Suscribo plenamente la reflexión de Ximena Sierralta en este artículo de La Mula, especialmente el párrafo siguiente:
Ponle una ropa con flores o algún detalle rosado a tu bebito de seis meses y seguro alguna persona conocida o extraña te advertirá, directa o indirectamente, que se va a volver maricón. Sin embargo, pocos te advertirán que si le dice chola a la nana que lo cuida se va a volver racista o que si insulta horriblemente a otro niño se va a volver un bully. Tampoco veo mucha preocupación en prevenir conductas que podrían volverlos corruptos o machistas. Lxs niñxs se acostumbran a ver a su mamá estacionar su 4×4 en el sitio para personas con discapacidad o en medio de la vereda pero nadie le advierte a esa mamá que así su hijo se va a volver un energúmeno.
Mención aparte merece la circular que fué repartida a los padres de familia en un colegio. Fíjense lo estereotipado de su contenido. Estoy segura de que los profesores o profesoras que la redactaron no son conscientes de sus implicancias. Urge una reflexión concienzuda sobre el tema de los roles de género en la escuela, sin duda.