Un incidente en la Universidad San Martín de Porres ha hecho evidente la cuestionable forma de pensar del decano de derecho. Es una pena que tipos como este decano (que mejor debería confesarse de una vez como marketero de pacotilla) tengan alguna injerencia en la formación de personas.
Aquí puede leerse un buen comentario de Gonzalo Gamio sobre la sarta de necedades que el decano soltó intentando justificar su estrategia de mercadeo. Y aquí las palabras completas del decano, porque Gonzalo fue benevolente y solo copió la mitad. Con gente que piensa así, ¿de qué educación moral y ciudadana estamos hablando?