with the general public, but also with non-Catholics who have varying degrees of exposure to and affinity for Catholicism. With this in mind, many of the charts and tables throughout this report show figures for Catholics as well as for cultural Catholics and ex-Catholics, as appropriate. Respondents with other kinds of connections to Catholicism are discussed less frequently, both because the nature of their connections to Catholicism are quite disparate (some have a Catholic spouse, others a Catholic parent, still others are Catholic-connected in the sense that they attend Mass at least occasionally) and because they were not raised Catholic and do not identify as Catholic today (either by religion or aside from religion).
Leaving, Joining and Staying in the Catholic Church
Another feature of the new survey is that Catholics were asked whether there was ever a period in their lives when they left the church. This allows a fuller picture of switching into and out of Catholicism, which turns out to be even more common than previously known.3The new analysis shows that among all U.S. adults who were raised Catholic, fully half (52%) have left the church at some point in their lives. Of these, about one-in-five (11% of all adults who were raised Catholic) are “reverts” – people who left the church for a while and have since returned. The remainder (41% of everyone who was raised Catholic) have not returned to the faith.
Since Pope Francis’ election in 2013, there has been much discussion of a potential “Francis effect,” with some commentators speculating that the popular pope, and the winds of change he has brought to the church, might draw more former Catholics back into the fold. The survey suggests that the most likely candidates to be drawn back by a Francis effect are in the cultural Catholic category.
Most cultural Catholics (73%) express a favorable view of Pope Francis, with large majorities describing him as humble, compassionate and open-minded. Moreover, a third or more of cultural Catholics say they observe Lent, go to Mass at least occasionally and would want the sacrament of the anointing of the sick if they were very ill.4 And among cultural Catholics who were raised in the faith, fully 43% say they can see themselves possibly returning to the church someday.
The situation is quite different among ex-Catholics. Although they, too, generally hold the pope in high regard, an overwhelming majority of ex-Catholics (89%) say they cannot imagine themselves ever returning to the church.
(For full results on views toward Pope Francis, see the first release based on this survey, “Catholics Divided Over Global Warming”).
Care for the Environment and Concern for the Poor
The new survey was conducted shortly before the Vatican released “Laudato Si’,” the pope’s encyclical addressing environmental issues and highlighting the disproportionate impact of climate change on the world’s poor. The survey’s results, therefore, may not reflect the full impact of the encyclical on public opinion. But even before the pope’s highly anticipated message, concern for the poor was very much on the minds of many Catholics. A solid majority (62%) said working to help the poor and needy is essential to what being Catholic means to them, and four-in-ten (41%) said they consider it sinful to buy luxuries without also donating to the poor.
It is less clear whether this concern for the poor affects Catholics’ thinking about the environment in general or climate change in particular. Prior to the publication of the encyclical, just a quarter of U.S. Catholics (23%) said it is a sin to use electricity, gasoline and other forms of energy without concern for their impact on the environment. And three-in-ten Catholics (29%) said that working to address climate change is an essential part of what being Catholic means to them, far fewer than the share who said the same about working to help the poor and needy.
Other Key Findings
Additional highlights in this report include:
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Catholics are divided on the question of whether their Catholic identity is more a matter of religion or ancestry/culture. While 45% say that for them personally, being Catholic is mainly a matter of religion (or of religion and ancestry/culture), 49% say that their Catholic identity is mainly a matter of ancestry or culture (or both). And among those in the “cultural Catholics” category, fully six-in-ten (62%) say that for them, being Catholic is mainly a matter of ancestry and/or culture.
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In terms of what being Catholic means to them, both Catholics by religion and cultural Catholics emphasize the importance of a personal relationship with Jesus, belief in the Resurrection and working to help the poor and needy. But cultural Catholics are less likely than Catholics by religion to place importance on devotion to Mary, receiving the sacraments or being part of a Catholic parish.
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More than half of Catholics (56%) say they sometimes participate in Catholic activities, even if they don’t believe in them, because it is important to their family or friends. Roughly six-in-ten cultural Catholics (63%) and nearly half of ex-Catholics (46%) say this as well.
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Many Catholics, cultural Catholics and ex-Catholics think the Catholic Church should change its position on a variety of issues, including allowing priests to marry and women to be priests, although fewer believe these changes will actually take place in the next few decades.
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Younger Catholics are much more likely than older Catholics to say they could imagine leaving the Catholic Church someday. Four-in-ten (41%) Catholic adults under age 30 say they could see themselves leaving the church, compared with about a quarter (26%) of those ages 30-64 and just 14% of those ages 65 and older.
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A plurality of Catholics say they receive Holy Communion every time they go to Mass (43%), and an additional 13% say they take Communion most of the time. White Catholics are much more likely to say they receive Communion regularly than are Hispanic Catholics. Fully 56% of white Catholics say they take Communion each time they attend Mass, compared with just 21% of Hispanic Catholics. Most Hispanics say they take Communion only some of the time (35%) or that they never receive the sacrament (27%).
