Los que se oponen a las reglas

A lo largo de mi vida, desde que me interesé en estudiar el desarrollo moral, me he topado con un sinnumero de personas reacias a dejarse regular por normas o leyes,  y he ido coleccionando sus frases e ideas. Así, están los empresarios que se niegan a formalizar a sus trabajadores con el cuento de que “tanta regulación atenta contra la empresa”, pero también los trabajadores que, como la señora peruana migrante en la ciudad de Buenos Aires, donde se dedicaba al comercio ambulatorio, protestan con fuerza en la calle con el argumento de que allá “quie

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ren que nos formalicemos pero a nosotros eso no nos conviene”.

Por supuesto, también están los libertarios extremos y dogmáticos, que por ideología se oponen a cualquier regulación porque la piensan atentatoria contra su libertad (su pretendido derecho a hacer lo que les da la gana, diría yo) y porque creen que cuando un Estado regula la conducta de los ciudadanos (con una ley que prohibe la discriminación, por ejemplo), se convierte en un estado inquisidor y abusivo frente al libre albedrío de las personas.

Y obviamente, están los que se oponen a cualquier regulación porque la consideran injusta, porque creen que pueden hacer lo que deseen en aras de -por ejemplo- trabajar, o evitar caminar mas de la cuenta (por eso no obedecen las señales de tráfico y cruzan las pistas por donde sea), o salir de la pobreza (el argumento de la pobreza lo he oído muchas veces para justificar la informalidad). Y hace unos días Eduardo Gonzale Cueva me aportó está más, escuchada por él en un taxi limeño: “Susana Villarán solo nos pone las cosas mas dificiles. Ahora, van a poner multa por voltear a la izquierda en la Javier Prado. ¡Figúrese! ¡No es justo pues!“.

Lo cierto es que, por la razón que sea, mucha gente está acostumbrada a hacer lo que le da la gana, a pasarse por encima de la ley y a no seguir las normas más elementales de comportamiento. Y esto, tan arraigado en tantas personas en el Perú, tiene sin duda su origen en un proceso de socialización que no ha ofrecido a la persona suficentes intercambios como para que ella construyael mundo como un lugar en el que las personas tienen derechos pero también responsabilidades.

Menciono esto porque he vuelto a ver, esta mañana, un auto en el que iba un papá manejando con su hijo de unos dos o tres años sobre las piernas, en plena avenida Cesar Vallejo, en Lince, en una tremenda camioneta subaru, muerto de risa y con todo desparpajo.  Ya toqué este tema aquí, y vuelvo a tocarlo porque quiero resaltar que conductas como esta, por parte de los padres, son la semilla de la desregulación y la falta de respeto posteriores. Un niño puede desear manejar y pedírselo a su papá, pero es el padre el que debe educarlo permitiéndole un intercambio que le haga entender por qué no es aceptable hacerlo, cual es el sentido de las normas, qué puede pasar si lo sienta sobre las piernas (menos posibilidad de maniobrar, dificultades de visibilidad, etc.) y como eso pone en peligro a muchas otras personas, que son ciudadanos también, y cuyas vidas son importantes. En suma, el padre no debe sucumbir a los deseos del niño ni hacerle sentir que estos pueden gobernar su conducta sin que importen las consecuencias.

Esta falta de sentido común por parte del padre en la interacción con su hijo es parte importante del origen del egocentrismo futuro de muchas personas, que creen que las reglas les ponen límites a su libertad o que ellos están, de alguna manera, mucho más allá de las leyes.

 

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Comentarios

  1. cabarceno escribió:

    Todos estos aspectos que comentas se aprenden desde pequeñito, si desde la niñez te enseñan a seguir las normas, de mayor tiendes a cumplirlas.

  2. Alvaro Gonzalez Riesle escribió:

    Querida Susana:
    Reiterándote mis felicitaciones por tu interesante conferencia del 5 de abril, te comento que me sucitó muchas ideas que paso a compartir contigo:
    Interrogantes que me sugirió tu exposición:
    ¿Puede la PUCP:
    a. Contribuir a la formación de un ciudadano peruano de mejor calidad para el Perú del Siglo XXI?
    b…Efectuar un estudio de Marketing Profesional para determinar el número de especialistas en Desarrollo Moral,Educación en Valores, y Educación Ambiental que se requieren anivel nacional?
    b…Crear un grupo de docentes de Psicología y Educación para diseñar un proyecto de formación de los mencionados especialistas para que pasen a formar parte de las Facultades de Educación y Psicología y de los Institutos Pedagógicos Nacionales del Perú?
    c…Incluir en este proyecto inserciones curriculares para las mecionadas instituciones bajo la forma de cursos, talleres, diplomados y maestrias en las areas arriba mencionadas?
    …Iniciarse las acciones mediante un estudio piloto en la PUCP que después se haga extensivo a otras universidades?
    Creo que en este campo hay muchísimo que hacer y hay que hacerlo pronto para evitar el incremento del desfase entre crecimiento económico y desarollo moral que puede repetir el fenómeno del Siglo XIX que Basadre denominó la Prosperidad Falaz: Llega mucho dinero, que se queda en los bolsillos d eun grupo gobernante corrupto, el pueblo peruano sigue igual y peor y acumula una frustración más. Que no se cumpla en nosotros la frase de Pablo Macera. "EN EL PERÚ SIMPRE HACEMOS MENOS DE LO QUE PODEMOS"
    Si te decides a aplicar tu capacidad entrenada a este desafío que nos plantea el Perú, cuenta conmigo.

    Saludos cordiales de

    Alvaro Gonzalez Riesle

  3. sfrisan Autor escribió:

    Muchísimas gracias Alvaro.

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