Beca 18 para pueblos indígenas

Según esta noticia, para el 2016 van a disminuir las becas 18 que se otorgan a  estudiantes de pueblos originarios.

No sé en qué esté este asunto o si la noticia es o no cierta. Pero es muy preocupante. Ya de por sí hay un tema de fondo que creo que debería discutirse y es la restricción que hace la beca 18 a ciertas carreras por sobre otras. Es decir, la elección de carrera no es libre, hay un rango restringido de opciones por las que el estudiante puede optar. Debajo de esto está el viejo conflicto entre individuo (elección libre de lo que uno quiere estudiar siguiendo su propia vocación) y comunidad (elección forzada de aquellas carreras que son útiles a la comunidad, o más valoradas por ella). También está el asunto de fondo de que muchas universidades reciben a estos estudiantes sin prepararse para ello, cuando ya la experiencia ha enseñado que esto conduce al fracaso en muchos niveles y vulnera derechos (se puede leer sobre la experiencia de San Marcos, por ejemplo, que aunque no fue con beca 18 porque no existía en ese entonces sí sirve como antecedente y debería marcar lecciones aprendidas). Por ejemplo, de entre lo mucho que hay escrito puede leerse este texto de Eduardo Ruiz o este otro de Manuel Burga. Si ahora quieren poner nota 15 como valla de ingreso, entiendo menos el asunto…. La idea es apoyar de forma integral y pertinente a estos jóvenes en su proceso de ingreso, adaptación y mantenimiento en la universidad, no ponerles una barrera infranqueable de entrada la que, además, no significa nada desde el punto de vista cualitativo. Recordemos lo que pasó con la nota 14, puede leerse por ejemplo esta opinión de Virginia Zavala. Atención a esto.

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Comentarios

  1. elena escribió:

    Estimada Susana:
    Es una noticia preocupante, pero considero que hay un contexto que la rodea y que podría ayudar a entenderla.

    * Hace casi un año (sino más) que se habrían acabado los postulantes “aptos” para Beca 18 entre los pueblos originarios (incluido Quechua). Esto lo supe de una persona que trabajaba en una institución receptora de estudiantes de este programa.

    * El seguir recibiendo a estos estudiantes que no estarían aptos, pues sino el programa se “cae”, implica que las instituciones receptoras deben brindar más apoyo, para lo cual no están preparadas y tampoco lo está el programa. Este mayor apoyo implica más gasto contratando tutores, acompañantes y psicólogos, para que el servicio sea más personalizado y pertinente. Antes el programa asumía el gasto de estas contrataciones. Por lo que sé, ahora no lo hace, o bien lo hace de manera parcial. Y las instituciones receptoras, que quieren seguir manteniendo sus márgenes de ganancia, tampoco contratan la cantidad de tutores que sería necesaria (y con las calificaciones profesionales requeridas, pues implicaría más gasto).

    * Superar la poca “base” que traen estos estudiantes de pueblos originarios (incluido Quechua) genera que las instituciones receptoras dediquen hasta un año en el proceso de “nivelación”, con las consecuentes deserciones. Factores que influyen en las deserciones: soledad, falta de apoyo, percepción de que la carrera elegida es compleja, desaprobación en los cursos, robos, dificultad para adaptarse a una ciudad tan grande y desordenada, enfermedades, complicaciones en la familia que motivan a los estudiantes a volver a sus pueblos de origen (por ejemplo, fallecimiento del padre o la madre, abusos de toda índole cometidos contra los hermanos que ahora están solos, posibilidad de perder las tierras de la familia, envidias y habladurías de los paisanos de la comunidad que generan agresiones hacia la familia, etc. Estos ejemplos los conozco de primera mano).

    * A esto hay que sumarle que el programa ha estado fallando en los pagos mensuales a los estudiantes y que ahora ha agregado una penalización (¡!): descuentan un monto de la mensualidad por cada falta a clases. Si ya la mensualidad es exigua, imaginemos lo que recibe un estudiante que por motivos X falta a clases.

    * Todo lo anterior explica en gran medida por qué las deserciones estarían aumentando, por lo que al final no saldría a cuenta emitir tantas vacantes al inicio. Conclusión: las reducen.

    * Y también hay que contar la cantidad de alumnos que desaprueban los cursos y hasta ciclos enteros. Si tomamos en cuenta esto, tampoco saldría a cuenta emitir tantas vacantes, para perderlas después (con la inversión perdida en el camino). Conclusión: es mejor reducirlas.

    A todo esto, considero que un programa como Beca 18 requiere un análisis previo y una planificación exhaustivos para que funcione adecuadamente. Asimismo, el programa debería considerar la idiosincracia de los pueblos originarios, así como el choque cultural que se genera al llegar a Lima desde un caserío o un pueblo alejado. Finalmente, deberían ser conscientes de que la calidad educativa del país es baja a nivel nacional, y que los estudiantes de provincia y de zonas alejadas de hecho van a tener más dificultades. Considerado todo esto, las estrategias a tomar caen por sí solas.

    Saludos

    1. Susana Frisancho Autor escribió:

      Me da mucha pena leer esto. Yo también he escuchado historias, y he visto además lo mal que se han manejado ciertas cosas. Es chocante ver como hay gente que es capaz de corromperlo todo.

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