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About four-in-ten Catholics (43%) say they go to confession at least once a year, including 7% who report going monthly and 14% who say they go several times a year. Those who attend Mass at least once a week are far more likely than less-frequent church attenders to say they go to confession once a year or more (68% vs. 27%). But, on the whole, there are only modest differences on this question among women and men, younger and older Catholics, whites and Hispanics, and college graduates and those with less education.
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When they pray, about half of Catholics say they rely on memorized prayers such as the Hail Mary (21%) or a combination of memorized prayers and “personal conversations” with God (31%). By comparison, eight-in-ten Protestants (82%), including nine-in-ten white evangelical Protestants (89%), say they rely primarily on personal conversations with God.
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Catholics are as likely as Protestants to believe in the concept of sin, with roughly nine-in-ten in each group professing such a belief. About half of religiously unaffiliated Americans – including 47% of ex-Catholics who now say they are religious “nones” – believe that some actions are offensive to God.
Acknowledgments
Many individuals from Pew Research Center contributed to this report. Alan Cooperman, director of religion research, oversaw the effort and served as the primary editor. Gregory A. Smith, associate director for religion research, and Jessica Hamar Martínez, senior researcher, served as the primary researchers and wrote the Overview and the chapter on exploring Catholic identity. Smith also wrote the chapter on participation in Catholic rites and observances. The chapter on family matters was written by Research Associate Elizabeth Podrebarac Sciupac. Research Associate Becka Alper wrote the chapter on expectations of the church, and Senior Researcher Besheer Mohamed wrote the chapter on beliefs about sin. Copy Editor Aleksandra Sandstrom prepared the glossary, and Research Assistant Claire Gecewicz prepared the detailed tables. The report was number checked by Alper, Gecewicz, Martínez, Mohamed, Sciupac and Smith. The report was edited by Sandra Stencel, Michael Lipka, Caryle Murphy and Sandstrom. Bill Webster created the graphics.
Pew Research Center’s methods team, led by Director of Survey Research Scott Keeter and including Research Methodologists Kyley McGeeney and Andrew Mercer, provided advice on the sampling plan, questionnaire design and data analysis.
Others at Pew Research Center who provided research guidance include Michael Dimock, Claudia Deane, Carroll Doherty, Cary Funk, Ana Gonzalez-Barrera, Jocelyn Kiley, Andrew Kohut and Kim Parker. Communications support was provided by Stefan S. Cornibert, Erin O’Connell and Andrew Cohen. Web support was provided by Stacy Rosenberg and Benjamin Wormald.
Pew Research Center received invaluable advice on the survey questionnaire, analysis of results and writing of this report from a panel of advisers that included: Gary Adler Jr., assistant professor of sociology, The Pennsylvania State University; Tricia C. Bruce, associate professor of sociology, Maryville College; Jesuit Father Allan Figueroa Deck, distinguished scholar in pastoral theology and Latino studies, Loyola Marymount University; Mark M. Gray, senior research associate at the Center for Applied Research in the Apostolate (CARA) and director of CARA Catholic Polls (CCP), Georgetown University; John C. Green, distinguished professor of political science and director of the Ray C. Bliss Institute of Applied Politics, University of Akron; Mary Ellen Konieczny, assistant professor of sociology, University of Notre Dame; Stephen F. Schneck, director of the Institute for Policy Research & Catholic Studies, Catholic University of America; and W. Bradford Wilcox, associate professor of sociology and director of the National Marriage Project, University of Virginia.
Roadmap to the Report
The remainder of this report explores in greater depth many of the key findings summarized in this overview. Chapter 1 offers a detailed look at Catholic identity, including the ways in which cultural Catholics consider themselves Catholic, and documenting the beliefs and practices that Catholics say are essential to what being Catholic means to them. Chapter 2 examines participation in Catholic rites and practices. Chapter 3 explores family matters, describing Catholics’ own living arrangements and marital histories and detailing their attitudes about a number of non-traditional family arrangements. Chapter 4 examines changes Catholics say they would like to see in the church. And Chapter 5 analyzes Catholics’ attitudes about sin.
