El año pasado le compré a Paulo el diario de Ana Frank, en una edición muy económica que encontramos en un supermercado. Fue su idea adquirirlo desde que lo vio.
Definitivamente es un libro que quizá sea poco apropiado para un niño de 9 años (los que tenía entonces), o de 10. No lo sé. Sin embargo, con su lectura -que va haciendo de a pocos- Paulo se ha interesado en un montón de cosas. Le ha dado por saber sobre historia judía, y específicamente acerca del holocausto y de Ana Frank y su familia. Se ha hecho preguntas bastante profundas sobre el bien y el mal, sobre por qué hay personas que le hacen daño a otras, sobre qué sienten esas personas, y qué piensan. Es un ejercicio de toma de roles fabuloso, que va ampliando sus horizontes sobre lo que ocurre en el mundo y sobre las experiencias de otros seres humanos, lejanos en el tiempo a él mismo pero cercanos de muchas otras maneras. Le dio también por tener un diario, que luego se convirtió más bien en una agenda y un planificador personal. Y por supuesto, aprendió muchísimas nuevas palabras.
Fue sin duda una buena compra, aunque inicialmente no lo pareciera.
Nota: foto tomada de aquí.
Tome contacto con este libro cuando tenía 8 años, lo vi a mi madre, pero nunca pensé que tendría tanta utilidad educativa. Profesora Susana, ¿qué opina sobre las reforma educativa francesa, que enfatiza en la asignatura de moral laica (algo así como formación ciudadana), lo leí en la pág. web de su ministerio de educación.
No estoy al tanto de la reforma francesa Victor Hugo, no he estado siguiendo las noticias pero por lo general, estoy de acuerdo con que haya formación ciudadana y que esta sea laica. Creo que la formación religiosa es importante para los creyentes pero no debería ser parte de la curricula escolar, sino de otros espacios destinados a ella.