Usualmente en estas fechas algunos colegios me buscan para dar charlas a los profesores. Cada que he podido he aceptado, siempre y cuando lo que me pidan caiga dentro de los temas que manejo. No acepto pedidos de temas que no tiene nada que ver con las áreas que investigo y que enseño, porque sería de alguna manera engañar a los profesores dándoles un refrito de algo que muy bien se puede encontrar en los libros.
Ahora, lo que si creo que es importante pensar, es que una “charla” puede resultar insuficiente para las metas que el colegio se plantea para la formación de sus profesores. En temas como desarrollo moral o educación en valores, que es el que usualmente me piden los colegios, esto es especialmente cierto. Con frecuencia ocurre que los profesores tienen muchas creencias ya formadas sobre el tema, la mayoría de ellas contradictorias con lo que yo les planteo, y entonces una charla de una hora no hace absolutamente nada, salvo exponerlos a un par de ideas que muchos de ellos rechazan porque colisionan con su sistema de creencias y/o con su experiencia de aula. Entonces, en estos casos es mejor ni siquiera intentar trabajar el tema, y esperar hasta que el colegio tenga mayor disposición para dedicarle un tiempo prudencial, con varias sesiones formativas y de acompañamiento.
Mi experiencia me dice que en el tema del desarrollo moral las charlas suelen ser inútiles, especialmente las muy cortas. Y esto lo plantean también las investigaciones.