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The World Meeting of Families, as described in Philadelphia Archbishop Charles J. Chaput’s welcome letter, is designed to “explore the critical role the family plays in society and to give families opportunities to talk about the challenges and blessings that all families have.” The theme of the upcoming synod is “the vocation and mission of the family in the church and in the contemporary world” (see http://www.usccb.org/issues-and-action/marriage-and-family/2014-2015-synods-of-bishops-on-the-family.cfm). ↩
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Because the annulment process can take years in the Roman Catholic legal system and can be initiated by one spouse and does not have to include the other, the survey asked divorced Catholics whether they or their former spouse havesought an annulment, not whether they obtained one. ↩
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Pew Research Center’s 2014 Religious Landscape Study includes an extensive discussion of religious switching. It shows that Catholicism loses more adherents through religious switching than any other group, mainly because there are far fewer people who convert to Catholicism than there are people who leave Catholicism. Overall, 32% of American adults were raised Catholic; about six-in-ten of them (19% of all U.S. adults) continue to identify with Catholicism as adults, while four-in-ten (13% of all U.S. adults) no longer identify as Catholics on the basis of religion. Meanwhile, about 2% of American adults are converts to Catholicism – people who say they are now Catholic after having been raised in another religion or no religion. This means that there are about six former Catholics (the 13% of adults who were raised Catholic and are no longer Catholic) for every convert to Catholicism (2% of all U.S. adults); no other religious group analyzed experiences such a lopsided ratio of losses to gains through religious switching. ↩
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Roughly half of cultural Catholics are Protestants. Because Protestant groups also observe Lent, cultural Catholics’ participation in Lent might reflect their Protestant faith as much as any connection to Catholicism. ↩
Grupo Invertir
El Grupo Invertir conmemoró el lanzamiento de su sistema de consultoría y promoción del desarrollo con un especial encuentro. El evento contó con la presencia de Daniel Córdova, presidente ejecutivo de la compañía, quien junto a importantes especialistas nacionales presentó los principales objetivos de la empresa. Para conocer la propuesta con la que se busca impulsar el progreso del país, empresarios, gerentes y ejecutivos se dieron cita en el Club Empresarial de San Isidro.
Fuente: Revista HOLA.
COP21 de París
La otra agenda
A partir de esta semana, Ollanta Humala tendrá un cambio de agenda. Al menos por unos días.
Con el inicio de la Asamblea General de Naciones Unidas, este viernes 25 en la gran manzana neoyorquina, el presidente cambiará colaboradores eficaces, amistades volteadas y viejos aportes sospechosos por lo que, entrevistado la noche del domingo último, enumeró como “la situación de conflictividad en Europa y el norte de África, el Estado Islámico y la tensión entre Estados Unidos y Rusia”.
La asamblea de este año es de pesos pesados.
El apoyo del ruso Vladimir Putin al sirio Bashar Al Assad prevé una profunda división en torno a una guerra civil que para el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki moon, “desafía toda norma de humanidad”. La tragedia tiene su correlato europeo con la crisis de migrantes.
El papa Francisco romperá fuegos el mismo viernes. El fin de semana se desarrollará la cumbre ambiental previa a la COP21 de París, que se celebra en noviembre. Como anfitrión del cónclave del 2015, el Perú preside la Conferencia de las Partes.
“Vamos a trabajar la agenda climática”, dijo Humala. El lunes 21, Humala sostuvo una videoconferencia –en agosto hubo una primera conferencia telefónica– con los mandatarios de Alemania, Ángela Merkel; Francia, Francoise Hollande; y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki moon.
Corre el reloj.
“Agradezco al presidente Hollande por la franqueza para compartir su visión sobre la importancia del acuerdo y los pasos a seguir para alcanzarlo”, declaró luego Humala. “Compartimos y apoyamos sus apreciaciones sobre la necesidad de acelerar la negociación para llegar a París con los textos más claros y con los temas principales consolidados”.
Había alertado que “necesitamos arribar a París con un consenso político que pueda establecer metas vinculantes para que en el futuro la temperatura no suba en dos grados adicionales. Lo que, según la comunidad científica, no podemos permitir”.
El fortalecimiento del Foro Verde, que debe alcanzar gradualmente los US$ 100 mil millones, la clara expresión de los compromisos de mitigación por país y los compromisos para la total descarbonización de la producción de energía mundial son los puntos que encabezan la lista.
El mismo viernes este grupo –Hollande, Merkel, Ban Ki moon, Humala- ofrecerá una comida a la que están invitados los 25 jefes de Estado en posiciones cruciales para arribar al acuerdo. Empezando por el chino Xi Jinping.
Las perspectivas de la COP21 se vinculan a las nuevas Metas de Desarrollo Sostenible, que serán adoptadas también durante la asamblea, y que vienen a tomar el lugar de las Metas del Milenio.
Los ambiciosos compromisos asumidos para el 2030 incluyen la eliminación del hambre y la pobreza, reducción de la desigualdad entre y dentro de los países, conseguir la igualdad de género, mejorar el manejo del agua y la energía y tomar las urgentes medidas para combatir el cambio climático.
El mandatario intervendrá en la “Cumbre de la Alianza del Pacífico” con sus colegas de Colombia, Chile y México.
Humala espera que la viada le alcance para empalmar con la Junta de Gobernadores del Banco Mundial y la del Fondo Monetario Internacional, que se celebran en Lima entre el 5 y el 12 de octubre.
El crecimiento de julio, cifrado en 3.26%, le ha devuelto las esperanzas de cerrar el año en el orden del 3%.
Su mensaje central durante las reuniones de alto nivel será “fortalecer las políticas de diversificación productiva”.
Pero admitió que “la coyuntura mundial es muy complicada. No es un tema de corto plazo. La caída del precio de los commodities no se va a solucionar en unos cuantos meses”.
Fuente: Revista CARETAS.
