Hace unos días hemos vuelto de nuestro segundo viaje a la comunidad Asháninka Nueva Amazonía de Tomajao, que está en la cuenca del río Tamaya, en Ucayali. Conmo siempre, ha sido un viaje extraordinario de tremendo aprendizaje e impacto afectivo para nosotros, tanto profesores como alumnos. Y también relevante para la propia comunidad. Estamos convencidos de que estas experiencias y esta manera de hacer investigación nos interpela y nos enriquece a todos.
Tenemos una agenda de investigación en temas de desarrollo moral, educación ciudadana y desarrollo cognitivo, vinculado todo, como meta final, a la educación. Estamos construyendo conocimiento psicológico en estos temas con el objetivo de darlo a conocer, ponerlo en la agenda pública y contribuir de esta manera a las políticas educativas y sociales de nuestro país.
Quiero copiar aquí las palabras de Enrique Delgado, profesor del Departamento de Psicología de la PUCP y miembro de nuestro grupo de investigación, porque resumen muy bien lo que estos proyectos significan para nosotros como psicólogos, como profesores y como seres humanos. Estamos de verdad muy contentos y muy agradecidos. Dice Enrique Delgado:
El deseo de saber, de generar conocimiento, puede anudarse al deseo de justicia. Eso intentamos, de diversas formas, en el Grupo de Investigación en Cognición, Aprendizaje y Desarrollo: En comunidades Asháninka y Shipibo-Konibo, con ellas, para ellas.
Acabamos de regresar de un viaje a la comunidad Asháninka de Tomajao, en la cuenca del río Tamaya. Nos sentimos agradecidos y honrados por la generosidad de la comunidad, por la posibilidad de compartir con un líder histórico como Raúl Casanto, con Reyder Charles Sebastian Quinticuari y Benigno Vicente; líderes, maestros, amigos. Nos sentimos también en deuda, comprometidos, unidos.
Las comunidades del río Tamaya siguen luchando por la titulación de sus tierras, por una mejor educación (indigna que los jóvenes de las comunidades no cuenten con escuela secundaria) y el cumplimiento del conjunto de sus derechos. Y está muy presente el dolor por los sucesos de Saweto. No es pues, para nada, una excursión. Ni tampoco, solamente, un viaje de investigación. Se trata de ir construyendo juntos una historia más justa, desde nuestros roles y deseos.
Nota: En las fotos, profesores, alumnos y aliados del pueblo Asháninka en la comunidad y durante el viaje
