He recolectado excusas de campeonato dadas por los alumnos para explicar por qué faltan a clases (o a algún examen o actividad):
1) No voy a poder venir a su curso, ni al examen, porque esos días tengo partido (excusa que me dió un alumno en un diplomado en el que yo dictaba, y con la que quería negociar que yo le tomara el examen del curso en otra fecha. El alumno era profesor de educación física, para más señas, y tenía un evento deportivo o algo parecido los días de clases y el día de la evaluación final)
2) No podré ir a dar su examen porque justo tengo un desfile (excusa que una alumna le dió a un profesor amigo, de la especialidad de filosofía de la PUCP. La alumna era modelo.)
3) No vine ayer al grupo de investigación porque fuí a la peluquería. Sincerísima excusa que le dió una poco comprometida estudiante a Fernando Becker, cuando este se esforzaba gratuitamente y de puro buena gente, dejando de lado sus propios proyectos, por ayudarla a sacar adelante su tesis.
4) Ayer falté aunque me tocaba exponer porque me quedé dormida. Excusa que una de mis alumnas quiso que yo aceptara como válida para no ponerle un desaprobado cuando simplemente no se apareció el día de su exposición.
5) Y la última: No vine a clase ayer porque estuve pegando el papel crepé del periódico mural de mi salón y había que hacerle su blondita alrededor y otras cosas y eso toma tiempo. Aunque no lo crean, esta fué la excusa de una alumna que tuve, profesora de inicial, que faltó a clases un día en el que había una actividad importante.
Siendo objetivos, ¿creen que alguna de estas podría aceptarse?
Quizá la última excusa podría ser tomada en cuenta si consideramos que en los colegios ponen mucha presión a las profesoras de inicial (y en general a los profesores de todos los niveles) por cumplir tareas que bien no pueden beneficiar directamente a la educación de los estudiantes.
Esta presión constante hace que se pierda de vista el verdadero objetivo de la educación y se privilegien acciones menos significativas pero que a la vista de los directores y padres de familia, se constate que la profesora "trabaja"
1) Derrepente el profesors de ed. física tenía que ir al partido a trabajar, como entrenador o como árbitro.
2) Idem, tal vez con eso se pagaba el pasaje.
Otros: ¿Es impresión mía, o en Lima la "canguritis" (madres sobreprotectoras crían adultos inmaduros) es un mal endémico?
La actividad de Enseñanza-Aprendizaje, no es posible sólo con el profesor o del alumno. Ese, creo es el asunto planteado: cada actividad EA concluye con la evaluación. No tiene porque existir prácticas y exámenes en fechas especiales, que parecen desligadas del proceso de una actividad de EA.
Si los alumnos no asisten a clase, el profesor se siente rechazado, entonces activa "la autoridad" para obligarlos asisitr. ¿Por qué se discute el hecho que un estudiante no asiste a clase, por el motivo que sea, si ésta inasistencia ya no puede recuperar la actividad de EA con dicho alumno? ¿Cómo se puede recuperar el tiempo perdido?
La falacia de la "justificación de la inasistencia" proviene desde la escuela inicial, es la enseñanza de la irresponsabilidad. Después no se corrige dando pie a "justficaciones absurdas".
El dilema está en los profesores que no han formado el valor de la responsabilidad. Por eso, estipulan en Reglamentos que el alumno puede faltar un 30 %.
Ese artículo del Reglamento debe eliminarse, así como debe eliminarse el concepto de tolerancia de hora de ingreso al aula, la primera y segunda citación, etc. etc.
La enseñanza de la irresponsabilidad está legalizada, proviene desde las escuelas y continúa en las universidades.
Desde un punto de vista pedagógico, el profesor no tiene porque conversar con un estudiante sobre su inasistencia, por el motivo que sea. El alumno debe aprender que no se realizó esa actividad y no existe ninguna forma de recuperarla.
Creo que cuando la "excusa" es solamente eso, y no tiene detrás un motivo real, no hay justificación posible. Pero no creo que el endurecimiento de las normas que señala el amigo Cerna sea una respuesta, si bien es comprensible el estar harto (estado que muchas veces comparto) de encontrar el absurdo en tales "excusas".
He encontrado incluso ofrecimientos sexuales (temo que de los dos sexos) para pasar por alto "excusas" como éstas.
Pero hay que decir que las dos primeras excusas señaladas "podrían tener" algún asidero concrteto, como señalan Katherine y LuchínG.
Una cosa que tienen en común estas "excusas" creo que lo señala el amigo LuchínG: Hay una abundante irresponsabilidad con la que profesores e instituciones educativas deben lidiar, traída desde los hábitos aprendidos en casa y reforzados por el sistema escolar. Es imposible que cada profesor se convierta en un "servicio social". No es su función ni está preparado para ello. Pero sí puede y debe establecer límites, aunque en donde colocarlos siempre es discutible. No creo que exista una regla de común aplicación en el actual estado de cosas. La decisión tendrá que ser individual, lo que no es tan negativo si tomamos en cuenta que el estudiante también debe aprender a lidiar con distintos tipos de profesor, también en este aspecto.
Pues a mi no me parece válida ninguna. Quizá una vez podría ser, pero una persona que tiene partidos todos los días de un curso, e incluso el día del examen, simplemente no está en condiciones de estudiar con seriedad, y sería más honesto que esperara a cuando tenga un contexto más favorable. En las maestrías y diplomados pasa eso muy frecuentemente, porque se trata de gente que trabaja. Pero todo tiene un límite, me parece. Opiné sobre este problema en este post: http://blog.pucp.edu.pe/ite…
Susana:
Ninguna es aceptable y además son vergonzosas, pero ¿qué pasa si la alumna que tenía el desfile se paga con eso la universidad?
Saludos
Si es ese el caso y es eventual, lo entendería. Si es sistemático, aplico la respuesta que dí en el punto anterior. No se pueden hacer bien dos cosas a la vez, cuando ambas son muy intensas y exigentes.
Con perdón por la nueva intervención.
La lista de excusas me recuerda las listas que corren por Internet de "respuestas de alumnos" en evaluación, igualmente absurdas. He revisado su post y el de Gonzalo gamio, y es obvio que el problema es más general.
¿Qué hacer? ¿Propugnar "burbujas académicas" contra la voluntad evidente y mercantilizada de las Instituciones educativas, a costa del propio empleo? ¿Aprovechar de la libertad de mercado para crear instituciones donde "sí" se defienda el aspecto no mercantil de la educación? ¿Asumir una posición antisistémica, pues parece ser que la institucionalidad completa está ya cooptada? ¿Simplemente endurecer las posiciones? ¿O conformarse, "adaptarse a la realidad" (creo que ya lo hacemos)?
Salvo error u opinión.