Fuga de terroristas y narcoindultos
Por Julio César Guerra- Diario El Comercio
La madrugada del 9 de julio de 1990, el cabecilla del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), Víctor Polay Campos ‘Camarada Rolando’, huyó del Penal Miguel Castro Castro en Canto Grande junto a otros 47 emerretistas. Entre los prófugos también figuraban Alberto Gálvez Olaechea, financista de la organización, y Lucero Cumpa Miranda, encargada de la jefatura de las milicias y de los comandos subversivos.
Esta fuga sin precedentes en la historia carcelaria del país se produjo a través de un túnel de concreto armado de unos 250 metros de largo que conectaba el presidio con una vivienda aledaña.
Todo había sido planeado al detalle. Los emerretistas compraron la casa desde donde partía el ducto subterráneo y, realizaron los trabajos de excavación con cuidado profesional durante casi un año. Ya luego de la fuga, la Policía encontró la instalación de un sistema eléctrico y de extractores de aire dentro del túnel, el cual tenía un metro y medio de diámetro y alcanzaba ocho metros de profundidad.
Al día siguiente del escandaloso escape, en las páginas de El Comercio se informaba que en la casa de donde fugaron los terroristas se encontraron varios ‘walkie talkies’ (transmisores-receptores portátiles), linternas y la ropa que los fugitivos usaban en el penal. Estos se cambiaron ni bien cruzaron el túnel y huyeron en vehículos que los esperaban en los alrededores.
Víctor Polay había sido detenido en febrero del año anterior en el Hotel de Turistas de Huancayo junto con su entonces conviviente Rosa Luz Padilla, quien también huyó con él. Ambos estaban siendo sometidos a juicio. En el proceso se pedía 20 años de prisión para el cabecilla del MRTA por delitos de terrorismo, homicidio y secuestro.
Reacciones
La noticia causó un serio remezón político y social. Pues el tema era grave, en ese momento el país estaba inmerso en una guerra contrasubversiva, por lo que la fuga de emerretistas significaba un duro revés al Estado. Los dedos acusadores apuntaban directamente a Víctor Miranda y a Agustín Mantilla Campos, los entonces jefe del Instituto Penitenciario (INPE) y ministro del Interior, respectivamente.
Incluso, el aún presidente en funciones Alan García (Alberto Fujimori iba a asumir el cargo de presidente del Perú en pocos días) manifestó en una conferencia de prensa en Palacio de Gobierno el mismo día que le resultaba penoso que “cientos de policías nacionales hayan rendido su vida y miles se arriesgan diariamente para capturar a los subversivos, mientras que quienes tienen a su cargo resguardar a los capturados, no tengan la suficiente calidad y eficiencia para hacer un seguimiento claro del resguardo”. Aceptó, además, que lo sucedido representaba un severo tropiezo dentro del marco de la guerra contrasubversiva.
Entre los cuestionamientos se tenía que explicar cómo es que Polay Campos salió del venusterio, donde se le había acondicionado una celda de seguridad. Para llegar hasta el pabellón ‘emerretista’, y así reunirse con los demás prófugos, tuvo que haber pasado por lo menos tres controles policiales. El tiempo y las investigaciones determinarían que miembros policiales encargados del resguardo fueron cómplices de la huida.
Pasado aprista
Pero, ¿quién es Víctor Polay Campos? Es hijo de Víctor Polay Risco: fundador, dirigente y exdiputado del APRA. En su época de universitario, Polay Campos fue miembro de la juventud aprista. Por ello, su amistad de antigua data con Alan García no resultaba novedosa e, incluso, era recíprocamente aceptada. Las suspicacias de cómo un trabajo de excavación que demandó meses no fue detectado por las autoridades competentes se basaban en este detalle.
Recaptura
La recaptura de Polay recién se produjo casi dos años después, el 9 de junio de 1992, en una residencia en el distrito de San Borja. Meses después, un tribunal ‘sin rostro’ lo condenó a cadena perpetua. Sin embargo, a fines del año 2001, tras la caída del gobierno fujimorista, el Tribunal Constitucional anuló la condena, entre otras que impuso el fuero militar a los subversivos acusados del delito de traición a la patria.
En 2006, el proceso judicial llevado en el fuero civil determinó una pena de 32 años para Polay, que fue incrementada a 35 dos años después. Actualmente, Polay se encuentra recluido en el penal de máxima seguridad de la Base Naval del Callao, donde también se encuentran recluidos Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, y Vladimiro Montesinos.
Socorro Popular
La ex monja Nelly Evans Risco de Álvarez Calderón sale en libertad tras haber cumplido su condena. Fue condenada a 15 años de prisión y al pago de 100 mil soles de reparación civil por alquilar inmuebles donde se ocultaban Abimael Guzmán y otros cabecillas de Sendero Luminoso en 1991.
Fuente: Diario El Comercio.
¿Soy hijo de un terrorista?
Por LOLA HUETE MACHADO– Diario El País.
