Estoy de acuerdo con lo que se propone en este artículo, pero lo que la autora critica no son los nuevos métodos educativos sino un remedo de ellos. Es lo que ocurre cuando se malinterpreta el constructivismo y se termina haciendo cualquier cosa en las aulas, lo que lamentablemente ha pasado demasiadas veces.
En realidad, esas cosas sin estructura y con poca dirección no tienen ningún sentido. Son una mala lectura de autores como Piaget, por ejemplo, o una incursión en modelos psicológicos que no tienen nada que ver con lo pedagógico ni sirven para la escuela.
El artículo de El País, aquí.