Asi son las cosas…

Flor de Mexico

Si hay algo que me puede preocupar enormemente, entristecer y hasta decepcionar según sea el caso (no digo deprimir porque felizmente no tengo estructura psicológica para eso) es el que las personas, especialmente los jóvenes, hayan perdido la actitud crítica sobre el mundo. Que frente a una injusticia no sean capaces de indignarse, que vean las cosas terribles del mundo como “normales”, como parte del funcionamiento social, cosas que deben ser aceptadas y contra las que -ellos lo perciben así- no se puede hacer nada.

Hablando en una de mis clases sobre de la desaparición de muchas de las lenguas vernáculas algunos de mis estudiantes decían que “eso era así”, que así pasaba siempre, como si la desaparición de las lenguas fuera un fenómeno natural equivalente a la vida de un animal que nace, crece, se reproduce y muere. Cuando se les llamó la atención sobre las aristas sociales y políticas del problema dijeron que bueno, que así era el mundo… cuando se les hizo pensar sobre su posición privilegiada en el lado de los hablantes de la lengua con poder, dijeron que siempre en el mundo había quien tenía poder y quien no, que era así, que eso no se podía cambiar. Y podría dar muchos otros ejemplos de la misma forma de entender las cosas: el mundo es como es, la injusticia es parte de la vida, no debemos molestarnos en cuestionarla porque así son las cosas, uno tiene que adaptarse al mundo, no se puede ir siempre contra el sistema, finalmente así es la vida y nada va a cambiar…

No quiero pecar de idealista pero la verdad es que me parece triste y muy lamentable ver que muchas personas tienen una visión tan fatalista del mundo en el que viven y muestran tamaña incapacidad para ponerse en el lugar del otro, reconocer las injusticias de las que muchas personas son víctimas e indignarse frente a ellas. Parecen pensar que las influencias sociales son de una sola vía: reconocen que las sociedades influyen a las personas pero olvidan que las personas crean y transforman -influyen- sus contextos y sociedades. Es esto a lo que Bandura llama determinismo recíproco, idea que ha sido trabajada también por Elliot Turiel, Urie Bronfenbrenner y muchos otros psicólogos: los seres humanos somos creadores del mundo en que vivimos, y no solo víctimas pasivas de este. La relación es de ida y vuelta y nunca de un solo lado, es una relación recíproca.

Finalmente, no puedo dejar de señalar que este estado de cosas es en parte responsabilidad del sistema educativo que no ha sabido educar las más altas capacidades humanas: la toma de roles y la empatía para con la condición del otro, el razonamiento sobre lo justo y lo injusto, el sentido de responsabilidad y el sentido de agencia sobre el mundo, la posibilidad de conmoverse y la capacidad de reaccionar con indignación frente al sufrimiento ajeno, y de sentir incomodidad y vergüenza de uno mismo por no hacerlo.

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Comentarios

  1. nila vigil escribió:

    Comparto tu desazón Susana.
    Las conclusiones del informe de la comisión de la verdad y la reconciliación señalan:
    La CVR ha constatado que el conflicto armado interno que vivió el Perú entre 1980 y 2000 constituyó el episodio de violencia más intenso, más extenso y más prolongado de toda la historia de la República. Asimismo, que fue un conflicto que reveló brechas y desencuentros profundos y dolorosos en la sociedad peruana"

    Si no queremos que se repitan estas historias es impostergable dejar de pensar "que las cosas son así porque sí" y creo que ahí hay una responsabilidad en la universidad que si recibe a chicos de las clases privilegiadas del país, debe poner todos sus esfuerzos en formarlos para que sean útiles (disculpa la palabra) a la sociedad en la que viven,,,
    El sistema educativo escolar ha fracasado y creo que lo mismo está pasando con la educación superior… Tengo muchas dudas de que la universidad esté formando a los profesionales que el Perú necesita para, como lo plantea la CVR, "la edificación de un país que se reconozca positivamente como multiétnico, pluricultural y multilingüe"

    saludos
    Nila

  2. a20014701 escribió:

    Me parece muy bueno tu comentario, y mas aun el detalle que das al final, el que la sociedad se nutre de unidades llamadas personas y una sola puede cambiarlo !! Es de ambos sentidos.