“¿Soy el hijo de un terrorista? ¿De un Bin Laden latinoamericano? ¿O se trata de un revolucionario, de un Che Guevara? ¿Es un mafioso, un criminal despiadado?“. Las preguntas borbotean en boca de Alejandro Cárdenas, un joven alemán como cualquier otro, de 27 años, residente en Berlín, estudiante de cine, que un buen día respira hondo y decide descubrir cómo es, en verdad, su padre, del que muchos hablan y al que él no recuerda. Y éste se llama Peter Cárdenas Schulte, detenido en 1992 por pertenencia al grupo armado peruano Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), condenado a cadena perpetua durante la era presidencial de Alberto Fujimori (1992-2000), encerrado en la cárcel de alta seguridad de la Base Naval del Callao, en la que comparte días, charlas y patio con Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, y otros cuatro presos.
Alejandro no conoce a su padre; se separaron cuando tenía dos años. No le queda recuerdo. Apenas alguna foto. La vida para este hombre de grandes ojos verdes siguió su curso más o menos natural, junto a su madre, la cineasta argentino-alemana Cuini Amelio-Ortiz; con nueva figura paterna, el dibujante Héctor Navarrete; con el exilio a Italia y Alemania; con una infancia y una adolescencia felices, y esa recurrente sugerencia materna, según crecía: “Cuando quieras, vos podés ir a conocerlo, a Peter”. Pero nunca, en dos décadas, quiso Alejandro saber de su progenitor. “Un día le informamos que tenía dos hermanastros, que habían tenido que irse de Perú al exilio, a Suecia, y que si quería visitarlos. Él se negó, era muy chico, 11 o 12 años. Y luego, cuando Peter, en el 92, cae preso, le contamos, y ahí, en plena adolescencia, me mandó al diablo, me dijo que esa era mi historia y no la suya, que lo dejara en paz”, cuenta la madre.
¿Por qué cambió de idea Alejandro en 2004 y se fue a Suecia, primero, a conocer a sus dos hermanos, y luego a Perú, a ver a un padre desconocido? “Todo surgió mientras escribía el guión para la película fin de estudios en la Academia Alemana de Cine y Televisión; era una ficción en la que hacía morir a mi padre. Y me di cuenta de que ahí había un hueco, un vacío
. Que debía conocer a Peter para poder llenarlo. ¡No podía matar bien a alguien que no conocía!”, bromea desde Berlín.
Esa evidencia y una carta de Peter Cárdenas, la primera que recibía en su vida, fueron el germen. La misiva decía: “Alejandro, hijo querido”. “¿Quién es este tipo que osa llamarme hijo y además querido?”, se preguntó él entonces. “¿Qué tengo en común con él?”. Había llegado el momento de descubrirlo por sí mismo. “Para mí era importante también entender qué sucedió durante los años setenta y ochenta en Perú, en Suramérica, esa época de violencia política generalizada, cómo se pudo llegar a ese punto de ver la lucha armada como única salida, cómo pudo Peter llegar al MRTA“, dice.
Ese viaje de ida o de vuelta, como se quiera, lo documentó llevándose una cámara allá donde fue para, al final, armar una película titulada con el nombre guerrillero que usaba su padre, su propio nombre, Alias Alejandro.
Grabó los encuentros con tíos, abuelo o hermanastros según se produjeron, y las conversaciones con su madre, a la que se llevó a Perú: “Era la única que podía responder a esas cuestiones que no planteé en 25 años”. Para ella, dice, el viaje fue más importante, incluso, que para él: “Como que se quitó un peso de encima, al vernos ahí, juntos”. Alejandro filmó las dudas y reflexiones propias, los llantos y risas también ajenos, la línea del paisaje exterior y la que se le fue dibujando con el correr de los días y la experiencia en el interior de sus ojos. “Recorrí 11,000 kilómetros para llegar a una prisión, para encontrarme con una persona tras 23 años y dejarla ahí, encerrada en un agujero”, afirma en uno de sus monólogos.
Rodó el ambiente frío de las calles de Estocolmo, donde residen sus recién conocidos hermanastros, y el más cálido de Lima o Miraflores, las casas burguesas del barrio de San Antonio donde creció su padre; las chabolas del extrarradio o el verde de los campos en la comunidad indígena, al otro lado de los Andes, donde su madre trabajó y lo llevó de bebé.
Grabó, sobre todo, muchas preguntas, planteadas a todo aquel que se cruzó en su camino: “¿Cómo era Peter?, ¿me parezco a él?, ¿por qué me tuvisteis si lo que quería era cambiar el mundo?, ¿era sangriento en su lucha?, ¿por qué los tienen encarcelados con los de Sendero Luminoso si no son lo mismo?, ¿qué piensas de él?, ¿tú le quieres?”.
Aborda, incluso, a gente desconocida por las calles de Lima:
-¿Sabe usted quién es Peter Cárdenas?
-No.
-No.
-Un congresista -le dice convencido un señor sentado en un banco con la familia.
