HOY ES NECESARIO UNA ADAPTACIÓN AL CAMBIO
MARIO ALVA MATTEUCCI
A raíz de la difícil situación sanitaria y económica, que atravesamos en estos momentos por la pandemia generada por el COVID-19, muchas empresas han dejado de realizar sus operaciones comerciales, por lo que no cuentan con los ingresos suficientes para cumplir con sus obligaciones, ya sean estas crediticias, contractuales, laborales, previsionales, tributarias, entre otras.
Del mismo modo, existen personas naturales que no han podido prestar sus servicios de manera presencial, o efectuar ventas de productos, debido a la normatividad que señala el aislamiento social obligatorio, conocido como la famosa “cuarentena”, lo que también les ha generado dificultades económicas.
Las continuas extensiones de las normas que impiden la circulación de las personas en las calles (salvo para asistir a la compra de medicinas, alimentos y algún trámite en los bancos), han terminado por acelerar e incrementar las dificultades señaladas anteriormente.Por ejemplo, era común que en los restaurantes, los empresarios midan el nivel de crecimiento económico considerando distintas variables, como por ejemplo, el número de platos vendidos, el precio por los servicios de alimentación ofrecidos, el aforo de los comensales que asistían a sus locales, o el espacio físico que ocupaban en las mesas. De allí que, cada vez más, se incrementaban los metros cuadrados destinados para la atención al público.
Sin embargo, a raíz del COVID-19 y los nuevos protocolos de bioseguridad que se exigen actualmente, las variables antes descritas pierden totalmente su vigencia y efectividad, debiendo de este modo, buscar nuevos caminos para desarrollar sus actividades y retomar las operaciones comerciales para no perder vigencia y oportunidades económicas.
En este contexto, observamos que el Gobierno ha señalado el reinicio de las actividades a través de distintas fases, siempre que se cumplan determinados protocolos de bioseguridad. Una de las primeras actividades liberadas ha sido la entrega a domicilio de comida, bajo la figura del delivery, sobre todo de alimentos, evitando de este modo la libre circulación de las personas por las calles, lo que determinaría una posibilidad de contagio del COVID-19, que se busca reducir.
Así, las empresas ligadas al rubro de la gastronomía deben observar que, las nuevas formas de distribución de comidas a través del delivery, significan para ellas un nuevo reto, un cambio de paradigma en el trabajo, al igual que la búsqueda de nuevas variables de medición, otros indicadores, nuevas estadísticas, entre otros.
Lo mencionado anteriormente implica que estas empresas han tenido que reinventarse, es decir, adaptarse al cambio, flexibilizar sus procedimientos y encontrar diversas soluciones, frente al entorno de dificultades que atraviesan actualmente. Es decir, encontrar una oportunidad frente a una adversidad, lo que reforzaría de un mejor modo, la posibilidad de seguir operando y contar con los recursos necesarios para que el negocio siga en marcha, evitando así cualquier amenaza de una posible liquidación.
El ejemplo planteado anteriormente puede ser aplicado, con distintas variables y adecuaciones, a diversos negocios en el país, los cuales necesariamente deben buscar el cambio y la adaptación necesaria frente a la actual coyuntura.
A nivel tributario, las empresas deben verificar como primer punto, si la licencia de funcionamiento, autorizada por la municipalidad distrital o provincial respectiva, les permite realizar determinada actividad, considerando las adecuaciones antes indicadas. En las noticias se han visto casos en los cuales las autoridades locales han otorgado a los negocios, ampliaciones de giro o cambio del mismo, de manera rápida.
En lo que respecta a las actividades declaradas ante la SUNAT, dentro de la ficha RUC, se debe verificar si con las adecuaciones llevadas a cabo se debe considerar el mantenimiento de la actividad declarada, o se debe agregar una actividad secundaria o quizás indica una nueva actividad a desarrollar.
Aun cuando no hay presencia física en los locales, la emisión del comprobante de pago sigue siendo obligatoria, sea ésta de manera física o electrónica, por lo que no se debe dejar de emitir el mismo al usuario de servicios o adquirente de bienes.
La afectación tributaria con el Impuesto a la Renta, al igual que en el Impuesto General a las Ventas, no ha tenido variación alguna, por lo que las operaciones llevadas a cabo en este nuevo esquema de trabajo por las empresas se mantienen vigentes.
La adaptación al cambio es necesaria para no perder vigencia y oportunidades.