No entiendo a los profesores que usan el recreo de los niños como una forma de castigo… ¿en qué están pensando al privar al niño de la posibilidad de jugar? Imagino que a veces los chicos colman su paciencia y al no saber como controlarlos optan por dejarlos sin recreo como una sanción, pero esta medida es realmente contraproducente, la peor de las sanciones imaginables, un abuso que no tiene nombre y que no debería ocurrir. Aunque ocurre, lamentablemente, con más frecuencia de la que se piensa.
Un ejemplo, que es realmente el colmo de los colmos: Fernando Becker me contó sobre una escuela brasileña de periferia (si no me equivoco, en la ciudad de Pelotas) donde los niños eran tan agresivos en sus juegos que desbordaban por completo la necesidad de control de los profesores, los que no tuvieron mejor idea que prohibir el recreo de una vez por todas y para siempre!
Una lástima que profesores e incluso algunos padres piensen que cuando el niño juega no está haciendo más que perder el tiempo. No saben o no se dan cuenta que el juego es un lugar pleno y fundamental para el desarrollo infantil. Mediante el juego el niño organiza y construye la realidad y, como afirmaba Piaget, de este modo se organiza y se construye a sí mismo. El juego es el lugar por excelencia en el que el niño construye su pensamiento: clasifica las cosas, las ordena en series, las juzga, las valora, las trasforma, comprueba y predice sus causas y sus efectos, coordina puntos de vista y coopera con otros… a veces el juego espontáneo hace mucho más por el pensamiento de los niños que una clase preparada, aunque el profesor piense lo contrario.
Piaget dijo que el juego y la imitación son formas esenciales de construcción de la función simbólica y de organización del mundo. Cuando veo a Paulo jugar, veo en realidad a un pequeño ser humano poniendo en escena todas sus capacidades para dar sentido al mundo: por ejemplo (y solo en lo concerniente a la operación de clasificación), él organiza sus piezas de lego de múltiples maneras: por colores, por tipo de pieza (en una caja las cabezas, en otra los sombreros, etc.), por temática (en un lado los lego star wars, en otro lado los lego de piratas), por valoración (los buenos y los malos, los que tienen cara sonriente y los que tienen cara triste o cara furiosa, los feos y los más bonitos), por tiempo de adquisición (los que se compró primero y los más recientes…) e intersecta clases, pues se da cuenta de que hay piezas que pueden ir en más de un grupo a la vez. Sus sistemas clasificatorios son múltiples y complejos y responden a criterios propios, no se necesita enseñarle teoría de conjuntos ni hacerlo clasificar de manera forzada o arbitraria para que él ponga en marcha estas operaciones. Y esto ocurre en todo tipo de juego de una forma u otra.
Un profesor muy perspicaz se dió cuenta una vez que aquellos niños que no respondían bien a una prueba piagetana de conservación de líquidos rendían muy mal en matemáticas. Pero a partir de esta importante constatación, realizada por él mismo, el profesor no sabía qué hacer: se daba cuenta de que no tenía mayor sentido seguir enseñando matemáticas porque los niños simplemente no la entendían, pero no se le ocurría alguna alternativa que le permitiera dar salida al problema.
Pues bien, la alternativa está en el juego. Hacer a los niños jugar, con agua por ejemplo, con envases de diferentes formas y tamaños, hacerlos predecir cosas respecto al comportamiento del agua, someterlos a las ideas de los demás, a los distintos puntos de vista sobre las cosas, hacerlos probar y experimentar, construir hipótesis, operar sobre la realidad y abstraer de ella las cualidades tanto de los propios objetos (abstracción empírica) como las que no están en los objetos sino que son construidas por el propio niño (abstracción seudo-empírica y reflexionante) es la mejor manera de ayudar a que construyan las estructuras lógicas que tienen a medio camino y que no les permiten beneficiarse, en este caso, de la enseñanza de la matemática.
Jugar pues, es esencial y no se puede prohibir ni desestimar. Los profesores que prohibieron para siempre el recreo en esa pequeña escuela brasileña seguramente lo hicieron con la idea, absurda por supuesto, de que al dejar a los niños sin ese espacio vital les quedaría solamente la imitación (para seguir con las dos categorías piagetanas), y que sin la posibilidad de jugar en el recreo los niños los imitarían a ellos como profesores, se interesarían por el estudio y se comportarían “bien”. Pero nada más lejos de la realidad, nada más desconocedor del desarrollo infantil y nada más irrespetuoso de la dignidad, la esencia y los derechos de los niños.