Así, unos y otros, le van respondiendo. “Muchas de tus dudas son las mías”, se duele su hermanastra Grete. “¿Por qué tuvo hijos si teníamos que estar siempre huyendo?”. “Era consecuente, tomó ese rumbo y lo siguió. Con todo el amor por los ideales que se necesita para eso. Yo no. Yo no lo tuve”, le confiesa Cuini, “en los setenta los de izquierda estábamos convencidos de poder cambiar el mundo”.
“Te quiere y ha sufrido porque no te ha tenido. Pero si no se hubiera podido dedicar a la política no hubiera sido él”, dice Victoria, la nueva esposa de Peter. “Yo era concejala de distrito; fundamos un barrio, 1,600 familias ubicamos, les buscaba comida; detrás estaba tu padre; yo le quiero con cariño de pueblo, ése que tiene la pobreza”, cuenta la suegra de Peter, Estella Salas. “Éramos todos surferos, juerguistas, rockeros, acá, en San Antonio; él era más social, creo que quiso ser cura”, recuerdan amigos de su padre, todos de buena familia.
“No es un terrorista, no; el MRTA era más tipo Robin Hood, de asaltar un camión acá para darlo allá. Y claro que me afectó; yo tengo mi empresa, mis clientes, y conforme subían las actividades del MRTA bajaba mi negocio; pero ¿qué vas a hacer? No vas a renegar de tu hijo o a poner un aviso en el diario diciendo ‘no tengo nada que ver”, se ríe su abuelo Luis Luchín Cárdenas Schulte, publicista de renombre. “Le admiro totalmente”, asegura Gabriel, su hermanastro pequeño.
Alejandro escucha a unos y a otros. Contempla vídeos de la detención de Peter, cuando es trasladado en una jaula y la locutora afirma: “Aquí ven a un asesino por naturaleza”. O aquel otro en el que Peter, con gafas, envejecido, pide perdón: “A los que pude dejar sin padre o hijos, a mis propios hijos
por haberlos dejado sin padre, sin infancia, obligados a vivir en el desarraigo, en el refugio exterior, incluso de la caridad”. Y ese guerrillero, que antaño al chico europeo lo único que le parecía era cool, poco a poco se va llenando de detalles: hombre arisco, callado, ligón, negado para la danza, buen dibujante, tozudo, escritor, un poco machista.
Hizo funcionar su cámara Alejandro Cárdenas en todos los lugares visitados, menos en el Callao, cárcel aislada en medio de un pantano. “Estrictamente prohibido”, recuerda ahora. “Los momentos allí dentro son para mí, aún hoy, surrealistas. Cuatro veces fuimos. Entras y te trasladan en coche unos 20 minutos; luego atraviesas cuatro puertas y hay un patio abierto, todo sin techo, seis celdas de uno por dos, para Peter, Miguel Rincón-Rincón y Víctor Polay, del MRTA, y Abimael Guzmán, su mujer, Elena Iparraguirre, y Óscar Ramírez, alias Feliciano, de Sendero Luminoso. Tres cuartos para trabajos compartidos; en uno de ellos, Peter pinta y escribe, lo que le ha permitido permanecer lúcido”.
Tras la primera visita, Alejandro, emocionado, suelta: “Es durísimo”.
Y calla un rato, antes de relatar, ante su madre, sus acompañantes, lo vivido dentro. Cómo anduvo por el corredor y vio al otro lado de la reja a un hombre de blanco que ladeó ligeramente la cabeza para encuadrarle mejor con la mirada. “Exactamente mi mismo gesto”. Y describe el encuentro (ilustrado en el filme por una animación estremecedora de su otro padre, Héctor Navarrete), cómo se miraron, cómo él también inclinó la cabeza, se sonrieron, se abrió la reja, se dieron la mano.
“Y luego nos abrazamos”. Al poco, cuenta, él le pregunto: “¿Qué pensás ahora de tu hijo?”. Y Peter, apretándose los ojos con la mano, habla de la separación de Cuini, de cómo ella había vivido ya aquella situación política en Argentina y veía lo que se avecinaba en Perú, y se quiso ir y le dijo que quería llevarse al hijo, y puntualiza entonces Peter: “Que sepas, Alejandro, que yo tenía el modo de tenerte, pero si una mujer me viene y me dice ‘no me saques el hijo’, ¿cómo se lo voy a sacar?“. Sigue contando Alejandro cómo su padre mira siempre directo a los ojos y eso impresiona, y cómo todos los inquilinos del penal del Callao le esperaban “con la misma ansiedad que Peter, porque allí todos saben de los asuntos de todos”. Su padre le presentó uno a uno. “La mujer de Guzmán me acercó cigarrillos y chocolate”. Alguien preguntó:
-¿Te gusta esto?
-Bueno es mi primera prisión.
