ALZA Y BAJA DEL DÓLAR: ¿A quién realmente le conviene?
MARIO ALVA MATTEUCCI
En los meses de enero y febrero del año 2016 el tipo de cambio con el cual se mide la paridad entre el dólar norteamericano como divisa en comparación con el sol peruano, se encontraba en alza, llegando hasta S/ 3.54 por cada dólar (aunque en algunos bancos se vendía hasta casi S/ 3.6) y las proyecciones emitidas por las instituciones financieras y de banca eran del todo alcistas, mencionando inclusive que este incremento no tendría limitación, augurando de este modo un mayor aumento.
Dentro de este contexto, lo que se observó es que la mayor cantidad de actores que utilizan el dólar norteamericano iniciaron una masiva compra de dicha moneda, ya sea por un tema de protección ante un proceso de devaluación de la moneda nacional; especulación para poder obtener una ganancia en el corto plazo, como es el caso de los bancos e inversionistas foráneos; ahorro en una “moneda fuerte”; cambio en las cláusulas de contrataciones donde se reemplaza la moneda nacional por el dólar norteamericano en la forma de pago; entre otras situaciones.
En este sentido, al tener las empresas sus cuentas por cobrar en dólares norteamericanos, incrementarían sus ganancias proyectadas al convertirlas a soles, lo cual determinaría una mayor utilidad para efectos tributarios. Por el contrario, aquellas empresas que se encontraban necesitadas de realizar pagos en la moneda norteamericana, tenían en sus cuentas por pagar un incremento que los perjudicaba, ya que debían abonar una mayor cantidad de dinero por las obligaciones pendientes, lo que devenía en una pérdida.
La solución más rápida que algunas personas buscaban para evitar una mayor alza del dólar norteamericano y evitar perjuicios en sus cuentas por pagar, era precisamente comprar la divisa americana, pero ello, aunque parezca contradictorio, incrementaba la presión al alza de ésta y por las reglas de la oferta y demanda, el alza de la divisa era pronunciada.
Sin embargo, en los primeros días de marzo de 2016 la situación se ha revertido, lo cual implica que el tipo de cambio se encuentra a la baja, llegando inclusive a cotizarse en S/ 3.36 encendiendo las alarmas a aquellas empresas o personas que buscaron en el dólar norteamericano una “protección” contra algún proceso inflacionario, al igual que la simple especulación. De este modo, lo que se observa en estos días es una “fiebre” por la venta del dólar norteamericano para evitar una mayor caída en su cotización, la necesidad de contar con soles para el pago de las obligaciones tributarias cuyos vencimientos están próximos, como es el caso de la declaración jurada anual del Impuesto a la Renta; entre otras situaciones.
Quienes salen beneficiados con la menor cotización del dólar norteamericano son aquellas personas o empresas que tienen cuentas por pagar en dicha moneda, porque ahora deberán desembolsar menos cantidad de soles, determinando de este modo un “ahorro” no previsto. Adicionalmente se verían beneficiados quienes tienen adquisiciones de activos o existencias que se cotizan en dólares, ya que podrían adquirir la misma cantidad de unidades por un “precio rebajado” o quizás ser más agresivos e incrementar el número de unidades para sobre estoquearse. También se benefician los importadores y por oposición se perjudican los exportadores.
Resulta muy difícil hoy en día hacer proyecciones con el tipo de cambio, toda vez que pueden intervenir diversos factores tanto externos, como es el caso de la incertidumbre en las decisiones de la FED americana de elevar o no la tasa de interés; el crecimiento y desarrollo de la economía estadounidense; la llegada o retiro de capitales golondrinos a nuestro territorio, entre otros. Los factores internos que vivimos actualmente también pueden tener influencia en el tipo de cambio de la divisa americana, como es el caso de la incertidumbre que se observa en actual proceso de elección presidencial por los pronunciamientos de las autoridades electorales y la voluntad de voto de los electores; el incremento de la inflación por más mínimo que sea; la existencia de un déficit en el presupuesto de la república; el alza o baja de los encajes monetarios que determine el Banco Central de Reserva del Perú; entre otras situaciones.