Ahora que aun no empiezan las clases de la universidad, dos veces a la semana me doy tiempo de llevar a Paulo a sus clases de natación temprano por la mañana. Recién está aprendiendo a nadar luego de varios años de no querer ni meter el dedo gordo del pie en una piscina; se trata pues de una conquista fabulosa, ya que no solo se mete al agua y recibe clases (cosa impensable unos meses atrás), sino que además, estas le encantan!
Pues bien: mientras lo espero en las gradas, mirando sus clases y alentando sus avances, tengo que escuchar a la mamá de una niña bastante mas chica que Paulo, que toma clases junto con él. La señora se sienta a mi lado en las escaleras y observa a su hija en la piscina a la vez que repite sin parar, durante toda la hora de clases (y con una cara muy dura, además), frases como las siguientes:
¡No te quedes!!! Avanza!!!
¡No te distraigas!
¡No mires a los otros niños, tú haz lo tuyo!!!
¡Estira los brazos! ¡Están caídos, estíralos!
¡Patea!
¡Patea más fuerte, no pares!!
¡Ya te dije que no te distraigas!
¡No dobles la cintura, quédate recta!
¡No estás recta, no te hundas!
¡La cabeza dentro del agua!!!
¡Se te está saliendo el gorro, acomódatelo!
¡No estás llegando al final, no debes parar a la mitad, llega hasta el otro lado!
Y un larguísimo etc.
La verdad es que a mi me pone un poco ansiosa escucharla criticar el desempeño de su hija durante toda la hora de clases: ninguna felicitación, ninguna palabra de aliento al esfuerzo de la pequeña. Solo críticas. He tenido que morderme los labios para no pedirle que se calle, porque con sus comentarios lamentablemente no está haciendo más que quitarle la motivación a su hija, una niña de 3 años que va a la piscina de lo más feliz y que todavía, felizmente, parece no afectarse por las palabras de la madre. Pero esto no será así para siempre.
En un post futuro escribiré sobre la motivación, un proceso mucho más complejo de lo que usualmente se piensa. Aquí basta decir que el tipo de interacción que esa mamá tiene con su hija, para esa determinada tarea, no favorece la motivación de la niña por aprenderla y dominarla. Al contrario, le pone la valla tan alta que puede tener el resultado opuesto: hacer pensar a la niña que ella no reune las condiciones para tener éxito y por lo tanto, desmotivarla por completo, o generarle una motivación orientada no al dominio de la tarea en sí misma, por el placer y el sentido que esta tiene para ella (la verdadera motivación intrínseca) sino a la satisfacción de las demandas y exigencias de la madre, lo que será siempre una meta externa, poco sostenible en el tiempo, generadora de problemas y que no apunta al aprendizaje autónomo y aurtorregulado.
Explicaré más sobre esto en otro post dedicado al tema.
Yo si creo que podría ser adecuado que hagas algún comentario a esa mamá. Muchas veces me es muy difícil contenerme cuando veo una madre gritando como loca a su hijo, o peor aún zarandearlo. Creo que un critica constructiva puede ser muy útil en estos casos; y si a pesar de nuestra buena intención la mujer rechaza dicha crítica y se cierra en ese momento (más por "no perder ante los demás"), creo que más adelante puede rectificarse y tornarse más cuidadosa.
En las fiestas infantiles también se ven bastantes de estos comentarios que nada ayudan en el desarrollo de los niños.
"¿Por qué no te lanzas bien del inflable?"
"Mira cómo lo hace Juanita. Hazlo bien"
"Juega así"
Etcétera
Lamentablemente hay padres que no miden lo que dicen. Una frase puede marcar la vida de un niño.
Hola Monica. Se que tienes razón, en otras oportunidades he intervenido (una vez por ejemplo, cuando un papá le hacía hacer pichi a su hijo en la arena de los juegos infantiles donde apoyaban las manos montones de niños!), pero las mamás y papás no siempre se lo toman a bien. O yo no lo digo con el tono adecuado, quizás, y ellos se irritan. Pero lo intentaré la clase siguiente. Gracias por comentar.