Cuini Amelio-Ortiz sitúa a su hijo en el origen de las cosas: “A Peter lo conocí en la Facultad de Periodismo en 1974, en Córdoba, Argentina. En 1975 nos casamos, yo tenía 19 años. No me preguntes por qué; éramos muy militantes, teníamos una relación más política que otra cosa, decidimos hacerlo porque entonces si la policía metía presos a izquierdistas pareja no casada hablaba de ‘concubinos’ en la prensa, y esto daba mala reputación a las organizaciones, ¡mirá qué argumento de mierda!, pero era así. Nunca hubo el gran amor ni romanticismo, pero éramos muy compinches y solidarios, nos gustaba hacer cosas juntos, tipo grafitis políticos, panfletear, ir a reuniones, a las fábricas. Lo de esa época“.
Tras el golpe militar en Argentina, a Peter Cárdenas lo amenazan de muerte. “Era abril del 76 y salimos para Perú. Al año nació Alejandro. Yo quería tener un hijo y pensé que mejor tenerlo con un buen tipo, amigo, superguapo, y él estuvo de acuerdo. Cuando Ale cumplió un año me fui a vivir a Huancayo, en la sierra, a trabajar, y Peter se quedó en Lima; venía de visita, ya no estábamos juntos, él buscaba la manera de estar activamente político. Yo, no. Cuando Ale cumple dos años, mi padre me avisa que puedo regresar a Argentina. Peter me deja irme con mi hijo, cosa que siempre le agradeceré. Decidimos que me haría cargo sola de él. Y así fue hasta que Ale cumplió cinco años y entró Héctor en nuestra vida”.
La película Alias Alejandro, terminada de montar a fines de 2004 y mostrada ya en festivales internacionales, se abre con la sombra de un hombre que abre la puerta de su corazón para descubrir que dentro hay otro que abre su corazón y dentro otro que… Y así, hasta el infinito, puertas, corazones, verjas, cárceles.
Aparecen entonces las imágenes del asalto del ejército peruano, en abril de 1997, a la Embajada de Japón en Lima, donde 14 miembros del MRTA mantenían retenidas a 72 personas, su acción más sonada. “Estas imágenes están ligadas a mi vida inexorablemente”, dice la voz en off de Alejandro. “Muestran el sangriento final del drama de los rehenes. Los rebeldes pertenecían al MRTA, que exigía la liberación de sus camaradas presos. Ninguno de los asaltantes sobrevivió. Uno de los presos que querían liberar era Peter Cárdenas Schulte, presunto número dos de la organización. Él es mi padre“.
Por supuesto, no fue liberado. Lleva 13 años encerrado, cuatro de aislamiento en una celda en la que le introducían por un hueco del techo. “Tuvo que exigir la Cruz Roja que pusieran puerta”, dice Sofía Macher, miembro de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, organismo creado en 2001 y apoyado por el actual presidente del país, Alejandro Toledo, para “esclarecer el proceso, los hechos y responsabilidades de la violencia terrorista y de la violación de los derechos humanos producidos de 1980 a 2000 imputables tanto a las organizaciones terroristas como a agentes del Estado”.
También se entrevistó Alejandro con comisionados y asesores. “Nunca fue Cárdenas el número dos del MRTA”. “Se ha arrepentido y ha afirmado los principios democráticos”. “Hasta donde sé, no era sanguinario, los medios lo convirtieron en eso”. “Debería salir”. “Es injusto que los hayan metido en el mismo saco que a Sendero”, van diciendo Macher, Nelson Manrique e Iván Hinojosa. La CVR publicó sus conclusiones en 2003: hubo 70,000 muertos durante aquel doloroso periodo, la mayoría campesinos, el Perú más pobre, más andino. ¿Responsables? Sendero Luminoso, con un brutal 54%; el aparato del Estado, un 35%; el MRTA, un 1,5%. Señala la CVR diferencias entre uno y otro grupo armado, y que el MRTA se abstuvo de atacar a la población inerme. “Pero también incurrió en acciones criminales, el asesinato, la toma de rehenes, el secuestro y hasta el asesinato de disidentes“.
El pasado diciembre de 2004 se reabrió el proceso a la cúpula emerretista. Peter Cárdenas Schulte terminó de comparecer en febrero. En sus declaraciones confirmó su ruptura hace un lustro con el MRTA e insistió en que no debe ser procesado por el delito de terrorismo. “No reconozco ese cargo. Nunca he sido, ni soy, ni seré partidario del terrorismo como acción política”.
En la última visita de Alejandro al penal, su padre le preguntó si le guardaba rencor. “No”, respondió él, “la prueba es que he venido yo a verte”. “Confía en mí”, le pidió el encarcelado en su último abrazo. Y eso, confianza, cariños y conversaciones nuevos; su primer largo documental; regalos paternos (cuadros, revistas, conciertos de Jimi Hendrix o Tina Turner); el olor, la luz y el ruido de su país natal; el espanto de una prisión; la esperanza de que sea positivo lo que salga del juicio en marcha, y una nueva familia, es lo que le queda a Alejandro de este viaje que en realidad no ha hecho más que empezar.
¡Ah!, y saber, al fin, dónde le nacen ciertos rasgos físicos, gestos, manías. Como su nariz, idéntica a la de su abuelo Luchín. O ese entusiasmo que siente desde niño por la pintura de Van Gogh. Alguien le contó que, en su aislamiento, su padre se pasó noches enteras describiendo un cuadro del pintor holandés.