    Debo decir que la lucha para algunos es tomada idealista, es que ya, desde el hecho de pensar que las cosas pueden ser justas y no injustas implica mucho esfuerzo y lucha contra la marea…

    Ejemplos he tenido en esta universidad que al final lo que importa no es buscar la verdad, sino lo que no complique o manche el prestigio adquirido por buenos hechos y acciones, quien levanta la voz mas alto!! quien publicita un punto de vista con mayor belleza al publico, sin saber si hay honestidad detras de esto!!

    Y claro al final el derecho de censura esta presente… o dejar que las cosas pasen y se olviden tambien vale en los tiempos actuales…

  3. Eduardo Aguirre Dávila escribió:

    Hola Susana

    En términos generales comparto tu preocupación por la “visión fatalista” y la falta de sensibilidad o compromiso social de los jóvenes, pero no solo de ellos sino también de los adultos. No obstante, me pregunto si en el pasado los jóvenes mostraron mayor sensibilidad o compromiso social que los de ahora, me parece que la gran mayoría era lo mismo.

    Los jóvenes de generaciones anteriores estaban más aislados y vivían en sociedades relativamente pequeñas, homogéneas y cerradas en sí mismas, lo que permitía que unos cuantos se involucraran en los problemas de su sociedad. Hoy en día las cosas son más complejas, los jóvenes se encuentran vinculados a un mundo globalizado, en el que la información se hizo dato, en el sentido en el que Varela habla de la información, y hay tal cantidad de ella que los conduce a elegir aquella que les es vital para la comunicación con sus pares: la música, los videos, el acontecer barrial, el desarrollo de la tecnología, etc. Los “juventólogos” consideran que estos temas comprometen al joven de hoy e impulsa a las nuevas generaciones a entrar en contacto con sus pares y a buscar nuevas formas de expresión de su sentir y pensar.

    A pesar de lo anterior, se puede encontrar personas críticas, con muchos deseos de transformar su sociedad y comprometidos con la idea de hacer del mundo un lugar más seguro, más pacífico y ecológicamente viable, pero son muy pocos al igual que en el pasado. Este grupo de jóvenes los encontramos en los colegios, las universidades, las comunidades locales o en la política. Ojalá fueran muchos más, creo que nuestra responsabilidad como educadores es lograr que los jóvenes sean sensibles, tolerantes ante la diferencia y comprometidos con el destino de su sociedad, por eso debemos trabajar porque sea realmente efectiva la democracia participativa en los diferentes ámbitos de la sociedad, partiendo por el hogar, pasando por la escuela y terminan en los espacios de gobierno local y nacional. Muchos estudios sobre socialización política de niños y jóvenes evidencian que la clave para fomentar el compromiso social y una vida pacífica es la “participación”.

  4. sfrisan Autor escribió:

    Comparto los comentarios de todos. Y creo que debí decir "que no han desarrollado su sentido crítico" porque perdieron (Eduardo tiene razón) no es el mejor término, me parece evidente que en el pasado las cosas fueron similares a como son ahora en el sentido de que siempre hubo personas críticas y personas a las que el mundo les importaba poco. Gracias a todos por com,entar.

  5. Daniel Salas escribió:

    Hola, Susana. Interesante post.

    Creo que lo que debe ponerse en primer lugar es la actitud crítica. Un estudiante puede, perfectamente, plantear la idea de que las cosas son como son y no es necesario cambiarlas. Pero la pregunta que yo le haría a continuación es ¿y por qué crees que es bueno que sigan siendo así? Un estudiante que no puede responder a esta pregunta está actuando irreflexivamente y, hasta donde entiendo, la idea de la universidad es formar personas que piensen y actúen críticamente. El problema, desde mi perspectiva, no es que unos estén a favor del cambio y otros en contra. El problema surge cuando unos y otros no se plantean las bases críticas para asumir una postura. Así como hay quienes quieren conservar las cosas tal como son sin tener razones para ello, más que un simple y aburrido conformismo, también hay quienes creen que todo debe cambiar sin haber pensado seriamente ni el porqué ni en el como. En ambos casos, lo deprimente (para mí) de esta situación es que ni unos ni otros se atreven a pensar radicalmente y a examinar las evidencias, lo cual produce fatales y penosos fanatismos. He encontrado este preocupante integrismo en personas de todas las tendencias, sean ambientalistas, feministas, subalternistas, conservadores, cristianos, etc. Lo que tienen en común es que no es posible mostrarles un dato empírico como ninguna formulación ética que contradiga sus ideas. Sí, pues, es muy triste.