Estimada Profesora;
Así como usted nos ha expuesto que el juego es un momento necesario para la recreación y el desarrollo de la creatividad dentro del día. No tienen un significado similar las vacaciones dentro del año. Sin embargo la tendencia moderna es a reducir los periodos de vacaciones escolares, con el pretexto de mas horas anuales de clases. No estamos creando seres robotizados para el trabajo?
Estimado Carlos, en realidad, lo que las investigaciones vienen demostrando es que las vacaciones tan largas son contraproducentes en tanto los niños no mantienen el ritmo de lo aprendido en el aula y muchos simplemente "olvidan" las cosas por desuso. Claro, esto no pasaría si los aprendizajes fueran verdaderos, pero sabiendo que la escuela es como es lo que se recomienda no es anular las vacaciones pero si quizá espaciarlas a lo largo del año. Mejor tener los 3 meses repartidos en periodos cortos, que tenerlos juntos en un solo bloque. Lo que sí, no hay que perder de vista que jugar es importante y el buen ocio contribuye sin duda al desarrollo infantil. Gracias por comentar.
Valioso comentario estimada Susana: Justo mis hijos reclaman a gritos que el cole sea mas creativo y no soportan en muchos casos las arcaicas metodologías memoristicas copiativas, después la sociedad reprime y critica el copy-paste profesional, pero el mega-modelo educativo en su mayoría lo construye a diario.
Por otro lado el valor de lo que escribes esta demostrado en los nuevos sistemas de negocios que incluyen en las oficinas ludotecas completas para que el personal de oficina JJJUUUEEEGGGUUUEEE libremente como terapia vivencial y creativa.
Moraleja: Lo que un dia te fue quitado, algún dia te sera imprescindible en la vida profesional.
Saludos y gracias por el tema que cayo como lluvia de lunes para refrescar mentes.
Estimada Susana:
Me pregunto que pasa cuando los recreos se convierten en espacios de agresion y discriminacion para algunos niños, donde algunos ‘juegan’ y otros ‘sufren’ el juego de éstos, sin llegar al bullying; peor aun, cuando en la denominacion linguistica se apela a la famosa frase: ¡pero si son chicos, asi juegan!! pasa un rato y luego se amistan!!. Estas situaciones son ciclicas, no llegan a nada grave, pero la repeticion del ciclo llega a ser desesperante.
En esto, creo que es de vital importancia estandarizar la nocion de ‘juego’ a nivel escolar en terminos tan simples que todos los grupos puedan entender lo que exactamente se pretende decir. La complejidad teorica, conceptual, sin apelar a su aplicación fáctica puede prestarse a diversas interpretaciones, todas válidas, pero finalmente confusas si es que cada cual (por ejemplo, cada profesor de aula) la aplica de acuerdo a su libre entendimiento.
Que bueno que el artículo te haya gustado Noel.
Ela, yo creo que los profesores deben estar atentos a los juegos infantiles. Me parece terrible ver colegios donde el patio es tierra de nadie pues mientras los niños juegan no hay un solo profesor alli compartiendo los juegos con ellos, o simplemente cuidándolos. Si hay problemas en el recreo la solución no es prohibir el recreo. Prohibir no soluciona nada, al contrario, no hace al niño avanzar en la solución de sus dificultades y solamente logra que estas aparezcan en otro espacio, donde no haya prohibición. Lo que hay que hacer es trabajar con los niños de modo conjunto para que tomen conciencia de lo que están haciendo, de como lo que hacen afecta al otro, y darles alternativas y/o herramientas para solucionar los problemas. Esto por supuesto cuesta, es trabajo, es de mediano o largo plazo, pero es la única manera segura de lograr personas más autónomas y conscientes de los otros.
Me olvidaba: si algo se debe prohibir, debe hacerse siempre incorporando al niño en la decisión. No es lo mismo prohibir las cosas vertical y autoritariamente y sin lugar alguno a negociación o reclamo, que avisar a los niños de las consecuencias de su conducta, darles opción a autorregularse y cambiar, y si no lo logran, trabajar con ellos mismos las consecuencias y asumirlas conscientemente reflexionando sobre su lógica, dejando siempre abierta la puerta a que ellos se regulen, modifiquen su conducta y vuelvan a obtener el privilegio que perdieron. Lo primero es nefasto, lo segundo sí es educativo.
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