¿Y cómo responde ahora Alejandro a la pregunta inicial? ¿Hijo de terrorista o de Che? “No soy quién para juzgar a nadie, y viéndome hoy a mí mismo, la lucha armada no es el camino que yo tomaría. Pero yo soy del Primer Mundo, nunca tuve necesidades, ni viví grandes injusticias; no sé cómo habría reaccionado yo, allí, en aquella situación, en aquel tiempo. No tengo respuesta“.
Miguel Facundo Chinguel
El fiscal Walther Delgado presentó un video en el que da cuenta de la cercanía de la Comisión de Gracias Presidenciales del segundo gobierno aprista y su ex titular, Miguel Facundo Chinguel, con los internos del penal de Lurigancho.
[Narcoindultos: Para dirigente aprista no se debe pedir perdón, solo reconocer los “errores”]
Según el defensor del Estado, el material audiovisual fue grabado entre agosto y noviembre del 2008, y se aprecia a Facundo Chinguel conversando y gastando bromas con los internos.
En una parte del video, Manuel Carrera Toribio, militante aprista y ex miembro de la comisión, se dirige a la audiencia del penal y señala que “nuestro presidente de la comisión, el doctor Facundo (Chinguel), y los miembros de la comisión, nos la jugamos por ustedes”.
En otra escena, se observa al entonces presidente de la Comisión de Gracias Presidenciales entrevistarse con uno de los internos. Aquí, Facundo Chinguel le pregunta si tiene “constancia de trabajo” del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), caso contrario le haría “otra constancia”.
“Vemos al señor Facundo Chinguel ofreciendo a un interno que, si no tiene constancia de trabajo, le puede hacer otra”, dijo Delgado.
“Señores miembros del colegiado, las constancias de trabajo o de estudios las otorga el INPE, no la Comisión de Gracias Presidenciales. Entonces, ¿cómo puede el señor Facundo Chinguel ofertar otra constancia?”, se preguntó el fiscal.
En otro momento, el ex funcionario aprista conversa con un ex delegado de disciplina del penal de Lurigancho, condenado por homicidio con arma, a quien le manifiesta su voluntad de “ayudarlo”, pero aduce que “está bien jodido (hacerlo)”.
Asimismo, el nombre de Carlos Butrón Dos Santos, conocido como ‘Brasil’ y conmutado por tráfico ilícito de drogas en el 2008, aparece nuevamente en este video.
“Tenemos a los propios miembros de la comisión señalar que están trabajando en el cuarto de ‘Brasil’, y este es el significado probatorio del señor Butrón Dos Santos como nexo e intermediario de la Comisión de Gracias Presidenciales”, explicó Delgado.
NO PUEDE SER VALORADA
A su salida, el abogado de Facundo Chinguel, Benji Espinoza, manifestó que “este es un video que ha sido registrado no sabemos cuándo, por quién ni dónde. Es una prueba que no puede ser valorada porque se trata de una prueba inauténtica, porque no ha venido el testigo para autenticarla”, enfatizó.
“Si se valora el contenido de este video sería favorable porque lo que se ha visto es que la comisión iba, visitaba, y que Facundo Chinguel no era un funcionario de saco y corbata, sino un funcionario proactivo, que iba (a los penales) en cumplimiento del artículo 15 de su reglamento”, concluyó.
Fuente: Diario Perú21.
Aniversario de la UNAMBA
En esta ceremonia de Homenaje a la Patria realizada el domingo 20 de setiembre, se izó la Bandera de Región Apurímac a cargo de la Institución Educativa “Las Mercedes” y el Centro de Educación Técnica Productiva (CETPRO), y el izamiento de la Bandera de Abancay estuvo a cargo de los Jardines Divina Providencia y Sagrado Corazón de Jesús, que también están de aniversario.
El Dr. Manuel Israel HERNÁNDEZ GARCÍA, Presidente de la Comisión Reorganizadora Total de la UNAMBA, estuvo acompañado de los Vicepresidentes Académico y Administrativo, Decanos, Directores y docentes y personal administrativo, quienes participaron en el desfile cívico institucional junto a las demás delegaciones.
La UNAMBA, creada al calor de la lucha incansable del pueblo Abanquino y Apurimeño. El 26 de setiembre del año 2000, Alberto Fujimori Fujimori, Presidente Constitucional del Perú, promulgó la ley de creación de esta casa de estudios.
Actualmente, la UNAMBA cuenta con más de 3,000 estudiantes en sus nueve carreras profesionales. Además, cuenta con tres subsedes académicas, Tambobamba y Haquira en la provincia de Cotabambas, y Vilcabamba en la provincia de Grau.
Más de 1,600 egresados han optado el título profesional en las diferentes carreras profesionales, actualmente nuestros egresados han adquirido un campo ocupacional en instituciones públicas y privadas a nivel, local, regional y nacional.
Fuente: Diario Pregón de Apurímac.