  6. sfrisan Autor escribió:

    Hola Daniel. Creo que tu comentario señala otra arista del asunto, no menos importante por supuesto (fundamental, mas bien). Es claro que muchos de los estudiantes no se han planteado a profundidad nada de lo que dices. Es simplemente la inercia de pensar las cosas tal como se las ha pensado siempre, sin cuestionar nada ni analizar los procesos que están detrás de ellas. Es una postura ligera y "por default", por decirlo de alguna manera. Tienes razón en esto. Pero igual, creo que respecto a algunos temas por más que la persona logre articularme bien bonito y bien finito por qué las cosas deben quedarse como estan, yo me alarmaría igualmente. ¿Crees que s epuede justificar, por ejemplo, la esclavitud o la amtanza de millones de judíos (por citar ejemplos extremos), por mas que la persona logre esgrimir complejas y articuladísimas razones para ello?

  7. Elena Saona escribió:

    Susana:
    Tu post aborda uno de los problemas con los que nos enfrentamos quienes enseñamos a jóvenes: la apatía, la indiferencia, el individualismo extremo, la falta de energía para emprender un reto o aventura, el pragmatismo…
    Pero, siguiendo a José Ingenieros, la gran mayoría de nuestros alumnos no son jóvenes, pues un joven es quien tiene la energía para "embestir", para asumir retos pensando que puede cambiar el mundo (aunque más adelante se dé cuenta de que se ha equivocado), quien muestra una actitud crítica y cuestionadora. Nuestros alumnos son viejos dentro de un cuerpo de jóvenes: apáticos, apoltronados, cansados, conformistas, enemigos del cambio y de cualquier situación que les mueva de su precaria seguridad (física y mental).
    Esto es grave, pues la generación de recambio en nuestra sociedad cada vez existe menos, y con eso se acortan nuestras perspectivas de un mejor desarrollo humano y social.
    Saludos.
    Elena Saona

  8. Reynaldo Alberca escribió:

    Hola Susana.

    Importante el tema que planteas y su relación con el campo educativo. Ciertamente, nuestro nivel educativo deja mucho que desear; presenta grandes retos y desafíos bastante complejos. Una de sus grandes carencias que se percibe a simple vista es la baja capacidad de sentido crítico. Es innegable que la escuela tenga mucha responsabilidad en esto, pero creo que también habría que hacer eferencia a otras importantes y fuertes influencias que los chicos y chicas reciben del contexto en el que viven. Actualmente me encuentro haciendo mi práctica docente en un colegio del Agustino, donde, hasta casi llega a desbordarme la amplia carencia de esta capacidad en chicos y chicas de 13 y 14 años; es abrumador percibir en ellos el casi nulo interés por pensar críticamente sobre sí mismos, sobre el contexto en el que viven, la sociedad, los medios de comunicación, etc. Desde la interrelación que tengo con ellos en el aula puedo decir que su atención e intereses se centran en los atractivos de los medios de educación, y el caso es que estos no contribuyen en casi nada para el desarrollo de un sentido crítico y autónomo de las personas, todo lo contrario, la fuerte tendencia sensacionalista induce nos induce a una actitud pasiva, consumista, superficial, etc. La escuela debe inducir (y eso intentamos un poco desde los escasos recursos con que cuenta nuestro sector público)a que los estudiantes confronten el papel de estos medios, pero también habría que poner en cuestión lo que en los medios de comunicación se trasmiten. Son tantos lo prejuicios y estereotipos que se trasmiten cotidianamente que en muchos estudiantes hasta les llega a parecer natural asumirlos como tales; si analizamos la densidad de contenidos que trasmiten los programas cómicos, novelas, etc, habría mucho por cuestionar. Un educador puede esforzarse en el aula, pero cuando el estudiante deja la escuela, es bombardeado por muchos estímulos contrarios a su desarrollo integral. El sexto objetivo del Proyecto Educativo Nacional compromete a que la sociedad en su conjunto se involucre en la tarea de educar a las nuevas generaciones. Esto interpela ampliamente a los medios de señal abierta, pero muy poco se va progresando en esto. Entonces, sin desmerecer la gran responsabilidad que debemos asumir los educadores desde la escuela, ayudaría también que se amplíe y se aborde el compromiso poco asumido por el conjunto de la sociedad, y concretamente, de los medios de comunicación, la familia, instituciones…

    Gracias.

  9. sfrisan Autor escribió:

    Rey,
    Tienes toda la razón en que estos problemas son multicausados. No hay un solo factor para ellos. Me imagino que por lo que cuentas, tu experiencia educativa en el colegio debe ser difícil y tener incluso algo de frustrante.

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