Enrique Delgado, profesor miembro del grupo de investigación en cognición, aprendizaje y desarrollo que coordino (G-CAD) hace esta excelente nota en su facebook que quiero replicar aquí aqhora que hay tanta confusión respecto a la psicología y las neurociencias (tema que he tocado varias veces en este blog, dicho sea de paso). Dice Kike:
Los avances en las neurociencias son muy interesantes y seductores. Sin embargo, la confusión entre mente y cerebro trae consigo varios problemas en la educación, la psicología y el psicoanálisis. Al respecto, me parece acertada y me gusta la postura del monismo anómalo de Davidson. Brevemente, aunque exista identidad ontológica entre cerebro y mente (muerto el cerebro, difícil pensar en que siga existiendo mente), las conexiones entre los hechos psicológicos no pueden reducirse a las conexiones físicas (mi deseo de que Perú clasifique algún día al mundial es mejor explicado en lenguaje mental que en términos neurofisiológicos). De allí lo anómalo. Acá un par de citas interesantes de su trabajo “La mente material”:
“un conocimiento completo de la física del hombre, aunque abarque con su modo propio de descripción todo lo que acontece, no tiene por qué proporcionar necesariamente conocimientos de psicología (algo señalado hace ya mucho tiempo por el Sócrates platónico)” (p. 125)
“Los descubrimientos realizados sobre la naturaleza del cerebro, y aun más, los que cabe esperar de quienes trabajan en este campo, arrojan un torrente de luz sobre la percepción, el aprendizaje y la conducta humanos. Pero con respecto a las funciones cognitivas superiores la iluminación ha de ser, si estoy en lo cierto, indirecta. No hay ningún sentido importante en que la psicología pueda reducirse a las ciencias físicas” (p. 153)
Referencia: Davidson, D. (1994). La mente material. En: Filosofía de la psicología (pp. 111-153). Edición Bilingüe. Barcelona: Anthropos.