Durante la presentación de una investigación que un colega y yo realizamos sobre ejemplos morales (personas con altos compromisos éticos de vida y dedicación al bien común), una antropóloga que escuchaba en el público lanzó una pregunta sobre el narcisismo. Su pregunta más o menos era así: ¿porqué no incluimos el concepto de narcisismo para explicar el comportamiento de estas personas? ¿por qué todo se interpreta desde ser “buenas personas” y no desde buscar la propia gratificación, ya que a estas personas hacer el bien y ayudar a otros los hace felices? ¿Por qué se le teme al concepto de narcisismo? ¿No sería mejor decir que estas personas hacen el bien para autogratificarse y que son narcisistas en ese sentido, para así reconocer que todos lo somos y que es el narcisimo lo que nos mueve a actuar?
Hay un error de fondo en el planteamiento de estas preguntas y si las traigo a colación es porque es muy común, desde otras ciencias sociales, usar conceptos psicológicos a la ligera, de manera distorsionada o con una interpretación diferente que no es la que se tiene en la psicología.
De manera muy general, el narcisisimo implica por definición la incapacidad de mirar al otro. Una persona narcisista está centrada en sí misma y no tiene capacidad real de percibir psicologicamente a los demás. En el caso de los ejemplos morales pasa exactamente lo contrario: son personas con una gran capacidad de mirar a los otros a la vez que a ellos mismos, y de preocuparse por el bienestar del otro, por el crecimiento del otro, por la justicia para la vida del otro. A eso dedican sus esfuerzos y eso los motiva como sentido de vida. Por supuesto, hay una satisfacción personal en perseguir esos ideales pero no es una gratificación narcisista sino una satisfacción que deriva de la experiencia de coherencia del self, es decir, de experimentar un ajuste entre los ideales que tienen en la vida y que son valiosos para ellos (porque forman parte de su definición como seres humanos y de su self ideal), y su comportamiento concreto en relación a los demás. En este sentido, hay un yo fortalecido pero que no pasa por la anulación del otro para definirse y existir sino más bien por la intregración de los demás dentro del propio sistema de principios éticos y de sentido más profundo de la vida.
Entonces, no se trata de personalidades narcisistas sino de identidades morales altamente desarrolladas, y la pregunta de la antropóloga, en ese sentido, me pareció desorientada. Pero me ha servido para escribir esta breve nota que intenta ser aclaratoria. He tocado este tema en varias ocasiones en este blog y para el que desee profundizar recomiendo sin duda los trabajos de Augusto Blasi.
Coincido en la idea de una vulgarización del concepto de Narcisimo, ya que la menos para el psicoanálisis hace referencia a un momento particular de la conformación subjetiva. Se refiere a ese momento de constitución subjetiva en que por medio de una función especular el niño puede agrupar el caso de su experiencia en una imagen de cuerpo que contenga todos sus impulsos y sensaciones. Cosa que no termina de configurarse en las esquizofrenias severas y algunos casos de autismo (No al menos de la misma manera que en las estructuras neuróticas).
Espero no haber sido demasiado técnico…
Dicho de otra manera, es necesario que ese bebé se constituya una imagen de sí mismo coherente y funcional(libidinizada) para que se reconozca a sí mismo como sujeto.
A lo que hace referencia la antropóloga, desde el punto analítico, es al concepto de goce.
Alguna vez también tuve esta idea, porque asumía que el narcisismo se manifestaba como un sentirse bien, la felicidad al reconocerte como bueno. Pero bueno, ahora cambia la concepción. Ahora, me surge una pregunta ¿es narcisista la persona que hace el bien pero en la búsqueda del reconocimiento social? Creo que no es moralmente correcto el valerse de otros para tener el aplauso del público.
De acuerdo. El término se usa muchas veces de manera muy ligera y pierde especificidad. Por ejemplo, a veces se usa como equivalente de individualismo (en textos que trabajan las relaciones entre cultura, subjetividad y psicopatología) o como en el comentario que suscita el post, para aludir a la autogratificación pero sin distinguir si esta responde a un reconocimiento del otro en su especificidad o no. Es una diferencia fundamental y no tenerla en cuenta es extraviarse por completo.
Y esto aun considerando las diferentes aproximaciones que desde hay desde el psicoanálisis al concepto (ya Susana comentaste desde la psicología). Solo en Freud mismo, el término tiene varios sentidos que, más allá de todo lo que se puede discutir sobre cada uno de ellos, es necesario distinguir. Resumiendo al máximo, el narcisismo es considerado en un momento como una fase del desarrollo libidinal, ubicada entre el autoerotismo y el amor objetal. En otro momento, con la noción de narcisismo primario, se puede decir que el narcisismo se identifica con el autoerotismo como fase primigenia de desarrollo libidinal (concepción difícil de sostener, pero bueno, ese es otro tema). Pero en cualquier caso, este narcisismo primario debe distinguirse del narcisismo secundario como retorno de la libido dirigida a objetos externos sobre el yo. Claro, hay más matices y Freud no es el psicoanálisis. Luego de él la noción de narcisismo ha seguido desarrollándose, por supuesto, pero a través de distintas formulaciones, se apunta a distinguir cuando el otro es simplemente un medio o una extensión del sí mismo o se ha logrado, progresivamente, la capacidad de reconocerlos en su especificidad. Lo que sí me parece claro es que el comentario no ha apuntado a identificar los ejemplares morales con la noción clínica de personalidades narcisistas (que implica un sí mismo patológico, no simplemente autogratificación).
En fin, me quedan varias preguntas: ¿por qué incluir una noción imprecisa de narcisismo para explicar el comportamiento de estas personas? ¿por qué se le teme a no usar el concepto de narcisismo? ¿por qué si es pertinente utilizarlo no lo delimitamos mejor? ¿por qué la autogratificación sería excluyente de la consideración del otro? ¿por qué mejor no reconocer que la motivación para hacer el bien es compleja?
"personas con altos compromisos éticos de vida y dedicación al bien común" No veo por qué tienen que las dos cosas juntas: el compromiso ético y la dedicación a una tarea. La tarea puede llevarse a cabo sin el compromiso ético. Podríamos decir "soldados patriotas que dedican su vida a la defensa de la patria" y de inmediato se ve que no es necesario ser patriota para inscribirse en un ejército.