Muy interesante el tema espero su artículo referente al tema
Susana:
Saludos. Cada vez es más común la conducta de la señora que describes. Y, a mi criterio se debe, entre otros factores, a ese discurso del "exitismo" que ha penetrado nuestra sociedad. Una muestra de esto es el afán de buena cantidad de padres de que sus hijos acaben cuanto antes la secundaria: mientras más jóvenes terminen la secundaria, mejor, aunque no hayan cumplido las etapas necesarias para un adecuado desarrollo integral. Y cuanto más jóvenes ingresen a la universidad, mejor, pues son catalogados como "genios", aunque una vez adentro no tengan un buen desempeño. El exitismo ha penetrado casi todo, para eso están los American Idol, los premios a granel, los concursos de competición hasta para bebés, etc. Pero lo lamentable es que los más vulnerables, los niños, se ven sometidos a este absurdo, en el que en vez de premiar la profundidad, se premia lo superficial y la competitividad a ultranza. Esto no genera desarrollo ni felicidad para nadie, solo produce insatisfacción, neurosis y mucho vacío.
Elena Saona
Estoy de acuerdo con el comentario de Mónica, creo que debes hacerle ver su error a esa señora.
No me parece que condicionemos acciones naturales de nuestros hijos, de allí nacen las frustraciones y la inseguridad de las personas mayores.
Interesante el planteamiento, e importante el comentario de Elena Saona. Un par de ideas más sobre una posible génesis de una actitud "exitista" en los padres:
1. "Time is money": Mientras más rápido quemen los chicos las etapas, más rápidamente ingresarán al mercado, ganando ventaja sobre aquellos chicos que se demoren.
2. Los crecientes costos de la educación se reducen proporcionalmente si se evitan "jaladas" y repeticiones y se logran objetivos "pedagógicos" con mayor rapidez.
No resulta difícil determinar que un rápido y "exitoso" ingreso al mercado laboral libera a los padres de posteriores costos y gastos.
Las consideraciones psicopedagógicas simplemente no existen.
buenas noches dra frisancho. Le saluda carmen mayo madre de un niño 4 años 9 meses, mi hermana profesora de educacion inicial me aconsejo revisar su blog. hace poco nos hemos mudado a lima (yo y mis hijos el de 4 y uno de 1 año)desde ica. Busque incansablemente un "buen colegio" para sebastian el mayor. el tiene buena disposicion para sus clases pero el horario las tareas, son "mas recargadas", mi hijo siempre ha sido medio distraido y no le gusta hacer "tareas" el dice que eso no es divertido. Actualmente me estoy dedicando al 100% a el y sus labores escolares pense que ibamos bien pero hoy me dijo algo aterrador..perdi la paciencia y en tono enfadado le dije SEBASTIAN AGARRE BIEN EL LAPIZ, TU SABES COMO ES…y el rompio el llanto..me dijo "no me grites mama.soy tu hijo"…a mi no me gusta hacer tareas..ya hice dos..esto no me divierte.no quiero hacer tantas tareas..a mi me gusta jugar…
me quede mirandole..le pedi disculpas y no dejaba de llorar..me dijo que ya estaba cansado..dra..solo habia hecho dos tareas,y no seguidas..habia salido al parque..jugo con unas amigas..se baño..y hizo una pequeña siesta..cuando le dije que fuera a descansar le pregunte si ya queria dormir o queria su cuento ..me dijo no..quiero esto y me señalo una enciclopedia pequeña de los insectos la repaso con cariño DOS VECES y con naturalidad me preguntaba y me enseñaba..estaba aprendiendo y no se daba cuenta..por que no quiere hacer entonces las tareas..por que no le gusta…yo quiero que el disfrute al pintar..al conocer..no quiero DESMOTIVARLO..AYUDEME..
Carmen: Creo yo que dejar muchas tareas a un niño tan pequeño es contraproducente. ¿Cuánto rato pasa haciéndolas? Probbalemente las tareas le están resultando poco motivantes y pesadas. Pruebe a dividirlas, primero hace una, descansa un rato o hace otra actividad, luego la siguiente, y así. Pero insisto en que a un niño de esa edad no se le deberían dejar muchas tareas.