El otro invisibilizado y las carpetas garabateadas

Para saber que estamos mal en educación me bastan los detalles que percibo en el día a día, que son los que en verdad revelan que ese punto que aparentemente hemos subido en las evaluaciones nacionales no es más que pura ilusión. Ayer me quedé de una pieza al escuchar de boca del encargado de recursos humanos de una entidad pública muy importante, que en las sesiones de evaluación para selección de personal tienen chicos recién egresados de la universidad que, sí, en plena evaluación, rayan y escriben en las mesas en las que están dando los exámenes. Tanto así, que los evaluadores decidieron mudarlos a un aula mucho más vieja, fuera del salón con alta tecnología y muebles nuevos en los que estaban aplicando las pruebas.

La verdad, más allá de lo terrible que es ver a adultos destrozando de esta manera la propiedad pública (habían roto un water también, al ir al baño), lo que llama mucho mi atención es el modo en que estos jóvenes están imposibilitados de imaginarse al otro, de adelantarse a cómo ese otro -en este caso los evaluadores- juzgará su conducta. Ni pizca de algo que se parezca a pensar de qué manera los demás verán su comportamiento, qué se espera de ellos en el rol de postulantes a un trabajo, cómo el escribir en el mobiliario se relaciona a su desempeño futuro para el puesto al que pretenden ser contratados… nada de eso está presente en estos jóvenes, que actuan con una mezcla de falta de control de impulsos, desinterés por lo público, incapacidad para relacionar procesos y seguramente, un deficiente desarrollo de los juicios morales. Que terrible. El puntito que dicen que hemos subido en las evaluaciones nacionales de verdad que no significa nada.

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Comentarios

  1. Elena Saona escribió:

    Estimada Susana:
    Es lamentable el comporamiento de estos jóvenes y se hace evidente que las notas en las evaluaciones censales no reflejan el nivel cultural y de ciudadanía de nuestros jóvenes.
    Existe una relación entre el desarrollo cognitivo y el desarrollo moral, pues una persona que se ha quedado en un egocentrismo cognitivo, difícilmente va a poder ponerse en el lugar del otro y ni podrá suponer (o hipotetizar) las consecuencias de sus actos y de los ajenos.
    Las evaluaciones nacionales solo miden "contenidos"; pero dejan de lado los valores, el pensamiento, el juicio moral, etc. Y eso es lo que nos sigue manteniendo, a pesar del repunte económico, en la categoría de países subdesarrollados: el bajo nivel cultural.
    Saludos.

  2. sfrisan Autor escribió:

    Yo me quedé impresionada Elena. No se me hubiera ocurrido nunca que egresado de una universidad, por mas mala que esta fuera, estuvieran tan en la luna respecto a lo que es una evaluación laboral.

  3. Ela escribió:

    Estimada Susana,
    Lo que me pregunto frente a estas conductas es cómo las asumen los evaluadores: ¿qué pasa si uno de los ‘rayadores de carpetas’ obtiene un puntaje aprobado en la prueba en sí? Se le contrata? Tendrán criterios mínimos para considerar estas conductas como inhabilitantes para acceder a un puesto de trabajo?
    Saludos!

  4. ANA ORTIZ CHALAN escribió:

    ESTE ARTICULO NOS DA UN MENSAJE DE COMO SABER COMPORTARNOS YA QUE SI SOMOS PERSONAS MAL EDUCADAS NO PEDREMOS REALIZAR ALGUNA ACTIVIDAD Y COMO PERSONAS ESTARIAMOS DANDO UN MAL EJEMPLO

  5. debohra katherine chavez reyes escribió:

    cuando hablas en la primera parte :Para saber que estamos mal en educación me bastan los detalles….
    yo en lo personal te doy toda la razon xque cuando estaba en mi colegio nacional y luego sali a una academia para prepararme me di cuenta del nivel de baja calidad de enseñanza que me estaba ofreciendo mi colegio, el estado deberia invertir mas en en estudios yo creo que asi el PERU REALMENTE AVNZARIA
    Aunque sea abrir mas academias, mas s bibliotecas mas unversidades nacionales

  6. elena saona escribió:

    Estimada Susana:
    Tomé el caso que detallas en este artículo como una pregunta de examen y la mayoría de mis estudiantes coincidieron que estos jóvenes se encontraban en la etapa preconvencional, pues solo se preocuparon por satisfacer sus impulsos sin pensar en el otro ni en las consecuencias de sus actos. Es más, algunos dijeron que, como no había cámaras, pensaron que no iban a descubrir quién había sido. Sin embargo, hubo un grupo no despreciable que opinó que los jóvenes del caso estaban en la etapa convencional, pues manifiestan una conducta que toda persona hace cuando está aburrida. Puede parecer increíble, pero consideraron que "lo que todo el mundo hace, está bien". Finalmente, dos estudiantes respondieron que los jóvenes del caso estaban supuestamente en la etapa postconvencional, pues hacían uso de su libertad individual, es decir, "hacían lo que les daba la gana".
    Adicionalmente, hice otra pregunta acerca de si el nivel de pensamiento de los jóvenes del caso era coherente con su nivel de juicio moral y, en esta ocasión, la gran mayoría respondió que no, pues se habían comportado como bebes, como niños caprichosos, que no pueden controlar sus impulsos, etc. Sin embargo, como puedes observar, no dieron una respuesta que abordara el tema de nivel de pensamiento. Solo dos alumnas respondieron que estos jóvenes, por la edad, debían tener un pensamiento hipotético-deductivo y, por lo tanto, podían haber hecho hipótesis sobre cómo sería tomada su conducta y, en base a eso, podían haber actuado de otra forma.
    Las respuestas de mis estudiantes son un claro ejemplo de que el juicio moral y el desarrollo del pensamiento está bastante disminuido en nuestros alumnos. Preocupante.
    Saludos.

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