Vale la pena enlazar esta reflexión peruana de Wilfredo Ardito que toca el tema de la corrupción.
Interesada como estoy en el desarrollo moral me preocupa mucho el origen de la corrupción y sus fuentes psicológicas más primigenias. Wilfredo señala muchas cosas ciertas en su reflexión: muchas veces son los propios padres u otras personas cercanas las que alientan este tipo de comportamientos en los niños, lo que mucha gente (la misma que se queja de la enorme corrupción en las altas esferas) pasa por alto por tratarse de prácticas comunes y cotidianas.
Después de leer su reflexión, le escribí contándole que había visto con mis propios ojos lo que él señala:
Lo he visto personalmente y me dió una furia que ni te cuento: un papá cuyo hijo de aproximadamente 7 años estaba amablemente alcanzando platos con picarones en una kermesse de colegio, le decía con tono de reproche: hay que ser vivo, de cada plato sácate un picarón, así ya te sale gratis el tuyo y nadie lo nota, hay que ser vivo. Ese fue su terrible consejo. Y dicho por su padre, tal como lo cuentas.
Y Wilfredo me responde:
Es que ese consejo de “Engaña, aprovecha” te lo dice la gente que te quiere. La otra vez había una película algo fuerte, creo que King Kong, y la mamá de un chibolito convence al del cine que su hijo era mayor de 12 años.
-¡Los engañamos! -dijo triunfante, como si fuera un logro social.
Como dice Wilfredo, después estas personas son las que dicen que hay mucho corrupto en el Perú.
Me parece un ejemplo más que todo relacionado con la moral, ya que para hablar de corrupción como fenómeno social, se tendría que hablar de una copmpra y venta del Estado; es decir, hacer negocio con el apartato estatal para fines propios de un funcionario que en razón de su cargo ejerce una función pública, lo que se conoce como la figura penal del Cohecho, sea en sus modalidades, PAsiva Propia o Impropia o Activa. Si bien como detalla el autor de esta publicación, muchas veces en la sociedad, desde la familia se inculcan valores incorrectos y pervertidos, esto no quiere decir, que ello, necesariamente venga ligado con un tema relacionado al delito de Corrupción, máxime si consideramos que, Corrupción, en sus diversas modalidades del Cohecho o del Enriquecimiento ILícito, significa un negociado del erario Nacional con fines beneficiarios propios en perjuicio simepre del Estado, representado por alguna Institución que tioene el Carácter de Nivel Nacional.
José, gracias por comentar. Discrepo sin embargo en un par de cosas: la corrupción es un fenomeno comportamental, y por lo tanto muy superficial desde mi punto de vista. Hay que ir a sus raíces, a lo que está en el fondo del comportamiento observable. Lo moral, como lo llamas, está psicológicamente vnculado a la corrucpión: los corruptos lo son finalmente porque se han socializado de determinada manera y se han construído a sí mismos, como personas, de cierto modo. No debemos entender el fenómeno desvinculándolo de sus aspectos psicológicos y morales porque lo reducimos hasta desaparecerlo.
Por otro lado, discrepo de la definición que das de corrupción (aunque reconozco que es la que se maneja: usar recursos públicos para beneficios privados). Coincido aquí con Gonzalo Gamio, quien tiene un post en su blog sobre este tema precisamente que recomiendo leer (abajo pongo el enlace). De ese artículo cito lo siguiente: Quisiera ofrecer una definición exploratoria de la corrupción. Hablamos propiamente de “corrupción” cuando reconocemos la intervención irregular de la lógica del dinero y el anhelo de poder e influencia en transacciones y actividades humanas en las que se ponen legítimamente en juego otra clase de bienes sociales y recursos. Por lo general tal intromisión se ejecuta con la intención de lograr un beneficio particular (con frecuencia asociado al poder y al dinero). No se necesita que sea en el estado, puede darse en la esfera privada también. Sugiero leer su artículo completo, aquí: http://gonzalogamio.blogspo…
Muy interesante post, Susana. Los ejemplos son realmente aterradores, y que se trate de padres que instruyen a sus hijos es dantesco.
Un abrazo,
Gonzalo.
Tiene que ver muchísimo con los valores dominantes, qué conductas son las recompensadas o aceptables "en ciertas circunstancias". Comentando con un colega acerca de la salida de un cargo de un amigo mutuo, comenzó a especular que quizá le habrían ofrecido participar de alguna "cutra" y, como él "es muy derecho", habría preferido renunciar. Hasta ahí, todo bien. Pero luego sentenció: "Ese es su defecto". Escalofriante.
Eduardo Torres, joven historiador y profesor de la universidad, publicó el año pasado un libro al respecto "Historia de la corrupcion en el Peru", que sería interesante contrastar, una vez mas, con este sapo que nos ha tocado tragar como sociedad ¿Cuantas veces tendrá que reeditar su libro el prof. Torres, para consignar las modalidades nuevas de corrupcion que periodicamente van surgiendo en el Peru?
La corrupción en el Perú, es algo que todo peruano lleva en su sangre, la formación escolar, los valores, son algo que no son inculcados a los niños, se ha perdido la noción del bien y el mal, se piensa que robar, coimear es algo bueno. Debería haber un curso de valores y superación personal, en todos los colegios de forma obligatoria, y los viejos debemos dar buenos ejemplos a los niños, con nuestras actitudes, no de forma teórica.
En el Perú hemos sido testigos de cómo la corrupción tomó el poder y se convirtió en un sistema. Diez años de gobierno corrupto en manos de una red que tenía todo el poder han bastado para casi destruir el sistema democrático y la gobernabilidad. El Perú se convirtió, de esta manera, en un ejemplo más de lo que significa la corrupción cuando está en el poder y se convierte en parte del sistema, pudriendo todos los niveles de la sociedad.
Pero nuestro país no es el único que ha sufrido este tipo de problemas y, lo que es más, cada vez se hace más visible que la corrupción está tomando mucha mayor fuerza para convertirse en un fenómeno de naturaleza trasnacional
La corrupción tiene una arista individual innegable que muchas veces negamos porque preferimos creer que es externa y lejana a nosotros, esto nos pone en una posición fácil de simples espectadores de la " corrupción de otros " y hasta críticos de ella usando la negación de nuetro propio aporte en la corrupción de la sociedad en que vivimos.
Después se quejan cuando los hijos se convierten en aduladores de la corrupcion. No hay cosa más clara que la educación empieza por casa